La Responsabilidad del Líder Espiritual
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: La Responsabilidad del Líder Espiritual: Guía, Protección y el Amor Inquebrantable de Dios
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Ezequiel 34:1-10
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Introducción
Desde tiempos antiguos, la figura del pastor ha sido esencial en la vida de las comunidades [1]. El pastor no solo cuida de las ovejas, sino que también las guía, las protege y asegura su bienestar. De manera similar, nosotros, como comunidad de fe, buscamos líderes que nos guíen, nos protejan y nos ayuden a crecer en nuestra relación con Dios.
Como todos ustedes saben, yo fui policía por muchos años. Nunca me olvidare de una llamada que recibí una tarde referente a un niño perdido. Me enviaron a una llamada sobre una madre que no podía encontrar a su hijo. Cuando llegué la joven estaba desesperada y llorando.
Ella explicó que estaba cocinando mientras el niño estaba jugando en la sala, y lo siguiente que supo fue que él ya no estaba. Inmediatamente pedí refuerzos y mientras esperaba comencé a buscar al niño. Gracias a Dios pude encontrarlo como a dos cuadras de su casa. Estaba ileso pero muy asustado y llorando. Pude calmarlo, lo puse en mi auto de policía y lo devolví a los amorosos brazos de su madre.
Así como ese niño necesitaba alguien que lo guiara de regreso a su hogar, nuestras almas también buscan esa guía y protección espiritual [2]. En los versículos que estaremos explorando hoy encontramos una profecía contra los pastores de Israel.
Esta no es solo una advertencia para aquellos líderes de antaño, sino una lección atemporal sobre la responsabilidad y el papel crucial que desempeñan los líderes espirituales en la vida de su comunidad. Esta sección nos recuerda la gran responsabilidad que tienen los líderes espirituales de cuidar y guiar a su rebaño.
Una oveja sin guía puede perderse o caer en peligro. Igualmente, sin guía espiritual, uno puede desviarse en su fe [3]. Es por eso que es esencial que nuestros líderes espirituales estén verdaderamente comprometidos con su misión y entiendan la magnitud de su responsabilidad.
Ahora, al reflexionar sobre esta profecía y su relevancia en nuestros tiempos, nos preguntamos: ¿Están nuestros líderes espirituales cumpliendo con su deber? Y, ¿cómo podemos, como comunidad, asegurarnos de seguir el camino correcto bajo su guía? Estas son preguntas que nos llevan al corazón de nuestro mensaje de hoy.
I. Líder Espiritual: Los Pastores y su Deber (verss. 1-2)
En la vida, a menudo nos encontramos en una encrucijada de decisiones y prioridades. Una de las decisiones más desafiantes es determinar dónde colocar nuestro enfoque y energía.
¿Dedicamos nuestro tiempo y esfuerzo a cuidar de los demás, o nos concentramos en nuestro propio bienestar y crecimiento?
Esta dualidad es especialmente evidente en el ámbito espiritual y de liderazgo.
¿Estamos cuidando a nuestro rebaño o nos estamos cuidando solo a nosotros mismos? [4]. Esta pregunta no solo es una reflexión profunda sobre nuestra responsabilidad hacia los demás, sino también sobre la importancia del autocuidado. Sin embargo, es esencial comprender que, aunque el autocuidado es crucial, no debe ser a expensas de nuestro deber primordial hacia el rebaño. No se trata de una elección entre uno u otro, sino de priorizar adecuadamente y encontrar un equilibrio.
Un líder centrado en sí mismo puede desconectarse de aquellos a quienes sirve. Un líder que solo se enfoca en otros puede agotarse y no cumplir bien su misión. El cuidado propio no es egoísmo. Es necesario para cuidar bien a otros. Como dice en Filipenses 2:4: «No busque cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás».
Sin embargo, también es vital recordar las palabras de Jesús en Marcos 12:31: «Ama a tu prójimo como a ti mismo«. Este versículo nos recuerda que el amor propio es esencial para poder amar y cuidar adecuadamente a los demás.
A lo largo de mis años sirviendo al Señor, he aprendido que el equilibrio es clave. Al igual que un árbol necesita tanto el sol como el agua para crecer, nosotros, como líderes, necesitamos cuidarnos a nosotros mismos mientras cuidamos a los demás.
Entonces, al enfrentarnos a esta pregunta, debemos reflexionar sobre cómo estamos equilibrando nuestras responsabilidades y nuestro propio bienestar. Al hacerlo, podemos asegurarnos de ser líderes efectivos y compasivos, listos para guiar a nuestro rebaño hacia un camino de fe y esperanza, siguiendo el ejemplo de Cristo, quien dijo: «Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas» (Juan 10:11).
Pero, ¿qué sucede cuando estos líderes, en lugar de cuidar, abandonan a su rebaño?
II. El Abandono del Rebaño por Líder Espiritual (vers. 4)
La metáfora del pastor y sus ovejas es común en las Escrituras. Representa la relación entre Dios, los líderes espirituales y su comunidad. Una de las responsabilidades más grandes de un pastor es cuidar de todas sus ovejas, especialmente aquellas que están heridas o se han extraviado.
¿Estamos atendiendo a las ovejas heridas y perdidas, o las estamos ignorando? Esta pregunta nos desafía a reflexionar sobre nuestra responsabilidad y compromiso con aquellos que están sufriendo o se han alejado del camino de la fe.
Las Escrituras destacan la importancia de cuidar a las ovejas perdidas. En Lucas 15:4, Jesús dice: «¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?«. Este versículo destaca la importancia de cada individuo y el amor inquebrantable de Dios por cada uno de sus hijos.
Además, en Mateo 25:35-36, Jesús nos enseña sobre la importancia de cuidar a los necesitados: «Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí«. Estas palabras nos recuerdan que atender a las ovejas heridas y perdidas no es solo una responsabilidad, sino un acto de amor y compasión.
Por lo tanto, al enfrentar esta pregunta, debemos preguntarnos si estamos siguiendo el ejemplo de Cristo y si estamos haciendo todo lo posible para cuidar y rescatar a aquellos que están heridos o se han alejado. Como líderes y como comunidad, es nuestra misión asegurarnos de que nadie quede atrás.
III. Las Consecuencias de la Negligencia del Líder Espiritual (vers. 3:5-9)
El papel del líder espiritual en la comunidad es innegable [5]. Sin embargo, cuando este liderazgo falla, las consecuencias pueden ser devastadoras.
¿Qué sucede cuando no guiamos y protegemos a nuestro rebaño?» Esta pregunta nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de no cumplir con nuestro deber como líderes y guías espirituales.
En el vers. 3, se nos dice: «Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas«. Esto resalta cómo algunos líderes se benefician de su posición pero no cuidan adecuadamente a su rebaño.
En mis años de servicio, he visto las consecuencias de no estar presente para nuestra comunidad. Al igual que una planta se marchita sin agua, una comunidad puede perderse sin la guía y el apoyo adecuados.
Las Escrituras nos ofrecen una visión clara de lo que puede suceder cuando las ovejas no tienen un pastor que las guíe. En los verss. 5-6, leemos: «Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas«. Estos versículos nos muestran la vulnerabilidad de las ovejas sin un pastor y las peligrosas consecuencias de su abandono.
Y en los verss. 7-9, Dios expresa su descontento con estos pastores: «Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová«. Estos versículos refuerzan la idea de que Dios ve y juzga la negligencia de los líderes.
Además, en 1 Pedro 5:8, se nos advierte: «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar«. Sin la guía y protección adecuadas, nuestra comunidad puede ser susceptible a las tentaciones y peligros que nos rodean.
Como líderes espirituales, debemos reconocer la importancia de nuestra misión y las consecuencias de no guiar bien. Nuestra comunidad depende de nosotros para recibir dirección, protección y apoyo en su camino espiritual. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que estén seguros y guiados en su fe.
IV. La Promesa de Dios para el Líder Espiritual(vers. 10)
Dios tiene un amor incondicional y cuidado constante por sus hijos [6]. A lo largo de las Escrituras, vemos repetidas muestras de cómo Dios vela por su pueblo, incluso en los momentos más oscuros y desafiantes. Pero, ¿qué significa esto para nosotros y para aquellos que están bajo nuestro cuidado?
Dios siempre protegerá a sus ovejas, incluso de los pastores que no cumplen con su deber. Esta afirmación nos recuerda que, aunque los líderes humanos pueden fallar o desviarse, el amor y la protección de Dios nunca flaquean.
En el Salmo 23:1-4, David proclama: «Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento«. Estos versículos reflejan la profunda confianza de David en la protección y guía de Dios, incluso en los momentos más difíciles.
Además, en Juan 10:27-28, Jesús dice: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano«. Estas palabras de Jesús reafirman la promesa de Dios de cuidar y proteger a sus hijos de cualquier peligro, incluso de aquellos líderes que puedan fallar en su misión.
Por lo tanto, aunque es esencial que los líderes espirituales cumplan con su responsabilidad, podemos descansar en la certeza de que Dios siempre estará allí para proteger y guiar a su rebaño. Su amor y cuidado son inquebrantables, y su compromiso con nosotros es eterno.
Para concluir
Hoy hemos reflexionado sobre la profunda responsabilidad que recae en los líderes espirituales y la importancia de guiar y proteger a nuestro rebaño. Pero más allá de nuestras acciones y decisiones humanas, está la promesa inquebrantable de Dios de cuidar y proteger a cada uno de nosotros.
Aunque los líderes pueden fallar y algunos pueden ser llevados por doctrinas erróneas, el amor de Dios nunca lo hace. Su compromiso con nosotros es eterno y siempre busca nuestro bienestar. Pero no solo los líderes tienen un papel en esta misión.
Cada uno de nosotros, como miembros de esta comunidad, tiene la responsabilidad de cuidar, apoyar y fortalecer a nuestros hermanos y hermanas en la fe [7]. Todos somos llamados a ser luz y guía para los demás, a ser manos y pies de Cristo en la tierra [8].
Debemos recordar siempre que, en los momentos de duda o temor, podemos confiar en que Dios está con nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Hago un llamado especial no solo a los líderes espirituales, sino a cada uno de nosotros, a reflexionar sobre cómo estamos contribuyendo al bienestar espiritual de nuestra comunidad.
Es mi oración que esta reflexión nos inspire a todos a ser más comprometidos, solidarios y a confiar plenamente en el amor y la protección de Dios. Que cada uno de nosotros se esfuerce por ser una oveja fiel en el rebaño del Señor y que, juntos como comunidad, sigamos el camino de la fe, el amor y la esperanza.
Que la paz y la bendición de Dios estén con todos nosotros, hoy y siempre. Amén.
[1] Salmo 23:1
[2] Salmo 27:11-12
[3] Mateo 18:12
[4] Juan 21:15-17
[5] Efesios 4:11
[6] Juan 3:16
[7] Gálatas 6:10
[8] Mateo 5:14
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