La Bella Durmiente
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: La Bella Durmiente
Tabla de Contenido
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Proverbios 6:9
Introducción
Una gran realidad es que a la mayoría de las personas no les gusta escuchar mensajes fuertes, sino que prefieren escuchar que no importa lo que hagan, todo estará bien al final. En otras palabras, a la mayoría de las personas les gusta escuchar cuentos de hadas y fabulas, en vez de escuchar la verdad de Dios. ¿Por qué sucede esto?
Esto es algo que sucede porque la verdad de Dios nos da convicción de error y pecado [1], algo que en la mayoría de los casos no queremos escuchar, o no estamos dispuestos a dejar.
Sin embargo los cuentos y fabulas nos mantienen entretenidos, pero apartados de la verdad de Dios. Así que para complacer a todos los que prefieren escuchar un cuento bonito, hoy les hare el cuento de La Bella Durmiente [2]. Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
Permítanme parafrasear el cuento de La Bella Durmiente
Había una vez un rey y una reina que deseaban mucho tener un hijo, pero no podían. Un día mientras la reina se bañaba, salto una rana y le dijo que su deseo seria realizado. Lo que le dijo la rana fue realizado, y los reyes tuvieron una niña preciosa. Al nacer la niña los reyes estaban tan contentos que hicieron una gran fiesta para celebrar su nacimiento.
Los reyes no solamente invitaron a sus familiares, amistades, y a los miembros distinguidos de la corte, sino que también invitaron a un grupo de hadas, para que ellas fueran amables y generosas con la niña. En el reino había trece hadas, pero ellos solamente tenían doce platos de oro para servir en la cena, así que tuvieron que eliminar una invitación
La fiesta se llevó a cabo con el máximo esplendor, y cuando llegó a su fin, las hadas fueron obsequiando a la niña con los mejores y más maravillosos regalos que pudieron: una le regaló la virtud, otra la belleza, la siguiente riquezas, y así todas las demás, con todo lo que alguien pudiera desear en el mundo
Cuando once de ellas habían dado sus obsequios, de pronto entró la que había sido eliminada de la lista de invitación. Ella quería vengarse por no haber sido invitada, y sin ningún aviso, y sin mirar a nadie, gritó con voz bien fuerte: «¡La hija del rey, cuando cumpla sus quince años, se pinchará con un huso de hilar, y caerá muerta inmediatamente!» Y sin más decir, dio media vuelta y abandonó el salón.