Yo soy Jehová tu Dios
Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Texto bíblico: «Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré.» Salmo 81:10
Prédica de hoy: ¡Yo soy Jehová tu Dios!
Introducción
Si hay algo que caracteriza al ser humano es su inmensa capacidad para olvidar, ya sea en momentos de presiones muy fuertes, momentos de dolor o momentos de felicidad. Siempre hemos tenido la debilidad de olvidar quien ha sido nuestro sustento en las caídas, y por medio de quien hemos llegado a la cima en lo que nos hemos determinado obtener.
En este día tan maravilloso, tendremos una señal de tránsito, un cartel que nos dice “detente”. Un anuncio que nos muestra ciertas verdades del camino que vamos a iniciar, camino que recorremos día y noche desde el momento que vinimos a este mundo y que terminara cuando sea la voluntad de Dios.
Yo soy Jehová tu Dios
La afirmación de “Yo soy Jehová tu Dios” nos indica de manera afirmativa que, así como es nuestro Señor también es nuestro Dios, dejándonos en claro su inmenso poderío y capacidades para con nosotros sus hijos.
Cuando Dios es nuestro Señor
Debemos entender que, aceptar a Dios como nuestro Señor nos hace sus propietarios voluntarios, amorosamente entregamos nuestra voluntad a Él porque reconocemos Su señorío, Su grandeza, Su poder, y todos los buenos atributos que puede tener. Él es creador de universos, galaxias, y de nosotros. Somos Su creación y le pertenecemos.
Cuando el Señor es también nuestro Dios
Es necesario parar de caminar sin entender el concepto de nuestro Dios. Hablo de manera personal puesto que los demás dioses no se comparan al nuestro. Por ende, tenemos que entender que, como Dios creador del cielo, la tierra y todo lo que existe, su poder no tiene límites. Él quiere y merece toda nuestra alabanza, adoración y ofrendas, Su trono no puede ser compartido.
En camino hacia la Tierra Prometida (Éxodo 13:17-22)
Tras libertar a Su pueblo de Egipto, el Señor fue abriendo caminos para llevarlos a la Tierra Prometida. Dios abrió el mar para ellos y a pesar de sus quejas, los alimento durante 40 años, si 40 años. Debemos ser muy testarudos para ver semejante cantidad de milagros, situaciones totalmente inimaginables hechas realidad, y aun así, no quisieron recibir lo prometido.
Nubes de día, columna de fuego de noche, mana, codornices, agua en el desierto. Ver esto en la actualidad nos haría creer de inmediato en la grandeza de Dios. Pero al parecer en el pasado era muy común, puesto que ese pueblo liberado de Egipto se quejaba constantemente, olvidaron muy rápido las proezas de nuestro Dios.
Lamentablemente no pudieron entrar a la tierra prometida. Sin embargo, la promesa por parte de Dios fue real. La ayuda para llegar a destino predestinado fue real, la guía para lograr esa promesa fue dada. Las herramientas estaban, pero ellos decidieron quejarse y retroceder.
Dios quiere ser tu único proveedor (Hageo 2:8)
Nuestro Señor es dueño del oro y de la plata, todo le pertenece a Él. Entonces, ¿por qué buscamos proveedores externos? Dejamos en poco el poder de Dios cuando acudimos a otras fuentes para satisfacer nuestras necesidades. Recordemos que Él es celoso con su creación, y si te pensó, y te planifico no fue para dejarte tirado en el mundo a ver quién te rescataba.
A veces nos olvidamos de todo los que el Señor nos ha dado, de todo lo que ha hecho por nosotros. En momentos de crisis o desesperación buscamos soluciones ajenas a Él. No importa de donde provengan, queremos soluciones acordes a nuestro criterio. El resultado es que minimizamos la efectividad de Sus promesas dadas para nuestras vidas.
A través del sacrificio de Cristo en la cruz fue roto ese velo que nos separaba. La relación Jesús/hombre fue entonces posible, podemos ir confiadamente a los pies del Maestro y pedirle que sean satisfechas nuestras necesidades (Hebreos 4:16). Él con gusto nos escuchara y atenderá oportunamente nuestra petición.
¡Aprendamos a pedir! (Santiago 4:3)
Dios es capas de todo, de dar todo, de crear donde no puede crearse, cualquier cosa es posible si tenemos fe de a quien acudimos. Sin embargo, el Señor en muchas oportunidades no entrega inmediatamente nuestra petición. En otros casos no se nos otorgara lo pedido, y eso se debe a diversas razones.
I) Cuando no estamos listos para recibir lo que pedimos.
II) Cuando pedimos para nuestros deleites y placeres personales.
III) Cuando queremos por vanidad y no por necesidad.
IV) Cuando pedimos algo que nos apartaría de su voluntad
V) Cuando pedimos algo que podría destruirnos.
Dios quiere darnos, pero como el Padre perfecto que es, nos conoce y sabe que es lo mejor para nosotros. Por ello nunca extenderá Su mano a nosotros sabiendo que Su aporte será aporte a nuestra destrucción por nuestra mala administración.
Conclusión
El Señor quiere bendecirte, quiere le pidamos, quiere que hablemos con Él y que seamos transparentes en Su trono. Por ello debemos confiar en Su poder, reconocerlo como Señor, reconocerlo como Dios, estar consciente de quien es Él y creerle firmemente.
Nunca olvidemos que pedir sin conciencia no dará buenos resultados. Pregúntate siempre ¿Lo que pediré será de bendición o de perdición a largo plazo? ¿Esto que quiero, me acercará o me alejará de Dios? No pidamos por placer, pidamos por necesidad y acercamiento a Jesús.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
Por favor respete los derechos de autor. No copie y pegue las predicas cristianas, bosquejos bíblicos, y mensajes cristianos encontrados en este sitio en otras páginas web y/o redes sociales. Le invitamos a que comparta este material a través de crear un vínculo que apunte a la redacción. No robe, evangeliza. Usa este vínculo para compartir las predicaciones cristianas, bosquejos bíblicos y mensajes cristianos encontrados en este portal. https://elnuevopacto.com