Los hijos de Dios
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Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: Los hijos de Dios

Predica de Hoy Texto Bíblico:Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)

Introducción

Nada puede compararse a Dios, es sobre todas las cosas y no hay nada ni nadie por encima de Él. El poder ser llamados hijos de Dios es un privilegio que solo algunos pueden alegrarse de haber recibido.

Pero esto no es solo para unos pocos, sino para todos aquellos que se atreven a humillarse ante Él y arrepentirse de sus malos caminos. Dios nos ha hecho el llamado, y quien lo acepte puede ser llamado hijo de Dios.

1) Los hijos de Dios pueden presentarse delante de Dios (Job 1:6)

Cuando pecamos, estamos lejos de Dios, porque Dios no tiene nada que ver con el pecado. Su palabra nos dice que la paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna (Romanos 6:23). La fe en nuestro salvador es entonces necesaria para poder acercarnos a Dios. Sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).

Si queremos estar ante la presencia de Dios, y poder tener comunión con Él, entonces tenemos arrepentirnos de nuestros pecados para ser perdonados y justificados delante de Él. Esto se logra solo por medio de Jesucristo, quien fue sin pecado pero derramó Su sangre por los pecadores.

2) Declarados por Dios como hijos de Dios (Salmos 2:7)

No solo lo declaran los hijos de Dios y dan gloria al Padre, sino que Dios también nos llama hijos, nos protege y concede bendiciones por ser hechos sus hijos. No estamos locos cuando decimos que realmente somos hijos de Dios, pues el Señor mismo nos llama de esa manera cuando lo recibimos, por creer en su nombre y humillarnos delante de Él.

Dios nos declara sus hijos si hacemos su voluntad, si le obedecemos en todas las cosas, cuando le entregamos todo al Señor. No busca Dios que nos rindamos a medias, sino con un corazón contrito y humillado debemos buscarle todo el tiempo.

3) Nos aconseja (Jeremías 3:14)

El Señor es todo amor. Eso no significa que nos permite hacer lo que queramos, sino que nos corrige para que hagamos lo que Él quiere para que lleguemos a estar un día a su lado por la eternidad.

Porque Dios no quiere que nadie se pierda, por eso nos corrige esperando que tomemos su consejo y aprendamos a vivir para Él. Pues solo haciendo su voluntad es como podemos llegar a su presencia en la eternidad. Si no tomamos su consejo estaremos perdidos para siempre, pero si le escuchamos y obedecemos alcanzaremos la salvación.

4) Dios los multiplica (Oseas 1:10)

El Señor multiplica a sus hijos. En muchas ocasiones en la historia el mundo ha intentado acabar con los hijos de Dios, pero en lugar de acabar con ellos el Señor los ha multiplicado. Dios multiplica a su pueblo, no solo en número, sino que multiplica sus fuerzas, multiplica su sabiduría, multiplica sus victorias.

Dios es bueno y no permitirá que sus hijos se vean en derrota, porque Él es nuestro Padre y nada malo nos pasará al estar bajo su manto poderoso. El Señor cuida de sus hijos y los lleva de gloria en gloria y de victoria en victoria.

5) Nos saca de la esclavitud (Oseas 11:1)

Los hijos de Dios no están en esclavitud, sino que la libertad del Señor está sobre ellos. Los hijos de Dios no son esclavizados ni están en prisión, sino que han recibido victoria sobre el pecado y esto nos da la libertad para poder darle gloria a aquel que la merece, a Dios nuestro Padre.

Él nos liberta de la esclavitud, nos permite ahora estar fuera de la prisión de nuestra mente para ir por el conocimiento de la verdad de Dios para nuestra vida. Dios nos permite volar para un día estar en su presencia por la eternidad.

6) LOs hijos de Dios se regocijan (Sofonías 3:14)

Los hijos de Dios se regocija, pero es un regocijo, un gozo verdadero. El mundo puede fingir tener gozo, pero el gozo de Dios no lo puede dar nadie más. Solo Dios nos permite gozarnos por haber pasado de muerte a vida eterna.

No hay bendición más grande que tener a Cristo en el corazón y su victoria en nuestra vida por ser hechos hijos de Dios. La victoria de Dios es sobre sus hijos, sobre los que proclaman su nombre. Nos regocijamos en Él, nos gozamos en su poder.

7) Nos da buenas cosas (Lucas 11:13)

No hay duda que las riquezas de Dios son infinitas y que de esas riquezas da a sus hijos. Dios no solo nos da cosas, sino que nos da buenas cosas. Nuestro Padre sabe de qué cosas tenemos necesidad antes de que vengamos ante Él para pedirle. Dios nos cuida y nos da buenas cosas para que podamos servirle y darle gloria con todo nuestro ser.

Conclusión

Cualquiera puede venir delante de Dios, arrepentirse de sus malos caminos y pedirle perdón a Dios, para poder ser recibido con los brazos abiertos por parte del Señor y ser considerados como hijos de Dios.

Dios está esperando nuevos hijos que se humillen delante de Él y reciban el sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz y reciban la justificación por medio de su sangre preciosa. Esa sangre nos limpia de toda maldad y nos acercamos a nuestro Padre para darle la gloria, sólo Él la merece. Dios nos saca de la esclavitud, nos da victoria, nos da buenas cosas y nos regocijamos en Él.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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