Dios cree en ti
Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Dios Cree en Ti: Una Predica Cristiana Poderosa sobre la Fe y la Esperanza
Predicas Cristianas Texto Bíblico: Hechos 17:16-23
Introducción
Si se acuerdan, durante la prédica de la semana pasada yo les dije que de cada diez personas que le hablemos acerca de Dios y el plan de salvación, quizás una nos preste atención o reciba el mensaje. Esto puede sonar como una estadística un poco deprimente, pero desdichadamente es la verdad. ¿Por qué es que una estadística verdadera? La mayor razón es porque las personas han permitido que los poderes de la tinieblas les ciegue y conduzca al camino de la perdición.
La humanidad está siendo conducida a todo lo que es opuesto a Dios, y ha preferido aceptar las mentiras de Satanás como la verdad. Es por esa misma razón que no es fuera de lo común escuchar como muchos dicen que no creen en Dios. Sin embargo, si creen en cosas como la metafísica, la astrología, el karma, y todas las demás otras mentiras que nuestro enemigo ha inventado para tratar de separar al hombre de la presencia de Dios.
Tampoco es fuera de lo común escuchar como algunos dicen que son cristianos, pero que se han apartado de la iglesia. Se han apartado porque se han cansado de escuchar herejías, en otras palabras, palabras suaves que acarician el pecado en vez de condenarlo. Se han apartado de la iglesia porque se han cansado de ver la avaricia y el amor a las cosas de este mundo, en vez de ver el fervor y amor que todos debemos sentir por la obra de Dios. Se han apartado de la iglesia porque han visto cómo el hombre se ha endiosado.
En otras palabras estamos viendo cómo las personas en este mundo están siendo arrastradas lejos de la presencia de Dios por las filosofía e idolatría. Estamos hablando de problemas graves y cosas feas; así que la pregunta que debemos hacernos es: ¿qué podemos hacer nosotros ante todo esto?
Dios cree en ti
Pasemos ahora a la Palabra de Dios para contestar nuestra pregunta y explorar el tema de hoy.
Como todos aquí sabemos, Atenas fue una de las ciudades más gloriosa en el mundo. La realidad es que la literatura, la arquitectura, el arte, la filosofía, y la prosperidad abundaban en esta ciudad. Como podemos ver en estos versículos, Pablo fue impactado grandemente al visitar esta ciudad. Pero quiero que nos fijemos bien que lo que impactó a Pablo no fue nada de estas cosas o maravillas.
Lo que impactó a Pablo fue la idolatría abundante que existía, la Palabra nos dice: “…su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.”
Según los historiadores, existían miles de miles de ídolos; existía más de un ídolo por persona. En otras palabras, no se podía caminar sin tropezar con un ídolo. Y eso fue lo que causó que el espíritu de Pablo se enardeciera; el espíritu de Pablo se enardeció al ver la ceguera espiritual del hombre, y la esclavitud al demonio.
Cuando tomamos el tiempo de meditar en la Palabra de Dios, y hacemos una comparación entre la ciudad de ese entonces, y nosotros hoy en día, pronto veremos que en realidad no existe mucha diferencia entre el hombre de ese entonces y la humanidad moderna.
Digo esto porque en la actualidad todas esas cosas que abundaban en ese entonces, continúan abundando y floreciendo en el mundo de hoy. La realidad de todo es que en el mundo moderno la ciencia, el arte, la arquitectura, y la prosperidad continúan abundando.
Dios le ha dado al hombre el entendimiento y sabiduría
Ahora bien, no quiero que nadie me mal interprete, no estoy diciendo que nada de esto es malo en sí mismo. Yo encuentro muy bien que Dios le haya dado al hombre el entendimiento y sabiduría para poder lograr los avances científicos. Yo encuentro muy bien que Dios le haya dado al hombre el entendimiento y sabiduría para poder construir grandes y bellos proyectos de arquitectura.
Yo encuentro muy bien que Dios le haya dado al hombre el entendimiento y sabiduría para poder avanzar a la humanidad a una mejor forma de vivir; pero lo malo de todo está en que la abundancia de sabiduría y entendimiento que Dios nos ha permitido, en ocasiones nos causa que nos volvamos en personas complacientes y materialistas.
En otras palabras, nos dejamos influenciar por las cosas de este mundo y a consecuencia nuestra fe sufre ya que dejamos de caminar con el fuego del Espíritu Santo. Y les puedo decir que una vez que esto sucede, en todo caso nuestra fe se convertirá en una fe fingida, y haremos las cosas no para agradar a Dios, sino más bien para quedar bien con el hombre.
Pero es exactamente por eso que en Efesios 4:22-24 encontramos que se nos dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios cree en ti “…vestíos del nuevo hombre.”
Personas complacientes y materialistas
La realidad de todo es que cuando nos convertimos en personas complacientes y materialistas, entonces se nos hace muy fácil desobedecer a Dios; se nos hace fácil racionalizar y justificar el pecado; se nos hace fácil convertirnos en idolatras. Sé que muchos están pensando que eso jamás les sucederá, sé que muchos están diciendo que nunca servirán a un ídolo hecho por el hombre, pero también sé que los ídolos no tienen que ser necesariamente estatuas de piedra o yeso.
La realidad de todo es que la idolatría abarca muchas cosas. Fíjense bien como esto es algo que queda claramente expuesto en Colosenses 3:5 cuando leemos: “…Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.” Y estos mismos son los ídolos de hoy a los que muchos sirven; estos son los ídolos de hoy que han causado que las personas dejen de creer en Dios para creer las mentiras del diablo. Estos son los ídolos de hoy que han causado que muchos se aparten de la iglesia. Pero aunque tú no creas en Dios, Dios si cree en ti.
Aunque tú no tengas esperanza en Dios, Dios si tiene esperanza en ti. La pregunta que hicimos al inicio fue: ¿qué podemos hacer nosotros ante todo esto? En realidad todos aquí conocemos la respuesta a esta pregunta. Digo esto porque todos aquí sabemos que lo que podemos hacer y lo que tenemos que hacer es ser valientes como Pablo.
¿Qué querrá decir este palabrero?
En los versículos que estamos estudiando en el día de hoy leemos: “…Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. 18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.” ¿Qué encontramos reflejado en estos versículos?
En estos versículos encontramos claramente reflejado la valentía de Pablo. Digo esto porque en estos versículos encontramos una confrontación directa con cuatro grupos de personas que aun existen en la actualidad. ¿De qué grupos de personas les hablo? Les estoy hablando de los religiosos, los devotos, los no creyentes, y los intelectuales. Vamos a detenernos aquí por un breve momento para que entiendan bien lo que les digo.
Primero; Pablo le ministro a los religiosos, representados por los judíos; ellos atendían a la sinagoga con regularidad, conocían de Dios, tenían un buen entendimiento de las escrituras y las enseñanzas, pero confiaban en los ritos y ceremonias.
Segundo; Pablo le ministró a los devotos, representados por los piadosos; este era un grupo de personas con temor de Dios pero no eran judíos. Existía un buen número de personas en el mundo antiguo que pensaban de esta manera; en otras palabras, personas que estaban artos de la inmoralidad e injusticia que existía en la sociedad y las religiones politeístas.
Tercero; Pablo le ministro a los no creyentes, representado por los que concurrían a la plaza diariamente; estos eran todos aquellos que no pensaban ni le daban mucha importancia a la verdad; ellos solo querían ser aceptados por aquellos que le rodeaban. Ellos solo le daban importancia al diario vivir y nada más.
Cuarto; Pablo le ministro a los intelectuales, representado por los filósofos epicúreos y estoicos. Los epicúreos vivían bajo la filosofía del placer de la carne; ellos no creían que existía el cielo o el infierno, así que tenían que tomar todos los placeres de este mundo antes de morir.
Los estoicos vivían bajo la filosofía del racionalismo, y eran bien disciplinados; ellos pensaban que todo lo que sucedía era porque así estaba destinado y no hacían nada para influenciar su futuro o mejor dicho mejorar su futuro. ¿Les suena todo esto conocido a alguien? En realidad nos debe sonar muy conocido a todos ya que describe muy bien las creencias de la metafísica y el karma.
No estamos viviendo en el Atenas del pasado; sin embargo, estos cuatro grupos son fácilmente encontrados a nuestro alrededor.
AL DIOS NO CONOCIDO
Continuando leemos: “….Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? 20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 21(Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.) 22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.”
Como podemos ver, aquí la Palabra nos dice que Pablo fue llevado a Areópago, para los que desconocen el significado de este lugar, les daré una breve descripción. Este lugar era una colina rocosa en la ciudad de Atenas opuesta a la sección occidental de Acrópolis, y era el lugar donde se reunían los jueces que tenían jurisdicción sobre las ofensas capitales.
En otras palabras ser llevado a este lugar significaba que estabas en serio problema. Pero Pablo no se dejo intimidar. Pablo no permitió que la multitud y la oposición le detuviera, Pablo les hablo del: “…DIOS NO CONOCIDO.” Quiero que notemos la belleza de estas palabras, ya que en ella encontramos con facilidad que aunque el hombre no crea en el Dios verdadero, o haya perdido la esperanza en Él, Dios si cree en el hombre y le da convicción de que Él existe.
Es como encontramos en Romanos 1:19-20 cuando leemos: “…porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios cree en ti.
Para concluir.
Una gran realidad es que la humanidad se encuentra en busca de respuestas a las preguntas; todos están buscando la solución y ansiosos de que alguien les guié, pero buscan las soluciones y tratan de aliviar su ansiedad en huecas filosofías y religiones.
Una gran realidad es que existen muchos en este mundo que piensan que tienen todas las respuestas y racionalizan las acciones y condiciones a su alrededor.
En otras palabras es como encontramos en Romanos 1:21-22 cuando leemos: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios…” Pero nada de lo que el hombre pueda inventar podrá remplazar la verdad de Dios.
Ahora pregunto nuevamente: ¿qué podemos hacer nosotros ante todo esto? Lo que tenemos que hacer es decirle al mundo que aunque ellos no puedan creer en Él, que aunque ellos piensen que Dios les ha abandonado, Dios está presente y desea guiarles a Su presencia.
Lo que tenemos que hacer es ministrarle al religioso, porque la realidad de todo es que religión no salva, solo Cristo salva. Tenemos que ministrarle a los devotos, porque la realidad de todo es que no siempre estamos en los caminos adecuados.
Tenemos que ministrarle a todos aquellos que aun no le conocen, ministrarle a todos aquellos que aun andan perdidos en este mundo de tinieblas, y llamarles al arrepentimiento y a perseverar en la santidad. Tenemos que experimentar ese mismo ardor que sintió Pablo en su corazón al ver cómo estaban las cosas en esa ciudad.
Las cosas en este mundo no están muy diferentes a lo que Pablo vio en ese entonces. El hombre siempre le da más importancia a las cosas del mundo que a las cosas de Dios, y es por eso que los creyentes tenemos que ministrar sin cesar.
Esto significa que lo haremos aun cuando esto no sea lo más popular, aun cuando se nos ridiculiza. Esto mismo fue lo que paso con Pablo, los filósofos, los intelectuales, lo trataron de poner en ridículo, pero esto no lo detuvo. Se valiente, no temas pararte y hablar la verdad.
El mundo está en busca de respuestas, preséntale pues a ese Dios que aun no conocen. Predica “AL DIOS NO CONOCIDO.” Dile al mundo: quizás tú no creas en Dios, pero Dios si cree en ti.
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