Abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad
Introducción
Una gran realidad es que ninguno de nosotros somos perfectos. Todos aquí hemos cometidos errores, y definitivamente hemos experimentado maltratos, o hemos maltratado a alguien. Estas experiencias en ocasiones pueden influenciar nuestra relación con Dios, ya que en casi toda ocasión nuestros errores y los maltratos, ya sea que hemos recibido o iniciado, causan dolor o remordimiento, duda o apatía, y resentimientos. En otras palabras, no nos comportamos de la manera que Dios desea y espera que nos comportemos.
Qué bueno sería si pudiéramos recoger nuestros errores y faltas, ¿verdad? Que bueno seria si pudiésemos viajar al pasado y corregir todas esas cosas que hemos hecho que están mal hechas, ¿verdad? Pero aquí es donde comienza el problema, el problema de muchos en el cuerpo de Cristo es que se concentran más en el pasado que en el futuro.
Lo que sucede es que una vez que hacemos esto, en esencia nos hacemos esclavos de nuestro pasado, y nunca logramos experimentar una vida fructuosa y bendecida. ¿Cuántos desean una vida fructuosa y bendecida?
¿Cuántos desean tener un nuevo comienzo?
Pasemos ahora a la Palabra de Dios para descubrir lo que tenemos que hacer.
Isaías 43:18-19 – No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros hoy, es necesario que hagamos un breve repaso de historia. Isaías vivió cuando el pueblo de Dios estaba dividido en dos reinos; Israel era el reino del norte y Judá era el reino del sur. El reino del norte había pecado grandemente contra Dios, y el reino del sur iba en la misma dirección.
cuando estudiamos lo que estaba aconteciendo con el pueblo de Dios en ese entonces, no es difícil encontrar que ellos se habían nuevamente rebelado en contra de Dios. Esto es algo que queda bien reflejado en la advertencia de Isaías al pueblo de Judá referente al juicio pendiente de Dios según encontramos en Isaías 1:2-4 cuando leemos: “…Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 3El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. 4!!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás…”
Debido a que el pueblo no abandonaba el pecado, Isaías les dijo que eventualmente ellos serian derrotados, y que serian esclavos de Babilonia. Esto es algo que queda bien claro en Isaías 39:5-7 cuando leemos: “…He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice Jehová. 7De tus hijos que saldrán de ti, y que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia…” Habiendo establecido esta base, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
El pueblo de Judá tendría que atravesar cien años de dificultad antes de la caída de Israel, y setenta años de exilio, pero en los versículos que estamos explorando hoy encontramos que a través de Isaías Dios les estaba ofreciendo palabras de consolación. Dios les estaba llamando a un nuevo comienzo, Dios les estaba llamando al arrepentimiento. Pero, ¿qué significa esto para nosotros hoy en día?
¿A caso seremos llevados cautivos por Babilonia?
La respuesta a esta pregunta es que existen muchos que ya lo están. Existen muchos que debido a la rebeldía, idolatría, falta de fuerza de voluntad, apatía y desánimo están cautivos y son esclavos de este mundo de maldad. Pero si te encuentras en esa situación, Dios quiere hacer algo nuevo en tu vida en el día de hoy. Dios te llama a que tengas un nuevo comienzo, y aquí en estos versículos encontramos la formula que nos permitirá tener un nuevo comienzo.
La Palabra nos dice: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”. Ahora debemos reflexionar y preguntarnos: ¿por qué es esto tan importante? Esto es de suma importancia porque como les he dicho en numerosas ocasiones, nuestro enemigo utilizara todo medio o avenida posible para tratar de separarnos de la presencia de Dios, y entre los muchos que existen encontramos que nuestro pasado, nuestras faltas, y nuestros errores le proveen una buena entrada en nuestra vida para acusarnos, y tratar de mantenernos esclavos de nuestra propia conciencia.
En otras palabras, nuestro enemigo utilizara estas cosas para que no logremos vivir la vida que Dios quiere que vivamos. ¿Qué tipo de vida murió Cristo en la cruz para entregarnos? El Señor nos responde esta pregunta claramente en Juan 10:10 cuando leemos: “…El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia…” Y la palabra “abundancia” usada aquí es derivada de la palabra Griega “perissos” (pronunciada: pe-rí-sós) que significa “…superior, extraordinaria, superada, fuera de lo común..”[1]
Nuestro adversario utilizara nuestro pasado para que nunca alcancemos ver lo mucho que Dios ha hecho, esta haciendo y hará por nosotros. Claro está en que nunca podemos olvidarnos del lugar de donde Cristo nos saco, limpio, y purifico; es más, esto es algo que siempre debemos testificar.
No podemos olvidarnos o ignorar lo que encontramos en Hechos 10:42-43 cuando leemos: “…Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 43De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre…” Tenemos que testificar para que la gloria, poder, y misericordia de Dios sea conocida. Tenemos que testificar para glorificar a Dios. No podemos permitir que nuestro pasado influencie de la manera que ahora pensamos, o que afecte de la manera que ahora nos sentimos.
Esa vida que una vez vivimos, esa vida pecaminosa, esa vida que era como una gran autopista que nos conducía directamente al infierno, no puede influenciar nuestro presente, y definitivamente NO tiene lugar alguno en nuestro futuro.
En otras palabras es como encontramos en 2 Corintios 5:17 cuando leemos: “…De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas…” Siempre recordemos que Cristo vino a este mundo de maldad para entregarnos la libertad, y es por eso que en varias ocasiones les he repetido que debemos ejercer gran cuidado de la manera que pensamos.
Fíjense bien lo que encontramos en Proverbios 4:23 cuando leemos: “…Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida…” ¿Qué nos dice esto a nosotros? Lo que esto nos está diciendo es que si nuestros pensamientos son desanimados, si nuestros pensamientos son apáticos, si nuestros pensamientos son deprimentes, eso mismo es lo que será reflejado en nuestra manera de ser y comportamiento.
Si le permitimos al diablo que nos acuse, si le permitimos al diablo que nos mantenga concentrado en los errores del pasado, entonces nunca llegaremos al lugar donde Dios nos quiere. Esto es exactamente lo que le paso al pueblo de Israel en ese entonces.
Ese pueblo que Dios libero después de mas de 400 años de esclavitud de Egipto, este pueblo que Dios condujo a la tierra prometida y le entrego victoria tras victoria, ahora se habían nuevamente rebelado en contra de Él. Ellos vieron Su poder, majestad y gloria. Vieron señales y prodigios, pero no obstante todo esto, le faltaban, y permitieron ser conducidos por el enemigo fuera de la voluntad de Dios y nuevamente a la esclavitud del pecado.
El enemigo detuvo el progreso de ese pueblo con lo mismo que detuvo a sus antecesores en el desierto; lo hizo con los demonios de apatía, rebeldía, y desanimo. No podemos permitirle al enemigo que nos detenga, no podemos permitirle al enemigo que invada nuestra mente.
enemos que renovar de la manera que pensamos y nos conducimos. En otras palabras tener muy en mente lo que encontramos en Romanos 12:2 cuando leemos: “…Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto…” (Traducción en lenguaje actual).
Continuando con nuestro estudio leemos: “He aquí que yo hago cosa nueva”. Dios quiere hacer algo nuevo con tu vida en el día de hoy, Dios quiere renovarte, Dios quiere fortalecerte. Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios va hacer algo nuevo en mi vida hoy.
¿Cuántos desean que Dios haga algo nuevo en su vida hoy?
Dios quiere hacer algo nuevo en nuestra vida, y la palabra aquí nos dice: “…pronto saldrá a luz…” Esto es promesa de Dios; esto nos deja saber que Dios obrara, y que Dios se glorificara en nuestra vida. Pero aquí también leemos: “..¿no la conoceréis?..” ¿Por qué esta pregunta?
Esta pregunta es de suma importancia porque como les dije la semana pasada, muchos no alcanzan recibir todas las bendiciones de Dios. Muchos no alcanzan recibir todo lo que Dios tiene para nosotros porque en vez de buscar más de Dios se alejan de Él. ¿Qué causa este alejamiento?
En realidad existen numerosas cosas que lo pueden causar, pero yo diría que entre una de las mayores es que muchos no estamos dispuestos a reconocer nuestras faltas. Después de todo, ¿cómo podemos esperar que Dios nos bendiga si nuestra vida está llena de pecado? La realidad es que el pueblo de Dios de ese entonces no la recibió; ellos fueron nuevamente llevados cautivos.
Y la verdad es que al igual que ese pueblo, ninguno de nosotros recibirá las bendiciones de Dios si continuamos conduciendo en esa autopista que bien sabemos NO nos conduce a Dios. Nunca recibiremos bendición si primero no admitimos nuestras faltas y nos arrepentimos genuinamente. Y es por eso que siempre debemos tener muy en mente lo que encontramos en Proverbios 28:13 cuando leemos: “…El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia…”
En los versículos que estamos explorando hoy el Señor nos dice: “…¿no la conoceréis?..” ¿Por qué pregunta el Señor esto? El Señor hace esa pregunta para que nos demos cuenta que cuando continuamos en ese camino que nos aleja de Dios, entonces no sabremos reconocer las bendiciones que Dios derrama sobre Su pueblo a diario. Preguntémonos ahora, ¿con que me ha bendecido Dios a mi hoy? Seguramente que algunos piensan, bueno hasta ahora con nada. Pero si piensas así repréndelo en el nombre de Jesús.
¿Por qué digo esto? ¿Te despertaste esta mañana, verdad? Aquí esta tu primera bendición. ¿Te vestiste con esa ropa y zapatos que tienes puesto, verdad? Aquí esta tu segunda bendición. ¿Desayunaste o comiste algo, verdad? Aquí está tu tercera bendición.
¿Llegaste hasta este lugar ya sea en automóvil, bus, o caminando, verdad? Aquí esta tu cuarta bendición. ¿Has tenido la oportunidad de alabarle con gozo, verdad? Aquí esta la quinta bendición. ¿Has escuchado un mensaje de Su palabra, verdad? Aquí esta la sexta bendición. ¿Has podido tener comunión con tus hermanos en Cristo, verdad? Aquí esta tu séptima bendición.
Pudiéramos continuar con una lista inmensa, pero creo que todos ya se están dando cuenta de las muchas bendiciones que Dios derrama sobre su pueblo a diario, y que en muchas ocasiones no reconocemos. Por eso es que nos pregunta: “..¿no la conoceréis?..” La gran realidad es que muchos quisieran tener un día más de vida, pero no lo tienen. Muchos quisieran desayunar a diario, pero no pueden. Muchos quisieran poder caminar, pero no pueden.
Muchos quisieran poder alabar a Dios libremente, pero se les prohíbe. Muchos quisieran escuchar un mensaje, pero no pueden oír. Muchos desean tener una comunión con otros hermanos, pero no la llegan a alcanzar. Pero si no has alcanzado a ver las bendiciones de Dios en tu vida, te digo que Dios va hacer algo nuevo en nosotros hoy. Dile al hermano que tienes a tu lado: Dios está haciendo algo nuevo en mi vida hoy.
¿Qué está haciendo Dios en nuestra vida hoy?
La Palabra nos dice: “…Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad…” Estas fueron palabras de consolación al pueblo de Judá; Dios les dijo que Él nuevamente les libraría de la esclavitud, que Él nuevamente les guiaría, y estas palabras hoy nos hablan tan fuertes como a ellos en ese entonces.
A nosotros nos dice que cuando confiamos en Dios, Él nos guiara a través de esas pruebas que estamos pasando. Dios quiere abrirnos hoy un camino para que podamos atravesar ese desierto de depresión, y desánimo. Él quiere abrir hoy un camino nuevo en ese desierto para que podamos superar la rebeldía y apatía.
Y es por eso que no podemos permitirle al enemigo que nos desvié del camino que nos conduce a nuestro Padre celestial. No podemos permitirle al enemigo que nos deprima o desanime trayendo a memoria nuestro pasado; tenemos que concentrarnos en Dios, tenemos que concentrarnos en lo que Él quiere hacer con nosotros.
Para concluir
El pueblo de Dios en ese entonces estaba a punto de ser capturados y llevados a la esclavitud nuevamente por Babilonia. Debido a su desobediencia y rebeldía, Dios permitiría que ellos nuevamente fuesen capturados, pero aquí el profeta Isaías les trajo un mensaje lleno de esperanza y poder.
Dios les dijo que Él les libraría y haría cosas aun mayores de las que Él había hecho cuando les libero de las manos de Egipto. Como todos sabemos, las advertencias del profeta cayeron en oídos sordos, y ese pueblo eventualmente cayó bajo el dominio de Babilonia. Desdichadamente, muchos en el pueblo de Dios caen nuevamente en la esclavitud de Satanás debido a lo mismo. Muchos caen bajo el dominio del dios de este siglo porque las advertencias caen en oídos sordos.
Dios le dijo a ese pueblo que haría cosa nueva, que haría aun mayores cosas con ellos, pero para que esto sucediera ellos primero tenían que volverse a Él. Dios nos habla a nosotros igual, tenemos que volvernos a Dios y dejar una vida pecaminosa, tenemos que volvernos a Dios y dejar de ser rebeldes.
Dios quiere hacer algo nuevo en nuestra vida, Él quiere restaurarnos y utilizarnos. ¿Te encuentras esclavo de este mundo ahora mismo? ¿Estas a punto de ser llevado cautivo a causa de tu rebeldía? Escucha hoy que Dios te dice: “…He aquí que yo hago cosa nueva…” Él quiere renovarte, Él quiere bendecirte, pero tienes que quererlo. Escucha que Él te dice hoy: “…Abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad…”
[1] Blue Letter Bible Lexicon
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.