Dios me fortalece
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Dios me fortalece
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Salmo 23
Introducción
La realidad es que hoy en día existe un gran número de creyentes que enfrentan los retos y desafíos de la vida, es decir, los momentos difíciles por los que a todos nos toca atravesar, llenos de duda y incertidumbre.
Pero, como cristianos nosotros tenemos una gran ventaja cuando se presentan estas situaciones en nuestra vida, ya que nosotros encontramos consuelo y esperanza en la palabra de Dios. Yo no sé cuantas veces yo me he visto ante situaciones donde he pensado que solo existe la derrota, y he encontrado la victoria con solo recordarme de las palabras del Apóstol Pablo en Filipenses 4:13 cuando dijo: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece«.
¿Por qué he podido vencer esas situaciones difíciles en mi vida con tan solo recordar estas simples palabras? La respuesta a esta pregunta es fácil, hermanos he podido vencer porque con esta simple declaración el apóstol Pablo nos recuerda que nuestro poder proviene de Dios, y que no existe situación que no podamos resolver a través de Él.
Así que en el día de hoy deseo compartir con ustedes el salmo más conocido en la Biblia, en el cual encontraremos fortaleza para atravesar esos momentos o desafíos que se presentan en nuestras vida, ya que es un salmo que nos habla de la fidelidad de Dios. ¿De qué salmo les estoy hablando? Sé que ya debo tener a algunos de ustedes intrigados, así que abramos ahora nuestras biblias al Salmo 23 para iniciar nuestro estudio de hoy.
I. Confianza en Dios (vers.1)
Como podemos apreciar, David comienza este salmo diciendo: «El Señor es mi pastor, nada me faltará«. Pero, ¿qué significa esto para nosotros? Bueno, debemos estar conscientes de que cuando David escribió este salmo, él estaba atravesando por una situacion muy dificil en su vida. Digo esto porque cuando David escribió este salmo, él se encontraba huyendo del rey Saúl quien le buscaba para matarle.
Así que con esta declaración David estaba demostrando una expresión de completa confianza en Dios. Con esta expresión, él estaba reconociendo que Dios era su guía, protector, y proveedor. Hermanos, y esto es exactamente lo que tenemos que hacer al encontrarnos en momentos difíciles en nuestra vida. Nunca podemos darnos por vencido, sino tenemos que confiar en Dios; tenemos que tener la convicción de que todo sucede con un propósito divino, y que Él nos conducirá por el camino correcto, y que nunca nos faltará nada. En otras palabras, lo que vemos reflejado en las palabras de David es una declaración de fe. Lo que vemos reflejado en las palabras de David, y es una afirmación de que Dios es suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades.
Demás está decir que confiar en Dios produce grandes beneficios para nosotros. ¿De qué beneficios les hablo? Bueno, el primer beneficio que recibimos al confiar en Dios es que recibimos esa paz que tanto necesitamos, especialmente durante los desafíos de la vida. Hermanos, cuando aprendemos a confiar en Dios, entonces tendremos convicción de que Él está siempre presente y en control de todo, a pesar de lo difícil o desafiante que pueda aparentar una situación [1].
Además, cuando aprendemos a confiar en Dios, pronto obtenemos la convicción de dejar de depender en nuestras propias habilidades y fuerzas. En otras palabras dependemos más de Él, y buscamos su guía en cada aspecto de nuestra vida. Es como nos dice el salmista en el Salmos 37:3 cuando leemos: «Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.» Cuando somos apacentados por la verdad de Dios, esto nos permite tomar decisiones correctas durante esos desafíos. En otras palabras, decisiones que agradan a Dios y que son conforme a Su voluntad.
Hermanos, confiar en Dios nos da paz, seguridad, dirección y fortaleza. Cuando ponemos nuestra confianza en Él, Él obra en nuestra vida y nos guía por el camino correcto. Dile a la persona que tienes a tu lado: ¡confía en Dios!
II. Pastos verdes y aguas tranquilas (vers. 2)
Continuando con nuestro vemos que en el versículo 2, David habla de pastos verdes y aguas tranquilas. ¿Pero qué significado tiene esto para nosotros hoy en día? Bueno, si meditamos brevemente en esta palabras, no es difícil concluir que estas son imágenes que invocan paz y descanso. Pero para entender mejor el significado de estas palabras debemos preguntarnos: ¿cuál era la labor del pastor? Sin pensar mucho las ocas, todos sabemos que las labor principal del pastor es guiar a las ovejas a lugares donde encontraran alimento y agua, y vigilar el rebaño de que no fuera atacada por animales predadores.
Cuando aprendemos a depositar toda nuestra confianza en Dios, y le entregamos a Él los desafíos que se presentan en nuestra vida, Jesús es nuestro pastor, y Él siempre nos conducirá a lugares de descanso y restauración. Nunca nos olvidemos que Él siempre está atento, y que conoce nuestras necesidades [2].
Ahora me detengo aquí para hacer una aclaración. Cuando hablamos de que Dios provee para nuestras necesidades, no estamos hablando del falso evangelio de la prosperidad que promueve la idea de que Dios nos dará riquezas materiales y bendiciones económicas en exceso. Sino que, estamos hablando de la provisión que Dios nos da para nuestras necesidades básicas y espirituales, que nos permiten vivir una vida plena y satisfactoria.
Dios conoce nuestras necesidades y se preocupa por ellas; esto es algo que queda bien reflejado en las palabras del Señor en Mateo 6:31-32 que nos dicen: «No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.» Como podemos apreciar, con estas palabras Jesús nos asegura que si confiamos en Dios, Él nos proveerá de todo lo que necesitamos.
Además, la Biblia nos habla de la importancia de tener una perspectiva adecuada en cuanto a nuestras necesidades materiales. Fijense bien como nos dice el apóstol Pablo Filipenses 4:12-13: «Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece«. Pablo nos enseña que, independientemente de nuestra situación, podemos tener confianza en Dios y en su capacidad para proveer para nuestras necesidades.
Así que quiero dejar muy claro que Dios satisfaciendo nuestras necesidades no significa riqueza material, sino más bien suplir lo que necesitamos. Hermanos, cuando confiamos en Dios y buscamos Su guía, Él nos guiará y nos dará todo lo que necesitamos. Despierta al de atrás y dile: ¡Confía en Dios! Con esto en mente continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
III. Dios me fortalece (vers. 3)
La realidad es que la vida puede ser difícil, y hay momentos en los que nos sentimos angustiados, desanimados o abrumados. Pero en este versículo aquí, David nos enseña que cuando confiamos en Él, Dios nos dará la fuerza y el ánimo que necesitamos para enfrentar cualquier situación.
Reflexionemos mejor en el el vers. 3, aquí David nos dice que Dios «reconforta» su alma. La palabra «reconfortar» significa «devolver la fuerza y el ánimo a alguien». Hermanos, esto es lo que Dios hace por nosotros cuando estamos angustiados o desanimados. Él nos da fuerza para seguir adelante y nos anima con Su amor y Su gracia.
Además, de David también aprendemos que el consuelo de Dios viene a través de Su amor y gracia. Esto es algo que queda bien ilustrado en el Salmo 103:2-4, donde leemos: «Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, quien sana todas tus enfermedades, quien rescata del hoyo tu vida, quien te corona de favores y misericordias«.
Cuando aprendemos a confiar en Dios, y depositamos nuestra fe en Él, Dios reconforta nuestra alma en momentos de necesidad. Dios nos da la fuerza y el ánimo que necesitamos para enfrentar cualquier situación, y nos reconforta con su amor y gracia. Si confiamos en Dios y buscamos su presencia, Él puede traer la paz y la tranquilidad que tanto necesitamos. Así que dile a la persona que tienes a tu lado: ¡Dios me fortalece!
IV. No temere: Dios me fortalece (vers. 4)
En el versículo 4, David dice: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento«. Como podemos apreciar, esta es una imagen poderosa de la presencia de Dios en medio de las situaciones más malas que se puedan presentar en nuestra vida. Aunque nos encontremos en las situaciones más peligrosas y oscuras, nunca debemos temer, porque sabemos que Dios está con nosotros. El Señor es quien nos fortalece y nos protege con su vara y su cayado.
Pero la realidad es que el temor es un enemigo común para muchos cristianos, y de esto es algo que he predicado en más de una ocasión. ¿Por qué he repetido el tema del temor en tantas ocasiones? Hermanos, he repetido este tema porque la realidad de todo es que una iglesia o congregación no puede crecer sin la cooperación de sus miembros. Esto es, la evangelización. Pero en numerosas ocasiones a muchos le da miedo hablar de Dios o evangelizar, porque no saben cómo la otra persona reaccionará, o porque no se sienten lo suficientemente preparados. Pero como e repetido en numerosas ocasiones, debemos tener fe; debemos tener una fe como la de David, una fe que conquista todo temor.
No debemos temer a nada porque Dios está con nosotros en todo momento. Él nos guía y nos protege, incluso en los momentos más oscuros y peligrosos. Hermanos, este versículo nos muestra cómo Dios nos da la fuerza y el valor que necesitamos para superar cualquier miedo o dificultad. Su vara y su cayado son símbolos de Su protección y guía, y nos infunden aliento en los momentos de debilidad.
Además, la Biblia nos recuerda que Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio [3]. Si confiamos en Dios y en su poder, podemos superar cualquier temor o inseguridad que tengamos. Él nos capacita para hacer su obra y compartir su amor con los demás.
Así que aunque el temor puede ser un enemigo común para muchos cristianos, la Biblia nos enseña que no debemos temer porque Dios está con nosotros en todo momento. Él nos da la fortaleza y el valor que necesitamos para superar cualquier miedo o dificultad, y nos capacita para hacer su obra y compartir su amor con los demás. Despierta al hermano que tienes atrás y dile: ¡No temas!
V. La provisión de Dios (vers. 5)
En el versículo 5, el salmista habla de la provisión de Dios: «Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando«. Esta es una imagen de abundancia y generosidad. Dios nos da más de lo que necesitamos. Él nos provee con alimento, con aceite y con una copa que está rebosando.
No deseo que nadie me malinterpre, así que repito, la provisión de Dios no se trata de la idea del «evangelio de la prosperidad» que algunos promueven. Sino más bien se trata de la promesa bíblica de que Dios provee todo lo que necesitamos y más. Él nos da lo que necesitamos para nuestra subsistencia, pero también nos bendice con muchas otras cosas que enriquecen nuestra vida.
Cuando el salmista dice que Dios «adereza mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores«, está hablando de la generosidad de Dios incluso en tiempos de dificultad. Aunque podemos enfrentar situaciones difíciles, Dios nos provee y nos da lo que necesitamos para seguir adelante.
La parte en la que el salmista dice que Dios «unge mi cabeza con aceite» se refiere a la costumbre antigua de ungir la cabeza con aceite como un signo de bendición y honor. Dios nos bendice con Su gracia y favor, y nos da una posición de honor en Su reino [4].
Por último, cuando el salmista dice que su copa está rebosando, aquí no se está refiriendo a riquezas materiales. Aquí el salmista está hablando de la abundancia de las bendiciones de Dios en su vida.
Hermanos, Dios no solo nos da lo que necesitamos, sino que nos bendice más allá de lo que podemos imaginar. Es por eso que como verdaderos cristianos siempre debemos estar agradecidos por las bendiciones de Dios [5], y recordar que todo lo que tenemos viene de Él [6].
VI. La bondad y la misericordia de Dios (vers. 6)
Finalmente, en el versículo 6, el salmista nos habla de la bondad y la misericordia de Dios: «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días«.
Este versículo es una afirmación de que Dios es un Dios de bondad y misericordia. Él nos bendice con su amor y Su gracia todos los días de nuestra vida. Y no sólo eso, sino que también nos promete una morada eterna en Su presencia [7].
Hermanos, este versículo es un testimonio de la fidelidad de Dios en nuestras vidas. Él nos muestra bondad y misericordia todos los días, incluso cuando no lo merecemos. Su amor es incondicional y Su gracia es suficiente para nosotros [8].
Además, la promesa de una morada eterna en la casa del Señor es una esperanza gloriosa para todos los que confían en Él. Sabemos que aunque este mundo puede ser difícil y doloroso, un día estaremos en la presencia de nuestro Señor y Salvador para siempre. Esa es una promesa que podemos aferrarnos en los momentos de dificultad y sufrimiento.
Conclusión
Hermanos y hermanas, el Salmo 23 es un recordatorio de que Dios es nuestro pastor y nuestro guía. Él nos lleva a lugares de paz y descanso, nos reconforta en nuestras aflicciones, nos protege en medio de las pruebas y nos provee con abundancia. Además, Dios es un Dios de bondad y misericordia, que nos bendice con Su amor todos los días de nuestra vida.
Así que, si estás pasando por un momento difícil en tu vida, recuerda que Dios está contigo. Él nunca te dejará ni te abandonará. Pon tu confianza en Él y deja que te guíe por el camino correcto. Él te llevará a lugares de paz y descanso, te reconfortará en tus aflicciones, te protegerá en medio de las pruebas y te proveerá con abundancia. Y al final, te llevará a Su morada eterna, donde morarás con Él para siempre.
[1] Isaías 41:10
[2] Mateo 6:8
[3] 2 Timoteo 1:7
[4] 1 Pedro 2:9
[5] 1 Tesalonicenses 5:18
[6] Romanos 11:36
[7] Juan 14:2
[8] 2 Corintios 12:9
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