El buen sembrador
Prédica de Hoy: El buen sembrador
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: «El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.» Proverbios 11:25
Introducción
Las nuevas generaciones a diferencia de las que tienen unas cuantas décadas mas de experiencia, quien todo de una manera veloz, la simple espera les abruma. Crea una inseguridad aplastante en sus vidas generando pensamientos discriminativos a su persona. Este comportamiento es más frecuente en los jóvenes, pero hoy en día es más común ver a personas adultas que padezcan de ansiedad.
Es importante comprender que Dios sigue siendo el mismo.
Su palabra no cambio, lo que dice que se cumplirá, será así en su tiempo y en su momento. No podemos basarnos en culturas o modas pasajeras. Es una decisión de cada día desde que aceptamos al Señor Jesús, también aceptamos sus tiempos perfectos.
Nuestros antepasados, las personas de la actualidad y las generaciones venideras deberán sembrar. Dependiendo del fruto escogido al momento de la siembra será el tiempo aproximado en que se darán los resultados. Sin embargo, en los caminos espirituales o ante una sociedad no lineal estos tiempos pueden resultar cambiantes.
Es necesario sembrar
El Señor quiere que siembres la semilla que tengas, amor, paz, ayuda, un favor, recursos físicos. Él nos bendice para ser de bendición, esta mal visto por el Padre que guardemos todo para nosotros. Nada trajimos al mundo y nada nos llevaremos, todo fue provisto por Dios y en ciertas ocasiones resultamos ser portadores de bendiciones ajenas que deben ser entregadas a otros.
A veces la siembra será con muy bajo esfuerzo, como en otras ocasiones tendremos que esforzarnos más. Sea cual sea la situación no debes dudar en dar esa bendición que tienes la posibilidad de compartir. Sé que a muchos les resulta difícil desprenderse de algo, incluso hay personas que no tienen problema en dar, pero no pueden dejar de esperar nada a cambio. A todos ellos les digo: “siembra, Dios te observa”.
Tenemos que mantener una frase presente, lo que hoy tienes puede ser en gran parte el fruto de tu trabajo. Pero la otra gran parte proviene de la bendición de Dios, es nuestro deber imitar al Padre. No importa si la persona lo merece o no, en ese momento que sientas dar algo, hazlo con amor, recibirás recompensa en su momento.
Cuidemos la buena cosecha
Cuando seas un sembrador frecuente aprenderás a identificar diferentes situaciones y con la experiencia sabrás como lidiar con cada una de ellas. Una de las problemáticas mas comunes que se notan al sembrar es que no todos los frutos de tu cosecha serán buenos, incluso cuando hiciste un correcto trabajo, la tierra esta en buen estado y las condiciones climáticas fueron optimas.
Habrá en tu vida cosechas malas y buenas
Por eso debes tener la determinación para retirar el mal fruto que no puede ser salvado y prestarles una especial atención a los buenos frutos. A esas personas que fueron generosas en respuesta a tu generosidad. A quienes te pagaron bien por bien o bien cuando tu hiciste el mal. Esos buenos frutos valen mas que el oro, y generan relaciones felices y duraderas.
La función de un buen fruto es que multiplicar ese resultado de calidad en tu vida, pueden ser relaciones sanas, ayuda, retribución económica, esperanza. Incluso lo mas simple en agradecimiento puede resultar en un multiplicador de bendiciones tanto para ti como para esa persona y todos aquellos que serán afectados positivamente en cuestión.
Distintas tierras
Naturalmente el sembrador cuidara el lugar donde deposito su semilla, del mismo modo esperara un fruto de su trabajo. Pero en los caminos de Dios las cosas no son como humanamente pensamos o creemos. Es probable que recojas frutos donde pusiste de tu parte, pero también es posible que esto no sea así, lo que normalmente termina en un conflicto.
El Señor quiere que hoy aprendas a guardar tu corazón y que entregues desprendidamente, sin esperar nada a cambio, puesto que su palabra nos respalda. No quedaremos sin cosecha, pero no siempre vendrá del mismo lugar donde sembramos. Dios usa a quien quiere cuando quiera para bendecirnos, podemos cosechar donde no trabajamos si permanecemos en Él.
No te aferres al dolor de no recibir lo que diste, ese no es tu llamado. Nosotros tomaremos lo que Dios preparo para nosotros de las manos que Él quiera usar para bendecirnos. Muchas de estas personas se quedaran, otras solo estarán brevemente, pero nuestra fe en Cristo debe permanecer. Cosecharas lo que siembras en su tiempo y en cualquier parte destinada para ti.
Para concluir
Es normal tener expectativas y esperar resultados de nuestra labor. Sin embargo, tenemos un Padre creativo, que quiere que sus hijos aprendan a depender de Él. Que sepamos con claridad que las bendiciones que cosechamos no siempre vendrán de nuestro trabajo, sino más bien por Su misericordia.
En el momento que aprendamos a esperar de Dios más que de cualquier posible sustento, en ese momento se abrirán muchas bendiciones para tu vida, incluyendo la paz que sobrepasa todo entendimiento, cosas de incalculable valor preparo el Señor para sus hijos. Pero queda de nuestra parte creer, sembrar y esperar confiadamente en tu palabra.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.