¡¡Hosanna al Hijo de David!
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: ¡¡Hosanna al Hijo de David!
Introducción
Como todos sabemos, hoy es el día cuando tradicionalmente se estudia acerca del domingo de ramos. Hoy es el día cuando exploramos la entrada victoriosa de nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén. Demás está decir que en éste momento de la historia, Jesucristo era bastante reconocido. Como muchos acostumbran a decir, Su reputación le precedía.
En otras palabras existían muchos que habían sido testigos de las sanidades que Él había hecho; muchos habían sido testigos de cómo Él le había devuelto la vista a los ciegos; Él había sanado a los leprosos; Él había liberado a los endemoniados; y había hecho la señal más poderosa que podía hacer para demostrar Su verdadera identidad, Él había resucitado a Lázaro después de cuatro días de muerto.
Las señales que Él había demostrado habían tenido un gran impacto en el pueblo de ese entonces, y es exactamente por ésta razón que el pueblo salió a las calles a recibirle. El pueblo salió a recibir a quien muchos veían como el Mesías; a quien veían como la persona que les liberaría de las manos del Imperio Romano. Pero en muy corto tiempo este sentimiento de regocijo y jubilo cambiaria drásticamente. ¿Por qué sucedió esto? Éste es el tema que estaremos explorando en el día de hoy.
Pasemos ahora a la palabra de Dios
Mateo 21:8-11– Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. 9Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡¡Hosanna al Hijo de David! ¡¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡¡Hosanna en las alturas! 10 cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? 11Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.
Celebración de las pascuas – ¡¡Hosanna al Hijo de David!
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Lo primero que observamos aquí es que se nos dice que en Jerusalén había una gran multitud. Pero, ¿por qué había ésta gran multitud?
La razón por la que había una gran multitud es porque el pueblo judío estaba a punto de celebrar las pascuas. Ésta celebración comienza el día 15 del mes judío Nissan, y es uno de los tres mayores festivales celebrados por el pueblo judío con significado ambos histórico y agrícola.
Agrícolamente, ésta celebración representa el comienzo de la temporada de cosecha, pero muy poca atención es prestada a éste aspecto del festival. El principal motivo de ésta celebración es para conmemorar el acontecimiento histórico de la liberación del pueblo judío de las manos de Egipto [1].
Éste acontecimiento histórico marco el nacimiento de la nación judía, y es por esa razón que Dios ordeno que ésta fecha fuera observada con celebración. Esta celebración era algo y continúa siendo hasta el día de hoy, una celebración muy importante para el pueblo judío. Era, y es, un tiempo de reuniones familiares, grandes cenas, reuniones de oración y demás. En Israel las pascuas son siete días feriados, y el primero y último día es celebrado como un gran festival. Manteniendo estos breves detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
¡¡Hosanna al Hijo de David!
Lo primero que observamos aquí es que se nos dice: “…Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino…” Pero, ¿qué significado tiene esto?
Lo que estamos viendo aquí es el recibimiento de un rey. Estamos viendo un gran recibimiento ofrecido a un rey que acaba de triunfar sobre su enemigo en el campo de batalla, y que ahora regresaba nuevamente a su reino.
Ellos echaban sus mantos y cortaban ramas de árboles para tenderlos en el camino, esto demuestra que ellos pensaban que la tierra no era lo suficiente buena para que éste hombre caminara sobre ella. Según Jesús iba entrando en Jerusalén, éste pueblo le honraba y adoraba.
Fíjense bien como nos dice aquí la Palabra cuando leemos: “…Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡¡Hosanna al Hijo de David! ¡¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡¡Hosanna en las alturas!..” Éstas son palabras de celebración; son palabras de júbilo. El rey que había sido profetizado [2], finalmente había llegado. La multitud que había presenciado los milagros y señales de nuestro Señor aclamaba diciendo, ¡Hosanna! Ahora pregunto, ¿cuántos saben el significado de esta palabra?
¡¡Hosanna al Hijo de David!
La palabra hosanna viene de la palabra hebrea “Yasha anna” y ésta palabra es definida como “Sálvanos ahora” [3]. Así que como podemos ver, lo que ellos en realidad estaban diciendo es mi rey sálvanos ahora. Inicialmente la multitud le reconoció por quien Él es, pero todo esto pronto cambiaria.
Después de un pequeño tiempo, las alabanzas y el júbilo se terminarían y se volverían en traición y condenación. Después de un pequeño tiempo, éste pueblo que gritaba “¡Hosanna al Hijo de David!” pronto escogería aceptar a un ladrón y homicida en la comunidad en vez de a Jesucristo [4]. Pero la pregunta que debemos hacernos ahora es, ¿por qué sucedió un cambio tan drástico?
La razón principal fue para que se cumplieran todas las profecías acerca de nuestro Señor. En si existen más de 300 profecías mesiánicas, que nuestro Señor cumplió con su ministerio y muerte. Además, Él mismo les había enseñado a los discípulos lo que tenía que acontecer. Esto es algo que encontramos bien declarado en Mateo 20:18 cuando leemos: “…He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte…”
La otra razón por la que el pueblo hizo un cambio tan drástico es porque Jesús no actuó de la manera que ellos deseaban o esperaban que Él actuara. Ellos esperaban a un guerrero que dirigiría una revolución en contra del imperio Romano, pero envés Jesús llego desenmascarando el pecado que existía en los líderes religiosos de ese entonces.
Esto es algo que queda bien ilustrado en las palabras de nuestro Señor Mateo 23:27 cuando leemos: “.!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia…”
El pueblo esperaba que llegara un guerrero que dirigiría una revolución en contra del imperio Romano para que no tuviesen que pagar más impuestos, pero envés de eso Jesús les enseñó que continuaran pagando [5]. El Señor les dijo: “…Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios…”
Ellos esperaban a un guerrero que dirigiera una revolución en contra del imperio Romano y que unificara a los líderes y comunidades, pero envés de eso Jesús llegó a Jerusalén revelando el pecado y la malicia que existía en el corazón de éste pueblo [6].
Ellos esperaban a un guerrero que dirigiría una revolución en contra del imperio Romano, pero la misión de nuestro Señor era mucho más superior que liberar a un solo pueblo de un imperio temporal. La misión de nuestro Señor Jesús fue de liberar al hombre del reino de las tinieblas, algo que continua aun en nuestros días, pero que no continuara para siempre.
Todo creyente fiel tiene la promesa de algo mucho superior a lo que se pueda encontrar aquí en la tierra; fíjense bien lo que nos dice la Palabra en Apocalipsis 22:1-5 cuando leemos: “…Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos…”
El pueblo de ese entonces y aun muchos hoy, no aceptan la verdadera identidad de nuestro Señor, y escogen aceptar doctrinas inventadas por el hombre. Pero, el día llegara cuando sucederá lo que encontramos en Mateo 24:27 cuando leemos: “…Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre..;” desdichadamente para muchos éste día llegara muy tarde.
Esto no es algo que yo he inventado para asustar o intimidar a nadie. El Señor nos dice esto claramente en Mateo 24:30-31 cuando leemos: “…Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro…”
La pregunta que ahora debemos hacernos es: ¿por qué se le hace tan difícil al hombre aceptar la verdad de Dios?
El pueblo de ese entonces y muchos hoy en día no aceptan la verdad de Dios porque muchos se acercan a Dios con una actitud incorrecta. Muchos se acercan a Dios con la actitud de “¿Dios qué vas hacer tu por mi?” Pero como fieles creyentes, nosotros nunca podemos adoptar ésta actitud, sino que nuestra actitud siempre debe ser, “Dios que más puedo hacer yo para agradarte.”
Una de las razones por la que el hombre adopta la actitud incorrecta es porque el hombre confía más en lo que ve que en lo que lee; ciertamente éste fue el caso con el pueblo de ese entonces. Como les dije, el Señor cumplió más de 300 profecías encontradas en el antiguo testamento, y existe un gran peligro en confiar más en lo que vemos que en lo que leemos. Digo esto porque cualquiera puede hacer un truco que nos deje sorprendidos o atónitos, y si no tenemos mucho cuidado, si no estamos parados firmes en la Palabra de Dios, entonces podemos ser engañados.
Esto es algo que el Señor nos advierte claramente en Marcos 13:22 cuando leemos: “…Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos…”
Esto por supuesto es algo que no es difícil encontrar en el mundo de hoy. Existen muchos que claman venir en el nombre del Señor, pero que cuando tomamos el tiempo de explorar la doctrina, cuando tomamos el tiempo de comparar lo que representan y enseñan con la palabra de Dios, entonces pronto descubrimos la mentira. Así que dile a la persona que tienes a tu lado, cuidado.
Para concluir.
Inicialmente éste pueblo recibió al Señor en la ciudad como a un rey triunfante, pero su actitud pronto cambio. Ellos le recibieron diciendo “¡Hosanna!” Ellos le recibieron diciéndole “sálvanos ahora”, y a eso mismo es a lo que Él venía.
Él venía a ofrecerles la reconciliación con Dios y a salvarles de las manos del diablo, algo que era, y es, mucho superior a ser liberado de la opresión temporal del hombre. Pero ellos no aceptaron lo que Él les ofrecía, es como nos dice la Palabra en Juan 1:10-11 cuando leemos: “…En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron…”
Te digo hoy, clama a Él y dile ¡¡Hosanna!!Señor mi Dios. Clama a Él y pronto recibirás un galardón mucho superior a lo que esperas o mereces. Clama a Él diciendo ¡¡Hosanna!!, confiando siempre en lo que Él nos dice en Juan 6:37 cuando leemos: “…Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera…”
Permítele entrar en tu vida, y recíbele por quien Él es; Cristo es el Rey y Salvador triunfante que te ha entregado la victoria. Clama a Él hoy y dile ¡¡Hosanna!!Señor mi Dios.
[1] Éxodo 12:1-20
[2] Zacarías 9:9
[3] Diccionario Bíblico de Easton
[4] Marcos 15:15
[5] Mateo 22:17-21
[6] Mateo 21:12-13
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