Examinando nuestra relación con Dios

Examinando nuestra relación con Dios

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Examinando nuestra relación con Dios

Predicas Cristiana Texto bíblico: Apocalipsis 3:15-16

Introducción

Si se acuerdan, la prédica de la semana pasada trató directamente con el tema de la decadencia en la fe cristiana que estamos viendo suceder en nuestros días. Y como les mencione, es hora de que comencemos a obrar, y permitir que el Espíritu Santo que ahora mora en nosotros sobresalga de nosotros en todo momento, y toda situación. Pero la realidad es que esto no es algo que todos hacemos, sino que quizás inconscientemente, muchos tapan, o no permiten que esa luz [1] brille como el sol.   ¿Por qué sucede esto?

Yo diría que la razón principal por la que esto sucede, es debido a que una gran porción del pueblo cristiano se ha quedado dormido en los bancos y sillas de las iglesias. En otras palabras, el problema más serio que confronta la iglesia de hoy, es que una gran porción de cristianos han caído en un estado de complacencia.  Esto es un problema extremadamente crítico, ya que cuando esto sucede entonces las personas piensan que todo continuara como siempre sin ellos tener que hacer nada, y a consecuencia la obra que el Señor nos ha encargado descansa completamente en los hombros de solo unos cuantos.

Pero la realidad es que todos aquí estamos llamados a obrar y apoyar la obra de Dios, y esto es algo que hacemos a través de testificar del evangelio [2] (obrar para el crecimiento); nuestras oraciones [3] (apoyo espiritual); no dejando de asistir a la iglesia [4] (apoyo moral), y económicamente [5] (apoyo físico [aclaración; no estoy pidiendo dinero, y deseo que quede bien claro que en esta iglesia no existe ninguna persona asalariada, o que reciba remuneración alguna por lo que hacemos]).  Pero la realidad es que sin el apoyo del pueblo una iglesia no se puede sostener, y tarde o temprano pasara a ser solamente una estadística.

Pero, ¿por qué existen tantas personas que no apoyan, o que solamente apoyan la obra de Dios parcialmente?  La razón principal es porque muchos no toman el tiempo de examinar su relación con Dios, y esto en si es un grave problema, ya que como todos aquí sabemos, tarde o temprano toda persona (cristianos y no cristianos) será juzgada por Dios [6], y a algunos que se llaman cristianos no les gustara lo que escucharan de la boca del Señor [7].  Es por esta razón que en el día de hoy deseo que examinemos nuestra relación con Dios, y dónde nos podemos encontrar en nuestro caminar cristiano. 

Examinando nuestra relación con Dios – Pasemos ahora a la Palabra de Dios.

Apocalipsis 3:15-16Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Ahora, como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia.  Estos dos versículos forman parte de la carta del Señor a la iglesia en Laodicea. 

Lo que debemos saber acerca de esta ciudad, es que Laodicea era la ciudad principal de Frigia, y era una de las ciudades más florecientes e influénciales en Asia menor [8].  Era una ciudad muy prospera y rica; la razón por esto es porque la ciudad estaba centrada en las tres carreteras más importantes en esos tiempos, y tenía las tres industrias más grandes de ese entonces.

Esta ciudad era considerada como el centro bancario y financiero, ellos tenían una buena industria de algodón, y también era el lugar donde se encontraba la escuela de medicina que era muy reconocida por el colirio.  Manteniendo esto en mente continuemos ahora examinando esta carta, y examinemos como se aplica a nuestro diario vivir, ya que a través de leer, estudiar, y mantener la palabra de Dios es como logramos recibir la bendición de Dios para nuestra vida [9].

Examinando nuestra relación con Dios Apocalipsis

Cuando estudiamos el libro de Apocalipsis, una de las primeras cosas que encontramos es que el Señor escribe siete cartas que contienen grandes advertencias. 

Una cosa de suma importancia que debemos notar es que las siete cartas fueron dirigidas directamente a los cristianos, y a los líderes de las iglesias.  Algo también a notar es que de estas siete cartas, solo una fue positiva.  Es decir, de siete iglesias, el Señor no tuvo queja de solo una. ¿Cuál fue la única que recibió la aprobación de Dios?

La única fue la iglesia en Filadelfia, y esto es algo que queda bien reflejado en Apocalipsis 3:10 cuando leemos: «…Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra…»

Pero más importante a notar de todo, es que de las siete cartas, la carta a la iglesia de Laodicea es la carta más fuerte que nuestro Señor escribió.  En las restantes seis cartas de advertencias, encontramos que el Señor le advirtió o reprendió a los líderes de las iglesias, pero aunque les reprendió, siempre encontramos que el Señor también reconoció lo bueno que hacían.  En otras palabras, no todo estaba perdido, sino que tenían tiempo de arrepentirse y corregir sus errores.

Por ejemplo, aunque el Señor reprendió la iglesia en Efeso, por haber dejado su primer amor, o como decimos en actualidad, haberse enfriado, Él primero reconoció sus buenas obras y su esfuerzo.  Esto es algo que queda bien resumido en Apocalipsis 2:2-3 cuando leemos: «…Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado…”

Examinando nuestra relación con Dios – Cartas a la iglesias

Cuando leemos la carta a la iglesia en Esmirna, encontramos que el Señor les dice que Él está al tanto de lo que estaba sucediendo, y una advertencia de lo que vendrá sobre ellos, pero seguidamente encontramos una gran promesa.  Esto es algo que queda bien resumido en Apocalipsis 2:10 cuando leemos: «…No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida…»

Cuando leemos la carta a la iglesia en Pérgamo encontramos que Él les reprende por apartarse de la sana doctrina; pero también encontramos que reconoce su fidelidad.  Esto es algo que queda bien resumido en Apocalipsis 2:13 cuando leemos: “…Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás…”

Cuando leemos la carta a la iglesia de Tiatira encontramos que Él les reprende por dejarse influenciar por una falsa profeta, pero Él reconoce el amor que ellos demostraban y la fortaleza de su fe.  Esto es algo que encontramos resumido en  Apocalipsis 2:19 cuando leemos: “…Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras…”

Cuando leemos la carta a la iglesia en Sardis encontramos que Él les reprende por estar muertos en el espíritu, pero vemos que Él reconoce a aquellos que se habían mantenido firmes en la fe.  Esto es algo que queda bien resumido en Apocalipsis 3:4 cuando leemos: «…Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas…»  Pero en la carta a la iglesia en Laodicea, el Señor no tuvo nada bueno que decir de ellos.

Yo diría que la razón principal por esto fue porque como podemos interpretar en el versículo 16, ellos en vez de acercarse más a Dios, se alejaban de Él. Ellos estaban en un camino que no agradaba a Dios y por lo tanto vemos que Él les dice: “…te vomitaré de mi boca…»

La realidad es que esta advertencia a la iglesia en Laodicea, es una que continua vigente, y se aplica a toda iglesia que clama seguir a Jesucristo como su Rey y Salvador.  Hermanos, esta carta contiene una advertencia que todos nosotros debemos mantener muy presente.  Es algo que tenemos que mantener muy presente porque como les dije, eventualmente todos seremos juzgado.  Eventualmente todos tendremos que darle cuentas al Señor por nuestras acciones y o falta de ellas.

Examinando nuestra relación con Dios – «Yo conozco tus obras«

Fijémonos ahora bien en la queja principal de Jesús.  La Palabra nos dice: “…Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!..”  Como podemos ver aquí, la queja principal de Jesús fue que ellos aparentemente habían caído en un estado de complacencia.

Lamentablemente la complacencia es algo que se manifiesta con frecuencia en un gran número de cristianos.  En otras palabras, existen muchos que han permitido que su relación con Dios se encuentre tibia. Pero, ¿qué quiere decir una relación tibia?

Ejemplos: un creyente tibio es un cristiano indiferente; una persona que está parcialmente comprometida a la obra de Dios. Un cristiano tibio es todo aquel que lo mismo le da venir a la iglesia que no.

Un cristiano tibio es todo aquel que compromete su testimonio, y el testimonio de la iglesia (Cuerpo de Cristo) por agradar al hombre, o por complacer un deseo de la carne. Un cristiano tibio es todo aquel  que desecha o menosprecia las enseñanzas de Jesucristo, de esta manera pisoteando Su sacrificio perfecto en la cruz. 

Un cristiano tibio es todo aquel que le da más importancia a las cosas de este mundo que al Reino de Dios.  Un cristiano tibio es todo aquel que no apoya la obra de Dios.

Haciendo memoria del repaso de historia que les hice al inicio, no es difícil determinar que este mismo fue el caso en la iglesia de Laodicea.  Digo esto porque como era una ciudad rica, como era una ciudad prospera e importante, sus miembros también eran igual.

Puedo decir esto con tanta certeza porque los miembros de una iglesia casi siempre son de la misma región o área, especialmente en esos tiempos, ya que en ese entonces no existían todos los medios de transportación modernos que tenemos hoy. Así que podemos correctamente asumir que los miembros de la iglesia en Laodicea eran personas que vivían en esa ciudad, y como era una ciudad prospera, ellos también eran prósperos.

Ahora bien, sé que muchos dicen que no se debe asumir porque cuando se asume siempre hay un gran espacio para cometer errores.  Así que no quiero que piensen que estoy asumiendo todo esto por mi propia cuenta.  Les digo que podemos asumir que ellos eran personas que gozaban de riquezas y de prosperidad porque Cristo lo dijo claramente en Apocalipsis 3:17 cuando leemos: “…Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…»  Pero, ahora debemos examinarnos y preguntarnos, ¿decimos nosotros igual?  ¿Decimos nosotros cosas similares?

¿Decimos, hoy no voy a la iglesia porque tengo un almuerzo?  ¿Decimos, me voy a reunir con mis amigos o amigas para salir a beber?  ¿Decimos, el pastor está a cargo de  la iglesia, así que la sostenga Él?  ¿Decimos, ese pastor habla mucho, pero nada de lo que dice se aplica a mí?  ¿Qué decimos?  ¿Qué pensamos?  ¿Pensamos que lo tenemos todo?  Hermanos, este era el grave problema que ellos tenían.  Ellos pensaban que lo tenían todo, y desdichadamente esto también es el problema que existe en el cuerpo de Cristo hoy en día.

Examinando nuestra relación con Dios – Laodicea de hoy

Hoy en día existe un gran número de cristianos que se encuentran igual que los cristianos de la iglesia de Laodicea.

Existe un gran grupo de personas en el cuerpo de Cristo que piensan que porque tienen posesiones materiales, que piensan que porque están bien económicamente, que piensan que porque en realidad no tienen muchas necesidades, pues todo tiene que ser una bendición de Dios y no tienen más responsabilidad.  Pero te digo hoy que si piensas así, debes examinar más de cerca tu vida porque la abundancia de todo es muy buena, pero si NO tienes a Dios, entonces de nada te valdrá todo lo que tengas [10].

Les digo en el día de hoy que toda persona que no le de la importancia necesaria a su relación con Dios, es un cristiano tibio. ¿De qué tipo de personas estoy hablando?  Estoy hablando de todos aquellos que pudiendo hacer más por la obra no lo hacen.

Estoy hablando de todos aquellos que pudiendo ayudar en el crecimiento de una iglesia no lo hacen.  Estoy hablando de todos aquellos que se encuentran contentos y felices con la relación a medias que tienen con Cristo. Si hermanos lo oyeron bien, una relación a medias.

Una relación a medias, porque cuando un cristiano tiene una relación completa con Cristo, cuando un cristiano se somete completamente a la voluntad de Dios, es imposible mantenerse tibio.  Cuando un cristiano tiene una relación completa con Cristo, es imposible quedarse frío.

Esto es imposible porque cuando nos encargamos de nuestra relación con Dios, el fuego del Espíritu Santo desciende sobre nosotros, arrasando y consumiendo  todo desanimo, toda duda, y todo lo que desagrada a Dios.  Fíjense bien como nos dice la Palabra en Hebreos 12:28-29 cuando leemos: “…Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor…”

Te digo en el día de hoy, no permitas que ese fuego se apague. No permitas que nada interrumpa el fluir del Espíritu Santo en tu vida.  Te digo en el día de hoy busca de Dios en todo momento, porque una persona que no busca de Dios, es una persona que ha permitido que el fuego se apague. Dile al hermano que tienes a tu lado, busca de Dios.

Una persona que no busca de Dios es una persona que se encuentra tal como los de la iglesia en Laodicea. ¿Cómo se encontraban ellos?  Ellos estaban cómodos, en otras palabras ellos le decían a Dios que no tenían necesidad de más nada. Con esa actitud ellos le estaban diciendo a Dios que lo material, que la comodidad, que los placeres de la carne, que las cosas que no son duraderas, eran más importantes que Él. ¿Qué dijo el Señor acerca de estas personas? «…te vomitaré de mi boca…»

Cuando examinamos la carta a Laodicea completa, también encontramos que en Apocalipsis 3:18 el Señor les dice: “…Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas…”  Este pequeño consejo tiene un gran significado.  Aquí Él dice: “…unge tus ojos con colirio, para que veas…”  ¿Qué quiere decir esto?

El colirio era producido por la escuela de medicina en esa ciudad, y era muy bueno para sanar ciertos tipos de ceguera y otras enfermedades.  Entonces lo que esto significa es que ellos, al igual que muchos hoy en día, se encontraban ciegos a la realidad.  Ellos, al igual que muchos hoy en día, no podían ver que aunque fueran prósperos o sin necesidad de muchas cosas, si No tenían a Dios, entonces no tenían nada.

Para concluir

Cuando estudiamos las siete cartas a las iglesias, encontramos que todas tienen algo en común.  Encontramos que el Señor está llamando a Su iglesia al arrepentimiento.  Así que podemos decir con certeza que Cristo no escribió esta carta tan impactante a la iglesia en Laodicea para condenar a la iglesia, Él no escribió esta carta para abochornar a la iglesia, sino Él escribió esta carta para llamar a su iglesia al arrepentimiento.

Fijémonos bien en un detalle final.  Fíjense bien como nos dice el Señor en Apocalipsis 3:19 cuando leemos: “…Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete…» Con este detalle final podemos ver que la razón por la que El Señor dijo estas cosas tan impactantes, que la razón por la que Él amonesta a Su pueblo es porque nos ama.

Por último en Apocalipsis 3:20-21 encontramos que el Señor nos dice: “…He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono….» Tengamos siempre en mente que Dios escudriña los corazones.

Recordemos que no podemos profesar ser cristianos si no hacemos un compromiso genuino con Dios. Todo el que profesa ser cristiano tiene que hacer un compromiso con Dios, y reconocer que siempre existe algo que podemos mejorar, y que siempre existirá algo que tendremos que superar.

No somos perfectos, nunca lo seremos, pero si pensamos que no existe mucho que podamos mejorar, si pensamos que estamos cómodos, y no nos movemos hacia Dios en todo momento, pues entonces caemos en los mismos pasos de la iglesia de Laodicea.  Te digo en el día de hoy, examina tu relación con Dios.

“…El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias…”

[1] Juan 8:12
[2] Mateo 28:19-20
[3] 1 Timoteo 2:1; Efesios 6:18-20; Filipenses 4:6; 2 Tesalonicenses 3:1
[4] Hebreos 10:25
[5] 1 Crónicas 29:3-5; Hechos 20:35
[6] Apocalipsis 20:11-12
[7] Mateo 7:22-23
[8] Smith’s Bible Dictionary
[9] Apocalipsis 1:3
[10] Marcos 8:36

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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