Velad y orad

Velad y orad

Bosquejos Bíblicos

Prédica de Hoy: Velad y orad

Bosquejos para Predicar Texto Bíblico: “…Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil…” Marcos 14:38

Introducción

No podemos ignorar estas palabras de Jesús a sus discípulos de confianza en el momento que se encontraban en el Getsemaní; Él claramente quiere que nosotros estemos alerta.

Pero, ¿por qué es necesario que nosotros hagamos estas palabras una realidad en nuestra vida? Y más cuando dice para que no entren en tentación. ¿Será la tentación la única razón por la cual Jesús pide que oremos y velemos?

Existen más motivos por lo que Jesús nos da la orden de no dejar de hacer estas cosas, y estas son las siguientes:

1. Velad y orad para no entrar en tentación:

Esta es la primera razón y no solo la encontramos dentro de este versículo, sino en 1 Pedro 5:8 la cual claramente advierte que tenemos alguien que está velando por nuestra caída, y es nuestro adversario el diablo.

2. Velad y orad por el regreso de Cristo:

Razón más que suficiente para que mantengamos nuestras vestiduras limpias y nuestro espíritu atento. ¡Jesús esperamos tu venida con deseo!, pero Él nos pide velar por las siguientes razones:

2.1 Porque no sabemos la hora que ha de venir. En Mateo 25:13 Jesús lo anuncio así: “…Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir…”.

2.2 Por su llegada súbita. En Apocalipsis 16:15 la palabra de Dios nos enseña la importancia de velar; además, también especifica que debemos guardar nuestras ropas, que son las acciones justas de los santos (Apocalipsis 19:8), y la vida integra delante de Dios.

2.3 Por la cercanía de Su venida. En Apocalipsis 3:11 la palabra de Dios nos dice que Jesús viene pronto por nosotros, y nos pide que retengamos los tesoros que tenemos, la oración, los cambios que el Espíritu Santo ha hecho en nosotros, nuestra vida agradable a Él, las veces que hemos hablado la palabra de verdad, y todo el tiempo que lo conocimos en oración; todo esto será nuestra corona y por supuesto haberle recibido a Él en nuestra vida.

3. Velad y orad porque sus hijos no dormirán:

En 1 Tesalonicenses 5:5-6 la palabra de Dios nos llama hijos de la luz, lo que quiere decir que somos la luz de este mundo que anda en tinieblas, debemos ser sobrios no descuidarnos e iluminar a muchos que aun andan en tinieblas; no debemos dormir como los demás que piensan que la única vida es esta, nosotros ya tenemos conciencia de la vida eterna (Juan 3:16; 10:28-30), y es esto una razón poderosa para mantenernos en constante oración.

4. Velad y orad porque hay una recompensa para quienes velan:

En Lucas 12:35-37 Jesús habla del siervo vigilante en el versículo 37; el mismo Señor nos hará sentar a la mesa, y nos servirá (¡Hermoso!) por estar atentos a su venida, haber vigilado, esta es la recompensa más grande y hermosa que podamos recibir por estar atentos a Su venida, y no solo por nosotros mismos o nuestra familia, si no por el deseo de Dios que muchos sean salvos.

Esto es en cuanto a velar; pero, ¿Qué nos quiere decir en referencia a la oración?

1. La oración es un deber del cristiano: No es por un sentir, es un deber que tenemos como hijos de Dios (1 Tesalonicenses 5:17).

2. La oración nos fortalece en la debilidad: Cuando tenemos alguna situación que nos quiera desencajar, la oración es la herramienta que debemos usar para no desfallecer (Santiago 5:13).

3. La oración es la manera de pedirle a Dios: Pedirle a Dios es nuestra necesidad, nosotros dependemos de Él para poder vivir en este mundo. Además, a Él le agrada escuchar que le necesitamos (Juan 16:24).

4. La oración me hace conocer a Dios: Es el vehículo que nos permite conocerlo más, entender Su voluntad para nuestra vida, y ver manifestado Su poder en nosotros (1 Crónicas 16:11).

Conclusión

Velar y orar son dos deberes necesarios en nuestra vida cristiana. Velar y orar nos madura, fortalece, y nos prepara para la segunda venida de Jesús, es por esto que nos mantenemos firmes y fortalecidos, así que ¡no nos dejemos distraer por las cosas que nos quieren robar el tiempo para estar con nuestro padre Dios!

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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