La Resurrección: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: ¿Por Qué Buscáis Entre los Muertos al Que Vive?: Un Sermón Cristiano Sobre la Resurrección

© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Lucas 24:1-9

Introducción

Hoy es un día muy especial para todos los creyentes; es un día muy especial para todos aquellos que formamos parte de la iglesia de Cristo. Hoy es un día muy especial y de celebración porque hoy nosotros celebramos la resurrección de nuestro Señor; hoy celebramos la victoria que Él tuvo sobre la muerte.

Claro está en que no existe un creyente que no conozca acerca de este acontecimiento, ya que en él descansa nuestra fe, pero hoy deseo que analicemos juntos la resurrección de Cristo, y el gran significado que esto representa para nosotros.

Resurrección – El primer día de la semana

Como podemos apreciar, en el primer versículo encontramos que María Magdalena y otras mujeres que habían seguido a Jesús, se habían dirigido a la tumba del maestro con gran tristeza y llenas de dolor.

Digo que ellas se dirigieron a la tumba del Señor con gran tristeza y dolor porque en realidad ellas iban en busca del cadáver para ungirlo, según la tradición de ese entonces. Esto es algo que queda bien ilustrado aquí cuando leemos: “…trayendo las especias aromáticas que habían preparado…”

Ellas iban en busca del cadáver para ungirlo porque ellas no habían podido hacer esto debido a la ley del día del reposo; y es algo que podemos encontrar bien reflejado en Lucas 23:56 cuando leemos: “…Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento…”

Así que a pesar de que ellas, al igual que el resto de los discípulos, habían escuchado como nos dice la Palabra en Marcos 8:31 cuando leemos: “…Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días…”

Ellas en realidad no habían logrado un completo entendimiento de la verdadera identidad de Jesús, ya que si la hubieran logrado, ellas entonces no se hubieran dirigido a la tumba para ungir un cadáver, sino para encontrarse y gozarse en la presencia del Señor. Dile a la persona que tienes a tu lado: ¡Cristo vive!

Cuando estas mujeres llegaron al sepulcro, ellas encontraron una tumba vacía. Ahora bien, con esto no estoy diciendo que Cristo resucitó el amanecer del domingo, es decir, un poco antes de que estas mujeres llegaran a la tumba, como ha enseñado la iglesia católica por décadas; (algo que ha establecido la tradición del domingo como el día de resurrección que muchas iglesias siguen hoy en día).

Lo que les estoy diciendo es que el domingo fue el día que ellas encontraron la tumba vacía; nuestro Rey y Salvador ya había resucitado. Este es el evento tan glorioso que nosotros celebramos hoy con tanto gozo. Dile a la persona que tienes a tu lado: hoy celebramos la victoria.

En un día como hoy los discípulos y todo creyente obtuvieron la confirmación de la Palabra de Dios; en un día como hoy los discípulos y todo creyente obtuvieron la confirmación de que nuestro Rey y Salvador había vencido la muerte.

La resurrección de Cristo es el epicentro de nuestra fe

La resurrección de Cristo no es una creencia que surgió en la iglesia, o algo que fue inventado por la imaginación de hombres. La resurrección de Cristo es real, y para todo el que duda, la realidad de su resurrección queda muy bien ilustrada en Juan 20:27-28 cuando leemos: “…Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!..” Dile a la persona que tienes a tu lado: la resurrección de Cristo le dio vida a la iglesia.

Pero aunque la resurrección de Cristo es y siempre debería ser lo que nos motiva y fortalece, existe una gran realidad. Esta gran realidad es que nuestro enemigo tratará por todos los medios habidos y por haber de desacreditar la obra de nuestro Señor Jesucristo. Esto por supuesto no es nada nuevo.

Digo esto porque durante el tiempo que Jesús estuvo físicamente aquí en la tierra, el enemigo trató de destruir la obra de Dios usando a los supuestos hombres de Dios; en otras palabras, los escribas, los saduceos, los fariseos, y los maestros de la ley. Esto es algo que nunca se ha detenido; Satanás continúa su ataque tratando de destruir la obra de Cristo, tratando de derrotar al pueblo de Dios. ¿Cómo ha tratado y continúa tratando lograr su propósito?

Lo ha tratado y continúa tratando a través de tradiciones, filosofías y enseñanzas falsas. Esto es algo que se nos advierte claramente en Colosenses 2:8 cuando leemos: “…Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo…”

La Nueva Versión Internacional de la Biblia traduce este versículo de esta forma: “…Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo…”

No deseo extenderme mucho hoy en el tema de las tradiciones, ya que es un tema bastante extenso, pero si deseo que examinemos una tradición muy popular de esta época.

Una tradición muy popular que se practica en este país en el día de hoy es la búsqueda de huevos escondidos. Según la tradición, estos huevos fueron dejados por el conejito de las pascuas. Pero, permítanme hacer dos preguntas, ¿qué tiene que ver un conejo con la resurrección de Cristo? ¿Qué tiene que ver un huevo con la resurrección de Cristo?

Les puedo decir con toda certeza que no tienen nada que ver. No existe nada en la Palabra de Dios que identifique la obra de Cristo con ninguna de estas dos cosas, pero en esta época podemos encontrar que ambas cosas son aceptadas por muchos como un símbolo de las pascuas. Vemos que son aceptadas y practicadas no solo por el mundo, sino que por muchos en el pueblo de Dios.

La razón por la que vemos esto acontecer es porque la mayoría de las personas ven esta tradición como algo inofensivo y como tipo de diversión para los niños, pero la realidad es que esta tradición es algo completamente maligno que trata de usurpar el significado de la resurrección de Cristo.

Digo esto porque esta tradición es de origen pagano, de fiestas paganas, de rituales de fertilidad paganos a dioses paganos. En otras palabras, esta tradición solo sirve para alejar al hombre de Dios y para robarle la gloria al merecedor de toda gloria, y su nombre es Jesucristo.

Esta tradición solo sirve para tratar de desacreditar la obra de Cristo. Hoy no es el día del conejo, hoy no es el día de la búsqueda de huevos escondidos, hoy es el día que la tumba fue encontrada vacía.

Ahora, quiero que notemos algo en las escrituras que estamos usando en el día de hoy que es de suma importancia. En estos versículos que estamos empleando en el día de hoy vemos que estas mujeres encontraron algo, la Palabra de Dios nos dice: “…Y hallaron removida la piedra del sepulcro…” Reflexionemos en esto por un instante y preguntémonos, ¿por qué hallaron ellas la piedra removida?

¿Había alguien removido la piedra para que Jesús saliera?

La respuesta a esta pregunta es NO. Digo que la respuesta es no porque en Marcos 16:2-3 encontramos que se nos dice: “…Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. 3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?..” En otras palabras la piedra que cubría la entrada del sepulcro era muy pesada, y ellas no podrían moverla de lugar.

Así que podemos decir confiadamente que la piedra que cubría la entrada del sepulcro no fue movida de lugar para que Jesús saliera, sino que fue movida para que ellas pudieran entrar. La realidad es que existen muchos dentro del pueblo de Dios que necesitan que la piedra de la entrada al sepulcro sea movida de su vida. ¿Qué les quiero decir con todo esto?

Lo que les estoy diciendo es que tenemos que pedirle al Padre que elimine de nuestra vida la piedra de apatía; la piedra de desanimo; la piedra de duda; y muchas otras piedras grandes y pesadas que nos impiden que podamos tener una relación genuina con nuestro Señor.

Continuando con nuestro estudio leemos: “…Y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado...”

La resurrección de Jesús es la parte fundamental de la fe Cristiana.

El que Jesús haya resucitado nos da la seguridad absoluta de que Él cumplirá Sus promesas. La muerte corporal de Jesús demuestra que el Cristo viviente es soberano en el Reino de Dios.

La realidad es que el poder que hizo posible la resurrección de nuestro Señor está a nuestro alcance para hacer resucitar nuestros espíritus. La resurrección es la fundación del testimonio de la iglesia al mundo, y es por eso que como cristianos nosotros no debemos celebrar Su resurrección solo en el día de hoy.

Como les dije previamente esto es una tradición religiosa, y como todos sabemos la religión no salva; solo Cristo salva. Dile a la persona que tienes a tu lado: Cristo salva. Sino que debemos celebrarla diariamente porque nosotros servimos al Dios vivo. Dile a la persona que tienes a tu lado: ¡Cristo vive!

En Marcos 16:19 encontramos que se nos dice: “…Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios…” ¡Cristo vive! Este es el mensaje que todos tenemos que compartir, ¡Cristo vive!

Cristo no está colgado de una cruz como lo muestra la religión católica; Cristo no se esfumo como lo enseña los Testigos de Jehová; el cuerpo de Cristo no fue robado de la tumba como trato de hacer parecer la religión judía; Cristo resucito.

La Palabra nos dice: “…No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló…” Tenemos que recordarnos en todo tiempo lo que Él nos ha enseñado y como se ha glorificado en nuestra vida.

Cuando hacemos memoria de como Él se ha glorificado en nuestra vida y cuando nos acordamos de Su santa Palabra, entonces se nos hará más fácil deshacernos de esas actitudes que desagradan a Dios.  Se nos hará más fácil deshacernos de todas esas cosas mundanas que afectan nuestro caminar Cristiano.

Se nos hará más fácil deshacernos del espíritu de religión, el cual trata de guiarnos a la tradición implantando en nuestra mente pensamientos similar a: no puedes faltar hoy a la iglesia porque hoy es domingo de resurrección; o quizás similar a: tienes que cumplir hoy con Dios porque es semana santa; en otras palabras pensamientos y/o actitudes que nos conducen a hacer las cosas porque nos sentimos obligados y no porque sentimos la necesidad de alabar y bendecir a nuestro Dios.

La Palabra nos dice: “…. Acordaos de lo que os habló…” No podemos permitir que nuestra memoria nos falle, porque cuando permitimos que esto suceda entonces caeremos.

Cuando permitimos que nuestra memoria nos falle, entonces seremos alejados de la voluntad de Dios. Cuando permitimos que nuestra memoria nos falle, entonces se nos hará bien fácil justificar el pecado, lo que nos conducirá a que en vez de edificar, destruyamos lo que Dios ha edificado con su Palabra

Para concluir

Hoy celebramos la resurrección de nuestro Rey y Salvador, pero existe aun más que debemos hacer. La Palabra nos dice: “…y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás…”

Estas mujeres sintieron gran gozo al descubrir el sepulcro vació. El gozo que ellas sintieron fue tan grande que ellas no pudieron detenerse; ellas salieron corriendo de ese lugar para anunciar que Cristo había resucitado. Fíjense bien como esto es algo que queda bien ilustrado en Mateo 28:8 cuando leemos: “…Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos…” Dile a la persona que tienes a tu lado: ellas corrieron.

Ahora pregunto: ¿sientes tú ese gozo en el día de hoy? No creo que exista un creyente que no sienta un gran gozo en la resurrección de Cristo.

Todos nos gozamos porque Su resurrección nos garantiza vida eterna. Pero, pregunto: ¿sientes el mismo gozo que sintieron ellas? La Palabra nos dice que ellas salieron corriendo llenas de gozo a dar las buenas nuevas; ahora pregunto: ¿lo has hecho tú?

El gozo de la resurrección de Cristo es algo que todos tenemos que compartir con aquellos que nos rodean, y nunca debe ser algo que sentimos solo durante una estación del año o fecha específica.

Tenemos que correr llenos de gozo al mundo y anunciar las buenas nuevas de Jesús. Tenemos que anunciar que existe una solución; tenemos que anunciar que existe esperanza; tenemos que anunciar que servimos al Dios vivo y todopoderoso.

Tenemos que anunciar: ¡Cristo vive!

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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