El Espíritu del Señor esta sobre mí
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: El Espíritu del Señor esta sobre mí
Predicas Cristiana Texto bíblico: Isaías 61:1-3
Introducción
Si se acuerdan, la semana pasada estudiamos acerca de buscar la presencia de Dios en nuestra vida en todo momento. Y concluimos que para lograr esto lo que tenemos que hacer es dejar de fijar nuestra vista en lo terrenal y buscar lo espiritual.
En otras palabras, tenemos que dejar de ser creyentes mediocres, y pasar a ser fieles creyentes que dependemos de la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Por qué es tan importante que hagamos esto?
La razón principal es porque la presencia de Dios en nuestra vida es lo único que nos entregara la victoria en momentos de pruebas, pero existe también otra razón. ¿Qué otra razón existe? La respuesta a esta pregunta será nuestro tema para el día de hoy.
Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
Isaías 61:1-3 – El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje de Dios para nosotros, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Isaías vivió cuando el pueblo de Dios estaba dividido en dos reinos; Israel era el reino del norte y Judá era el reino del sur. El reino del norte había pecado grandemente contra Dios, y el reino del sur iba en la misma dirección.
Isaías le advertía al pueblo de Judá
Cuando estudiamos lo que estaba aconteciendo con el pueblo de Dios en ese entonces vemos que ellos se habían nuevamente rebelado en contra de Dios. Vemos que Isaías le advertía al pueblo de Judá del juicio pendiente de Dios debido a la depravación moral, corrupción política, injusticia social, y especialmente la idolatría espiritual.
Esto es algo que queda bien ilustrado en Isaías 1:2-4 cuando leemos: “…Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 3El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. 4!!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás…”
Y debido a que este pueblo no se volvía del pecado, Isaías les dijo que eventualmente ellos serian derrotados. Dios les entregaría en las manos de Babilonia para que nuevamente fueran cautivos y hechos esclavos.
Esto es algo que encontramos claramente declarado en Isaías 39:6-7 cuando leemos: “…He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice Jehová. 7De tus hijos que saldrán de ti, y que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia…”
¿Por qué es necesario conocer estos detalles?
Es necesario conocer estos detalles porque en ellos encontramos muy bien reflejado la condición del mundo de hoy. En otras palabras, Dios continua hablándole al hombre a través de Su Palabra, pero el hombre escoge no hacer caso y continúa ignorando a Dios. Manteniendo estos breves detalles en mente continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí
Lo primero que encontramos aquí es que Isaías dice: “…El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí…” Estas pocas palabras reiteran el mensaje de la semana pasada. En otras palabras, el Espíritu del Señor es lo único que fortalecía a Isaías en estos tiempos difíciles; el Espíritu del Señor fue lo que le proporcionó la paz y la confianza que Isaías necesitaba para permanecer firme durante este período de tribulación. Digo esto porque la misión de Isaías no sólo era amonestar a las personas para mantenerlas en el camino correcto.
Isaías también infundió una ferviente fe en Dios en los corazones de las personas en su rebaño, y esta fe es lo que les proporcionaba el coraje y la fortaleza en un momento en que estaban sufriendo el miedo del juicio inminente de Dios. Y como nos podemos imaginar, esto debe haber sido una tarea muy difícil para el profeta, porque como dije anteriormente, la mayoría del pueblo no estaba dispuesto a escuchar.
Ahora pregunto: ¿podemos nosotros decir que el espíritu del Señor está sobre nosotros? Y quizás más importante aun: ¿con que propósito nos fue dado el Espíritu de Jehová el Señor?
La respuesta a nuestra primera pregunta es fácil de encontrar en Hechos 5:32 cuando leemos: Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen…”
En Romanos 5:5 también encontramos que se nos dice: “…y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado…”
Y para eliminar cualquier duda que pueda existir, en 1 Corintios 3:16 encontramos que el apóstol Pablo nos dice: “..¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?..” Dile a la persona que tienes a tu lado: el Espíritu Santo mora en ti.
El propósito del Espíritu Santo
Pero ahora la pregunta restante es: ¿con qué propósito se nos fue entregado este gran regalo? Continuemos ahora con nuestro estudio de hoy para encontrar la respuesta a esta pregunta.
A continuación leemos: “…porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos…” La realidad es que nosotros vivimos en un mundo lleno de personas abatidas. Para darnos cuenta de esto lo único que tenemos que hacer es prestar atención a lo que sucede a nuestro alrededor. La realidad es que no existe mucha diferencia entre el pueblo de ese entonces y el mundo de hoy. Digo esto porque nosotros vivimos en una sociedad corrupta, e inmoral.
Vivimos en una sociedad plagada de crimen, abuso de menores, fraude, problemas financieros, guerras y rumores de guerras, y estas cosas en toda ocasión abaten, en otras palabras, debilitan y afligen el espíritu de las personas y les hace sentir mal. Y es por eso que aquí encontramos que se nos dice: “…predicar buenas nuevas a los abatidos…” Digo esto porque la palabra abatidos usada aquí es una traducción de la palabra Hebrea: “anav” [pronunciada: a-nav] que significa: pobre, débiles y afligidos…[1]”
Así que como podemos apreciar, por definición, ser pobre es mucho más que simplemente carecer de riquezas financieras; así que, este es el primer propósito por el cual el Espíritu Santo se nos fue dado; tenemos que llegar a los débiles y afligidos.
Este es el primer propósito por el que se nos fue entregado el Espíritu Santo a nosotros. Hoy más que nunca las personas necesitan escuchar un mensaje de esperanza, un mensaje que les fortalezca para que puedan vencer los momentos de tribulación.
Hoy más que nunca las personas necesitan escuchar que existe una solución a toda dolencia, dificultad, o inquietud. Hoy más que nunca las personas necesitan escuchar las palabras del Señor que nos dice: “…Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar…” (Mateo 11:28). Dile a la persona que tienes a tu lado: proclama las buenas nuevas.
Vendar a los quebrantados de corazón
Continuando leemos: “…a vendar a los quebrantados de corazón…” El mundo está lleno de personas con corazones quebrantados. En otras palabras, lleno de personas que han perdido el ánimo de vivir debido a las decepciones, dolores, y angustias que experimentamos durante la vida. Pero el quebrantamiento de corazón no se limita a eso solamente.
Digo esto porque la palabra “quebrantados” usada aquí es una traducción de la palabra Hebrea: “shabar” [pronunciada: chaveer] que también significa: “romper, arruinar violentamente”. Ahora preguntémonos, ¿qué puede ocasionar que esto suceda en la vida de una persona?
Lo que ocasiona esto en la vida de una persona es el pecado. Para determinar si lo que les digo tiene sentido o no, lo único que tenemos que hacer es hacer un poco de memoria, y estoy seguro que todos aquí recordaremos de alguien o de algunos, que su vida fue completamente arruinada o destrozada debido al pecado.
Pero el Espíritu Santo que mora en nosotros nos convierte en sanadores de corazones quebrantados. No por nuestra fuerza o sabiduría, sino a través de la Palabra de Dios, que es lo único que tiene el poder para transformar un corazón quebrantado a un corazón fortalecido.
En 1 Pedro 2:24 encontramos que se nos dice: “…quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados…”
Estas son palabras que proveen fortaleza, esperanza, y aliento. Estas son palabras que sanan, y estas son las palabras que el mundo necesita escuchar. Dile a la persona que tienes a tu lado: proclama palabras sanadoras.
Libertad a los cautivos
Continuando leemos: “…a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel…” Deseo que prestemos atención aquí a un detalle. Las palabras: “apertura de la cárcel” provienen de las palabras Hebrea “pĕqach-qowach” [pronunciadas: pecác-cóasg] que significa: “abrir los ojos” [1]. ¿Por qué debemos notar este detalle? Debemos notar este detalle porque la realidad es que los cautivos y los presos son todos aquellos que están atados por influencias engañadoras y destructivas.
En otras palabras, cosas que les detienen de poder conocer a Jesús y alcanzar la salvación que solo Él puede dar. Cosas como las tradiciones, y creencias que muchos han adoptado a través de la vida. Y es por eso que en Colosenses 2:8 encontramos que se nos dice: “…Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo…” Y es por esta razón que nosotros no podemos quedarnos callados, sino que tenemos que predicar a Cristo.
Tenemos que predicar a Cristo y la verdad de Dios porque esto es lo único que puede liberar; la verdad de Dios es lo único que les puede abrir los ojos a las personas para que reconozcan sus errores, y lleguen al arrepentimiento. Dile a la persona que tienes a tu lado: predica a Cristo.
A continuación leemos: “…a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya…”
¿Qué quiere decir: “a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro?”
Esto quiere decir que tenemos que explicarle a todos aquellos que no conocen a Dios que la Palabra de Dios es mucho más que un libro, sino que es la voluntad de Dios para con la humanidad.
La Palabra de Dios no es un libro de acontecimientos históricos, la Palabra de Dios es: “…viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón…” (Hebreos 4:12).
La Palabra de Dios es lo que nos da convicción de error y pecado, y nos fortalece para perseverar. Y esto es lo que nosotros tenemos que proclamar.
¿Por qué tenemos que proclamar esto?
La respuesta a nuestra pregunta es fácil, y la encontramos aquí cuando leemos: “…a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya…”
Tenemos que proclamar que Dios puede cambiar una pena, dolor, y luto por alegría y jubilo. Tenemos que proclamar que Dios puede eliminar del corazón toda angustia, y tristeza, y remplazarla con paz. Tenemos que permitir que el Espíritu Santo obre a través de nosotros y que nos use para ayudar a aquellos que necesitan reconstruir su vida.
Para concluir.
El pueblo de Dios en ese entonces estaba a punto de ser capturados y llevados a la esclavitud nuevamente por Babilonia. A causa de su desobediencia y rebeldía Dios permitiría que ellos nuevamente fuesen capturados, pero aquí el profeta Isaías les trajo un mensaje lleno de esperanza y poder.
Debido a sus pecados y rebelión, este pueblo eventualmente cayó bajo el dominio de Babilonia; y desdichadamente muchos en el pueblo de Dios caen nuevamente en la esclavitud de Satanás debido a lo mismo. Y es por eso que les digo en el día de hoy, permite que el Espíritu Santo obre en ti.
Al igual que Isaías fue ungido por el espíritu de Dios, nosotros hemos recibido el Espíritu Santo. Tenemos que permitir que el Espíritu Santo obre en nosotros, y nos guie: “…a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado…”
[1] Blue Letter Bible Lexicon
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.