El diezmo

El diezmo

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: El diezmo

© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Levítico 27:30; Números 18:21

Introducción

Como cristiano, a menudo escuchamos sobre la importancia del diezmo y la ofrenda. Pero, ¿qué es exactamente el diezmo y por qué es tan importante?

En esta predicación, exploraremos los orígenes bíblicos del diezmo, su papel en el Antiguo y Nuevo Testamento, argumentos en contra del diezmo, y cómo dar con propósito. Al final, podrás decidir si el diezmo es adecuado para ti y cómo puedes dar con propósito sin importar tu situación económica.

I. ¿Qué es el diezmo y cuáles son sus orígenes bíblicos?

El diezmar se refiere a dar el 10% de tus ingresos a la iglesia o a la obra de Dios. Este mandato se encuentra en la Biblia, específicamente en el Antiguo Testamento. La palabra «diezmo» se deriva de la palabra hebrea «ma’aser», que significa décima parte. El diezmo es una forma de honrar a Dios y reconocer que todo lo que tenemos proviene de Él.

Diezmar se remonta al Antiguo Testamento, donde se menciona en varios pasajes. En Levítico 27:30, se establece que «Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.» En este pasaje, se establece que el diezmo es una ofrenda sagrada dedicada a Dios, y que debe ser tomada de la cosecha de la tierra.

En Números 18:21, se establece que el diezmo se da a los levitas, quienes son responsables del servicio en el templo. En este pasaje, Dios ordena que los diezmos sean entregados a los levitas, quienes son los encargados de servir en el tabernáculo de reunión y llevar a cabo las tareas sagradas.

Diezmar también se menciona en el Nuevo Testamento, aunque no con tanta frecuencia como en el Antiguo Testamento. En Mateo 23:23, Jesús critica a los fariseos por preocuparse más por el cumplimiento de la ley del diezmo que por la justicia, la misericordia y la fe. En Hebreos 7:1-10, se menciona cómo Abraham dio el diezmo a Melquisedec, el sacerdote de Dios.

Aunque algunos cristianos todavía practican el diezmar, es importante recordar que en el Nuevo Testamento no hay mandamiento específico a diezmar. En cambio, se nos exhorta a dar generosamente y con corazones agradecidos a Dios.

Por ejemplo, en 2 Corintios 9:7 se nos dice: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.» Este versículo nos recuerda que debemos dar de manera voluntaria y con un corazón alegre, en lugar de hacerlo por obligación o tristeza.

Diezmar es una práctica bíblica del Antiguo Testamento, pero no es un mandamiento en el Nuevo Testamento. En cambio, debemos dar generosamente y con un corazón agradecido a Dios, confiando en que Él bendecirá nuestra generosidad.

II. Entendiendo el diezmo en el Antiguo Testamento

Diezmar en el Antiguo Testamento era obligatorio y se consideraba una forma de obediencia a Dios. En Malaquías 3:8-10, Dios reprende a Su pueblo por no diezmar y les promete bendiciones si lo hacen. Sin embargo, también se menciona cómo algunos abusaron del sistema y diezmaron solo por apariencia, sin tener un corazón sincero hacia Dios (Mateo 23:23).

a. Diezmar en el Antiguo Testamento tenía múltiples propósitos y usos

Uno de ellos era financiar el mantenimiento y funcionamiento del templo, incluyendo la adquisición de materiales para la construcción, el pago de salarios para los sacerdotes y levitas, y el suministro de alimentos y otros recursos necesarios para el servicio religioso.

Además, el diezmo también se usaba para ayudar a los pobres y necesitados, incluyendo a los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Esto es algo que queda bien declarado en Deuteronomio 14:28-29 donde leemos: «Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. 29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.«

b. La celebración de fiestas y ocasiones especiales

El diezmo también se usaba para celebrar fiestas y ocasiones especiales, como la fiesta de los tabernáculos (Deuteronomio 14:22-23) y la consagración de los sacerdotes (Números 18:25-32).

Diezmar en el Antiguo Testamento tenía múltiples propósitos y usos, incluyendo el financiamiento del templo y el sistema sacerdotal, la ayuda a los pobres y necesitados, y la celebración de fiestas y ocasiones especiales. El sistema de levitas ya no existen hoy en día, por lo que la obligación de dar el diezmo no se aplica en la misma forma que se hacía en el Antiguo Testamento; es decir, a la iglesia de hoy.

III. Diezmar en el Nuevo Testamento

La cuestión de si el diezmo fue abolido o no en el Nuevo Testamento es un tema de debate entre los cristianos. Sin embargo, hay algunos pasajes en el Nuevo Testamento que enseñan que diezmar no es una obligación para los cristianos. Por ejemplo, en 2 Corintios 9:7, se nos insta a dar según lo que hayamos decidido en nuestro corazón, no de manera obligatoria o por presión: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.«

Además, en el libro de Hebreos se dice que el sacerdocio levítico fue reemplazado por el sacerdocio de Cristo, y por lo tanto, el sistema de diezmo es obsoleto. En Hebreos 7:12 se dice: «Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.«

Diezmar no se menciona específicamente en el Nuevo Testamento como una obligación para los cristianos, sino que se habla ampliamente de la generosidad, la administración sabia de los recursos, y el dar de corazón sin tristeza ni necesidad (2 Corintios 9:6-8).

Como cristianos, debemos ser diligentes en administrar nuestros recursos con sabiduría y generosidad (Proverbios 21:5; Lucas 16:10-12), y estar dispuestos a dar libremente de lo que tenemos para invertirlo en las cosas que tienen un valor eterno.

Ahora bien, es importante señalar que aunque diezmar en sí no es obligatorio para los cristianos, la Biblia sí nos insta a ser generosos y dar de manera constante a aquellos que están necesitados. En 1 Timoteo 6:17-19, se nos insta a hacer el bien, ser ricos en buenas obras y compartir con los demás: «Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos» (vers. 18)

Así que el diezmo en sí NO es una obligación para los cristianos en el Nuevo Testamento, pero la generosidad y la actitud de dar siguen siendo importantes valores cristianos.

IV. Argumentos en contra del diezmo para la iglesia de hoy

  1. El diezmo es una ley del Antiguo Testamento que se relaciona específicamente con el sistema sacerdotal levítico y el templo, que ya no existen en la misma forma en la que existían en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, el diezmo como tal no se puede aplicar en el mismo sentido en la iglesia de hoy en día.
  2. En el Nuevo Testamento, la generosidad y la libre voluntad para dar son más enfatizadas que la obligación de dar el diezmo.
  3. La enseñanza del Nuevo Testamento sobre la gracia y la libertad en Cristo sugiere que la obligación legal del diezmo no es relevante para los cristianos.
  4. El diezmo puede ser explotado por la iglesia y utilizado para fines que no son realmente para el avance del reino de Dios. Por lo tanto, la mejor manera de dar es dar con sabiduría y responsabilidad, basados en una relación personal con Dios y una comprensión de las necesidades de la comunidad en la que se encuentran.

Como hemos visto hasta ahora, el diezmo fue una práctica importante en el Antiguo Testamento, pero definitivamente no es una obligación para la iglesia de hoy en día. Así que la generosidad y la libre voluntad para dar deben ser las principales motivaciones en nuestra actitud de dar.

V. Diezmo vs. Ofrendas

a. El diezmo

Es importante distinguir entre el diezmo y la ofrenda. Como mencione anteriormente, en el Antiguo Testamento el diezmo se refiere a una décima parte de la cosecha, ganado y otros productos de la tierra, y no al dinero. Sin embargo, en la actualidad, muchas iglesias han adaptado el concepto de diezmo al sistema económico actual, y la mayoría de las veces se hace referencia a una décima parte del ingreso en dinero. Pero como hemos visto hasta ahora, esto no es bíblico.

Y muchos argumentan, ¿pero cómo se sostendrá una iglesia sin exigir el diezmo? Demás está decir que la iglesia necesita el apoyo financiero de sus miembros para llevar a cabo su labor, y mantener sus instalaciones y ministerios. Pero eso no implica ni significa que se debe pedir, y/o exigir el diezmo como muchos tienen por costumbre. ¿Como entonces se sostiene una iglesia hoy en día?

b. Las ofrenda

La respuesta Biblia a esta pregunta es la ofrenda. Pero ¿qué es la ofrenda? La ofrenda es cualquier cantidad que decidas dar. La ofrenda es una forma de dar con generosidad y de mostrar agradecimiento a Dios por sus bendiciones. En cuanto a la cantidad que se debe ofrendar, como hemos visto previamente, la Biblia no establece un porcentaje fijo, sino que indica que cada persona debe dar según su capacidad y disposición de corazón.

Esto significa que la ofrenda debe ser un acto voluntario, motivado por el amor y la gratitud hacia Dios, y no por obligación o presión externa. Pero, ¿qué cantidad sería considerada como una buena ofrenda? Bueno, algunos han optado por dar el 10% de sus ingresos como ofrenda, pero esto no debe ser visto como una regla fija, sino como una guía general. Lo más importante es que cada persona dé según su capacidad y disposición de corazón, y que lo haga con alegría y generosidad, sabiendo que todo lo que tenemos proviene de Dios.

VI. La importancia de dar con propósito

Cuando damos de manera consciente y planificada, estamos demostrando nuestra devoción a Dios y nuestro compromiso de usar nuestros recursos para su obra. Dar con propósito nos ayuda a recordar que todo lo que tenemos es un regalo de Dios, y que somos administradores de sus recursos.

Además, dar con propósito puede ser una forma de ejercer nuestra fe y confianza en Dios. Cuando hacemos sacrificios y priorizamos el dar, estamos demostrando nuestra fe en que Dios proveerá para nuestras necesidades.

Dar con propósito también nos permite apoyar a nuestras comunidades y ministerios locales, y puede tener un impacto duradero en la vida de aquellos que reciben nuestra ayuda. Por ejemplo, puedes dar a organizaciones que luchan contra la pobreza, la injusticia racial o el hambre.

En resumen, dar con propósito nos permite ser mayordomos responsables de los recursos que Dios nos ha dado, y nos da la oportunidad de participar en su obra de una manera significativa.

VII. Comunes malentendidos sobre el diezmo

Hay muchos malentendidos sobre el diezmo. Uno de los más comunes es que el diezmo es una forma de comprar las bendiciones de Dios. Esto no es cierto. Dios nos bendice por Su gracia, no por nuestras obras (Romanos 11:6; Efesios 2:8-9; Tito 3:5). Hermanos, las bendiciones de Dios son dones dados por Su gracia y misericordia, no algo que podemos ganar a través de nuestras propias obras o esfuerzos.

Otro malentendido es que el diezmo solo se aplica a los ingresos monetarios. Sin embargo, el diezmo también puede incluir tiempo, talentos y recursos.

Otro malentendido común es que el diezmo se aplica a los cristianos. Sin embargo, como les he explicado, el diezmo es una práctica que se remonta al Antiguo Testamento, y no se aplica a la iglesia de hoy. Hermanos, llevo más de 25 años en el ministerio y estudiado la biblia, y les puedo decir con certeza que en el Nuevo Testamento no hay ni un versículo de Jesús pagando el diezmo, ni tampoco de los apóstoles enseñando que la iglesia deba diezmar.

Como he mencionado ya en varias ocasiones, el Nuevo Testamento habla sobre dar con generosidad y de manera voluntaria, pero no especifica una cantidad específica como el diezmo en el Antiguo Testamento.

Además, el diezmo en el Antiguo Testamento estaba destinado a financiar el templo y el sistema sacerdotal, lo cual ya no es relevante en la iglesia de hoy en día. Por lo tanto, diezmar no es una obligación para los cristianos en la actualidad, sino que cada persona debe orar y decidir en su corazón cuánto y cómo dar, según lo que Dios le guíe.

Para concluir

¿Es el diezmar adecuado para ti?

Diezmar es una práctica que se remonta al Antiguo Testamento y se aplicaba a la comunidad judía y al mantenimiento del Templo. Aunque algunos argumentan que diezmar se aplica a la iglesia de hoy en día, no hay evidencia bíblica que respalde esta afirmación.

Así que en lugar de enfocarnos en la palabra «diezmo», debemos aprender a dar con propósito, generosidad y sacrificio, reconociendo que todas nuestras bendiciones provienen de Dios, y que Él nos llama a ser buenos administradores de los recursos que nos ha dado.

Por lo tanto, es importante que cada uno examine su propia situación y busque la guía del Espíritu Santo en cuanto a cómo dar con propósito y generosidad, según su capacidad y circunstancias individuales.

En última instancia, la decisión de diezmar, es decir, entregar el 10% de tus ingresos a la iglesia, es personal y debe basarse en tu relación con Dios y tus creencias personales. Si decides dar el diezmo, es importante hacerlo con un corazón sincero y un propósito claro.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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