El amor incondicional de Dios
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: El amor incondicional de Dios
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Romanos 8:28-38
Introducción
Bendiciones, me alegra mucho estar aquí con ustedes hoy. Es un verdadero privilegio poder compartir la palabra de Dios y reflexionar juntos sobre su significado en nuestras vidas. En nuestro estudio bíblico de hoy, vamos a examinar un pasaje muy especial de la Biblia, uno que ha sido fuente de consuelo y esperanza para muchos a lo largo de los siglos.
En estos versículos, el apóstol Pablo nos ofrece una visión profunda y poderosa del amor de Dios. Nos habla de un Dios que no solo nos ama, sino que también trabaja en todas las circunstancias de nuestras vidas para nuestro bien. Esta es una promesa que puede sostenernos en los momentos más difíciles, una promesa que puede llenarnos de esperanza cuando todo parece perdido.
Pero, ¿qué significa realmente esta promesa? ¿Cómo podemos entenderla y aplicarla en nuestras vidas diarias? Estas son preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento. Y son preguntas que merecen una reflexión cuidadosa y profunda.
Por eso, hoy vamos a dividir nuestro estudio en tres puntos principales. Cada uno de estos puntos nos ayudará a entender un aspecto diferente de la promesa de Dios.
Y cada uno de estos puntos nos dará una nueva perspectiva sobre cómo podemos vivir esta promesa en nuestras vidas diarias.
Pero antes de comenzar, quiero que sepamos que no estamos solos, sino que estamos juntos en esto, como una familia en Cristo. Y más importante aún, Dios está con nosotros. Él nos guiará y nos dará la sabiduría que necesitamos para entender Su palabra.
Así que, con corazones abiertos y mentes dispuestas, comencemos nuestro estudio, y mientras lo hacemos, recordemos siempre que somos amados por un Dios que obra en todas las cosas para nuestro bien.
I. Dios Obra en Todas las Cosas para Nuestro Bien (vers. 28)
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.«
Este versículo nos asegura que Dios está obrando en todas las circunstancias de nuestra vida para nuestro bien. Pero, ¿qué significa esto realmente?
a. Todas las Cosas – Las Buenas y las Malas
Cuando el apóstol Pablo dice «todas las cosas», está hablando de la totalidad de nuestras experiencias, tanto las buenas como las malas. No está limitando la obra de Dios solo a los momentos de bendición y alegría.
También incluye las dificultades, los desafíos y las pruebas que enfrentamos. Esto puede ser difícil de entender, especialmente cuando estamos en medio de tiempos difíciles. Podemos preguntarnos, ¿cómo puede Dios usar esta situación para mi bien?
Para responder a esta pregunta, podemos mirar a otro pasaje de la Biblia que habla sobre el propósito de las pruebas en nuestras vidas. En Santiago 1:2-4, se nos dice: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.«
Aquí, Santiago nos dice que las pruebas tienen un propósito en nuestras vidas. Nos ayudan a desarrollar la paciencia y nos hacen más completos en nuestra fe. A través de las pruebas, Dios está refinando nuestro carácter y haciéndonos más como Cristo.
Entonces, cuando Pablo dice que «todas las cosas» trabajan para nuestro bien, está incluyendo las pruebas y dificultades que enfrentamos. No porque estas situaciones sean buenas en sí mismas, sino porque Dios puede usarlas para nuestro bien. Puede usarlas para formar en nosotros un carácter más fuerte, una fe más profunda y una mayor dependencia de Él.
Por lo tanto, incluso en medio de las pruebas, podemos confiar en que Dios está trabajando para nuestro bien. Podemos tener la seguridad de que Él está usando todas nuestras experiencias, tanto las buenas como las malas, para cumplir su propósito en nuestras vidas.
b. Ayudan a Bien – El Propósito de Dios
Cuando Pablo habla del «bien» en el versículo 28, no se refiere necesariamente a lo que nosotros, desde nuestra perspectiva humana, consideramos bueno. En nuestra vida, a menudo asociamos el «bien» con la felicidad, el éxito, la salud, la prosperidad.
Pero el «bien» de Dios va más allá de estas cosas temporales. Se refiere al propósito divino de Dios para nuestras vidas, un propósito que está enraizado en su amor por nosotros y en su deseo de conformarnos a la imagen de Cristo.
Este concepto se refleja en otro versículo de la Biblia, Jeremías 29:11, donde Dios dice: «Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, declara el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.» Aquí, Dios nos asegura que tiene un plan para nosotros, un plan que es para nuestro bienestar, un plan que nos da un futuro y una esperanza.
Este «bien» de Dios puede no siempre parecer bueno desde nuestra perspectiva humana. Puede implicar pruebas, dificultades, incluso sufrimiento.
Pero podemos confiar en que, incluso en medio de estas circunstancias, Dios está trabajando para nuestro bien. Está usando estas situaciones para cumplir su propósito en nuestras vidas, para formarnos y moldearnos según su voluntad.
Por lo tanto, aunque no siempre entendamos cómo nuestras circunstancias actuales pueden ser para nuestro bien, podemos confiar en que Dios tiene un plan perfecto. Un plan que está enraizado en su amor por nosotros, un plan que es para nuestro bienestar eterno. Y podemos descansar en la promesa de que, en todas las cosas, Dios obra para el bien de los que le aman.
c. Los que Aman a Dios – Nuestra Respuesta a Su Amor
Finalmente, esta promesa es para «los que aman a Dios». Esta frase nos recuerda que nuestra relación con Dios no es unidireccional. Dios nos ama incondicionalmente, pero también nos llama a responder a ese amor con fe y obediencia.
Esta idea de responder al amor de Dios se refleja en 1 Juan 4:19, donde se nos dice: «Nosotros amamos, porque él nos amó primero.» Aquí, Juan nos recuerda que nuestro amor por Dios es una respuesta a Su amor por nosotros. Dios nos amó primero, y nos amó de tal manera que envió a su único Hijo para que pudiéramos tener vida eterna.

Pero, ¿cómo respondemos a este amor de Dios? Respondemos con fe, creyendo en su Hijo Jesucristo y aceptándolo como nuestro Señor y Salvador.
Respondemos con obediencia, viviendo de acuerdo a sus mandamientos y buscando hacer Su voluntad en todas las cosas. Y respondemos con amor, amando a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Así que, aunque Dios nos ama incondicionalmente, también nos llama a responder a ese amor. Nos llama a vivir en una relación de amor con Él, una relación que se caracteriza por la fe, la obediencia y el amor. Y nos asegura que, para aquellos que aman a Dios, todas las cosas trabajan para el bien.
¿Cómo podemos aplicar todo esto en nuestra vida?
En nuestra vida diaria, podemos enfrentar situaciones difíciles y desafiantes. Pero en lugar de desesperarnos, podemos recordar la promesa de Dios. Podemos confiar en que Dios está obrando en todas nuestras circunstancias para nuestro bien, incluso cuando no lo entendamos. Así que, en lugar de preguntarnos «¿Por qué me está pasando esto?», podemos preguntarnos «¿Qué quiere Dios que aprenda de esto?» y «¿Cómo puedo responder a Su amor en esta situación?».
II. Dios es por Nosotros (verss. 31-32)
«¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?«
Estos versículos nos recuerdan que si Dios está de nuestro lado, no hay nada que pueda estar en contra de nosotros. Pero, ¿cómo podemos entender y aplicar esta verdad en nuestra vida diaria?
a. Si Dios es por Nosotros
La frase «Si Dios es por nosotros» nos asegura que Dios está de nuestro lado. No importa lo que enfrentemos en la vida, podemos estar seguros de que Dios está con nosotros, luchando por nosotros y ayudándonos a superar cualquier desafío. Esta poderosa afirmación nos recuerda que, con Dios a nuestro lado, no hay nada que no podamos superar.
Además, hay otras escrituras que refuerzan este punto. Por ejemplo, en Deuteronomio 31:6, se nos dice: «Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará«. Este versículo nos asegura que Dios nunca nos abandonará y siempre estará a nuestro lado, incluso en los momentos más difíciles.
Otro versículo relevante es Isaías 41:10: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia«. Aquí, Dios promete no solo estar con nosotros, sino también darnos fuerza y apoyo.
Finalmente, en el Salmo 46:1, se nos recuerda: «Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones«. Este versículo nos asegura que Dios no solo está con nosotros, sino que también es nuestra fortaleza y nuestro refugio en tiempos de dificultad.
Así que no importa lo que se pueda presentar en nuestra vida; podemos estar seguros de que no estamos solos. Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?
b. ¿Quién Contra Nosotros?
La pregunta «¿Quién contra nosotros?» nos recuerda que no hay nada ni nadie que pueda estar en contra de nosotros si Dios está de nuestro lado. No importa lo poderoso o intimidante que pueda parecer nuestro enemigo, no puede prevalecer contra nosotros porque Dios está de nuestro lado. Así que no importa cuán grande sea el problema, con Dios, podemos superarlo.
Otro versículo que habla de esto es el Salmo 27:1, dónde encontramos que se nos dice: «El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?«. Esto significa que Dios es como una luz que nos guía y nos protege. No tenemos que tener miedo de nada ni de nadie.
Además, en Isaías 41:10 encontramos que se nos dice: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia«. Esto quiere decir que Dios siempre está con nosotros, dándonos fuerza y apoyo.
Hermanos, si Dios está con nosotros, no hay nada ni nadie que pueda estar en contra de nosotros. Con Dios a nuestro lado, podemos superar cualquier cosa.
c. Dios no Escatimó ni a su Propio Hijo
Finalmente, el hecho de que Dios «no escatimó ni a su propio Hijo» nos muestra el extremo al que Dios está dispuesto a ir por nosotros. Dios amó tanto al mundo que entregó a su único Hijo para que pudiéramos tener vida eterna (Juan 3:16). Si Dios hizo esto por nosotros, podemos estar seguros de que nos dará todo lo que necesitamos.
Esto queda muy bien reflejado en las palabras del Señor encontradas en Mateo 7:11 cuando nos dice: «Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!«. Esto quiere decir que si los padres en la tierra dan cosas buenas a sus hijos, Dios, nuestro Padre celestial, nos dará aún más.
En resumen, la Biblia nos dice que Dios nos ama mucho. Él dio a su Hijo por nosotros y siempre nos dará lo que necesitamos. Con Dios a nuestro lado, no tenemos que preocuparnos.
¿Cómo podemos aplicar todo esto en nuestra vida?
En nuestra vida diaria, podemos enfrentar desafíos y obstáculos que parecen insuperables. Pero en lugar de sentirnos abrumados, podemos recordar que Dios está de nuestro lado.
No importa lo que enfrentemos, podemos estar seguros de que Dios está con nosotros, luchando por nosotros y proporcionándonos todo lo que necesitamos. Así que, en lugar de sentirnos derrotados, podemos tener confianza y esperanza, sabiendo que con Dios de nuestro lado, somos más que vencedores.
III. Nada nos Puede Separar del Amor de Dios (verss. 38-39)
«Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.«
Estos versículos nos aseguran que nada puede separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús. Pero, ¿qué significa esto realmente?
a. Ni la Muerte, Ni la Vida
La vida y la muerte son cosas grandes. Son como los dos lados de una moneda. Pero hay algo importante que debemos recordar. No importa si estamos viviendo o si estamos muriendo, Dios nos ama. Su amor es tan fuerte que nada puede separarnos de Él.
Esto es algo a;hgo que queda bien ilustrado en las palabras del Señor en Juan 11:25-26 donde leemos: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.«
Esto nos dice que Jesús venció a la muerte. Nos dice que si creemos en Él, tendremos vida eterna. Esto significa que incluso la muerte no puede separarnos del amor de Dios. Así que, no importa lo que estemos pasando en la vida. No importa si estamos enfrentando la muerte. Podemos estar seguros de una cosa. Dios nos ama. Y nada puede separarnos de Su amor.
b. Ni Ángeles, Ni Principados, Ni Potestades
Los ángeles, principados y potestades son seres espirituales poderosos en el universo. Son como los soldados en una batalla espiritual. A veces podemos sentirnos intimidados por su poder, pero hay algo importante que debemos recordar: incluso estas fuerzas poderosas no pueden separarnos del amor de Dios.
Estos versículos nos aseguran que ni siquiera las fuerzas espirituales más poderosas pueden separarnos del amor de Dios. No importa cuán grandes o aterradoras puedan ser, no pueden vencer el amor de Dios en nuestras vidas.
Entonces, cuando nos enfrentamos a desafíos espirituales o nos sentimos amenazados por fuerzas invisibles, podemos recordar estas palabras de la Biblia. Podemos tener la confianza de que el amor de Dios es más fuerte que cualquier poder espiritual en el universo. Y podemos descansar en su amor, sabiendo que nada puede separarnos de Él.
c. Ni lo Presente, Ni lo por Venir
Lo presente y lo por venir representan el tiempo. El tiempo es algo grande. Tiene el pasado, el presente y el futuro. A veces nos preocupamos por lo que está sucediendo ahora, o nos asusta lo que pueda venir en el futuro. Pero hay algo importante que debemos recordar: ni el presente ni el futuro pueden separarnos del amor de Dios.
Estos versículos nos aseguran que nada, ni siquiera el tiempo, puede separarnos del amor de Dios. No importa lo que estemos enfrentando ahora, o lo que pueda venir en el futuro, el amor de Dios está con nosotros y es inquebrantable.
Entonces, cuando nos preocupamos por lo que está sucediendo en el presente o nos inquietamos por lo que que se pueda presentar en el futuro, podemos recordar estas palabras de la Biblia. Podemos encontrar consuelo en saber que el amor de Dios está por encima del tiempo y nos acompaña en cada momento de nuestras vidas. Y podemos confiar en que, pase lo que pase, nada puede separarnos del amor eterno de Dios.
¿Cómo podemos aplicar todo esto en nuestra vida?
En nuestra vida diaria, podemos enfrentar situaciones que nos hacen sentir separados de Dios. Pero en lugar de sentirnos desesperados, podemos recordar la promesa de Dios. No importa lo que enfrentemos, nada puede separarnos del amor de Dios. Así que, en lugar de sentirnos abandonados, podemos tener confianza y esperanza, sabiendo que somos amados incondicionalmente por Dios.
Para concluir
Hoy hemos explorado la profundidad del amor de Dios. Hemos aprendido que Dios obra en todas las cosas para nuestro bien, que Dios está de nuestro lado y que nada puede separarnos de Su amor.
Estas verdades no son solo palabras en una página. Son promesas de Dios para nosotros, promesas que podemos llevar en nuestros corazones y aplicar en nuestras vidas diarias. No importa lo que estemos enfrentando, podemos estar seguros de que Dios está obrando para nuestro bien, que está de nuestro lado y que Su amor por nosotros es inquebrantable.
Así que, cuando enfrentemos dificultades, recordemos la promesa de Dios. Cuando nos sintamos angustiados, recordemos que Dios está de nuestro lado, como nos lo recuerda el apostol Pablo el su espistola. Y cuando nos sintamos separados de Dios, recordemos que nada puede separarnos de Su amor.
Es mi oración que estas verdades te den esperanza y te fortalezcan en tu fe. Que te inspiren a vivir cada día en respuesta al amor incondicional de Dios. Y que te recuerden siempre que, en todas las cosas, somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.