La gran comisión

La gran comisión

Prédica de Hoy: La gran comisión

© Hilda Hernández
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)

Mensajes Cristianos

Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: «Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.» Mateo 28:16-20 

Introducción

¡Las órdenes de papá se respetan!” Dijo Miriam, “No seas como Rosa que nunca se aparece para siquiera levantar una caja”, pero siempre se beneficia del negocio de papá.

“Lo sé, lo se”- dijo Ana, con un semblante triste y alargado, simplemente agachó los hombros y se fue a terminar con su tarea de completar el inventario de la semana.

Miriam y Ana, eran dos hermanas que trabajaban para su padre en el negocio familiar.

Su padre estaba fuera por algún tiempo debido a un viaje de negocios y por el momento ellas estaban encargadas de hacerlo funcionar.

Parte de sus tareas incluían cosas que no siempre disfrutaban, pero eran necesarias para el diario funcionamiento del negocio. Miriam, siendo la mayor, tenía un sentido más profundo de responsabilidad, pues desde pequeña, fue testigo como su padre luchó y se sacrificó para llevar a su familia a un mejor estado financiero, y mucho más estable para que no pasaran las mismas carencias que él cuando niño tuvo que pasar.

Miriam sabía que lo más importante para su padre no era cuánto dinero les podía dejar, sino el legado de ser personas productivas, trabajadoras y de bien.

En las congregaciones hay muchos Miriams y Anas. Mientras que hay hermanos mayores que saben y reconocen el porqué se debe evangelizar, y que lo hacen con todo amor, sin importar lo difícil que pueda llegar a ser, también hay Anas que les pesa hacer la tarea encomendada, pero que al final del día completan la tarea, aunque no les sea muy placentera.

Y luego está el grupo de los “Rosa”, los inexistentes, este grupo pertenece a la familia, ellos se benefician del trabajo y labor del padre y los demás miembros activos de la familia, pero pase lo que pase, no hacen nada por sacar el negocio familiar adelante. Triste y lamentablemente, la gran mayoría de cristianos pertenecen a este grupo.

Como cuerpo de Cristo somos excelentes organizando y llevando a cabo eventos, campamentos, vigilias, convenciones, etc. La lista simplemente es interminable.

Nos pasamos la vida organizándonos para recoger dinero suficiente para tener los mejores eventos, conciertos, edificios y además, y cuando llega la hora de evangelizar simplemente estamos cansados, no tenemos, tiempo, recursos, etc.

Escuchando el comportamiento de los del grupo “Rosa”, cualquiera pensaría que son los recién convertidos o los creyentes laicos que reflejan tal comportamiento, pero tristemente no es así.

Reflexiones cristianas sobre la gran comisión

Estamos viviendo el tiempo de Mateo 24:12 “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. Nuestro amor está tan frío que simplemente estamos adormecidos e insensibles a la necesidad del evangelismo personal o “La gran comisión” de esa manera creyentes, líderes, congregaciones, denominaciones y organizaciones enteras están cada vez mas lejos de realizar esta tarea, de esta manera se perpetúan, generaciones de creyentes desentendidos e ignorantes acerca de la gran comisión.

  • “Hay diferentes maneras de evangelizar
  • “Nuestro testimonio es la mejor arma de evangelización”
  • “Por Facebook puedo evangelizar”

Todos estos alegatos son correctos, aceptables y válidos. Todo esto lo deberíamos de estar haciendo, es parte, ¿pero cumple con la orden de “Id y haced discípulos”? ¿O solamente estamos como Don Quijote, luchando contra molinos de viento?

Conclusión

Si en tu congregación no hacen el llamado para recibir a Cristo como Señor y Salvador al final del mensaje, hay problemas, puedo garantizar que el Espíritu Santo de Dios, está contristado en una esquina.

Si tu evento, directiva, Iglesia u organización no tiene como fin “Ir y hacer discípulos”, tienes que reevaluar tu estructura cristiana por completo.

Tuve la oportunidad de incorporarme a una iglesia nueva cuando me mudé de casa, me nombraron “directora de misiones”. Yo venía de una iglesia que gira entorno a la gran comisión, y para mi era normal salir a la calle y evangelizar o acercarme al nuevo creyente para instruirle y hacerle discípulo.

Cuando organicé la primera “salida a ganar almas” llegaron tres, y una hermana del grupo, presidente de la sociedad de mujeres de su congregación, con 20 años de cristiana nunca en su vida había salido a “ganar almas” a la calle.

Al final del evento, no paraba de llorar, pues pudo ver la gran necesidad del mundo y la gran frialdad de la iglesia. Abre los ojos, edúcate en la palabra y sus mandamientos. La gran comisión sigue vigente y en pie.

© Hilda Hernández. Todos los derechos reservados.

El Nuevo Pacto … Reflexiones Cristianas

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