¿Cómo has edificado?
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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: ¿Cómo has edificado?
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 7:24-27
Introducción
Como les predique la semana pasada, los cristianos fieles no podemos detenernos nunca en nuestro caminar. En otras palabras, no podemos permitir que el enemigo nos detenga de avanzar hacia nuestra meta, la cual debe, y siempre tiene que ser, conducir una vida que agrada a Dios en todo momento.
Esto no significa que no atravesaremos por momentos difíciles, ya que como he predicado en numerosas otras ocasiones, ninguno de nosotros somos exentos de los ataques del enemigo. Y la realidad es que con frecuencia, estos ataques nos conducen al desanimo, y el desanimo en todo momento causara que nos retiremos del campo de batalla. En otras palabras, le cederemos territorio al enemigo, y esto es algo que nunca podemos hacer.
La razón por la que un cristiano fiel nunca debe cederle terreno al enemigo, es porque de hacer esto entonces no estaremos cumpliendo con el propósito que Dios tiene para con nosotros. Pero ahora la pregunta que surge es, ¿cómo podemos mantenernos firmes en todo momento? La realidad es que la respuesta a esta pregunta es bastante simple, de la manera que nosotros podemos mantenernos firmes en todo momento, es recordando con convicción, que nuestra fe no esta fundada en un mito, leyenda, o política humana. Nuestra fe esta fundada en la palabra de Dios, y sobre el nombre que es sobre todo nombre [1], nuestra fe esta fundada y basada en Cristo Jesús.
Pero desdichadamente existen muchas personas, e incluso cristianos, que no tienen una convicción solida acerca de la fe, es decir, no han edificado su vida completamente sobre Cristo. Así que para ayudar a todos aquellos a edificar sobre la roca de nuestra salvación, hoy deseo que estudiemos acerca de la fundación del templo que le hemos construido a Dios.
El templo que le hemos construido a Dios
A pesar de que no todos somos arquitectos, albañiles, carpinteros, o trabajamos en la construcción, alegóricamente, toda persona es responsable de edificar una estructura. La razón por la que digo esto es porque nuestra vida es una obra de construcción constante, y dependiendo de cómo edificamos, determinara nuestro futuro. Además, no podemos ignorar la realidad de que al aceptar a Cristo como nuestro Rey y Salvador, ahora somos morada del Espíritu Santo [2].
Para que entiendan bien lo que les estoy diciendo, fíjense bien en las palabras del apóstol Pablo a la iglesia en Efeso en Efesios 2:19-22 cuando leemos: “…Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Despierta a la persona que tienes a tu lado y dile: el Espíritu Santo mora en ti.
Todo cristiano fiel es morada del Espíritu Santo
Como podemos apreciar, todo cristiano fiel ahora es morada del Espíritu Santo, y esto es una grandiosa bendición, pero para retener esta gran bendición, debemos y tenemos que constantemente examinar la fundación y la construcción de esta morada.
La razón por la que digo esto es porque como todos sabemos, cuando la fundación de una estructura no es vertida correctamente, toda estructura construida sobre ella, tarde o temprano se vendrá abajo. ¿Qué les quiero decir con todo esto? Lo que les estoy diciendo es que tenemos que cautelosamente examinar la fundación y estructura de nuestra vida cristiana, ya que existen muchos que no han construido correctamente.
En otras palabras, existen muchos cristianos que han edificado, pero la fundación quizás no fue vertida correctamente, y ahora se encuentra llena de rajaduras y puntos débiles, los cuales tarde o temprano causaran que la estructura se derrumbe. Ahora la pregunta que debemos hacer es:
¿De qué forma tenemos que construir?
La respuesta a nuestra pregunta es fácilmente encontrada aquí cuando leemos: “…Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca…” Como todos sabemos, para edificar una casa, edificio, o un rasca cielos, se necesitan planes y dibujos hechos por arquitectos e ingenieros, que detallan instrucciones específicas de cómo construir la estructura, y los materiales que tienen que ser usados.
Pero quizás más importante aún, los responsables de la construcción y mantenimiento tienen que ser personas obedientes que sigan las especificaciones, porque de otra manera la estructura puede derrumbarse. Quizás no sea algo que ocurra de inmediato, aunque en ocasiones puede ser que si. Pero de algo que si podemos estar seguros es de que una estructura que no ha sido construida y mantenida correctamente, eventualmente se derrumbara, y dependiendo de cuando, podrá causar grandes daños, heridos, y muertos.
No sé cuantos se recordaran de esto, pero hace unos años atrás en uno de los estados del norte, parte de un centro comercial se derrumbo debido a las fallas estructurales. Gracias a Dios este desastre ocurrió durante horas de la noche cuando el lugar estaba cerrado, y no hubo heridos ni muertos. ¿Se recuerda alguien de este incidente?
Como les mencione, esto sucedió hace varios años atrás, así que no me recuerdo donde fue que sucedió exactamente, pero si me recuerdo que por un tiempo no hubo un canal de televisión que no lo reportara. Y la razón principal por la que causo tan gran sensación, fue porque la investigación descubrió que la estructura se había derrumbado, debido a que los constructores no habían usado los materiales indicado en los planos.
La investigación descubrió que para tratar de reducir los costos de construcción, e intentar terminar el proyecto más rápido, los constructores habían usado materiales inferiores a los que estaban indicados en los planes. En otras palabras, los constructores no escucharon el consejo del arquitecto y el ingeniero, y definitivamente no hicieron lo que estaba indicado en los planes. Si recuerdo correctamente, todo estaba centrado en las vigas de acero que sostenían el segundo piso y el techo. ¿Por qué les he mencionado todo esto?
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras
Les he mencionado todo esto porque como podemos observar en los versículos que estamos estudiando hoy, el Señor nos dice que para construir la morada para el Espíritu Santo correctamente, tenemos que escuchar y hacer. Fíjense bien como el Señor nos dice aquí cuando leemos: “…que me oye estas palabras, y las hace…” La realidad es que Dios mismo nos ha dibujado y entregado el plano que debemos seguir con instrucciones específicas, y este plano es la Biblia. Dile a la persona que tienes a tu lado, Dios nos entrego el plano.
Pero lo que sucede con frecuencia es que el hombre no siempre sigue los planes de Dios, y busca reemplazarlos con su propia opinión y/o sabiduría. Pero la realidad es que a pesar de lo alto que tu coeficiente intelectual pueda ser, nuestra inteligencia y sabiduría nunca se acercaran a la de Dios [3]. Y es exactamente por esta razón que en Proverbios 3:7 se nos advierte claramente: “…No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal…”
Ahora bien, cuando llegamos a los caminos del Señor y le aceptamos como nuestro Rey y Salvador, todos comenzamos a edificar sobre la fundación correcta, “…la roca….” Pero como les dije al inicio, nuestra vida es una obra de construcción constante, y lo que sucede con frecuencia es que a través del tiempo, muchos comienzan a sustituir los materiales requeridos (santidad, lealtad a la palabra de Dios, principios bíblicos, etc.), por materiales completamente inferiores (modas, políticas de hombres, costumbres, etc.). Y hacer esto, en toda ocasión nos conduce a que eventualmente remplacemos el material más importante de todos.
¿Cuál es el material más importante de todos?
El material más importante de nuestra vida, es la fe. ¿Por qué digo que la fe es el material más importante de nuestra obra de construcción? La respuesta a esta pregunta es bien fácil y la encontramos en Hebreos 11:6 cuando leemos: “…Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan….”
Aparte de la fundación, el cemento y el concreto son los materiales más importantes en toda obra de construcción. La razón por la que digo esto es porque el cemento es lo que fija permanentemente todas las piezas en lugar, y el concreto es lo que soporta el peso de la estructura. Igualmente, la fe es el cemento que sujeta nuestra convicción; la fe es el concreto que sostiene nuestra vida. Y cuando todo lo que somos esta fundado, cementado, y edificado en Cristo, entonces es como nos dice el Señor aquí cuando leemos (vers. 25): “…Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca…”
Estas palabras aquí nos dejan saber claramente que cuando fundamos nuestra vida en Cristo, que cuando poseemos una fe genuina, pase lo que pase, nada podrá derrumbar la morada de nuestro Dios en nosotros. Cuando fundamos, cementamos, y edificamos en Cristo, Dios nos dice que todo se resolverá a nuestro favor [4].
Cuando fundamos, cementamos, y edificamos en Cristo, Dios nos librará de la corriente de maldad que arrastra a este mundo, y nos preservara para vivir en Su reino [5].
No todos continúan edificando según las instrucciones
Pero como les dije, el problema está en que no todos continúan edificando según las instrucciones. No todos continúan edificando usando el mejor material, y/o la única fundación. Y es por eso que encontramos que aquí el Señor nos habla acerca de esta segunda fundación. Dile a la persona que tienes a tu lado, cuidado donde edificas.
Aquí vemos que el Señor nos dice (verss. 26-27): “…Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina…” ¿Qué nos esta diciendo el Señor con esto?
Lo que el Señor nos esta diciendo es que si nuestra vida no esta edificada sobre la roca, y que si nuestra construcción no esta cementada y fundida con una fe genuina, entonces la estructura no soportara las tormentas que surgirán. Es más, yo diría que no podrán ni soportar la carga normal del diario vivir, tal como la estructura del centro comercial que les mencione.
Muchos han sustituido la fe genuina por una fe fingida
Lo que ha sucedido y desdichadamente continúa sucediendo, es que muchos han sustituido el material más importante que existe, muchos han sustituido la fe genuina por una fe fingida. ¿Qué quiero decir con esto? Una fe fingida es cuando lo que hacemos para Dios no lo hacemos con la única intención de agradar a Dios, sino con la intención de agradar a aquellos que nos rodean. Una fe fingida es cuando lo que hacemos para Dios, lo hacemos para que todos vean lo bueno que somos o lo mucho que hacemos. Pero sepamos que si estamos usando una fe fingida para cementar las piezas en nuestra vida, entonces tarde o temprano todo se derrumbara.
Ahora bien, deseo detenerme aquí y hacer una aclaración. Una gran realidad es que ninguno de nosotros somos perfectos [6], y les puedo asegurar que debido a esto nuestra fe nos puede fallar en momentos determinados. Pero el que nuestra fe nos haya fallado en un momento determinado, no quiere decir que estamos derrotados.
El que nuestra fe nos haya fallado en un momento determinado, no quiere decir que la estructura completa se ha derrumbado. Si la fundación es buena, en otras palabras, si tu vida esta fundada sobre Cristo, esto quiere decir que aun estas a tiempo de reparar el resto de la estructura. Dile a la persona que tienes a tu lado, estas a tiempo.
Recordemos que cuando Pedro se bajo de la barca durante la tormenta, y comenzó a caminar sobre las aguas, su fe le falló y comenzó a hundirse. Pero a pesar de que se estaba hundiendo, él no trato de nadar, ni flotar. ¿Qué hizo Pedro? Lo que él hizo fue que inmediatamente acudió al único que le podía ayudar, “…Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?… [7]. En ese momento Pedro reconoció que su fe le había fallado, pero él sabía quien le podía ayudar.
Esto es algo que muchos de nosotros tenemos que hacer, tenemos que buscar la asistencia del único que nos puede ayudar. Tenemos que identificar y fortalecer esas áreas que puedan estar débiles, y que pueden estar a punto de derrumbarse. Y esto es algo que solo lograremos cuando buscamos más de Dios en todo momento, y el momento es ahora.
Fíjense bien como nos dice la palabra en Isaías 55:6 cuando leemos “…Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano…” Todos los que hemos aceptado a Cristo debemos buscar más de Él con todo nuestro corazón. Esto significa buscar de Él en todo momento, y no solamente para cumplir con las apariencias. Dile a la persona que tienes a tu lado, evalúa tu fe.
Para concluir.
El Señor nos llama hoy a la reflexión. Debemos reflexionar en nuestra vida, y debemos examinar la construcción del templo que le hemos construidos y estamos manteniendo, al Espíritu Santo.
Digo esto porque muchos oyen, pero desdichadamente pocos son los que están dispuestos a edificar de la manera que Jesús nos ha instruido. Y es debido a eso que el Señor nos advierte como encontramos en Mateo 7:22-23 cuando leemos: “…Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad…”
Muchos oyen, pero pocos edifican de la manera que Jesús desea que se edifique.
Existen muchos edificadores insensatos, y muy pocos prudentes. Recordemos que la obra de todo hombre será manifiesta, y que nuestra obra será probada en esta vida a través de diversas pruebas y tribulaciones.
Fíjense como nos dice 1 Corintios 3:13 cuando leemos: “…la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará…” Es por esta razón que todos debemos reflexionar, y todos debemos examinar bien de cerca la estructura que hemos construido.
Solo existen dos maneras de edificar, de manera prudente, es decir obedeciendo y manteniéndote en los caminos de Dios. O de manera insensata, es decir, oyendo pero no haciendo lo que Él pide.
La decisión es tuya.
[1] Filipenses 2:9-11
[2] Juan 14:16-17
[3] Isaías 55:8-9
[4] Romanos 8:28
[5] 2 Timoteo 4:18
[6] Romanos 3:23
[7] Mateo 14:30-31 (La Biblia de las Américas)
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