¿Qué nos Detiene?

Bosquejos Bíblicos

Prédica de Hoy: ¿Qué nos Detiene?

Bosquejos Biblicos Texto Bíblico: «Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas.» Salmos 70:5

Introducción:

Una cosa que muchos cristianos tenemos en común es que permitimos que nuestro crecimiento espiritual sea detenido. Al igual que como expresa el salmista, estamos afligidos y menesterosos.

En otras palabras, permitimos que los desafíos de la vida detengan nuestra relación con Dios, y que nos impidan recibir las ricas y abundantes bendiciones que Él desea derramar sobre su pueblo.  Ahora my pregunta es: ¿qué debemos hacer para evitar que dejemos de recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros?

A continuación les explicare tres simples pasos a seguir, para que podamos recibir las ricas y abundantes bendiciones de Dios en nuestra vida.

I. Identificar el área en nuestra fe que necesita fortalecimiento

a. Todos somos imperfectos. (Romanos 3:23)

b. Todos necesitamos fortalecer ciertas áreas en nuestra vida. (Efesios 6:10-11)

c. No podemos superar errores si no los reconocemos. (Santiago 5:16; 1 Juan 1:9)

II. No podemos ignorar la Palabra de Dios

a. Cuando ignoramos la Palabra de Dios cometeremos errores. (Efesios 4:13-15)

b. Cuando ignoramos la Palabra de Dios defraudamos a Dios. (Marcos 7:6)

c. Cuando ignoramos la Palabra de Dios somos presa fácil. (1 Pedro 5:8)

III. Tenemos que cambiar por completo

a. Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar. (Efesios 4:23)

b. Tenemos que cambiar nuestra manera de ser. (Efesios 4:22)

c. Tenemos que perseverar en la santidad. (Hebreos 12:14)

d. Tenemos que confiar en Dios. (Proverbios 29:25)

Conclusión

Dios no te quiere detenido en un lugar; Él desea que seamos personas que avancemos en todo momento.  Dios nos llama a tener una fe que conquista y vence (Hebreos 11:32-34).

No podemos permitirle al enemigo que detenga a lo que fuimos llamados, recordemos siempre que no existe poder alguno en el universo que pueda detener a un cristiano fiel (1 Juan 4:4).  Ahora pregunto, ¿qué te detiene?

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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