Si es de Dios

Si es de Dios, no la podréis destruir

Prédica de Hoy: Si es de Dios, no la podréis destruir

© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Hechos 5:34-39

Introducción

No sé si a ustedes les pasa lo mismo que a mí, pero a veces me siento como que el trabajo que estoy haciendo es en vano; en otras palabras, me siento completamente frustrado. Digo esto porque en nuestro afán de hacer la obra de Dios crecer, hace un tiempo atrás, nosotros creamos un servicio de estudio Bíblico durante la semana, pero no duró mucho tiempo debido a la falta de asistencia.

También creamos un servicio de alabanza y testimonio durante la semana, pero nuevamente tuvimos que suspenderlo porque en la mayoría de los casos, los únicos que participaron del servicio eran menos de cinco o seis, y esto era incluyendo a mi esposa y a mí.  Y también iniciamos un servicio de ayuno y oración durante la semana, pero una vez más, la falta de asistencia nos llevó a suspenderlo.

En otras palabras, hemos tenido la iglesia abierta de cuatro a cinco veces por semana con diferentes actividades, pero debido a la falta de asistencia, tuvimos que eliminar todos los servicios adicionales. Estas son sólo algunas de las cosas que a veces me han hecho cuestionar a Dios; estas son sólo algunas de las cosas que en ocasiones han causado que todos nosotros que servimos dudemos de nuestras habilidades y talentos.

Sin embargo, la realidad de todo esto es que estas experiencias y sentimientos, son compartidos por muchos pastores en numerosas congregaciones, y son uno de los problemas más graves que afectan a la Iglesia de hoy. Estamos hablando de cosas que nos desalientan y descorazonan. Cosas que en numerosas ocasiones nos conducen a cuestionar a Dios, y a nosotros mismos.

Les puedo decir que este fue mi caso la semana pasada al ver que habíamos tan pocos en la congregación. No porque deje de valorar a los hermanos que estaban presentes, gloria a Dios por ellos; sino fue porque me duele ver como existen tantos, que se pierden la bendición que existe en congregarse para alabar y escuchar la palabra de Dios. Les puedo decir que por mucho que trate de sacudir estos sentimientos negativos de mi mente, no lo pude lograr; pero gracias a Dios que el Señor siempre se manifiesta cuando más le necesitamos en nuestra vida.

Digo esto porque cuando yo estaba deprimido y cuestionando a Dios, y a mí mismo, comencé a leer la palabra de Dios, y encontré unos versículos me movieron del estado de ánimo en el que me encontraba, directamente a la presencia de Dios. Digo esto porque cuando leí y medite en las escrituras, Dios me hizo recordar tres cosas que todos conocemos, pero que a veces ignoramos, o permitimos que sean ahogadas por las situaciones, o circunstancias, que se presentan en nuestra vida.

Así que los versículos que vamos a estudiar hoy nos servirán para recordarnos que:

  1. El que busca hacer la voluntad de Dios sufrirá oposición.
  2. El que busca hacer la voluntad de Dios tiene que permanecer firme no obstante la situación.
  3. El que busca hacer la voluntad de Dios nunca será derrotado.

Pasemos ahora a la Palabra de Dios para descubrir estas tres verdades para nuestra vida.

Hechos 5:34-39 – Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, 35 y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. 36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. 37 Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. 38 Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este concilio o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; 39 mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.

I. El que busca hacer la voluntad de Dios sufrirá oposición.

Para ilustrar el primer punto de nuestro estudio de hoy, tenemos que examinar los acontecimientos que condujeron a este punto en la historia. Los apóstoles habían sido encarcelados como criminales comunes, simplemente por el hecho de que predicaban diligentemente el evangelio de Jesucristo.

Esto es algo que se encuentra fácilmente en Hechos 5:17-18 cuando leemos: «…Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; 18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública…». Les puedo decir que esta no era la primera vez que los apóstoles se habían enfrentado a este tipo de oposición, ni era algo que los tomó por sorpresa. El Señor les había advertido lo que les sucedería como lo encontramos reflejado en Lucas 21:16-17 cuando leemos: “…Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; 17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre…”.

El Señor les advirtió a los apóstoles en ese momento, y estas palabras sirven como una advertencia para nosotros hoy. Digo esto porque con estas pocas palabras, el Señor nos deja saber claramente, que cuando verdaderamente buscamos servir a Dios, inevitablemente nos veremos cara a cara con la oposición, o con situaciones que trataran de influenciar negativamente nuestra relación con Dios. Dile a la persona sentada a tu lado: la oposición está llegando. Pero a pesar de la oposición, nosotros tenemos que mantenernos firmes e inquebrantables. Esto me conduce al segundo punto.

II. El que busca hacer la voluntad de Dios tiene que permanecer firme no obstante la situación.

Aunque los líderes religiosos de aquel tiempo habían encerrado a los apóstoles en su intento de silenciarles, los apóstoles no serían silenciados, ¿saben por qué no? Porque Dios estaba en control de todo lo que pasó. Para que entiendan bien lo que les estoy diciendo, fíjense bien en lo que encontramos en Hechos 5:19-21 cuando leemos: «…Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: 20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. 21 Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban…».

En otras palabras, la verdad de Dios no sería detenida por el hombre. Dile a la persona que tienes a tu lado: la verdad de Dios no puede ser detenida. Todo el que busca hacer la voluntad de Dios tiene que permanecer firme, porque Dios es quien nos guía. Todo el que busca hacer la voluntad de Dios tiene que permanecer firme e inquebrantable, porque Dios es quien abre las puertas de las cárceles de este mundo, y nos libera para vivir en Cristo.

Estos pequeños detalles históricos que hemos explorado hoy, nos conducen más o menos al punto de la historia de los versículos que estamos examinando. En otras palabras, el momento cuando los apóstoles fueron llevados ante el concilio para ser juzgados y condenados a muerte por violar sus órdenes.

Esto es algo que se encuentra fácilmente en Hechos 5:27-28 cuando leemos: “…cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, 28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre…».

Así que ahora nos encontramos con los apóstoles quienes estaban ante el concilio desafiándoles. Fíjense bien como ellos respondieron para que entiendan el desafío: “…Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres….” (Hechos 5:29). Dile a la persona que tienes a tu lado: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Para tener un mejor entendimiento y apreciar el desafío de los apóstoles, tendremos que saber lo que en realidad era el «concilio». La palabra «concilio» se deriva de la palabra «Sanedrín», que era un grupo de 71 miembros de hombres prominentes y de las familias sacerdotales. El grupo estaba compuesto de fariseos y saduceos.

Este grupo fue, como se diría hoy en día la Corte Suprema, y los gobernantes romanos de Judea les había concedido la autoridad, y jurisdicción para juzgar y dictar sentencia, incluyendo la pena de muerte, con la limitación de que una sentencia de muerte declarada por el «Sanedrín», no era válida sin primero ser confirmada por el procurador romano [1]. ¿Por qué he tomado el tiempo para hacer esta explicación?

He tomado el tiempo para explicar esto, porque quiero que estemos muy conscientes del hecho de que ser llevado ante este tribunal quería decir que estabas en grave problema. La aparición de una persona ante este tribunal podría ser su última apelación antes de ser condenado a muerte, y esto era exactamente lo que ellos tenían en mente hacer con los apóstoles.

Fíjense bien como esto queda claramente expresado en Hechos 5:33 cuando leemos: «…Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos…”.  Así que ahora tenemos a Gamaliel, quien era uno de los rabinos más respetados de su tiempo, y que formaba parte de este concilio; en otras palabras, un estricto fariseo, es decir a un no creyente, que salió en defensa de los apóstoles. ¿Por qué ocurrió esto?

Esto sucedió porque la verdad de Dios no sería detenida por el hombre. La verdad de Dios no sería detenida por un grupo religioso. La verdad de Dios no sería detenida por un grupo de personas influyentes. Dile a la persona que tienes a tu lado: la verdad de Dios no puede ser detenida. Esto me conduce al tercer punto del mensaje de hoy.

III. El que busca hacer la voluntad de Dios nunca será derrotado.

Para ilustrar este punto, debemos conocer un poco mejor a Gamaliel, y examinar la forma en que él defendió a estos hombres. Gamaliel fue un doctor en la ley, lo que significa que tenía un extremo conocimiento de las escrituras, y que podía haber mencionado las muchas profecías cumplidas por el Señor. Es decir, Gamaliel pudo haber hablado de los milagros y señales que hizo Jesús, pero no lo hizo así.

¿Por qué no lo hizo de esa manera? Gamaliel no lo hizo de esa manera porque Dios era quien le guiaba.  Dios estaba guiando sus palabras, y Dios sabía que el pueblo judío había endurecido sus corazones de tal manera que si Gamaliel hubiese hablado de estas cosas, él hubiese sido ignorado.

Por lo tanto, Dios le dio a Gamaliel la sabiduría de usar el razonamiento humano para montar su defensa, y evitar que estos hombres fueran condenados a muerte. Gamaliel comparo a los apóstoles con Teudas y Judas el Galileo.

Aunque se sabe muy poco acerca de estos dos hombres, podemos confiadamente asumir que eran dos personas que trataron de iniciar una revolución contra el gobierno romano, y que fracasaron. ¿Por qué fracasaron? Fracasaron porque no era el plan de Dios que ellos tuvieran éxito [2].

Fijémonos más de cerca en su defensa. Gamaliel dijo: “…Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este concilio o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; 39 mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios…». En las palabras y las acciones de este no-creyente, encontramos lo que debemos, y tenemos que hacer para contrarrestar la oposición que trata de disuadir y desalentarnos. ¿Qué es lo que tenemos que hacer?

Lo primero que tenemos que hacer es recordarnos de dos eventos históricos. Número uno; el Sanedrín dejo de existir por completo en el 425 d.C, y a pesar de que han existido intentos de formarlo nuevamente, hasta el día de hoy no existe [3]. Número dos; el cristianismo continuó creciendo, y continua creciendo aún en nuestros días.

Lo segundo que tenemos que hacer, es dejar de confiar en nuestras propias habilidades, y descansar en el poder de Dios. ¿Qué les quiero decir con esto? Lo que les estoy diciendo con esto, es que no podemos rendirnos y dejar de obrar para el Señor. En otras palabras, no podemos permitir que las situaciones y/o circunstancias que se presenten en nuestra vida interrumpan, y/o desvíen, nuestra relación con Dios. Como fieles creyentes no podemos dejarnos influenciar por la oposición, y tenemos que tener la convicción de que lo que hacemos por Dios nunca es en vano.

Es como nos dice la palabra de Dios en 1 Corintios 15:58 cuando leemos: “…Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano…”. La realidad es que todo lo que hacemos para Dios es de suma importancia, pero la razón por la que hacemos lo que hacemos es aún más importante.

Fíjense bien en lo que encontramos en 1 Corintios 13:1-3 cuando leemos: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve….”.

¿Qué nos da a entender el apóstol Pablo con todo esto? Lo que el apóstol Pablo nos da a entender, es que nuestra motivación para hacer la obra de Dios [4], nunca puede ser algo externo o terrestre. Nuestra motivación para hacer la obra de Dios, nunca debe ser porque queremos que la congregación se llene de personas. Nuestra motivación para hacer la obra de Dios,  nunca debe ser porque queremos tener la iglesia abierta siete días a la semana con diferentes actividades.

Nuestra motivación para hacer la obra de Dios, nunca debe ser porque queremos alcanzar fama o reconocimiento. Si de verdad queremos obtener la victoria sobre el desaliento y las desilusiones, si realmente queremos hacer la obra de Dios, nuestra motivación tiene que ser el amor por almas perdidas.

Nuestra motivación tiene que ser nuestro amor a Dios. Y esto es exactamente lo que cada uno de nosotros debe tratar de ampliar en todo momento. Debemos tratar de ampliar y fortalecer nuestro amor por Dios y Su obra, y procurar agradar a Dios en todo momento [5].

Para concluir.

Quizás algunos de ustedes estén preocupados por el futuro de nuestra congregación, debido a la baja asistencia que en ocasiones experimentamos; sin embargo, no podemos permitir que esto interrumpa nuestra relación con Dios, o que interrumpa nuestro llamado. Así que si verdaderamente estamos buscando hacer la voluntad de Dios para con nosotros, entonces tenemos que esperar la oposición, pero nunca podemos rendirnos a ella.

Si realmente estamos buscando hacer la voluntad de Dios para con nosotros, entonces tenemos que permanecer firmes e inquebrantables. Si realmente estamos buscando hacer la voluntad de Dios para con nosotros, entonces tenemos que mantener siempre en mente que podemos vencer todo lo que se presente; pero no porque somos fuertes, sino porque Dios es quien nos fortalece [6], y lo que es de Dios nunca puede ser derrotado; después de todo, “…Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?..” (Romanos 8:31).

No podemos permitir que nada impida el fortalecimiento de nuestro amor por Dios. No somos numerosos, no somos influyentes, pero si somos seguidores de la sana doctrina. De algo que podemos estar seguros, es de que esta congregación no existe por la voluntad de los hombres, esta congregación solo existe por la voluntad de Dios.

De algo que si podemos estar completamente seguros, es que lo que motiva a todos nosotros que obramos en este ministerio, es el amor que sentimos por Dios; lo que motiva a todos nosotros que obramos en este ministerio, es el amor por las almas perdidas. Así que no te desanimes, y no te frustres al ver como en ocasiones solamente somos unos pocos.

Como he dicho en otras ocasiones, prefiero mucho más tener una congregación de diez, dónde sé que todos son salvos, que una congregación de cientos o miles, dónde nunca se sabe lo que realmente está sucediendo. Recuérdate a ti mismo, como Dios me recordó a mí a través de Su Palabra: “…mas si es de Dios, no la podréis destruir…”.

[1] Blue Letter Bible Lexicon. Strong’s G4892
[2] The Preacher’s Outline & Sermon Bible.
[3] «sanhedrin.» Encyclopedia Britannica. Encyclopedia Britannica Ultimate Reference Suite.  Chicago: Encyclopedia Britannica, 2012.
[4] Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-16
[5] 2 Timoteo 2:15
[6] Filipenses 4:13

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