Las buenas obras
Prédica de Hoy: Las buenas obras
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: Gálatas 6:9-10
Introducción
Prepárate, como buen discípulo de Cristo, para dedicar tu vida y tus recursos a las buenas obras, sabiendo que Dios te recompensará con abundancia. Estás familiarizado con las palabras de nuestro Salvador: «Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.» (Lucas 11:9). Tú lo pusiste en práctica conscientemente durante muchos años.
Pero cuando te ocupas de las cosas normales sin importar el resultado, el Señor nos da lo suficiente. Pero cuando haces algo por ofrenda como un discípulo fiel de Jesucristo, o para dar una respuesta a la gracia bendita que Él tiene por ti, contarás con muchos beneficios; entonces te dará abundancia de bendiciones y buenas obras.
Prepárate, como buen discípulo de Cristo (1 Pedro 2:21).
Como buen discípulo de Cristo, debes prepararte para dedicar tu vida y tus recursos a las buenas obras. Estás llamado a ser un líder en tu comunidad y en el mundo, y sólo puedes hacerlo siguiendo el ejemplo que te dio el propio Jesucristo. Él pasó su vida trabajando por el bien de los demás, incluso cuando eso significaba sacrificarse por ellos.
Jesús nos mostró cómo debemos tratar a los demás, siendo cariñosos y amables con todos. Nos enseñó que debemos mostrar amor y compasión por los demás, incluso por los que nos parecen diferentes o han hecho algo malo (Mateo 5:44-45). También nos enseñó a valorar la vida de todas las personas, ¡incluso de las que aún no han nacido!
Ponle todo tu esfuerzo a estudiar, aprendiendo una y otra vez la Palabra de Dios. No te conformes con entender lo que dice sino trata de entender lo que significa para ti.
Cuidado con las personas que prometen grandes fuentes de riqueza (1 Timoteo 6:10), ya que ninguno de ellos es capaz de cumplir con sus promesas. El Señor nos llama a actuar sabiamente (Efesios 5:15-20); Nos llama a actuar sabiamente porque éstos los que logran Sus bendiciones. Y estas riquezas espirituales son señales de gracia y corona por Él en tu vida. Por lo tanto debemos saber que crecer espiritualmente es un proceso y no un evento, sino que requiere de nuestra participación activa con gran entrega al Señor.
Imitemos a Dios, que nos ha dado el ejemplo de amar a los enemigos. Así nos veremos favorecidos por Él. Si alguien te hace daño sin motivo alguno, no te guardes rencor hacia él sino perdónalo de corazón, como Dios te perdonó a ti cuando estabas perdido en el mundo en una vida de pecado. Siempre dale gracias a Dios por Su amor, misericordia, y perdó, y dile: gracias por haberme perdonado.
Los discípulos de Cristo prosperan y son bendecidos (Deuteronomio 8:8; 3 Juan 1:2)
Para prosperar y ser bendecido en tu vida, es necesario que sepas cuál es el camino. Dios te dio un proyecto, un sueño y una visión. Éste camino lo encontrarás dentro de la Biblia. No busques otras caminos como para alcanzar prosperidad en cada área de tu vida. Porque estas cosas son buenas para ti, si éstas se hacen con fe en el Señor, y con amor a sus palabras. Jesucristo dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí». (Juan 14:6). Cuando vives como Jesús, sigues Su ejemplo, y trabajas para el bien, entonces prosperaras.
En el libro de Shurat HaShalom, el rabino Moshe Cordovero escribe que los discípulos de Cristo prosperan y son bendecidos. Esto se debe a que realmente entienden lo que Él enseñó.
Los discípulos de Cristo son bienaventurados, no porque Cristo los ame, sino porque el mundo los odia. Nunca se persigue a un hombre por causa propia, sino por causa ajena. La persecución es la bienvenida de Cristo al entrar en nuestros corazones. El mundo te odia porque Jesús te amó primero (Juan 15:18-19).
Conclusión
Estamos llamados a ser discípulos de Cristo, porque Jesús dijo que había venido a servir y no a ser servido (Mateo 20:28). Las buenas obras se hacen desde un corazón de amor, no para ganar la salvación o el amor de Dios. Como seguidores de Cristo, debemos imitarle en su abnegación y Su amor incondicional hacia todas las personas (Juan 3:16).
Nunca se nos olvide que estamos llamados a las buenas obra, pero ningún acto o buena obra puede asegurar la salvación porque somos salvos por gracia y no por obras (Efesios 2:8-9).
No nos cansemos de hacer el bien, porque con el tiempo recogeremos la cosecha si no desmayamos. Por lo tanto, ya que tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos los hombres, pero especialmente a los seguidores de Cristo.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
Poderosa predica. Gracias por compartir.