Enséñame a hacer tu voluntad .. Predicas Cristianas

Enséñame a hacer tu voluntad

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: La voluntad de Dios – Enséñame a hacer tu voluntad

Introducción

Si se acuerdan, la semana pasada hablamos acerca de la unción, y nuestra necesidad de obtener unción fresca para poder combatir y vencer los ataques del enemigo. Y por si no se habían dado cuenta, el punto principal de esa predicación fue hacer la voluntad de Dios en todo momento, en vez de la nuestra. Pero ahora la pregunta del siglo es: ¿cómo podemos lograr hacer la voluntad de Dios? Este será el tema que estaremos explorando hoy.

Pasemos ahora a la Palabra de Dios.

Salmo 143:10Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud

Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Lo primero que debemos saber es que este salmo fue escrito por el rey David, alguien que tenia amplia experiencia en cuanto a los conflictos, y peligros que ser un escogido de Dios pueden producir.

Digo esto porque cuando tomamos el tiempo de analizar la vida de este hombre, nos damos cuenta que a partir del día que David venció a Goliat en el campo de batalla, el Rey Saúl le tuvo mala voluntad [1].  Esto fue debido a que después de su victoria sobre el gigante, la fama y reputación de David creció hasta el punto que el pueblo le quería más a él que al rey.

El odio y el celo del rey hacia David creció grandemente, y produjo tratara de matarle en más de una ocasión. Debido a esto, David tuvo que huir y esconderse en varias ocasiones para salvar su vida [2]. De ahí en adelante la persecución del rey fue sin cesar.

La voluntad de Dios

Pero la historia de la persecución de David no se termina aquí. No se termina aquí porque después de sufrir la persecución por parte del Rey Saúl, y de asumir el trono, su propio hijo también le hizo huir para salvar su vida. Esto es algo que queda bien reflejado en 2 Samuel 15:14 cuando leemos: “…Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque no podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada…

Seguramente que algunos ya deben estar haciéndose esa pregunta, ¿por qué tenemos que saber todo esto? Es importante que notemos estos pequeños detalles de la vida de este hombre porque estos breves detalles nos revelan dos cosas muy importantes.

Número uno nos revelan el peligro constante que afrontamos a diario; y número dos, nos revelan la actitud que debemos tomar en esos momentos de dificultad, especialmente cuando el mundo entero aparenta estar en contra nuestra. Así que manteniendo estos breves detalles en mente continuemos ahora con nuestro estudio de hoy. Tomemos este versículo ahora y analicémoslo detalladamente para encontrar la respuesta a nuestra pregunta.

Lo primero que vemos aquí es que se nos dice: “…Enséñame…” (Voluntad de Dios)

¿Por qué es esta palabra tan importante a notar? Esta palabra es tan importante a notar porque pedir que Dios nos enseñe es un acto de humildad y sumisión. Una gran realidad es que el orgullo y la arrogancia produce que muchos vean la humildad y sumisión como una señal de debilidad, pero la verdad es que humillarse y someterse a Dios no es una debilidad sino que es una virtud.

La humildad y el sometimiento a Dios es lo que nos permite deshacernos de nuestra arrogancia, y nos permite rendirnos completamente a Dios. La humildad y sometimiento a Dios son las combinación perfecta que nos ayudan a reconocer y superar nuestras faltas, limitaciones y debilidades.

La humildad y sometimiento a Dios son las combinación perfecta que nos acercan a la presencia de Dios. Esto es algo que queda bien reflejado en Salmos 138:6 cuando leemos: “…Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos…”

La humildad y sometimiento a Dios son la combinación perfecta que nos ayudan y conducen a confiar en el poder de Dios completamente. Definitivamente esto fue algo que vimos en la predicación de la semana pasada. La humildad y sometimiento a la voluntad de Dios fue lo que permitió que David derrotara y echara fuera al ejército de los filisteos de su reino [3].

Segundo vemos que aquí se nos dice: “…a hacer…” (Voluntad de Dios)

Una gran realidad es que nosotros todos somos bastante ignorantes acerca de la mentalidad de Dios [4]. Como seres humanos al fin, a todos nos gustaría saber exactamente por qué suceden las cosas. Pero la realidad del caso es que no siempre podremos obtener éste entendimiento.

Todos nosotros tenemos un entendimiento básico de lo que Él quiere hacer en nuestra vida, pero nunca tendremos un entendimiento completo de lo que Él está pensando y del por qué de las cosas. Y debido a nuestra ignorancia o desconocimiento, no llegamos a hacer lo que Dios pide y demanda de nosotros [5]. ¿Qué les quiero decir con todo esto?

Lo que les estoy diciendo es que oír lo que Dios pide y demanda de Su pueblo no es suficiente. Querer hacer lo que Dios pide y demanda de Su pueblo no es suficiente.  ¿Qué necesitamos? Lo que necesitamos es que Dios nos enseñe a hacer su Santa voluntad. Dile en voz alta a Dios: Señor ayúdame a hacer tu voluntad.

Tercero vemos que aquí se nos dice: “…tu voluntad…”

Una gran realidad es que como seres humanos al fin, todos aquí somos propensos a hacer nuestra voluntad. En otras palabras, todos aquí tenemos la tendencia a reaccionar a las cosas sin consultar a Dios, y/o a pensar en Su perfecta voluntad. ¿Qué es la voluntad de Dios para nuestra vida?

La pregunta aparenta ser algo difícil de contestar, pero en realidad no lo es. Lo único que tenemos que hacer para encontrar la voluntad de Dios para con nosotros es leer la Biblia.

La voluntad de Dios para cada uno de nosotros es que seamos completamente diferentes a lo que una vez éramos; la voluntad de Dios para con nosotros es que conduzcamos una vida perseverando en la santidad; la voluntad de Dios para con nosotros es que imitemos a nuestro Señor Jesucristo en todo momento, y que la Palabra de Dios sea reflejada en todo lo que somos [6].

Pero lo que sucede es que en la mayoría de los casos terminamos obedeciendo a los hombres creyendo obedecer a Dios. ¿Por qué sucede esto? Esto sucede porque no hemos escuchado, y/o hemos completamente descartado la advertencia del apóstol Pablo en Romanos 12:2 cuando leemos: “…No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta…” Dile a la persona que tiene a tu lado: tenemos que “…hacer…” la voluntad de Dios.

Cuarto vemos que se nos dice: “…porque tú eres mi Dios…”

Una gran realidad es que este mundo esta llenos de dioses. ¿Cómo así? Además de los miles de dioses paganos que existen en el mundo, dioses a quien ninguno aquí le rendiríamos homenaje, existen dioses a quien muchos dentro del pueblo de Dios sirven. ¿Qué son los dioses?

La palabra dioses a pesar de que puede ser usada para describir cualquiera de las deidades a que dan o han dado culto las diversas religiones, por definición también significan “una persona o cosas de valor supremo” [7].

Así que cuando usamos esta definición podemos confiadamente decir que los dioses a quien muchos dentro del pueblo de Dios sirven son todas aquellas cosas a la que en ocasiones nos rendimos, y que causan que dejemos de escuchar la voz de Dios.  Y es por eso que en Colosenses 3:5 encontramos que se nos dice: “…Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría…

Es lamentable decirlo, pero la realidad es que vivimos en medio de una generación que ha escogido apartarse de la verdad de Dios. Vivimos en medio de una generación que no reconoce a Dios todopoderoso.  Vivimos en medio de una generación que ha sido adoctrinada a creer que Dios no hace falta para que reine la paz; que la paz puede ser obtenida a través de la sabiduría del hombre. Pero la realidad es que la verdadera paz no puede ser obtenida por a través de la sabiduría del hombre, sino que es un don de Dios [8].

Vivimos en medio de una generación que ha sido adoctrinada a que no importa en lo que se cree, lo importante es creer en algo. Pero la realidad es que por muy devoto que seas, o por muy religioso que te hagas, si no reconoces al verdadero Dios todopoderoso, y la obra redentora de Jesucristo, entonces no tienes esperanza alguna [9].

Vivimos en medio de una generación que constantemente crea doctrinas y filosofías para eliminar a Dios todopoderoso de todo, y lo único que tenemos que hacer es abrir nuestros ojos a la realidad para darnos cuenta de ello. Y es por eso que les digo hoy que todos tenemos que examinarnos muy de cerca, y examinar nuestra relación con Dios.   Todos tenemos que examinarnos muy de cerca para deshacernos de todas esas cosas que desagradan a Dios, y permitir que Él ocupe la primera posición en nuestra vida. Dile en voz alta al Señor: “…porque tú eres mi Dios…”

Quinto vemos que se nos dice: “…Tu buen espíritu me guíe…” (Voluntad de Dios)

Como he dicho en otras ocasiones, todos tenemos que permitir ser guiados por el Espíritu Santo en toda ocasión. ¿Por qué es tan importante hacer esto? Permitir ser guiados por el Espíritu Santo en todo momento es extremadamente importante porque Él siempre nos conducirá a la presencia de Dios. El Espíritu Santo nos guía a como sobrevenir los impulsos de la carne, nos da convicción de nuestros pecados, y nos fortalece para derrotar las tentaciones y vencer en las tribulaciones.

Esta pequeña porción del versículo nos revela de la manera que tenemos que vivir y actuar. Digo esto porque si decimos que somos cristianos, si verdaderamente hemos tenido un encuentro con Cristo, entonces no podemos dejarnos llevar por los impulsos de la carne. Sino que tenemos que dejarnos guiar por Él. Dile en voz alta al Señor: “…Tu buen espíritu me guíe…” Ahora dile a la persona que tienes a tu lado: permite que el Espíritu te guíe.

Cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, entonces aprendemos a confiar más en Dios que en nuestras habilidades. Aprenderemos que por mucho que nosotros podamos hacer, en realidad no podremos obtener una victoria total sobre las situaciones, tribulaciones o dificultades por nuestras propias fuerzas.

Cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo entonces no existe barrera, obstáculo, desvió, o oposición que nos aleje de la voluntad de Dios. Recordemos siempre que cuando permitimos ser guiados por el Espíritu Santo: “…ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro…” (Romanos 8:38-39). ¿Hacia dónde nos guiara el Espíritu Santo?

Continuando leemos: “…a tierra de rectitud…”  (Voluntad de Dios)

¿Por qué es esto de tanta importancia? La realidad es que no todos los caminos son de rectitud. Esto es algo que queda bien claro en Proverbios 14:12 cuando leemos: “…Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte…” A través de la vida todos aquí hemos formado opiniones, y hemos adoptados costumbres y/o tradiciones que definen nuestra personalidad.

En otras palabras, escogemos ser quien somos basado en las cosas que nos parecieron correctas. Pero lo que a nosotros nos aparente correcto no es necesariamente lo que Dios encuentra correcto, y/o demanda y espera de nosotros.   Y es exactamente por esto que nunca podemos olvidar lo que nos dice el Señor en Mateo 7:13-14 cuando leemos: “…Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan…

Hay caminos que llevan a perdición, y si no perseveramos en nuestra fe, entonces tarde o temprano caeremos en la trampa del enemigo, y la obra de Dios será detenida en nuestra vida. Es por esta misma razón que con frecuencia les he repetido, que como personas que hemos hecho un compromiso genuino con Dios, nosotros no podemos permitir ser influenciados por las cosas de este mundo.

No podemos permitir que las presiones de este mundo nos desvíen del camino “…a tierra de rectitud…” Nuestro enemigo tratara de sembrar pensamientos negativos en nuestra mente; tratara de sembrar la duda, tratara de sembrar el desanimo, tratara de sembrar la rebeldía. Tratara de sembrar en nuestra mente todas esas cosas que nos alejan de Dios

Nuestro enemigo tratara de confundirnos y explotara todo medio o avenida a su disposición para lograr su propósito, incluyendo a otros supuestos creyentes. Fíjense bien como esto es algo que se nos advierte claramente en 2 Corintios 11:14-15 cuando leemos: “…Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras…”  Dile en voz alta al Señor: Señor guíame a tierra de rectitud.

Para concluir.

Regresemos ahora a nuestra pregunta inicial; ¿cómo podemos lograr hacer la voluntad de Dios? Podes lograr hacer la voluntad de Dios cuando apartamos de nuestra vida la arrogancia y orgullo, y nos sometemos a Dios. Podemos lograr hacer la voluntad de Dios cuando le reconocemos y le damos el lugar que Él merece en nuestra vida.

Podemos lograr hacer la voluntad de Dios cuando permitimos que el Espíritu Santo guie nuestros pasos, pensamientos, y sentimientos en todo momento. Podemos lograr hacer la voluntad de Dios cuando nos dejamos guiar a tierra de rectitud; en otras palabras, cuando permanecemos y perseveramos en la voluntad de Dios.

No sé si se han dado cuenta de algo nuevo que hemos hecho hoy. Hoy les he pedido que hablen en voz alta en clamor al Señor. ¿Por qué hemos hecho esto? Lo hemos hecho porque: “…Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación…” (Romanos 10:10).

¿Quieres lograr hacer la voluntad de Dios en tu vida? Entonces clama conmigo ahora en voz alta al Señor diciéndole: “…Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud…”

La Palabra de Dios nos dice: “…Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia. 12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, Y destruirás a todos los adversarios de mi alma, Porque yo soy tu siervo…” (Salmo 143:11-12). ¿Deseas esta bendición en tu vida?

Entonces; humíllate, haz su voluntad, reconócele, permite ser guiado, y la recibirás.

[1] 1 Samuel 18:8-9
[2] 1 Samuel 19:11-12; 1 Samuel 27:1
[3] 1 Crónicas 14:8-17
[4] Isaías 55:8-9
[5] Levítico 20:7; 1 Pedro 1:15-16
[6] Colosenses 3:12-14; 1 Pedro 4:11; Romanos 12:14-17; Juan 13:34; Efesios 4:22-24
[7] Merriam-Webster Dictionary
[8] Filipenses 4:6-7
[9] Juan 3:16; Juan 14:6

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

El Nuevo Pacto .. Predicas Cristianas

Publicaciones Similares