Dificultades de la vida
Mensaje Cristiano de Hoy: Dificultades de la vida
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© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: «Si las nubes fueran llenas de agua, sobre la tierra la derramarán; y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará” Eclesiastés 11:3
Introducción
Las tormentas de la vida
La manera en que veamos las cosas determinará el grado de dificultad que tendremos al enfrentar esas cosas. Las tribulaciones vendrán a nuestra vida, en algún momento tendremos dificultades que debemos enfrentar. Este versículo en Eclesiastés nos muestra que es posible prever las dificultades, que podemos ver cuando se acercan a nuestra vida.
Las tormentas la mayoría de las veces nos deja ver la advertencia en el cielo de la oscuridad de las nubes y como se acercan. Pero hasta este momento, el ser humano no puede detener una tormenta. Nos vemos insignificantes ante el poder de la naturaleza, indomable, poderosa. No podemos detener un tornado, un huracán, no podremos muchas veces detener las tribulaciones que nos advierten que están cerca.
Pero si podemos cambiar la manera en que nos enfrentaremos a esas tribulaciones. Básicamente hay dos formas de enfrentar las dificultades, enfrentarlas con Dios o enfrentarlas sin Dios.
Obviamente es mejor enfrentar esas dificultades con nuestro padre Celestial que enfrentarlas solos. Pues Dios es poderoso para guardarnos de todo mal y permitirnos sobreponernos ante cualquier dificultad hasta convertirnos en personas más que vencedores en Cristo Jesús.
Pero hay muchas personas que no conocen más que una forma de enfrentar los problemas, intentar solucionarlos ellos mismos. Pronto estas personas se darán cuenta que esos problemas, aunque los pueden ver venir están fuera de su control.
Tarde o temprano nos daremos cuenta que Dios puede estar con nosotros y enfrentar las dificultades con nosotros, la mejor forma de hacerlo. No es necesario que estemos solos, aprendamos eso antes de sufrir por las tribulaciones.
Los problemas sin Dios
Los problemas sin Dios crecen sin control. Sean grandes o pequeños están fuera de control y pueden significar pérdidas en nuestra vida tremendas. Una pequeña piedra en el camino puede significar un tropezón que nos lleve al suelo. Una pequeña nube en el cielo puede significar una inundación en nuestra vida y nuestra casa puede correr peligro pues no estaría fundada sobre la roca sino sobre la arena.
La vida sin Dios carece de color, carece de intensidad. Bien podemos pensar estar bien, tener todo bajo control, pero de un momento a otro todo puede cambiar. Lo peor de todo es que estaremos perdidos pues no encontraremos la manera de salir del pequeño agujero en donde habremos caído. Y algo todavía peor es que no habrá quien nos saque de ese agujero.
Si estamos bien y confiamos en nuestra fortaleza estamos perdidos, pues todo es pasajero. En quién debemos aprender a confiar es en Dios. ¿Por qué? Porque todo en esta vida dejará de existir, riquezas, posición social, salud, todo se puede acabar en un abrir y cerrar de ojos.
Trataremos de encontrar solución buscando en nuestros recursos, lo que tenemos a nuestra mano, pero cuando eso está fuera de control no hay recursos que le podamos asignar pues no tiene una solución material.
Los problemas con Dios
La buena noticia es que hay otra manera de enfrentar los problemas. Hay una forma, aunque estén las cosas fuera de nuestro control, no están fuera de control para Dios. Dios tiene todas las cosas en sus manos y nada se escapa de ellas.
Si un problema viene sobre algún hijo de Dios, este acude a su Padre y le pide ayuda. Dios reconoce cuando le ponemos a Él primero y, aunque tengamos recursos, sabe Dios que no confiamos en los recursos que tenemos, primero le buscamos a Él y no ponemos nuestra confianza en alguien más.
Porque si ponemos nuestra confianza en cosas perecederas (recursos) puede ser que estos no sean suficientes para solucionar un problema.
Hay dificultades de la vida que no pueden ser solucionadas con todos los recursos del mundo. Pero hay una buena noticia y es que en Dios están todos los recursos del universo.
Dios tiene en Sus manos la solución a todas las tribulaciones, a todos los problemas de la vida, entonces lo primero que debemos hacer es acudir a nuestro Dios.
Dios no quiere ser la última opción. Muchas veces eso es lo que sucede, intentamos por todos los medios obtener una salida a nuestra dificultad y cuando vemos que no hay forma de solucionar ese problema, entonces acudimos a Dios.
Y Dios se compadece de nuestra vida y le da solución a nuestro gran problema de una manera fácil y sencilla. Nos damos cuenta que lo primero que debemos hacer es buscar a Dios y Él hará.
Dejemos pues nuestras dificultades en las manos del Señor y confiemos en su poder. Acerquémonos a Dios confiadamente, sabiendo que en Él está el poder para darnos la paz y la salida de cualquier dificultad.
La obra más grande
Pero no hay problema más grande en nuestra vida que la falta de perdón. La vida sin Dios es una vida de pecado y la consecuencia de eso es la muerte eterna. Pero Dios ha provisto a Jesucristo para darnos vida eterna. Dios cambia el rumbo de perdición de toda la humanidad cuando venimos al Señor Jesús.
El milagro más grande que una persona puede obtener es la salvación de nuestra alma. Si Dios nos ha concedido esto, también nos dará todas las cosas. Dios es grande y no hay duda que su amor para nosotros es eterno, por eso nos cuida y protege para que podamos servirle como Él quiere.
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