Para el día de las madres
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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Día de las madres – Honra a tu padre y a tu madre
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Éxodo 20:12
Introducción
En éste país hoy celebramos una tradición muy bonita y especial; hoy celebramos el Día de las Madres. El 9 de mayo de 1914, el Presidente Woodrow Wilson proclamó el segundo domingo en mayo el Día de las Madres como: “una expresión pública de amor y reverencia por las madres de nuestro país» [1]. Como ustedes bien saben, yo no soy muy partidario de seguir tradiciones establecidas por el hombre, pero si estoy muy de acuerdo en seguir esta en particular.
Estoy muy de acuerdo con la celebración de éste día, porque una gran realidad es que el papel que juegan las madres, con frecuencia es menospreciado. Pero a pesar de esto, el papel que juegan las madres en el hogar es crítico.
Ahora bien, deseo detenerme aquí por un breve momento y dejar algo bien claro. Con lo que les he dicho, y con lo que les voy a decir, no quiero decir, ni implicar, que el padre es menos importante, o que no desempeña un papel crucial en la vida de una persona.
Pero lo que si estoy diciendo es que la madre, en la mayoría de los casos, es quien nos protege, apoya, instruye, y nos anima a perseverar, aun cuando las situaciones o circunstancias no están a nuestro favor. Y es por eso que hoy deseo hacer un reconocimiento especial a toda madre en ésta congregación, y a toda madre que reciba ésta predica. Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
Día de las madres: «Honra a tu padre y a tu madre»
Este pequeño versículo forma parte de los diez mandamientos (es el quinto), y como podemos apreciar, aquí Dios nos da una instrucción muy específica acerca de lo que tenemos que hacer referente a nuestros padres.
La Palabra nos dice: “…Honra a tu padre y a tu madre…” Ahora bien, ¿cómo debemos honrar a nuestra madre? Para contestar esta pregunta busquemos primeramente el significado de la palabra “honra”. La palabra honrar es definida como: “respetar, enaltecer o premiar su mérito, dar honor o celebridad» [2].
Manteniendo esta definición en mente, detengámonos aquí por un breve momento y hagamos memoria de algunas de las virtudes, o méritos, que nuestra madre ha demostrado a través de nuestra vida.
El amor y el calor; el amor de una madre es incondicional, y eterno
Es por eso que no es fuera de lo común ver como una madre continúa amando a sus hijos, a pesar de maltratos que hayan podido recibir. El amor que nuestra madre nos ha demostrado es lo que nos fortalece, y conforta en momentos de dificultad. El amor y calor de nuestra madre es lo que convierte la oscuridad en luz, y el llanto en sonrisa. Siempre podemos llegar a mamá, y siempre recibiremos el amor y calor que solo ella puede darnos.
Paciencia y comprensión
La paciencia y comprensión de una madre es algo casi incomprensible; les puedo decir con toda franqueza que si no hubiese sido por la paciencia de mi madre, yo no hubiera llegado a los diez años. ¡Yo era tremendito! Pero a pesar de esto, siempre encontré, y encuentro refugio en los brazos de mi madre; siempre encontré y encuentro paciencia y comprensión, y más que todo, consejos que nunca olvidare.
Vigilante y protectora: Día de las madres
Una madre nunca desea el mal para su hijo/hija. Una madre desea lo mejor, y siempre está alerta, vigilante, y protegiendo. Es por eso que no es fuera de lo común ver como una madre puede diferenciar el llorar, o la voz de su hijo de entre multitudes de voces y ruidos.
Ahora bien, yo sé que no todos han tenido la bendición que tenemos mi hermano y yo de tener una madre perfecta. Sé que existen muchas personas que quizás tengan memorias de momentos difíciles, o desagradables de su niñez; pero si ese es el caso, quiero que en el día de hoy entregues esas raíces de amargura, y esas malas memorias a nuestro Señor Jesucristo.
Entrégale a Él esa carga, y olvida esos malos momentos que quizás has tenido que atravesar. Esto es algo que tenemos que hacer porque la realidad es que las malas memorias y/o raíces de amargura tienen la tendencia de ahogar todo lo demás.
Las malas memorias y/o raíces de amargura tienen la tendencia de ahogar todo lo bueno que una madre hace por sus hijos/hijas. ¿Por qué? Porque los pensamientos negativos son los enemigos de una vida feliz. Recordemos lo que siempre les he dicho, el campo principal de batalla es nuestra mente.
Esto quiere decir que nuestra vida es en gran medida determinada por nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos pueden hacer o deshacer nuestra vida. En otras palabras, los pensamientos negativos distraen nuestra atención del bien. Así que escucha hoy que el Señor te dice: “…Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar…” (Mateo 11:28). Deja de sufrir debido a esa memoria amarga y/o dolorosa, entrégasela al Señor y Él te dará la paz que tanto anhelas.
Una gran realidad es que todos nosotros somos muy diferentes; a algunos les ha tocado pasar por momentos desagradables y difíciles, mientras que a otros no. Algunos quizás tengan memorias desagradables o amargas de su niñez, que les conduce a menospreciar o subestimar el papel que la madre jugo en su vida; pero todos los momentos amargos o difíciles no pueden borrar el hecho de que toda persona fue protegida y amada por su madre.
Quizás algunos piensen que éste no es el caso en su vida, pero si piensas así, te invito a que reflexiones por un momento. Reflexiona y preguntémonos, cuando nace una criatura, ¿puede esa criatura sobrevivir sin la protección de la madre? La respuesta es NO.
Una gran realidad es que de toda la creación de Dios, el ser humano es el más débil. Débil en el sentido que un ser humano cuando nace no puede valerse por sí mismo. Un ser humano tiene que depender de un adulto para poder sobrevivir.
Sin la protección de un adulto, y en casi toda ocasión la madre es la cuidadora primaria, un recién nacido nunca alcanzara ver su juventud. Y hablando de la juventud, una de las cosas más común en los jóvenes es que piensan que los padres son muy estrictos. Yo conozco esa manera de sentir muy bien porque yo también me sentí así.
Muchos de los jóvenes piensan que la madre es muy estricta, y que no les permite hacer muchas cosas por capricho, pero les digo a todos que no es capricho sino protección. Cuando tomamos el tiempo de reflexionar en nuestra vida, todos lograremos ver que a través del tiempo nuestra madre siempre nos ha protegido de más de una manera.
Encontraremos que nuestra madre nos ha protegido no solo físicamente, esto es apartándonos del mal; sino que también nos ha protegido moralmente, esto es enseñándonos la diferencia entre el bien y el mal.
Nuestra madre nos ha protegido emocionalmente, esto es alejándonos de esas cosas que quizás nos causarían dolor. Nuestra madre nos ha protegido espiritualmente, esto es no dejando de orar por nosotros, rogando que Dios pusiera Su mano en nuestro corazón.
Y son por esas razones que nuestro Padre celestial nos instruye a honrar a nuestra madre, y nos guía a nunca apartarnos de sus enseñanzas. Fíjense como esto queda bien declarado en Proverbios 6:20-23 cuando leemos: “…Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre; 21 Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello. 22 Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando despiertes. 23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen…”
La responsabilidad de criar a sus hijos
Dios les entrega a los padres la responsabilidad de criar a sus hijos enseñándoles valores que superan los valores mediocres de este mundo. Fíjense bien como esto es algo que queda muy bien declarado en Deuteronomio 6:5-7 cuando leemos: “…Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes…”
Yo estoy seguro que durante nuestra crianza, la mayoría de nosotros, sino todos, fuimos instruidos en los principios religiosos de nuestros padres, y en casi toda ocasión mamá fue quien lo hizo. Digo esto porque cuando hacemos memoria de nuestra niñez, creo que la mayoría de nosotros recordaremos que mamá fue quien nos enseño la diferencia entre el bien y el mal. Recordaremos que mamá fue quien nos enseño los valores morales que hoy tenemos.
Recordemos también todas esas ocasiones cuando mamá nos apaño, escondiendo de papá nuestros errores, defectos e indisciplina. ¿Por qué hizo esto? Lo hizo debido a su amor por nosotros; lo hizo debido a ese amor materno que no tiene comparación con nada aquí en la tierra. Pero, ¿se acuerda alguien de haber sido castigado por mamá?
Como les dije al inicio, yo era tremendito, y les puedo decir que me recuerdo muy bien de haber sido castigado. Y a pesar de que en el momento del castigo yo nunca lo vi como algo justo o merecido, hoy le doy gracias a mi madre por esas correcciones, porque aun a través de esos castigos, ella me demostró su amor. Fíjense como esto es algo que queda bien declarado en Proverbios 13:24 cuando leemos “…El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige…”
Como les dije al inicio, el papel que juega la madre en el hogar con frecuencia es menospreciado, o subestimado. Esto significa que mientras crecemos no le reconocemos por quien ella es, y no le damos el valor y reconocimiento que ella merece. En otras palabras, no todos le dan el mérito y el reconocimiento que ella merece.
Y esto nos conduce a que en ocasiones nos comportemos, o hagamos cosas, que de manera intencional o accidentalmente la hieran, y despreciamos su consejo. En otras palabras se nos olvida lo que encontramos en Proverbios 1:8 cuando leemos: “…Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre….”
Y olvidarnos o ignorar esto causa que en ocasiones lleguemos a verlas como inferiores; que lleguemos a menospreciar su importancia, especialmente cuando van avanzando en edad y ya no tienen la agilidad mental que una vez tenían, o la agilidad y fortaleza física para hacer las cosas.
Pero recuerda también lo que encontramos en Proverbios 23:22 cuando leemos: “…Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies…”
Una gran realidad es que en éste mundo existen muy pocas cosas en las que podemos contar, pero en algo que siempre podemos contar, no obstante cual pueda ser su condición emocional o física, es en el amor de nuestra madre.
Para concluir
Hoy es el Día de las Madres, y es un día cuando debemos honrar a la mujer en nuestra vida que nos han influenciado eternamente. Tal vez es la mujer que te dio a luz, pero recordemos que ser madre es mucho más que eso.
La verdadera madre es esa mujer quien por siempre ha cambiado e influenciado nuestra vida con el bien.
La verdadera madre es esa mujer que te ha demostrado su amor y calor, paciencia y comprensión, y siempre esta vigilante y protegiéndonos. Así que una madre no es solo aquella que te dio a luz, sino que también puede ser una abuela, una tía, una hermana, u otra mujer muy querida.
A mi Madre
Madre del alma, madre querida,
Son tus natales, quiero cantar;
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven, nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.
Pasan los años, vuelan las horas
Que yo a tu lado no siento ir,
Por tus caricias arrobadoras
Y las miradas tan seductoras
Que hacen mi pecho fuerte latir.
A Dios yo pido constantemente
Para mis padres vida inmortal;
Porque es muy grato, sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual
José Martí
Si encuentras que en tu vida no le has dado a tu madre el mérito que ella merece, si encuentras que en tu vida no la has apreciado, si encuentras que en tu vida le has causado dolor, pídele hoy perdón.
Quizás tu madre ya no este viva, y no tengas manera de pedirle perdón, pero si este es el caso, hoy en día de las madres hónrale con tu memoria de ella. Recuerda lo que encontramos en Proverbios 20:20 cuando leemos: “…Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa…”
Así que deja de concéntrate en lo malo o desagradable que pudo haber sucedido entre ella y tu; deja de concentrarte en las malas memorias que puedan existir, y hónrala recordando el amor que ella te demostró.
Honremos hoy a nuestra madre, y démosle las gracias por no apartarse de nuestro lado cuando más débiles éramos. En el día de hoy démosle gracias a nuestra madre por no permitir que nos reuniéramos con esas amistades que todos conocemos solo conducen a los problemas.
En el día de las madres démosle gracias a nuestra madre por enseñarnos la diferencia entre el bien del mal, y por protegernos en todo momento. El trabajo de la madre en numerosas ocasiones es menospreciado, pero no permitas que un malentendido, no permitas que una mala acción, o que una mala memoria te impida reconocerle y darle el mérito que ella merece.
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!
[1] National Archives (http://www.archives.org)
[2] Diccionario de la Real Academia Española
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