Ocupaos en vuestra salvación
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Ocupaos en vuestra salvación
Tabla de Contenido
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Filipenses 2:12-18
Introducción
Entre una de las muchas armas que el enemigo tiene en su arsenal, existe una que él usa con bastante frecuencia, y esta arma es el espíritu de apatía. Para los que no tengan un buen conocimiento del significado de esta palabra, permítanme definirla según encontrada en el diccionario. La palabra apatía es definida como: “1. Impasibilidad del ánimo. 2. Dejadez, indolencia, falta de vigor o energía [1]. La realidad es que la apatía afecta a toda persona, y no discrimina edad, educación, o nivel social.
Los niños se desocupan de sus tareas escolares, y esto es un problema bien serio, al cual se le puede atribuir el nivel de educación inferior que existe en esta nación, especialmente cuando se compara la educación que los niños reciben aquí, a la educación de los niños en Europa y Asia.
Hoy en día a los jóvenes y adolescentes lo mismo le da una cosa que otra; han desarrollado un espíritu de indiferencia total, y lo resuelven todo diciendo “What ever” (Lo que sea). Pero no se detiene con solo los niños y adolescentes; el espíritu de apatía esta destruyendo familias, hogares, y matrimonios. ¿Por qué digo esto?
Lo digo porque cuando este espíritu inmundo toma raíz en un hogar, todo se convierte en una rutina casi robótica. ¿Qué sucede entonces? Lo que sucede es que el amor se va enfriando lentamente, y tanto la mujer como el hombre dejan de apreciar lo que cada uno hace por el otro. La realidad es que la apatía mata la pasión y el amor en el matrimonio, y engendra infelicidad y depresión.
El espíritu de apatía es un arma que nuestro enemigo
Como les dije, el espíritu de apatía es un arma que nuestro enemigo usa con frecuencia, el cual afecta a toda persona, en toda situación, y que también es usada para atacar la obra de Dios. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque un cristiano apático, nunca obrara para Dios. Un cristiano influenciado por el espíritu de apatía, nunca le hablara a otros de su iglesia; un cristiano influenciado por el espíritu de apatía, nunca será un obrero eficaz en el Reino de Dios.
¿Cómo evitar caer bajo la influencia del espíritu de apatía, o para ser liberados de él?
Así que ahora debemos preguntarnos, ¿qué tenemos que hacer para evitar caer bajo la influencia de este espíritu, o para ser liberados de él? Este es el tema que exploraremos hoy. Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
Filipenses 2:12-18 – Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. 17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. 18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Lo primero que debemos notar, es que Pablo escribió esta epístola desde una prisión en Roma [2].
Y la razón por la que escribió esta carta, fue porque evidentemente dentro de este grupo de cristianos, o iglesia, habían personas que estaban causando discordia y desunión entre los líderes; es decir, habían miembros que todavía no habían podido dejar al viejo hombre atrás, y continuaban dejándose dominar por los impulsos de la carne, e instigaban contiendas [3]. Y como si todo esto fuese poco, aparentemente en la iglesia también habían algunos maestros, que estaban tratando de desviarles de la doctrina de Cristo [4]. Ahora bien, ¿por qué es necesario saber estos detalles?
La razón por la que debemos estar conscientes de estos detalles, es porque estos detalles nos revelan tres elementos importantísimos, que están directamente relacionados con nuestra manera de vivir; me explico. Fijémonos en estos detalles por un breve instante.
Número uno; Pablo estaba pasando por una etapa bien difícil; es decir, el encarcelamiento debido a su creencia. Demás esta decir que esto es algo que le pudo haber conducido a caer en un estado de depresión, algo que le hubiera abierto las puertas al espíritu de apatía, pero este no fue el caso.
Número dos; Pablo tuvo que confrontar directamente lo que estaba afectando a algunos de los cristianos de esa iglesia, y que desdichadamente continúa afectando a un gran grupo de creyentes hoy en día. Es decir, Pablo tuvo que confrontar la vanagloria, el egocentrismo, y la cesión a los impulsos de la carne.
Número tres; Pablo le advirtió acerca de las falsas enseñanzas y/o herejías que estaban comenzando a invadir la iglesia.
Como podemos ver, tres elementos que reflejan muy bien la condición actual de todos; digo esto porque número uno; al igual que los cristianos de ese entonces, tarde o temprano a todos nos tocará pasar por momentos difíciles. Momentos que nos pueden desanimar, o deprimir, pero al igual que Pablo, no podemos desmayar en la fe.
Número dos; a diario todos luchamos con los impulsos y deseos infructuosos de la carne (tentaciones, vanagloria, egocentrismo), y si cedemos a ellos, nos alejaremos de la presencia de Dios.
Número tres; como fieles cristianos tenemos que estar bien seguros de lo que creemos y porqué creemos, ya que si no tenemos un fundamento sólido, entonces podemos ser fácilmente persuadidos a abandonar la verdad de Dios, y aceptar doctrinas de hombres. Bueno, manteniendo estos detalles en mente, continuemos ahora con la predicación de hoy.
Lo que debemos hacer para evitar ser influenciados por el espíritu de apatía
Ahora bien, lo primero que encontramos aquí es que se nos dice: “…Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad…”
En estos dos versículos encontramos la respuesta, a la primera parte de nuestra pregunta del día de hoy. En otras palabras, encontramos lo que debemos hacer para evitar ser influenciados por el espíritu de apatía. ¿Qué debemos y tenemos que hacer? Lo que tenemos que hacer es ocuparnos en nuestra salvación. Dile a la persona que tienes a tu lado: “…ocupaos en vuestra salvación…” Pero, ¿qué quiere decir esto?
Ocupaos en vuestra salvación
Para tener un mejor entendimiento de lo que se nos dice aquí, tenemos que hacer una breve pausa para analizar el significado de las palabras “ocupaos en.” Estas palabras son una traducción de la palabra griega “κατεργάζομαι” (pronunciación: ká-ter-gád-zo-má), la cual es definida como: “1. realizar, llevar a cabo, conseguir. 2. resolver; ejemplo: hacer algo que produce un resultado. 3. moldear, hacerse apto para una cosa [5].
Sabiendo la definición de estas simple palabras, nos permiten entender que lo que las escrituras nos dicen aquí, es que tenemos que efectuar o llevar a cabo nuestra salvación. ¿Por qué le he hecho esta distinción?
Les he hecho esta distinción, porque deseo que quede bien claro que las escrituras no nos están diciendo: “ocupaos de”, como algunos grupos enseñan. Con esto aquí el apóstol no está diciendo “ocupaos de”, ya que decir eso implicaría que existen cosas que tenemos que hacer para recibir la salvación, y esto sería una completa contradicción de lo que la palabra de Dios nos enseña [6].
Pero entonces, ¿qué significa “…ocupaos en vuestra salvación…”? “…Ocupaos en vuestra salvación…” significa hacer todo lo que está a nuestro alcance para gloria y honra de Dios. “…Ocupaos en vuestra salvación…” significa:
Enseñar y cuidar a nuestros niños según los principios cristianos.
No podemos ser padres indiferentes y/o fríos; como padres cristianos, tenemos que ser el ejemplo a seguir, y dedicarles tiempo a nuestros niños. Recordemos siempre que ser un padre es mucho más que proveer un techo, calzado y comida. Ser un padre es tomar el tiempo para instruir a nuestros niños en los principios cristianos, y promover la seriedad y firmeza en ellos. ¿Por qué?
Porque cuando tomamos el tiempo de enseñar a nuestros niños, entonces obtendremos resultados positivos, ya que ellos crecerán en los caminos del Señor [7]. No dejemos pasar la infancia de nuestros niños, sino que dediquémosle el tiempo, y amoldemos sus corazones y pensamientos según Dios, y no según las cosas del mundo.
“…Ocupaos en vuestra salvación…” significa: Cuidar y rectificar a los adolescentes según los principios cristianos.
Como les dije al inicio, los adolescentes y jóvenes de hoy en día han adoptado la actitud de “lo que sea”, y lo resuelven todo con esto. ¿Por qué han adoptado esta actitud? Yo diría que la razón principal por esto es debido a la apatía que ha influenciado a los padres, y a aquellos que de manera alguna influencian la mentalidad de ellos.
Este espíritu destructor tiene que ser eliminado, tenemos que arrancar esa actitud de raíz, ya que es algo que solo servirá para desviar y alejar a la juventud de la presencia de Dios. Como padres responsables, y/o personas que de alguna manera influencian la mentalidad de los jóvenes y adolecentes, nunca se nos puede olvidar de que lo que sembramos en esos corazones y mentes, será lo que les influirá por el resto de su vida [8].
Esto significa que no siempre seremos los más populares con los jóvenes o adolescentes. No seremos los más populares porque en ocasiones tendremos que castigar para corregir una mala conducta o acción, pero si no tomamos el tiempo de hacerlo, entonces no estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad. Si verdaderamente amamos a nuestros hijos e hijas, no nos podemos olvidar de que nosotros somos responsables de tomar acción, para corregir una mala conducta o actitud [9].
“…Ocupaos en vuestra salvación…” significa: Cuidar y apreciar a nuestro cónyuge según los principios cristianos.
Como he mencionado en otras ocasiones, los divorcios en esta nación continúan aumentando de forma alarmante. A diario las personas se separan, a diario relaciones de muchísimos años se distancian. ¿Por qué sucede esto? Sucede porque la apatía ha tomado raíz en el matrimonio.
¿Qué sucede cuando la apatía infiltra el matrimonio?
Cuando la apatía se infiltra en el matrimonio, las cosas se convierten en una rutina ordinaria, y las personas casi no se hablan. Demás esta decir que esto le abre las puertas a la depresión, el desanimo, y la infelicidad, y la combinación de todas estas cosas le da lugar a la separación, y en numerosas ocasiones al divorcio. Pero ahora tenemos que preguntarnos, ¿es esto lo que Dios tenía en mente para el matrimonio? La respuesta es un absoluto ¡NO!
Dios nos llama a estar gozosos y disfrutar la vida con nuestros cónyuges [10]; y también nos llama a algo de suma importancia, ¡el respeto mutuo! [11]. Así que como podemos ver el matrimonio no esta llamado a sufrir, sino a ser un gozo mutuo. Sin embargo existen muchos que no logran este gozo, y no pueden experimentar la felicidad que Dios les ha entregado.
Esposos, esposas, eliminen la rutina de sus vidas. Eliminemos la apatía y/o dejadez (neglect), y tomemos el tiempo de disfrutar las bendiciones de Dios en el matrimonio. Si verdaderamente amas a tu mujer, pregúntate ahora: ¿qué sería de mi vida si la perdiere repentinamente?
De igual manera, si verdaderamente amas a tu esposo, pregúntate ahora: ¿qué sería de mi vida sin él? El tiempo que compartimos aquí en la tierra es corto, y puede terminarse en cualquier momento [12]. No perdamos el tiempo; tomemos el tiempo para compartir, para conversar, para escuchar, y para juntos y en armonía, disfrutar las bendiciones de Dios.
“…Ocupaos en vuestra salvación…” significa: Proclamar y testificar acerca de la verdadera doctrina en todo momento.
Como he dicho en numerosas ocasiones, estamos viviendo en tiempos peligrosos. Estamos viviendo en tiempos donde el hombre esta cambiando, o ha cambiado, la verdad de Dios por las mentiras del diablo. Esto es algo que ha sucedido, y desafortunadamente continuará sucediendo, debido a la apatía que existe en el pueblo de Dios. Hoy en día las personas están más ocupadas y preocupadas con las cosas del mundo que con las cosas de Dios. ¿Qué debería ser lo que tome prioridad en nuestra vida?
Como les dije la semana pasada, lo más importante de todo debería ser nuestra relación con Dios. Pero existen muchos que no obran para desarrollar esta relación. En otras palabras, existen muchos que no oran, no estudian la palabra, no meditan en las prédicas o estudios. Mientras están en las reuniones prestan atención, pero al salir por las puertas no se recuerdan o completamente ignoran lo que han escuchado.
Existen muchos que no logran completamente entender o simplemente ignoran que nosotros estamos llamados ha entrar en comunión con Dios, y con nuestros hermanos en la fe [13]. Tenemos que dedicarle tiempo a Dios, y a la confraternidad con nuestros hermanos.
Un verdadero cristiano no puede decir que no necesita congregarse en su iglesia, ya que la Palabra de Dios en Hebreos 10:25 nos dice claramente: “…no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca…” Pero en numerosas ocasiones, lo primero que sufre y lo primero que es eliminado es la asistencia a la iglesia. ¿Por qué sucede esto?
Esto sucede porque el hombre no esta tomando el tiempo para desarrollar una relación más intima con Dios. Pero si no tomamos el tiempo de desarrollar una relación más íntima con Dios, entonces se nos hará muy fácil racionalizar acciones o actitudes pecadoras a nosotros mismos.
La falta de tiempo nunca debe ser una excusa para no asistir a la iglesia, o para dejar de proclamar el evangelio de Jesucristo. El cansancio nunca debe ser una excusa para no asistir a la iglesia, o para dejar de proclamar el evangelio de Jesucristo. Complacer un deseo de la carne nunca debe ser una excusa para no asistir a la iglesia, o para dejar de proclamar el evangelio de Jesucristo. Según surjan estos pensamientos en nuestra mente, tenemos que reconocerles por lo que son. Tenemos que reconocer que son ataques del enemigo que desea detener nuestro crecimiento espiritual, y arrebatar de nuestra vida las bendiciones que Dios nos ha entregado.
Para concluir.
Regresemos ahora a la pregunta inicial, y examinemos la segunda parte. ¿Qué podemos hacer para liberarnos del espíritu de apatía? La respuesta a esta pregunta es encontrada en los versículos que estamos empleando en el día de hoy cuando leemos:
“…Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. 17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. 18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo…” Las palabras claves aquí son: “…asidos de la palabra de vida…”
Una gran realidad es que vivimos en un mundo lleno de maldad; estamos viviendo como nos dice la Palabra aquí: “…en medio de una generación maligna y perversa…” Y existen muchos cristianos que al ver la maldad multiplicada se desaniman y se deprimen, algo que solamente produce un campo fértil para la apatía. Pero yo te digo en el día de hoy, no permitas que esto suceda en tu vida.
En el día de hoy tu puedes evitar ser influenciado por este espíritu maligno, que solo busca arrebatar las bendiciones que Dios te ha entregado. Tú puedes ser liberado de este espíritu, que solo busca amargar tu vida y destruir la obra de Dios. Y de la manera que lo podemos lograr es ocupándonos en nuestra salvación. Esto significa dejar atrás las cosas del mundo, y tomar el tiempo de concentrarnos en la educación de nuestros niños, la educación de los jóvenes y adolescentes, apreciar y respetar a nuestro cónyuge según los principios cristianos, y mantenernos firmes en la fe en todo momento.
El espíritu de apatía es fuerte, pero nunca se nos olvide que solo es un espíritu inmundo. Y la victoria sobre él ya se nos ha entregado. Recordemos siempre: “…Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo…” 1 Juan 4:4
[1] Diccionario de la Real Academia Española
[2] Filipenses 1:12-13
[3] Filipenses 2:3-4
[4] Gálatas 3:25-29; Filipenses 3:2-3
[5] Blue Letter Bible Lexicon – Strong’s G2716
[6] Efesios 2:8-9
[7] Proverbios 22:6
[8] Lucas 6:45
[9] Proverbios 13:24; Proverbios 23:12-14
[10] Eclesiastés 9:9
[11] 1 Pedro 3:1-2; 7
[12] Santiago 4:13-14
[13] 1 Corintios 1:9
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