3 Condiciones del Discipulado
Prédica de Hoy: 3 Condiciones Vitales del Discipulado
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: Lucas 17:7-10
Introducción
En nuestro caminar cristianos descubrimos tres condiciones esenciales para ser discípulos fieles. Reflexionemos sobre Lucas 17:7-10, donde Jesús nos guía hacia actitudes, fe y servicio fundamentales en nuestro andar con Él.
En este pasaje, el Maestro comparte una parábola intrigante sobre el siervo y el señor. Imaginemos la escena: un siervo ocupado en su trabajo, seguramente cansado, pero dispuesto a servir sin vacilar. Esta imagen de dedicación y humildad nos invita a explorar las tres condiciones que definen a un discípulo auténtico y apasionado por Cristo.
I. Discipulado: Actitud Humilde y Obediente
En el camino del discipulado, la actitud es un cimiento fundamental. Observemos cómo el siervo responde a las instrucciones de su señor con prontitud y sumisión. Su humildad resalta al reconocer su posición como siervo y la autoridad del amo. Este ejemplo nos recuerda que el primer paso para ser un discípulo es reconocer nuestra pequeñez ante Dios.
a. Reconocer nuestra pequeñez ante Dios y obedecer como el siervo (verss. 7-8)
La humildad nace del entendimiento de que somos criaturas dependientes de Dios. Al igual que el siervo, estamos llamados a obedecer a nuestro Señor, reconociendo Su soberanía sobre nuestras vidas. En la obediencia encontramos un camino de comunión con Dios.
b. La humildad es como tierra fértil que permite crecer las semillas de la fe.
La humildad prepara nuestro corazón para recibir la Palabra de Dios. Al ser humildes, nos despojamos de nuestro orgullo y prejuicios, permitiendo que la semilla de la fe arraigue profundamente en nuestra vida.
c. Pregunta
¿Cómo podemos ser discípulos si no reconocemos la autoridad de nuestro Maestro?
Si negamos la autoridad de Cristo en nuestras vidas, nos alejamos del camino del discipulado. Reconocer Su autoridad nos lleva a una relación genuina y comprometida con Él.
II. Fe que Mueve Montañas
Una fe sólida es el motor que impulsa al discípulo a avanzar y crecer en su relación con Dios. En Lucas 17:6, Jesús habla de la fe como un grano de mostaza, destacando su naturaleza pequeña pero poderosa.
a. La fe es más que creer; es confiar en Dios en medio de las dificultades.
La fe verdadera no se limita a asentir mentalmente a las verdades espirituales. Implica confiar en Dios incluso cuando enfrentamos desafíos aparentemente insuperables.
b. La fe como grano de mostaza que crece y fortalece con el tiempo.
Así como el grano de mostaza crece en una planta fuerte, nuestra fe también debe crecer. Al nutrir nuestra fe a través de la oración, el estudio de la Palabra y la comunidad, experimentaremos un crecimiento constante.
c. Anécdota
El lago de Galilea se convierte en un recordatorio de la fe inquebrantable. Reflexionemos sobre la historia de Pedro caminando sobre las aguas del lago de Galilea. Su fe momentánea lo llevó a dar pasos sobrenaturales. Sin embargo, cuando dudó, comenzó a hundirse. Esta narrativa ilustra la importancia de mantener una fe inquebrantable en medio de las tormentas.
III. Servicio Compasivo y Abnegado
El servicio es un aspecto vital de la vida de un discípulo. En el vers. 10, Jesús nos recuerda que somos siervos inútiles, simplemente cumpliendo con nuestro deber.
a. El verdadero discípulo sirve a otros sin esperar reconocimiento.
El servicio desinteresado refleja el amor de Cristo. No buscamos alabanzas humanas, sino agradar a nuestro Señor al amar y ayudar a quienes nos rodean.
b. La parábola de los talentos en Mateo 25:14-30 enfatiza el servicio diligente.
La parábola de los talentos nos enseña que el Señor espera que utilicemos nuestras habilidades para Su gloria. El discípulo fiel aprovecha cada oportunidad para servir a Dios y a los demás.
c. Pregunta
¿Estamos dispuestos a servir incluso cuando nadie está mirando? El servicio verdadero no es selectivo. Debemos estar dispuestos a servir en público y en privado, sin importar quién esté observando.
Aplicación
Como discípulos comprometidos, adoptemos actitudes humildes, mantengamos una fe fuerte y sirvamos con amor. Apliquemos estas lecciones en nuestra cotidianidad, siendo luces que iluminan el camino de otros. Al servir en humildad y fe, dejamos un impacto duradero en nuestras familias, iglesias y comunidades.
Conclusión
En nuestra caminar de fe, recordemos siempre las palabras de Jesús en el vers. 10: «Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.»
Cultivemos la humildad, fortalezcamos nuestra fe y sirvamos con generosidad. Como discípulos, construyamos un legado de amor y devoción a nuestro Señor. Que estas tres condiciones: actitud humilde, fe inquebrantable y servicio abnegado, guíen nuestro camino en la vida de discipulado.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.