La verdadera belleza
Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Predica de Hoy: La verdadera belleza
Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: 1 Pedro 3:3-4
Introducción
Hace muchos años, cuando era una joven esposa y madre, me encontré luchando con mi apariencia. Vivía en un mundo que valoraba la belleza externa por encima de todo lo demás, y sentía una presión constante para lucir de cierta manera. Pero un día, mientras leía mi Biblia, me encontré con un versículo que cambió mi perspectiva.
1 Pedro 3:3-4 dice: «Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.» Este versículo me recordó que Dios valora la belleza interna por encima de la belleza externa.
I. La Belleza Interna es lo que Verdaderamente Importa

En nuestra sociedad, a menudo se nos dice que la belleza se encuentra en nuestro aspecto físico. Nos bombardean con imágenes de belleza física idealizada y se nos dice que debemos esforzarnos por alcanzar ese ideal. Pero la Biblia nos dice algo completamente diferente.
Pero como hemos leído en la palabra de Dios, la verdadera belleza no se encuentra en «peinados ostentosos, adornos de oro o vestidos lujosos», sino en «el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible». En otras palabras, la verdadera belleza se encuentra en nuestro carácter, no en nuestra apariencia física.
Este mensaje se refuerza en Proverbios 31:30, que dice: «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada.» Aquí, la Biblia nos dice que la belleza física es engañosa y vana. No es algo en lo que debemos basar nuestro valor o autoestima. En cambio, lo que realmente importa es nuestro carácter y nuestra relación con Dios.
Entonces, ¿cómo podemos cultivar esta belleza interna? En Gálatas 5:22-23, se nos da una lista de las cualidades que debemos esforzarnos por desarrollar: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.» Estas son las cualidades que reflejan la verdadera belleza, la belleza que Dios valora.
Por lo tanto, en lugar de preocuparnos por nuestra apariencia física, debemos esforzarnos por cultivar estas cualidades en nuestras vidas. Debemos esforzarnos por ser mujeres de carácter, mujeres que reflejen el amor, la bondad y la paz de Dios en nuestras vidas. Esa es la verdadera belleza, y esa es la belleza que Dios valora.
II. Un Espíritu Afable y Apacible

Entonces, ¿qué significa tener un «espíritu afable y apacible»? En la Biblia, la palabra «afable» se refiere a la gentileza y la consideración hacia los demás.
La palabra «apacible» se refiere a la tranquilidad y la paz. Por lo tanto, tener un espíritu afable y apacible significa ser gentil, considerado, tranquilo y pacífico. Estas son las cualidades que Dios valora y que constituyen la verdadera belleza.
Efesios 4:2-3 nos proporciona una guía clara sobre cómo podemos cultivar un espíritu afable y apacible: «con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz«. Este versículo nos llama a ser humildes, mansos, pacientes y amorosos. Nos insta a esforzarnos por mantener la unidad y la paz.
Estas cualidades no son siempre fáciles de cultivar. Pueden requerir que vayamos en contra de lo que la sociedad nos dice que es importante. Pueden requerir que nos enfrentemos a nuestras propias inseguridades y miedos.
Pero cuando nos esforzamos por cultivar estas cualidades, estamos siguiendo el camino que Dios ha trazado para nosotros. Estamos buscando la verdadera belleza que viene de tener un espíritu afable y apacible.
Así que, queridas hermanas, les animo a que busquen esta verdadera belleza. No se dejen engañar por las falsas imágenes de belleza que nos presenta el mundo. En lugar de eso, esfuércense por cultivar un espíritu afable y apacible. Recuerden, la verdadera belleza viene de Dios, y es reflejada en nuestro carácter y en la forma en que tratamos a los demás.
III. La Belleza que Dios Valora
La belleza que Dios valora no es algo que podamos obtener con maquillaje o ropa. No es algo que podamos perder con la edad. Es una belleza que viene de adentro, de nuestro corazón.
Es una belleza que se refleja en nuestro carácter y en nuestra actitud hacia los demás. Y es una belleza que es «de grande estima delante de Dios».
Proverbios 31:30 nos dice: «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada«. Este versículo nos recuerda que la verdadera belleza no se encuentra en la apariencia física, sino en el temor reverente a Dios. La belleza que Dios valora es la belleza de un corazón que lo ama y lo honra.
Además, en 1 Samuel 16:7, Dios nos recuerda que Él no ve como el hombre: «porque el hombre mira la apariencia, pero Jehová mira el corazón«. Mientras que el mundo puede juzgarnos por nuestra apariencia externa, Dios nos ve por lo que somos en nuestro interior. Él ve nuestro corazón, nuestras intenciones, nuestros pensamientos y nuestras actitudes.
Por lo tanto, queridas hermanas, les animo a que busquen la verdadera belleza. No se preocupen por las normas de belleza del mundo, que son efímeras y cambiantes. En lugar de eso, esfuércense por cultivar un corazón que teme a Dios, un espíritu afable y apacible. Esta es la verdadera belleza que Dios valora y que nunca se desvanece.
Conclusión
Hoy, te animo a que busques la belleza que Dios valora. No te preocupes por tu apariencia física, sino por el estado de tu corazón. Busca tener un espíritu afable y apacible, porque esa es la verdadera belleza. Y recuerda, eres hermosa a los ojos de Dios, no por cómo te ves, sino por quién eres en tu interior.
© Hilda T. Hernández. Todos los derechos reservados.
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