La hipocresía
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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: La diferencia entre juzgar y reprender la hipocresía
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Gálatas 2:11-14
Introducción
Como todos nosotros sabemos, nosotros vivimos en un mundo donde a lo bueno se le dice malo, y a lo malo se le dice bueno. Y esta es una de las razones, por la cual los cristianos somos hostigados, cuando nos paramos en oposición a muchas de las cosas que están sucediendo en el mundo.
Lo que esta sucediendo, es que los liberales son los primeros en acusarnos de juzgar y condenar a otros, y a través de la presión social, tratan de obligar a que seamos personas políticamente correctas. En otras palabras, que seamos personas que aceptemos lo que va contrario a la palabra de Dios, y nuestra fe, y que no delatemos el error que existe en todo esto. Pero desdichadamente, esto no es algo que se limita al mundo.
La realidad es que alrededor del mundo existen numerosas iglesias y/o congregaciones, donde los líderes y pastores han cedido a la presión social, y por ende han dejado de predicar, y en casos extremos, han dejado de practicar la verdad de Dios. Esto es algo que ha sucedido, y desafortunadamente continuara sucediendo, debido al temor que muchos sienten de ser etiquetados por el mundo como personas intransigentes, personas de mentes cerradas, y/o personas que están fuera de contacto con el mundo de hoy.
Así que, los fundamentalistas bíblicos, es decir, todo siervo y/o sierva que delata la maldad, corrupción, y perversión según la palabra de Dios, son cruelmente acusados de ser personas prejuiciadas, y faltas de amor. En otras palabras, se nos acusa incorrectamente de juzgar y condenar, cuando en realidad lo que estamos haciendo no es más nada que reprender e instruir a las personas, a vivir según los principios divinos establecidos en la palabra de Dios.
Así que en el día de hoy deseo que exploremos el tema de lo que es juzgar, y lo que es reprender. Para hacer esto estaremos explorando lo que sucedió cuando Pablo confrontó a Pedro públicamente, debido a que el comportamiento de Pedro se había apartado de la palabra de Dios.
Los versículos que estaremos analizando.
Gálatas 2:11-14 – Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Diferencia entre juzgar y reprender la hipocresía
Ahora bien, como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Lo primero que debemos saber, es que Antioquía en Siria, era un centro de comercio importante en el mundo antiguo. Mayormente poblada por los griegos, eventualmente se convirtió en un fuerte centro cristiano. Fue en Antioquía que los creyentes fueron llamados cristianos por primera vez (Hechos 11:26). Antioquía en Siria se convirtió en la sede de la iglesia gentil, y la base de operaciones de Pablo.
Lo segundo que debemos saber es que la mayoría de los convertidos, y los primeros líderes de la iglesia de antigüedad, eran judíos quienes habían aceptado a Jesucristo como su Mesías. Pero lo que estaba sucediendo es que como cristianos judíos, ellos luchaban contra una doble identidad. Por un lado su judaísmo los obligaba a ser seguidores de la ley, y por otro lado su nueva fe en Cristo los invitaba a celebrar una santa libertad (Gálatas 5:1-8).
Esta controversia fragmentó la iglesia primitiva.
Los judaizantes, (una facción judía extremista dentro de la iglesia), sostenían que los cristianos gentiles tenían que someterse a leyes y tradiciones judías, además de creer en Cristo. Como misionero de los gentiles, Pablo tuvo que enfrentarse a esta cuestión en varias ocasiones.
Por último, debemos saber que los judaizantes trataban de socavar la autoridad de Pablo, y enseñaban un falso evangelio. Los judaizantes acusaron a Pablo de diluir el evangelio para que fuera más fácil para los gentiles de aceptar, mientras que Pablo acusó a los judaizantes de anular la verdad del evangelio, añadiendo condiciones a ella.
Por lo tanto, la epístola a Gálatas fue escrita para refutar a los judaizantes, y llamar a los creyentes al evangelio puro [1]. Manteniendo estos detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
En el libro de Gálatas, la base de la salvación era la cuestión, ¿era la salvación por medio de Cristo solo, o era a través de Cristo y la adhesión a la ley? El argumento llegó a su fin en los versículos que estamos explorando hoy, cuando Pedro, Pablo, los judaizantes, y algunos cristianos gentiles se reunieron en Antioquía para comer.
Fíjense bien en lo que sucedió; aquí vemos que la palabra de Dios nos dice: “…Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión…”
¿De qué se trataba este desacuerdo?
Ahora debemos preguntarnos, ¿de qué se trataba este desacuerdo? Este desacuerdo se trataba acerca de lo que Pedro comía, y con quien comía. Permítanme extenderme brevemente en este punto. En Hechos 10 encontramos que Pedro recibió un mensaje especial del Señor, acerca de las restricciones dietaría que él guardaba. En esencia, el Señor le quito las restricciones judaicas cuando le dijo: “…Lo que Dios limpió, no lo llames tú común…” [2].
Esto significa que antes de que llegasen los cristianos judíos a la comida, Pedro se sentaba en la mesa con los cristianos gentiles y comía de todo tipo de comida y/o carne; pero ahora que los cristianos judíos (judaizantes) habían llegado (“…algunos de parte de Jacobo…”), la lucha interna con su doble identidad, venció la verdad del evangelio. ¿Por qué digo esto?
Digo esto porque Pedro probablemente pensó que al distanciarse de los cristianos gentiles, estaba promoviendo la armonía, (él no quería ofender a los amigos de Jacobo [judaizantes]). Pero Pablo reprendió esta acción de Pedro, porque esta acción violaba el verdadero evangelio. ¿Por qué violaba el verdadero evangelio?
Digo que violaba el verdadero evangelio, porque al Pedro unirse a los judaizantes, él estaba apoyando implícitamente la afirmación de ellos, de que Cristo no era suficiente para la salvación. Así que aunque Pedro era un líder de la iglesia, él estaba actuando como un hipócrita. Y la hipocresía nunca puede formar parte de la vida de un verdadero cristiano [3].
La hipocresía es algo que sobreabunda en el mundo de hoy, pero desdichadamente no es algo que se limita al mundo, sino que también abunda en numerosas congregaciones. Grandes números de pastores y líderes han cometido, y/o están cometiendo el mismo error de Pedro.
En otras palabras, para promover la armonía, se han apartado de la verdad de Dios, e implícitamente, se han unido al mundo al no predicar la verdad de Dios sin diluir, y reprender el pecado, la perversión, corrupción, y apostasía que existe.
Un evangelio aguado
Alrededor de este mundo hoy en día se predica un evangelio aguado, porque no se quiere ofender. Todos quieren ser políticamente correctos. Pero si lo que escuchas hoy te ofende, tienes que saber que a eso no se le llama ofender, sino que es convicción que el Espíritu Santo está produciendo en tu vida. El espíritu Santo es quien te habla para que te arrepientas, y regreses a la verdad de Dios.
La hipocresía
Continuando con nuestro estudio leemos: “…Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?..” Ahora bien, a primera vista esto aparenta como un juicio y condenación, pero la realidad es que este no es el caso.
Aquí Pablo no estaba juzgando y condenando a Pedro, sino que le estaba reprendiendo para que regresara a la verdad completa del evangelio. Para que entiendan bien el punto que deseo hacer, examinemos ahora la definición de tres palabras claves según el diccionario de la Real Academia Española.
Juzgar – 1. Dicho de un juez o un tribunal: Determinar si el comportamiento de alguien es contrario a la ley, y sentenciar lo procedente. 2. Dicho de un juez o un tribunal: Determinar si un hecho es contrario a la ley, y sentenciar lo procedente.
Reprender – Corregir, amonestar (advertir) a alguien vituperando (censurar) o desaprobando lo que ha dicho o hecho.
Judaizar – Dicho de un cristiano: Practicar pública o privadamente ritos y ceremonias de la ley judaica.
¿Por qué he hecho esta distinción? Les he hecho esta distinción para que comprendamos que existe una gran diferencia entre juzgar, condenar, y reprender. Con estas palabras aquí, Pablo no estaba condenando a Pedro, sino que estaba reprendiendo la hipocresía que él estaba demostrando. Como podemos apreciar, Pedro se comportaba de una manera cuando estaba con los gentiles, y ahora se comportaba de otra cuando se reunía con los judaizantes.
Desdichadamente esto es algo que se puede ver con frecuencia en numerosas congregaciones alrededor del mundo, y es algo que nunca debería ocurrir. Los cristianos estamos llamados a comportarnos como cristianos en todo momento, y no solo en ciertas ocasiones.
Fíjense bien lo que nos dice el Señor en Mateo 5:16 cuando leemos: “…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…” Dile a la persona que tienes a tu lado: estamos llamados a brillar. Los cristianos estamos llamados a brillar en todo tiempo, y no solo cuando llegamos a la iglesia, o nos reunimos con un grupo de cristianos.
¿Por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Haciendo referencia a la pregunta de Pablo cuando dijo: “..¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?..” La pregunta que yo hago es: ¿por qué existen tantos pastores, líderes, y ministros que promueven la aceptación de lo inmundo en sus congregaciones? (Ejemplos; aceptación de: matrimonios homosexuales, abortos, adopción de niños por parejas homosexuales, doctrina de prosperidad, obligación al diezmo, venta de reliquias religiosas, ritos y rituales, etc. etc.)
Claro esta en que a través de la historia, y en la actualidad, siempre encontramos que han existido, y que existen maestros que predicaron, reprendieron, y condenaron el pecado. Esta práctica es fundamental, y es a lo que los predicadores estamos llamados. Pero en esta era moderna en que vivimos, existen muchos que demandan que callemos, y dejemos de condenar y reprender el pecado que existe en el mundo, y la corrupción de la palabra de Dios.
Como les dije al inicio, hoy en día a lo bueno se le dice malo, y a lo malo se le dice bueno. Pero yo digo, basta ya de tratar de complacer al mundo, y esforcémonos en complacer a Dios. En 2 Timoteo 2:15 encontramos que el apóstol Pablo nos dice: “…Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad…” Y esto es exactamente lo que todo cristiano debe hacer. Pregunto: ¿Qué es mejor, agradar a Dios o agradar al mundo? Yo no sé ustedes, y todos somos libres para escoger, “…pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios… [4].
Existe una gran distinción entre juzgar y reprender la hipocresía, y como fieles cristianos nosotros no estamos llamados a juzgar a nadie [5], ya que existe solo un juez justo [6]. Pero esto no significa que tenemos que callar, y aceptar la corrupción e hipocresía que existe en el mundo, y desafortunadamente en la iglesia.
Como fieles cristianos, nosotros estamos llamados a reprender el pecado, y a predicar el arrepentimiento. Fíjense bien como nos dice el apóstol Pablo en 2 Timoteo 4:1-2 cuando leemos: “…Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina…”
Como fieles cristianos nosotros estamos llamados a reprender la hipocresía, y el pecado que existe en el mundo con la palabra de Dios, ya que la palabra de Dios es lo único que produce convicción y arrepentimiento [7].
Para concluir.
Hermanos, cualquier persona puede extraviarse momentáneamente de la verdad de Dios, esto es algo que hemos visto aquí con lo que sucedió con el apóstol Pedro, y con Bernabé, quien fue un gran contribuidor de Pablo [8], un instrumento de Dios [9], y a quien también se le reconoce como un apóstol en la biblia [10]. Estamos hablando acerca de hombres devotos y de gran fe, pero que momentáneamente, debido a la lucha interna (la dualidad humana), perdieron de vista la verdad de Dios. Así que si esto es algo que les sucedió a ellos, esto significa que ninguno de nosotros somos exentos de que nos suceda a nosotros.
¿Qué debemos hacer al descubrir la hipocresía que pueda existir en la iglesia, con un líder, con un ministro, y/o con un hermano? Lo que nunca podemos hacer es juzgar y condenar, sino que tenemos que reprender, pero reprender con mansedumbre y con amor.
Tenemos que hacer como encontramos en Gálatas 6:1 cuando leemos: “…Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado…”
Recordemos siempre que como cristianos no podemos juzgar y condenar, ya que solo existe un juez justo. Como fieles cristianos debemos, y tenemos, que ayudar y levantar a los caídos.
[1] Life Application Bible. King James Version – Galatians
[2] Hechos 10:9-15
[3] 1 Pedro 2:1-3
[4] Josué 24:15
[5] Mateo 7:1-2; Lucas 6:37-38; 41-42
[6] Salmos 7:11; Isaías 33:22; Romanos 2:1-16; 2 Timoteo 4:8
[7] Hebreos 4:12
[8] Hechos 4:34-37
[9] Hechos 13:1-3
[10] Hechos 14:14
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