Hambre y sed de la verdad
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Hambre y sed de la verdad
Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Amos 8:11-13
Introducción
Como todos ustedes seguramente se han dado cuenta, en las ultimas predicas yo he repetido numerosas veces la necesidad de servir a Dios según nuestro llamado. Y algo que también les he repetido es que tenemos que servir a Dios sin tan siquiera considerar lo que se pueda pensar o decir de nosotros; en otras palabras, servir a Dios de todo corazón y en todo instante.
Ahora la pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué predicar estos mensajes que quizás algunos encuentren un poco fuerte? La razón principal por la que les he traído unos mensajes fuertes es porque la Palabra de Dios sin adulterar está siendo predicada muy poco.
Mensajes diseñados para agradar los oídos del hombre
La gran realidad es que lo que más se escucha hoy en día son mensajes diseñados para agradar los oídos del hombre, es decir, atraer a las personas a las congregaciones con mensajes llenos de promesas de prosperidad financiera, y que promueven la avaricia y codicia. Lo triste de todo es que esto es algo que sucede con tanta frecuencia que también ha afectado a un buen grupo de personas que genuinamente desean servir a Dios de todo corazón.
En otras palabras, ha causado que muchos se alejen de la iglesia debido a que piensan que todos los lugares son iguales, cuando en realidad este no es el caso. Ya que yo sé que existe un incontable número de pastores fieles a Dios que predican la Palabra de Dios sin adulterar; sin embargo, las malas acciones de muchos han causado que muchos sufran de hambre y sed por la Palabra de Dios. Así que este será nuestro tema en el día de hoy.
Pasemos ahora a las escrituras que nos revelaran en mensaje que Dios tiene para Su pueblo hoy.
Amos 8:11-13 – He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. 12E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán. 13En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed.
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia.
Un hombre llamado Amos
Lo primero que debemos hacer es conocer un poco mejor a este hombre llamado Amos. Amos fue un simple pastor, quien fue llamado por Dios para que fuese Su profeta alrededor del año 750 a.C. Esto es algo que queda bien resumido en Amos 1:1 cuando leemos: “Las palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto…”
Cuando continuamos examinando el libro de Amos, no es difícil discernir que su misión era de llamar al pueblo de Dios al arrepentimiento, y de advertirles acerca de la ira venidera de Dios si ellos no cambiaban su manera de ser. Esto es algo que queda bien resumido en Amos 2:5-6 cuando leemos: “…Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén. 6 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos…”
No se arrepintieron
Lo más triste de todo es que a pesar de las advertencias, ellos no se arrepintieron. El resultado final fue que ellos cayeron cautivos bajo el imperio de Asiria, y parte de la profecía de Amos fue cumplida. En otras palabras, ellos sufrieron gran hambre y sed por la Palabra de Dios, algo que no pudieron saciar durante esta cautividad. Así que manteniendo estos detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
Aunque esta profecía ya fue cumplida, yo pienso que es una que también se aplica a nuestra era moderna. Ahora bien, con esto que les acabo de decir no estoy diciendo ni implicando que hoy en día no se puede encontrar la Palabra de Dios sin adulterar; como les dije al inicio, existen numeroso pastores que predican la verdad de Dios. Pero lo que si les estoy diciendo es que existe escasez de ella.
Enviaré hambre a la tierra
Fíjense bien como nos dice la Palabra cuando leemos: «…He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová…»
Para que entiendan bien lo que les estoy diciendo debemos fijarnos bien de cerca en una palabra; debemos fijarnos en la palabra: “hambre”. Cuando estudiamos la historia encontramos que cuando se habla del “hambre”, generalmente se refiere a la escasez de comida, y no a la falta absoluta de ella.
En otras palabras, existe comida pero que no es fácil de encontrar, y esto mismo es lo que yo pienso que está sucediendo hoy en día. Como todos sabemos solo existe una verdad; solo existe un Salvador, pero esta verdad y Salvador no son nada fácil de encontrar. ¿Por qué digo esto?
Digo esto porque con cada día que pasa, las religiones y falsos cultos continúan creciendo en nuestra sociedad. Con solo abrir nuestros ojos a lo que sucede a nuestro alrededor no es difícil encontrar que los poderes de las tinieblas continúan abarcando más y más territorio con cada día que pasa. ¿Por qué está sucediendo esto? Existen dos razones principales por la que esto sucede.
Hambre y sed de la verdad
Número uno; existen muchos en el mundo que tienen hambre y sed de la verdad, pero la triste realidad es que están buscando saciarse en lugares incorrectos (adivinación, santería, hechicería, religiones, etc.)
Número dos; una buena porción de nuestra sociedad se encuentra cautiva por los poderes de las tinieblas. ¿Por qué es esto?
Esto es mayormente debido a que una buena porción de los creyentes comprometen su fe con frecuencia; en otras palabras, las personas no pueden ver el evangelio de Jesucristo reflejado en nosotros en todo momento. Es como nos dice la Palabra de Dios en 2 Corintios 4:3-4 cuando leemos: “….Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios…” Dile a la persona que tienes a tu lado: existe escasez de la verdad de Dios.
Como les acabo de explicar, una buena porción de las personas (incluyendo a los creyentes) se encuentran cautivas por los poderes de las tinieblas. ¿Por qué sucede esto? Yo diría que la razón principal es porque a todos estamos en busca de la solución fácil; en otras palabras, estamos buscando resolver nuestros problemas o dificultades instantáneamente (vivimos en una sociedad instantánea: fotos, café, té, etc.) Y este deseo de lo instantáneo es el que conduce a que muchos abandonen los caminos de Dios para ir tras promesas falsas.
Hambre y sed de la verdad – Los falsos profetas
En otras palabras es como encontramos en 2 Pedro 2:1-3 cuando leemos: “…Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme…”
Y estos falsos maestros y profetas son usados por los poderes de las tinieblas para confundir, y cubrir la verdad de Dios con mentiras. Es por esta razón que hoy en día nosotros somos más aceptados por el mundo, cuando decimos que practicamos cualquier otra cosa que no sea el cristianismo.
El mundo está lleno de personas (tanto dentro como fuera del cuerpo de Cristo) que sienten un gran vacío dentro de ellos. En otras palabras, hambrientos y sedientos de la verdad. Existe un hambre grande en este mundo, y no es porque no existe la Palabra de Dios, sino más bien es porque en muchas ocasiones es difícil de encontrar.
Con solo mirar a nuestro alrededor nos daremos cuenta que la profecía de Amos está empezando a cumplirse en nuestros días. La sociedad moderna está buscando la verdad más que nunca en la historia.
Digo esto porque las estadísticas indican que los libros religiosos son los que más se venden, especialmente cuando ofrecen una resolución de inmediato. Esto sucede porque muchos desean encontrar soluciones alternativas a sus dificultades o preocupaciones.
Hambre y sed de la verdad – Intolerancia a la verdad bíblica
Todos en el mundo aparentan estar buscando la verdad, pero a la misma vez, existe una gran intolerancia a la verdad bíblica. Pero la realidad de todo es que solo existe una alternativa, y su nombre es Jesús. Es por eso que en Juan 14:6 encontramos que el Señor nos dice: “…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…” Dile a la persona que tienes a tu lado: solo existe una solución.
Quiero que nos fijemos bien en que el Señor NO nos dice que existen alternativas. Y cuando creemos y confiamos en esto fielmente; es decir, conducimos una vida según la voluntad de Dios y Su Palabra, entonces esto conduce a muchos a que nos llamen personas intolerantes; personas de mente cerrada. Y les confieso en este mismo instante que yo soy de mente cerrada, que yo soy intolerante.
Hermanos, si la solución a un problema o dificultad no está basada en la Palabra de Dios, entonces no la quiero saber. Todos nosotros tenemos que saber que no existe un problema o circunstancia que nuestro Señor no pueda resolver, tenemos que saber que existe solo una verdad. Todo lo demás no es más nada que los poderes de las tinieblas tratando de apoderarse de lo que no les pertenece. Nosotros fuimos escogidos, bendecidos y santificados por la sangre del cordero. No existe otra solución, no existe otra alternativa.
Hambre y sed de la verdad
La Palabra nos dice: «...E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán…»
El mundo está errante desde el norte hasta el oeste. El mundo está buscando la verdad, el mundo está sediento y hambriento, existe un gran hambre de la verdad pero no es porque no puede ser encontrada. La Biblia hoy en día es publicada en todos los idiomas del mundo; hace un tiempo atrás leí que indicaba que la Biblia es el libro más publicado y vendido en la historia de la imprenta.
Pero lo que le sucede a muchos es que cuando leen la Palabra, o no la entienden, o determinan que es intolerante de muchas cosas. Pero recordemos que nosotros estamos llamados ser diferentes. Estamos llamados a ser intolerantes de las cosas que desagradan a Dios.
El pueblo de Dios tiene que testificar de Su poder; nosotros no podemos permanecer en silencio; nosotros no podemos dejarnos intimidar por los poderes de las tinieblas. Como fieles creyentes tenemos que testificar la verdad de Dios en todo momento.
Hambre y sed de la verdad
Continuando leemos: «…En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed…»
Ahora hablemos brevemente acerca de los jóvenes. Con cada día que pasa los jóvenes en este mundo empeoran. Los jóvenes se encuentran sedientos y hambrientos de algo, pero no saben de qué; en otras palabras existe un vacío dentro de ellos.
Lo que sucede entonces es su búsqueda de llenarlo se tropiezan con las drogas, y el alcohol, y en esto ellos encuentras algo instantáneo que les proporciona una manera de escapar sus preocupaciones. También se tropiezan con los deseos infructuosos de la carne, y la fornicación, y en esto ellos encuentran algo que proporciona un placer temporal; algo que quizás le ayude a manejar las presiones sociales.
Pero la realidad es que ninguna de estas soluciones instantáneas son la respuesta al vacío que sienten; en otras palabras, al hambre y sed. Los jóvenes tienen un hambre y sed insaciable, pero no están recibiendo el verdadero alimento, y el agua del manantial de agua viva.
Ustedes no se pueden imaginar en cuantas situaciones yo he visto como jóvenes (tanto hembras como varones), cometen delitos mayores y no porque necesitan el dinero para comer y calzar, sino para ser socialmente aceptados y para mantener sus adicciones. Y por ellos, y por todos aquellos que andan sedientos y hambrientos en este mundo tenemos que hacernos responsable.
El pueblo de Dios puede acabar con el hambre y sed de la verdad
Hermanos, el pueblo de Dios puede acabar con el hambre que existe en el mundo. No existe razón por alguna por la que exista alguien a nuestro alrededor que este hambriento. Nosotros tenemos el alimento que ellos tanto buscan; nosotros tenemos el agua que puede quitar esa sed insaciable. Nosotros tenemos la solución en nuestras manos, su nombre es Jesús. Ahora deseo que reflexionemos por un momento; vamos a usar nuestra imaginación.
Imaginemos que en unos minutos estaremos ante la presencia de Dios. Imaginémonos que llegamos ante Su presencia y que nos pregunte: ¿qué hiciste con el tiempo que te di? ¿Qué hiciste para cumplir con lo que yo te encargue? Esto es algo en lo que todos debemos pensar, porque si nuestra respuesta es, NADA, no creo que esto le agrade mucho a Dios.
Digo esto porque esto sería semejante a que en nuestro trabajo llegue el jefe y nos pregunte: ¿qué estás haciendo sentado ahí? Y que le respondamos: nada. Estoy seguro que esa respuesta no le agradaría mucho al jefe y que no la toleraría. Es más, me atrevo a decir que lo más seguro es que nos despida del trabajo.
Para concluir.
No hay que ser un erudito o gran teólogo para ver que las profecías se están cumpliendo una por una; lo único que tenemos que hacer es abrir los ojos. Estamos viendo que existe un hambre y sed insaciable por la verdad, pero la verdad no está siendo llevada como debe ser.
Nosotros tenemos el poder en nuestras manos para acabar con esta hambre y sed que existe en el mundo de hoy. Pero antes de que podamos empezar a eliminar esta hambre, primero tenemos que apreciar el poder de Dios. Porque solo por el poder de Dios somos santificados; el poder de Dios nos preserva, y el poder de Dios nos entrega la salvación.
Hermanos no existe nada en el mundo que se pueda comparar con el poder de Dios. Los poderes de las tinieblas lo imitan, pero no existe nada que lo pueda igualar.
Existe un hambre en el mundo por la verdad, pero no es por falta de la verdad, sino por falta de personas que enseñen la verdad. Recordemos siempre que en el mundo pueden existir muchas imitaciones, pero la verdad de todo es que solo hay una verdad y su nombre es Jesús.
Ahora la pregunta que queda es: ¿qué harás tú con el tiempo que Dios te ha dado?
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