Propósito de Dios
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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Propósito de Dios y el poder de Su presencia
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 14:22-33
Introducción
Como les mencioné la semana pasada, en ocasiones surgen situaciones o circunstancias, que producen que las cosas se nos pongan un poco difícil. En ocasiones experimentamos situaciones que nos debilitan, tanto espiritualmente como mentalmente. En otras palabras, situaciones que nos roban la paz, y que tratan de cegarnos para que no podamos ver la solución.
Estamos hablando de situaciones y circunstancias que se presentan en todo aspecto de nuestra vida; en los matrimonios, en el hogar, en la familia, en el trabajo, etc. etc. Por ejemplo, sucede algo insignificante, y de buenas a primeras nos encontramos en medio de una tremenda discusión o pelea.
Sucede algo insignificante, y de buenas a primeras nos encontramos en medio de una gritería, en vez de una discusión constructiva. Sucede algo insignificante, y de buenas a primeras en vez de calmar la situación, lo que hacemos es echarle gasolina al fuego.
Y algo que sucede con frecuencia al encontrarnos en medio de estas tormentas, es que comenzamos a cuestionar el propósito de Dios en las cosas; y una vez que esto sucede, tendemos a caer en un estado de lastima propia; (¿por qué a mí?). En otras palabras, comenzamos a dudar del poder, majestad, y gloria de Dios. Ahora debemos preguntarnos, ¿por qué sucede esto? Esto es algo que sucede porque muchos no logran entender, o no han recibido convicción de tres cosas acerca de Dios.
Número uno: Dios tiene un propósito en todo lo que sucede [1]; número dos: el propósito de Dios es perfecto en todo sentido [2]; número tres: Su presencia nos fortalece, nos ayuda a vencer toda dificultad, y nos permite derrumbar todo obstáculo [3].
Pero, ¿cómo podemos alcanzar la convicción de estas tres cosas acerca de Dios? Este será el tema que estaremos explorando hoy; así que pasemos ahora a la palabra de Dios.
El poder de Su presencia
«En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotado por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.»
Como acostumbro a decir para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. No creo que sea necesario cubrir todos los milagros que Jesús había hecho antes de llegar a este punto en la historia, pero sí debemos estar conscientes de dos breves detalles que considero son de suma importancia.
El primer detalle es que la dureza de corazón de los hombres, la falta de fe, y resistencia al cambio que Jesús representaba y predicaba, condujo a los líderes religiosos de ese entonces a que le condenaran y le acusaran de representar al diablo en vez de a Dios. Esto es algo que queda bien reflejado en Mateo 12:24 cuando leemos: “…Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios…”
El segundo detalle es que la dureza de corazón del hombre y la resistencia al cambio, detuvo que ellos lograran ver la grandeza de Su poder, la majestad de Sus enseñanzas y la misericordia que Él les ofrecía, y lo único que hacían era demandar señales [4].
¿Por qué es necesario que sepamos estos detalles? Es necesario estar conscientes de estos dos breves detalles, porque estos dos detalles nos revelan que la dureza de corazón, y la falta de fe, en toda ocasión nos ciegan para que no logremos ver el propósito de Dios en nuestra vida, y una vez que esto sucede, la consecuencia es que nos pasamos la vida demandando de Dios, en vez de pasarnos la vida adorando a Dios. Así que, manteniendo estos breves detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
Dios tiene un plan y un propósito en todo
Aquí vemos que las escrituras nos dicen (verss. 22-23): “…En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo…”
Pero, ¿qué significado tiene esto para nosotros? ¿Qué nos deja saber este detalle a nosotros? Lo que esto nos deja saber, es que Dios tiene un plan y un propósito en todo. Preguntémonos, ¿por qué le dijo Jesús a los discípulos que se fueran al otro lado antes de él? Existen tres propósitos en lo que Él hizo.
El primer propósito, y el más evidente, es que Jesús no deseaba que el ministerio se detuviera; existían numerosas otras personas que aun no habían escuchado que el reino de Dios había llegado [5].
El segundo propósito es que Jesús estaba salvando a los discípulos de caer en gran tentación. Digo esto porque después que Jesús le dio de comer a las cinco mil personas que se habían reunido para escuchar Sus enseñanzas, esta multitud había decidido apoderarse de Él y nombrarle rey [6]. El problema que existía, es que los discípulos compartían el mismo entusiasmo del pueblo, y seguramente se hubieran hechos partícipes de las acciones que ellos pretendían.
Jesús conocía muy bien la intención de este pueblo, y a pesar de que todo era con muy buenas intenciones, Jesús no podía permitir que ellos le nombraran rey. Él no podía permitir que el pueblo lo nombrara el rey Mesías, ya que esto significaría que Él tendría que ser el líder de una revolución en contra del Imperio Romano, y establecer un reino teocrático.
Pero esta no era la misión que Jesús había venido a cumplir, ya que Su reino no es de este mundo [7]. Así que si los discípulos hubiesen sido arrastrados por las emociones, y sentimientos que existían en ese entonces, sin darse cuenta, y con muy buenas intenciones, ellos se hubieran hechos partícipes de ir en contra de la voluntad de Dios.
El tercer propósito fue que Jesús necesitaba tiempo a solas con el Padre. Hermanos, esto es algo que todos nosotros tenemos gran necesidad de hacer. Tenemos la necesidad de entrar en comunión con nuestro Padre celestial, sin permitir que algo interrumpa nuestra comunión, y una vez que hacemos esto, entonces comenzaremos a ver las bendiciones de Dios derramarse sobre nosotros [8]. ¿Qué les he tratado de decir con todo esto? Lo que les estoy diciendo es que al igual que Jesús tenía un plan bien formulado para los discípulos, Dios tiene un plan bien formulado para con nosotros. Dile a la persona que tienes a tu lado: el propósito de Dios es perfecto.
El propósito de Dios es perfecto
Continuando con nuestro estudio leemos (verss. 24-27): “…Y ya la barca estaba en medio del mar, azotado por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis!…”
Antes de proceder, deseo llamarles la atención a un detalle bien importante. Aquí vemos que la palabra nos dice que ellos se encontraban en medio de una gran tormenta que azotaba la barca; quiero que prestemos atención a la palabra “azotado”, porque esta palabra significa que ellos estaban atravesando por un momento violento. ¿Por qué debemos prestar atención a este detalle?
Debemos prestar atención a este detalle porque yo diría que lo que encontramos en estos versículos, es una buena descripción de las cosas que con frecuencia suceden en nuestra vida. ¿Por qué digo esto?
Digo esto porque en ocasiones, nosotros nos podemos encontrar en situaciones difíciles que aparentan ser destructivas. En ocasiones sufrimos con problemas matrimoniales, con los hijos, en el trabajo, y en todas las otras áreas de nuestra vida. Estas situaciones o dificultades, con frecuencia causan que las personas caigan en un estado de depresión.
En otras palabras, causan que surjan violentas tormentas internas que nos roban la paz, y nos dejan afligidos o angustiados. Tormentas espirituales que nos dejan sin aliento, y en ocasiones agotados de pelear en contra de algo que aparenta insuperable o invencible. Pero estos versículos aquí nos dejan saber que aun cuando pensamos que estamos solos, el Señor está presente y atento a nuestras necesidades. Dile a la persona que tienes a tu lado: tened ánimo.
Hermanos, Dios está consciente de lo que sucede en nuestra vida
Él nunca abandona a quien le es fiel [9]. La realidad es que nada le daría más placer a nuestro enemigo, que convencernos de que Dios es indiferente, y que no presta atención a nuestras necesidades, pero la realidad es que la palabra de Dios nos dice todo lo contrario, ya que el Señor mismo nos dice: “…enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén…” Mateo 28:20. Dile a la persona que tienes a tu lado: Jesús está a tu lado.
El poder de Su presencia
Continuando con nuestro estudio leemos (verss. 28-31): “…Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?..”
¿Qué nos revelan estos versículos? Estos versículos nos revelan tres cosas.
Número uno: nos revelan el poder de Su presencia, ya que aun la naturaleza tiene que obedecerle.
Número dos: nos revela que la ayuda de Dios siempre llega en el momento oportuno. Fíjense bien en un detalle para que entiendan bien lo que les estoy tratando de decir. Aquí vemos que el Señor no llegó a ellos hasta “…la cuarta vigilia de la noche…”; ¿pero qué quiere decir esto?
Para entender lo que esto significa, debemos conocer que la noche estaba dividida en cuatro vigilias de tres horas cada una, así que la cuarta vigilia quiere decir que eran entre las tres y seis de la mañana. Como podemos apreciar, esto significa que ellos llevaban varias horas peleando en contra de fuertes vientos, y grandes olas.
De acuerdo al temor que ellos demostraban, lo más seguro es que la barca estaba a punto de hundirse, y todo aparentaba estar perdido, pero el Señor no permitiría que nada le sucediera a sus seguidores, y Su ayuda llegó exactamente en el momento cuando ellos más la necesitaban.
Número tres: estos versículos nos revelan, es que si no mantenemos nuestra mirada fija en el Señor, nuestra fe nos fallara. Fíjense bien en este detalle.
¿Qué le sucedió a Pedro?
Pedro pidió que le permitiera salir de la barca y caminar sobre las aguas, y el Señor le dijo “…Ven…”, y Pedro comenzó a caminar sobre las aguas sin problema alguno; pero algo sucedió, y de buenas a primeras Pedro comenzó a hundirse. La Palabra nos dice: “…Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo….” ¿Qué le sucedió a Pedro? Lo que le sucedió fue que él quitó Su mirada del Señor, para concentrarse en lo que le rodeaba.
Hermanos, este es el error más grande que muchos cristianos cometemos, y es lo que causa que muchos caigan vencidos por los recios vientos de oposición, y fuertes olas de sufrimientos que nuestro enemigo levanta a nuestro alrededor. Y es por eso que nosotros nunca podemos quitar nuestra mirada del Señor, sino que en momentos de dificultades, en momentos de aflicciones y preocupaciones, o al encontrarnos en medio de una gran tormenta espiritual, tenemos que invocar el nombre del Señor [10].
El Señor nos ha garantizado nuestra salvación con Su sacrificio en la cruz del Calvario, y como cristianos fieles tenemos que fijar nuestra mirada en Él en todo momento.
Escucha hoy Su voz que te llama a caminar por encima de tus problemas; el Señor te llama a salir de ese lugar de peligro para que estés a Su lado. Puede ser que te encuentres en medio de una gran tormenta en este mismo momento; puedes estar atravesando por un momento difícil que busca robarte la paz que Él te ha entregado [11]. Pero recuerda que al igual que Jesús estaba presente y les salvó de todo mal, Él está presente para salvarte.
Tú puedes caminar sobre las aguas
Escucha hoy que el Señor te dice “…Ven…” Tú puedes caminar sobre las aguas, tú puedes caminar por encima de esa tormenta. La palabra nos dice que “…Jesús, extendiendo la mano, asió de él…” Esto significa que el Señor estaba muy próximo a Pedro, y Él está muy próximo a todo cristiano fiel. Jesús esta muy próximo a ti para tomar tu mano, y sacarte de ese lugar de peligro y/o sufrimiento. Y lo único que tienes que hacer es fortalecer tu fe y no dudar de Su gloria, majestad y poder.
Como cristianos fieles, tenemos que fortalecer nuestra fe, y estar dispuestos a caminar a Su lado, a pesar de lo difícil o peligroso que la situación pueda aparentar; tenemos que estar dispuestos a caminar a Su lado completamente convencidos que Él es quien está en control. Dile a la persona que tienes a tu lado: sal de la barca.
Continuando, encontramos que la Palabra nos dice (verss. 32-33): “…Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios…”
Cuando permitimos que el Señor sea quien guíe nuestros pasos, los vientos y tormentas a nuestro alrededor serán calmados, y recibiremos la paz que solo Él nos puede dar [12]. La presencia de Cristo en nuestra vida es la que nos provee el descanso, y nos fortalece para vencer [13]. Y es por eso que nunca podemos permitir que nada nos detenga de adorarle, y alabarle en todo momento.
Los discípulos le adoraron y finalmente reconocieron Su grandeza; en otras palabras, en solo un instante ellos obtuvieron un crecimiento espiritual que cambiaría la manera de cómo ellos verían al Señor de ese momento en adelante. En ese momento ellos dijeron: “…Verdaderamente eres Hijo de Dios…”, y nosotros tenemos que hacer igual. Tenemos que adorar y alabar al Dios todopoderoso; tenemos que reconocer y adorar al único capaz de calmar toda tormenta y restaurar todo espíritu. Dile a la persona que tienes a tu lado: alaba a Dios.
Para concluir.
Como les dije al inicio, en muchas ocasiones no logramos entender, o no tenemos la convicción del propósito de Dios en las cosas que nos suceden, y comenzamos a cuestionar Su propósito. Pero como también les dije, Dios tiene un propósito en todo.
¿Cuáles pueden ser algunos de los propósitos de Dios, durante las situaciones difíciles que se presentan en nuestra vida? Quizás sea que demostremos el amor de Dios; que demostremos misericordia y perdón; que demostremos quien ahora somos, y la diferencia que Cristo ha causado en nuestra vida. Recordemos que nada habla más alto que nuestro comportamiento y conducta, y el propósito principal de Dios para con Su pueblo, es que siempre seamos el ejemplo a seguir [14].
¿Qué hemos aprendido de estos versículos hoy? De estos versículos hemos aprendido varias cosas que nos ayudarán en nuestro caminar cristiano. Hemos aprendido que Dios tiene un plan para con nosotros, y que él está atento a nuestras necesidades.
Hemos aprendido que Él ve por lo que tenemos que atravesar, y Su ayuda siempre llega en el momento oportuno. Y por último, hemos aprendido que Su presencia en nuestra vida es la que nos permite crecer, dándonos convicción de error y pecado, y siempre conduciéndonos hacia la presencia del Padre.
Ahora las preguntas que quedan son: ¿confiaras en Jesucristo a pesar de las situaciones que te rodeen? ¿Podrás salir de la barca, es decir, de ese lugar de peligro y confiar solo en Él?
[1] Éxodo 9:16; Proverbios 19:21
[2] Jeremías 29:11
[3] Romanos 8:28
[4] Mateo 12:38
[5] Mateo 12:28
[6] Juan 6:14-15
[7] Juan 18:36
[8] Mateo 6:6
[9] Deuteronomio 31:6; Salmos 37:28
[10] Romanos 10:13
[11] Filipenses 4:7
[12] Juan 16:33
[13] Filipenses 4:13
[14] Mateo 5:13-15
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