La bendición no añade tristeza
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Prédica de Hoy: La bendición no añade tristeza
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Proverbios 10:21-25
Introducción
El domingo pasado nos decía el Señor que nos bendeciría, pero algo que muchas veces no tenemos en cuenta es que no siempre, recibir cosas o aparentes bendiciones, proviene de Dios; un ejemplo práctico, obtener un buen trabajo que te impide asistir a la iglesia y participar de sus actividades.
¿Tú crees que esa es una bendición de Dios? ¿Crees que el Señor te daría un trabajo que te haga alejar de Él? Recordemos que el mismo nos dice que: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” Hebreos 10:23-25.
Bajo esta consideración, sí, hay aparentes bendiciones que añaden tristeza, ya que la Biblia dice que las bendiciones de Dios son las que enriquecen y que no añaden tristeza con ella. O sea que puedo ser próspero y que esa prosperidad, en vez de alegría, añada a mi vida una gran tristeza.
Entonces, ¿cómo puedo saber si mi prosperidad o bendición, provienen de Dios? Pues, como siempre, la respuesta está en la palabra de Dios que es clara y nos dice que si es una bendición de Dios no se nos añadirá tristeza.
Consecuencias del pecado
Una de las consecuencias del pecado que el hombre experimentó, fue la pobreza, ya que Dios había creado riquezas para que Adán las administrara, recordemos que el huerto en Edén que quedó a cargo de Adán, producía toda clase de frutos y de riquezas.
La humanidad desde que cayó en esa condición ha buscado el enriquecimiento sin importar la forma o las consecuencias de cómo obtenerlas, pero la Biblia dice que la única forma de ser enriquecidos, y poder disfrutar con alegría la provisión de Dios, es a través de la bendición.
Y la palabra bendición es algo que siempre suena bien a los oídos de los creyentes, pues a todos nos interesa, y agrada, ser bendecidos, ya que generalmente asociamos las bendiciones con algo que nos alegra y hace felices, pero como dije en un principio, no todo lo que pensamos que es “bendición” proviene de Dios y no debemos pensar livianamente que todo lo que a mí me parezca bueno, sea bueno a los ojos de Dios.
Para el mundo
Para el mundo, es una “bendición” ganarse un premio en la lotería. Pero a los ojos de Dios eso no es bendición sino adivinación, y por eso nos advierte:
“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas” Deuteronomio 18:9-12
Además, tengamos en cuenta que la bendición que viene de Dios siempre viene para enriquecernos no sólo materialmente, sino como personas y en nuestra comunión con el Señor.
La bendición es dada por el Señor
La bendición es dada por el Señor para que se cumpla cuando “les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
«Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer” Génesis 1:28-30
Además de la llenura de vida que no trae tristeza ni dolor. Esto quiere decir que no es trabajando mucho como puedes ser rico. Sino que las riquezas de la bendición son duraderas y el creyente no se angustia por obtenerlas.
La bendición nos hace buscar más de Dios
La bendición de Dios siempre nos hace buscar más al Dios de la bendición, y es por eso que “no añade tristeza con ella”. Es por eso que vemos a muchos que no están bajo la bendición de Dios, y tienen posesiones pero vidas tristes. Parecen triunfadores en sus vidas, pero todo lo que tienen no pueden disfrutarlo con alegría por no tener una relación con el Señor, pues es Él quien nos bendice y nos ayuda a disfrutar su bendición.
Alguien dijo que un hombre verdaderamente rico, es aquel cuyos hijos corren a sus brazos aun cuando tiene las manos vacías.También, muchos buscan las riquezas fuera de la bendición, y es porque no operan con la fe puesta en las promesas del Señor, y esto les ocasiona, la mayoría de las veces, solamente problemas.
El Señor nos dice
“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama” Lucas 11:23, y está hablando de quienes buscan las riquezas en otras formas que no son a través de los principios que Él estableció. “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” 1Timoteo 6:9-10.
No está mal tratar de tener lo mejor
No está mal tratar de tener lo mejor, ni mucho menos procurarlo para nuestra familia. Pero haríamos bien en considerar que la bendición de Dios no se mide en valores materiales. Hay algo más profundo y espiritual que no depende de cuánto tenemos o la abundancia que se encuentran en nuestro hogar. Y entonces “yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas” Isaías 44:3-4, dice el Señor, pero sabiendo que Él “Bendecirá a los que temen a Jehová, a pequeños y a grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos” Salmos 115:13-14.
Al depositar en Dios nuestra confianza y descansando en la obra de la cruz para darnos vida eterna, ya tenemos toda la bendición que necesitamos, solo debemos ocuparnos de disfrutarla en la profunda paz que surge de nuestro corazón cuando está cimentado sobre la verdadera esperanza.
Y ese es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos, ya que “el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” Efesios 1:3. Por esto, es una muy sana costumbre de los padres el enseñar a sus hijos a pedir la bendición del Señor en todas sus decisiones, asumiendo que a través de su petición tiene una “unción divina” que lo cubrirá en todo lo que emprenda ya que fuimos llamados para ser herederos de bendición.
Y también es un hecho que cuando buscamos primeramente el reino de Dios y su justicia, todas las cosas son añadidas, Mateo 6:33; si nuestra prioridad son las cosas espirituales, si es en estas bendiciones en las cuales ponemos nuestros ojos, no nos sorprendamos de cuántas bendiciones materiales Dios nos da, pues las bendiciones de Dios trascienden el “agua” del pozo de Jacob, van más allá de los panes y los peces.
El pueblo de Dios nació bajo una bendición
Dios le pidió a Abraham que saliera de su tierra para darle otra que fluía leche y miel. Pero todo eso estaba sujeto a su obediencia. Y aunque las bendiciones materiales no son las más importantes, no deja de ser una realidad que nuestro Dios desea aliviar nuestras cargas económicas y darnos bendiciones materiales como lo hizo con su pueblo en el pasado.
Notemos que cuando venimos a Cristo, cada uno de nosotros ha sido bendecido con “toda bendición”. Esto significa que no nos falta absolutamente nada cuando conocemos a Cristo. En Jesucristo tenemos la bendición del perdón, y la vida abundante. Pero sobre todo, en Cristo encontramos la bendición de la vida eterna.
Lo que enseña la Biblia acerca de la bendición
Eso es lo que enseña la Biblia, que Dios quiere nuestra felicidad. Dios desea nuestra alegría y poder disfrutar de todas las cosas en abundancia. Él te quiere bendecir en todas las cosas, nunca lo dudes. Y para eso murió Cristo, ya que la salvación añade, paz, salud y prosperidad.
Pero también dice: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” 1 Timoteo 6:17, “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe” 1 Timoteo 6:10, de donde vemos que el problema está en nuestra apreciación del dinero.
Conclusión
Hay personas que Dios no las prospera en abundancia, porque corren el peligro de codiciarlo y amarlo más que a Dios. Cuando entendamos esto, seguiremos trabajando para prosperar y obtener los anhelos de nuestro corazón. Pero será ya con un corazón cambiado, libre de la codicia y el afán que producen angustia y ansiedad. Por esto es que Dios reprendió al pueblo.
Dios le reprendió porque no se ocupaban de reconstruir la casa de Dios. Ellos solamente se ocupaban de sus intereses egoístas. La vida del creyente no se trata solamente de servir a Dios. Se trata de tener un corazón afín y guiado por el Espíritu Santo. Solamente así seremos de gran bendición en todo lo que hagamos.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
Excelente prédica. Muchas gracias