Los rebeldes de Dios

Los rebeldes de Dios

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Los rebeldes de Dios

Introducción

Muchos de los cristianos más verdaderos fueron rebeldes un día. Algunos de ellos lamentan la rebeldía pasada. No deberían, pero lamentan. Algunos de nuestros hermanos son aún grandes rebeldes. La comunidad generalmente rechaza los rebeldes. Pero, no debería todavía.

Hay también la clase de cristianos que, en algún momento, va se rebelar. La gente teme a los que pueden rebelarse. En hecho, tampoco deberían. La rebeldía no es razón suficiente para sacudir la fe de nadie. Un rebelde no es menos cristiano por su rebeldía. Para aclarar esto, en el Evangelio de Hoy, enviamos un mensaje sobre los rebeldes de Dios.

La rebeldía de David

David es el eterno amado de Dios. Él fue el gran Rey de la Tribu de Judá, monarca de Israel. Fue también un gran rebelde.

Después de vencer la batalla contra el gigante Goliat, David estableció una fuerte relación con el príncipe Jonatán, hijo del Rey Saúl. Cuando Jonatán murió, David dejó escrito para la posteridad: “Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor, que el amor de las mujeres.” (2 Samuel 1:26).

Aunque Moisés había revelado la palabra de Dios, que decía expresamente “No te echarás con varón como con mujer; es abominación.” (Levítico 18:22), David no se importó e hice de su amor por Jonatán aún mayor que el amor que tenía por las mujeres.

Además, David aún se enamoró de Mical, su primera esposa, hija menor del Rey Saúl y hermana de Jonatán. El Rey se enfureció y condenó a David, que como un buen rebelde, huyó de la persecución.

Como se pasa con muchos rebeldes, los problemas con las mujeres siguieron. A pesar del mandamiento “No codiciarás la mujer de tu prójimo” (Deuteronomio 5:21), David se enamoró otra vez. Pero, de esta vez, por una mujer ya casada con un soldado hitita, llamada Betsabé. Con Betsabé, David tuve un hijo, cuya sabiduría todos conocemos — se llamaba Salomón.

Ante todo esto, no hay como negar que David fue un rebelde. Él caminó en sentido opuesto a muchos de los mandamientos. Mientras tanto, era así mismo el más amado de Dios, el hombre que unificó el territorio de Israel, el que tenía fe inigualable.

La rebeldía del hijo pródigo

En el Evangelio de Lucas, encontramos una historia que contó Jesús a los publicanos y pecadores sobre un hijo pródigo.

La historia narra que un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos pidió de su padre una anticipación de su herencia. Con los bienes que recibió, el hijo se fue lejos y desperdició la herencia con una vida de perdiciones. Después de perder todo, ya hambriento y sin nada, él regresó a casa de su padre.

A pesar de la rebeldía del hijo menor, el padre le recibió ordenando a sus siervos: “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.” (Lucas 15:22-24).

El hermano mayor, que había se quedado con su padre, se enojó de la recepción y le dije: “He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.” (Lucas 15:29-20).

A esto, el padre de pronto contestó: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.” (Lucas 15:31-32).

Moral de la historia: los que se pierden en lo camino no son menos dignos que los que nunca se perdieron. El más importante no es el camino a seguir, pero saber siempre el camino para donde regresar.

Jesús, el mayor rebelde de todos los tiempos

¿Cómo negar que fue Jesús el mayor rebelde de todos los tiempos? Un carpintero que se rebeló contra el mayor Imperio que la humanidad conoció. En hecho, la Palestina de Jesús era por si sola un territorio rebelde, resistente al dominio de Roma.

La rebeldes de Dios de Jesús era sobre todo radical.

Acerca de la ley que prohíbe el asesinato, Jesús habría dicho: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.” (Mateo 5:21-22).

Sobre la ley del adulterio: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:27-28).

Ya sobre el divorcio, leemos: “También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.” (Mateo 5:31-32).

Respecto a la ley de perjurio, habría dicho: “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios” (Mateo 5:33-34).

Además, es posible mismo decir que Jesús fue aún un fuera de la ley.

Acerca de la gran Ley del Talión, Jesús fue enfático: “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.” (Mateo 5:38-41).

Otra vez, ¿Cómo negar que fue Jesús un gran rebelde?

Mensaje a los rebeldes

Si sientes dentro de ti un espíritu rebelde imposible de contener, un impulso dentro de ti que te lleva a cuestionar a todo, no se desespere. También David, el hijo pródigo y Jesús sintieron la misma cosa.

También David, el hijo pródigo y Jesús se rebelaran. El rebelde nada más es sino el sujeto que se vuelve contra («re») lo que es peligroso, violente, belicoso («belde»).

Ya para los que temen los rebeldes, no olviden que, ante los incrédulos que imponen la ley de los hombres, solo es posible se mantener en la palabra y ley del Señor haciendo fuerte resistencia, es decir, rebelándose.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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