El Propósito de Dios para Ti

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Descubre el Propósito de Dios para Ti – Mensaje de Inspiración para la Mujer

Mensajes Cristianos Lectura Bíblica de Hoy: Salmo 138:8

Introducción

Hermanas en la fe, al abrazar este nuevo día, nos reunimos en comunión para indagar en un misterio que da forma a nuestra existencia: el propósito de Dios para nosotras. «Jehová cumplirá su propósito en mí» (Salmo 138:8), una promesa que nos sostiene y nos impulsa a buscar con fervor ese plan especial que Él ha trazado. ¿Han sentido el llamado de ese propósito resonando en sus corazones?

Es una melodía divina que nos invita a danzar al ritmo de la voluntad celestial. Cada una de ustedes es una pieza única en el rompecabezas de la creación, y al descubrir dónde encaja, el cuadro completo de su vida comienza a tomar forma y sentido.

Reflexionemos juntas, con ánimo y esperanza, sobre cómo podemos desentrañar y vivir ese propósito. Dios nos ha llamado por nuestro nombre, nos ha dado dones y talentos, y espera que los usemos para glorificarle y bendecir a otros.

No hay mayor aventura que la de descubrir y seguir el camino que Él ha preparado para nosotras. Así que, con corazones abiertos y mentes dispuestas, emprendamos este viaje de descubrimiento. Que este encuentro sea el inicio de un caminar más profundo y alineado con el propósito de Dios en nuestras vidas.

I. El Propósito de Dios: Reconociendo Nuestro Valor en Dios

Hermanas, cada amanecer es un recordatorio del propósito de Dios que nos invita a vivir plenamente. Somos valiosas, somos amadas, y tenemos un lugar especial en el corazón de Dios. «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras» (Efesios 2:10), nos recuerda que no estamos aquí por azar.

Nuestro valor viene de ser hijas del Rey, y en esa identidad divina, encontramos nuestro propósito. Al reconocer esto, cada paso que damos se convierte en una marcha triunfal hacia el destino que Él ha marcado para nosotras.

No subestimen la importancia de su existencia; cada una es esencial en el gran diseño de Dios. Al abrazar nuestros dones, nos alineamos con su voluntad y empezamos a construir el reino celestial aquí en la tierra.

Que la búsqueda de nuestro propósito sea una jornada llena de descubrimientos y alegrías, sabiendo que Él nos guía y acompaña. Aceptemos el reto de vivir con propósito, de ser mujeres que reflejan la gloria de Dios en cada palabra y en cada acción. Este es el llamado que resuena para cada una: vivir con un propósito definido por Dios, marcando la diferencia en el mundo que nos rodea.

II. Superando Obstáculos con Fe: El Propósito de Dios

La vida, en su inmensa belleza, también nos presenta desafíos que parecen montañas insuperables. Pero recordemos, «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13). Esta verdad es la llave que desbloquea nuestro potencial y nos permite ver los obstáculos como oportunidades para manifestar el propósito de Dios en nosotros.

No estamos solas en esta travesía; la mano poderosa de Dios nos sostiene y nos guía a través de cada prueba. Cuando la incertidumbre nuble nuestro camino, la fe es la luz que disipa las sombras y nos revela la senda a seguir.

Cada dificultad superada es una piedra más en el edificio de nuestra fe, un testimonio vivo del propósito de Dios actuando en nosotras. Que la certeza de su amor y su plan perfecto nos dé la valentía para enfrentar cada día con esperanza y determinación.

En la comunión con Él, en la oración y la meditación de su Palabra, encontramos la fortaleza para seguir adelante. Que cada lágrima derramada sea un recordatorio de que incluso en la fragilidad, hay un propósito divino que nos hace fuertes. Así, con cada paso de fe, nos acercamos más al cumplimiento del propósito de Dios en nuestras vidas.

III. El propósito de de Dios es que vivamos con Acción

Comprender nuestro propósito es una revelación divina, pero vivirlo es una elección diaria. «Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma» (Santiago 2:17). No basta con saber cuál es el propósito de Dios para nosotras; debemos actuar conforme a él.

Cada acto de bondad, cada palabra de aliento, cada gesto de amor, son ecos de ese propósito resonando en el mundo. Seamos mujeres que no solo escuchan la Palabra, sino que la encarnan en cada aspecto de su vida.

En la cocina, en la oficina, en la iglesia, en cada lugar donde estemos, que nuestra presencia sea una manifestación del propósito de Dios. Que la pasión por vivir conforme a su voluntad arda en nuestros corazones y se refleje en nuestras acciones.

No dejemos que el temor nos paralice; en su lugar, que la fe nos impulse a ser agentes de cambio, constructoras del reino de Dios. Cada día es una nueva oportunidad para avanzar en nuestro propósito, para ser un poco más como Jesús. Y al final, que nuestra vida sea una ofrenda agradable a Dios, un reflejo fiel de su amor y su propósito para con nosotras.

Conclusión

Amadas hermanas, hemos caminado juntas hoy, explorando el propósito divino en nuestras vidas. No estamos aquí por casualidad; estamos aquí por un llamado de Dios. «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová» (Jeremías 29:11), pensamientos de paz y no de mal, para darnos un futuro lleno de esperanza.

Es momento de pasar de la reflexión a la acción. No escondamos esta luz bajo un cajón; llevemos su brillo a todos los que nos rodean. Seamos faros de esperanza, mensajeras del amor y la gracia de Dios.

Les invito a vivir con propósito, buscando activamente el plan que Dios tiene para cada una. En sus hogares, trabajos y comunidades, sean edificadoras de un legado de fe, esperanza y amor.

Que este mensaje se convierta en semillas que florezcan en acciones reales. Les reto a que cada día, con cada elección y acto de amor, renueven su compromiso con el propósito de Dios.

Ahora, les pido que se pongan de pie, tomen la mano de la persona a su lado y oremos juntas: «Señor, ayúdanos a vivir tu propósito en nuestras vidas. Haznos reflejo de tu amor y danos fuerza para caminar con fe».

Que este momento sea el inicio de una vida transformada, en sintonía con la voluntad de Dios. Vayan en paz, con valor y la seguridad de que cada una es parte vital del plan perfecto de Dios. Amén.

Vivan su vida como una oración activa, y que cada paso que den sea una muestra del amor de Dios. Les animo a compartir este mensaje, a ser portadoras de buenas nuevas y a vivir cada día con el propósito que nuestro Señor ha puesto en sus corazones. Que la bendición de Dios esté con ustedes siempre.

© Hilda T. Hernández. Todos los derechos reservados.

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