Guiados a la bendición
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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Guiados a la bendición
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Génesis 12:1-4
Introducción
Como les he mencionado en varias ocasiones, Dios nos habla en todo momento. Dios nos habla a través de predicas y estudios bíblicos. Dios nos habla a través de mensajes cristianos que escuchamos. Dios nos habla a través de las alabanzas que escuchamos, y que cantamos. Dios nos habla a través de nuestros hermanos y hermanas en la fe.
Así que no es como el mundo quiere hacernos creer, Dios nos habla en todo momento. Pero el problema que surge, es que nosotros no siempre estamos dispuestos a escuchar. La mayoría de nosotros le oímos claramente, pero como sabemos, oír y escuchar son dos cosas diferentes. Pero ahora debemos preguntarnos, ¿por qué es que Dios nos habla?
La mayoría de las personas contestaran esa pregunta diciendo que es para regañarnos por nuestras faltas, pero la realidad es que este no es el caso. Claro esta en que todos aquí necesitamos que se nos dé un buen jalón de orejas de vez en cuando, pero en la mayoría de los casos, este no es el propósito de Dios cuando nos habla. ¿Cuál es el propósito de Dios?
El propósito de Dios es guiarnos hacia Su voluntad
El propósito principal de Dios, es guiarnos a las bendiciones que Él tiene reservadas para nosotros. Y es exactamente por eso, que en más de una ocasión les he predicado acerca de estar atentos a la voz de Dios. Pero no es solo estar atentos, sino también tenemos que estar listos para actuar según Su voluntad, ya que es ahí exactamente donde encontraremos las bendiciones.
Ahora pregunto, ¿cuántos desean recibir las bendiciones que Dios les tiene reservada? Claro que todos lo deseamos, así que pasemos ahora a la palabra de Dios, y veamos un ejemplo de la bendición que existe cuando estamos dispuestos a escuchar, y a obedecer cuando Dios nos habla.
Génesis 12:1-4 – Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Guiados a la bendición
Como siempre digo, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un pequeño repaso de historia. Así que, examinemos un poco la vida de Abram antes de llegar a este punto de la historia. Abram creció en la ciudad de Ur, y esta ciudad era la más importante de los Caldeos. Era una ciudad muy importante porque ellos tenían un gran comercio con otras ciudades, y también tenían una librería bien extensa; fue aquí donde Abram obtuvo su educación [1].
Luego la familia decidió mudarse a Canaán, pero al llegar a Harán se detuvieron e hicieron morada en esa tierra. En la ciudad de Harán, después de la muerte de su padre Taré, Abram recibió su herencia, como era la costumbre en ese entonces [2].
¿Por qué debemos saber esto? Es necesario que sepamos esto, porque esta pequeña porción de la vida de Abram nos demuestra la condición en la que él se encontraba. Es necesario que observemos que en este punto de la historia Abram estaba cómodo. Abram no tenía muchas necesidades físicas o materiales, pero un gran cambio estaba cerca. Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios tenía otro propósito con su vida.
Creo que con estos breves detalles históricos, todos hemos llegado a la misma conclusión. Todos llegamos a la conclusión que cuando más cómodo Abram estaba, cuando más completa aparentaba su vida, Dios lo llamo a que lo dejara todo. Dios lo llamo a que dejara esa comodidad y seguridad. Estos acontecimientos en la vida de Abram nos conducen más o menos a estos versículos que estamos utilizando en el día de hoy. Así que manteniendo estos breves detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
Obedecer a Dios para ser guiado a la bendición
En los versículos que estamos usando en el día de hoy leemos: “…Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré…” Déjenme decirles que cumplir con lo que Dios le estaba mandando, no pudo ser algo fácil para Abram. Dile a la persona que tienes a tu lado: no es fácil.
La razón por la que digo que obedecer lo que Dios le estaba pidiendo no pudo ser algo fácil, es porque cuando Dios le dijo que hiciera esto, Abram no era un pollito de primavera. Cuando Dios le llamo a moverse de lugar, y a abandonar todo lo que tenía, Abram era un anciano setenta y cinco años [3], así que el viaje a Canaán no le sería nada fácil (no existían autopistas, calles de asfalto, autos, buses, trenes, aviones; solo existían caminos por el desierto).
Es importante que notemos la edad de Abram, porque esto nos demuestra dos cosas. Número uno, nos demuestra que Dios nos puede llamar en cualquier momento. Número dos, Dios nos llamara a dejar nuestra comodidad. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque Dios pudo haber llamado a este hombre cuando era mucho más joven, pero no fue así. Dios lo llamo después de setenta y cinco años, lo llamo después que estaba muy acostumbrado a lo que tenía.
Abram estaba muy acostumbrado a la comodidad, y a las bendiciones que disfrutaba. Así que podemos decir con certeza que cuando más cómodo y bien él estaba, Dios lo llamo a abandonarlo todo y a enfrentarse a una ardua tarea, lo llamo a comenzar de nuevo. La pregunta que debemos hacernos ahora es, ¿espera Dios lo mismo de nosotros?
La respuesta es ¡SI! Lo que Dios pidió de Abraham fue algo que seguramente lo dejo un poco confundido, después de todo, Dios le estaba pidiendo que abandonara las bendiciones que Él le había entregado. Pero no obstante eso, Abram confió en que Dios tenía algo mejor para él.
¿Por qué confió Abram en que Dios tenía algo mejor para él?
Abram no tuvo temor en cumplir con lo que Dios le pidió que hiciera, porque su fe no flaqueo. Pero con esto en mente, preguntémonos nuevamente, ¿nos ha llamado Dios a dejar nuestra comodidad? Te digo en el día de hoy que la respuesta a esta pregunta es SI.
Lamentablemente, existen muchos cristianos que no están dispuestos a dejar la comodidad. Existen muchos cristianos que no están dispuestos a moverse del lugar que se encuentran, y cuando hablo de moverse de lugar, no me estoy refiriendo a la congregación que asisten, (siempre y cuando en la congregación se esté enseñando y siguiendo la sana doctrina), sino que me estoy refiriendo a movernos hacia el campo de batalla, esto es, obrar para Dios. ¿Por qué existen tantos que no están dispuestos a obrar para Dios? La razón principal es el temor.
Lamentablemente, existen muchos cristianos que han permitido que el temor les detenga; que el temor a lo que pueda suceder, el temor a lo que se pueda pensar y/o decir de nosotros, los detenga de obrar para engrandecer el reino de Dios. Pero también existe otra razón que detiene a muchos, y la segunda razón es la comodidad.
Lamentablemente existen muchos cristianos que están tan cómodos en saber que son salvos, que se conforman con solo asistir a las reuniones y servicios de la iglesia. Pero debemos tener mucho cuidado si hemos alcanzado este nivel de comodidad en nuestra vida, ya que la palabra nos advierte: “…Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga…” (1 Corintios 10:12). Despierta a la persona que tienes a tu lado y dile: ¡cuidado!
Ahora bien, no quiero que me mal interpreten, no estoy diciendo ni insinuando, que existe algo mal en tener convicción de que somos salvos, y que nos sintamos cómodos en nuestra convicción. Pero lo que si estoy diciendo, es que no podemos acomodarnos de tal manera, que no queramos movernos.
Como fieles cristianos, no podemos acomodarnos de tal manera, que nos quedemos dormidos en los bancos y las sillas de la iglesia, porque una vez que esto sucede, entonces perderemos la habilidad de reconocer las oportunidades que Dios nos provee para engrandecer Su reino. En otras palabras, no alcanzaremos las ricas y abundantes bendiciones que Dios tiene para nosotros. Así que dile a la persona que tienes a tu lado: ¡despierta!
¿Qué bendiciones tiene Dios para nosotros?
Continuando con nuestro estudio leemos: “…Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra…” Lo que estamos viendo aquí, es que Abram recibió la promesa de que él seria el inicio de la bendición para toda familia en esta tierra; él recibió la oportunidad de ser la diferencia en este mundo de maldad; Abram recibió la oportunidad de obrar para engrandecer el reino de Dios.
Pero ahora debemos preguntarnos, ¿nos ha dicho Dios lo mismo a nosotros? ¿Nos ha dado Dios esta misma oportunidad? Claro que sí. Digo que Dios nos ha dado la misma oportunidad, porque todo cristiano fiel esta llamado a proclamar el evangelio a las naciones. Esto es algo que el Señor dijo claramente en Mateo 28:19 cuando leemos: “…Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo…”
Nosotros tenemos mucho que aprender de la vida de Abram.
Hermanos, Abram pasó a ser reconocido como el padre de la fe, y te digo en el día de hoy que Dios esta buscando a los fieles hoy en día. Dios esta buscando a hombres y mujeres, dispuestos a enfrentarse a la batalla sin temor. Hombres y mujeres, dispuestos a hacer grandes cosas por Su reino.
Dios esta buscando a hombres y mujeres dispuestos a entregar lo mejor de ellos, hombres y mujeres dispuestos a dejar la comodidad y confiar en Su palabra. No tenemos que ser perfectos, no tenemos que ser sabios, solo tenemos que estar dispuestos a confiar en Su palabra, y permitir ser guiados. Dile al hermano que tienes a tu lado: Dios nos guía al lugar de bendición. Pero para poder ser guiados tenemos que poseer fe, y confiar en Su palabra.
Pasaremos por situaciones difíciles, pasaremos por situaciones donde quizás no podamos entender el propósito de Dios en todo, pero reconozcamos que existe un propósito de Dios en todo [4]. Dios espera que conquistemos nuestros temores, y derrotemos nuestros desánimos, para que alcancemos ver la manifestación de Su gloria, poder y gracia en nuestra vida, y en la de todos que nos rodean.
Pero si no estamos dispuestos a movernos hacia el lugar que Él nos guía, si no estamos dispuestos a dejar nuestra comodidad, y conquistar nuestros temores, entonces no reconoceremos los momentos que Dios nos proporciona para ser obreros en Su obra.
No reconoceremos que el Señor se puede glorificar, y se glorifica en cualquier momento. No reconoceremos que Dios se glorifica aún en nuestras debilidades. Hay veces que decimos: “no, yo no puedo”, “no, yo no sé,” pero escucha bien que él te dice: “…Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” [5].
Nuestra fe y obediencia a Dios será recompensada
Continuando con nuestro estudio leemos: “…Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán…” ¡Abram obedeció a Dios! Nuestra fe y obediencia a Dios será recompensada tal como Dios recompensó a Abram, pero solo si nos mantenemos firmes.
Recibiremos las bendiciones solo cuando nuestra fe es genuina, y confiamos en Dios, no obstante lo difícil o costoso que pueda aparentar una situación. Aunque la situación o circunstancia no aparente tener sentido, aunque la situación o circunstancia este un poco confusa, aunque el precio aparente ser muy costoso, nosotros tenemos que confiar en Dios en todo momento, y estar dispuestos a movernos según Su voluntad.
Ahora bien, como todos aquí sabemos, en ocasiones hacer la voluntad de Dios no es nada fácil, ¿verdad? No es nada fácil porque la realidad es que la voluntad de Dios siempre nos llamara a dejar atrás al viejo hombre, es decir, nuestras costumbres, manera de pensar, y/o nuestra manera de ser [6].
La voluntad de Dios siempre nos llamara a cambiar por completo quien fuimos y/o somos, y esto no es fácil. Así que hay veces que nosotros escuchamos cuando Dios nos habla, pero se nos hace difícil obedecer. Pero como les mencione, a pesar de lo difícil que un cambio pueda aparentar, como fieles cristianos tenemos que decir: “…todo lo puedo en Cristo que me fortalece…” (Filipenses 4:13), y siempre avanzar hacia la voluntad de Dios.
Dios le hablo a Abram de manera audible, y él le escucho; Abram obedeció. ¿Se pueden imaginar lo que hubiese sucedido si Abram no hubiese obedecido? Yo no quiero ni pensarlo, ya que si ese hubiese sido el caso, ninguno de nosotros estaríamos aquí. Digo que no estaríamos aquí porque nuestro rey y Salvador nació de la descendencia de Abram [7].
Una gran realidad es que Dios nos habla a nosotros de diferentes maneras.
Dios nos habla a través de Su Palabra, nos habla a través de la convicción, nos habla a través de nuestros hermanos y hermanas en el cuerpo de Cristo. Dios nos habla con frecuencia, y les digo que es hora de comenzar a obedecer.
Como les dije, en ocasiones obedecer se nos hace difícil; se nos hace difícil porque casi siempre que Él nos habla, casi siempre que recibimos Su mensaje, las tareas a cumplir no son nada fácil. Ciertamente este fue el caso de Abram, la jornada no seria fácil, pero esto no lo detuvo.
Abram sería un instrumento de Dios confiando completamente en Su palabra.
Hermanos, tal como Dios tenía un propósito con Abram, Dios tiene un propósito en la vida de toda persona que se deja utilizar por Su santo espíritu. Abram sería de bendición a muchos, y Dios desea que tu le seas de bendición a muchos.
Tu le puedes servir de bendición a tus familiares, a tus amistades, a tus compañeros del trabajo, a tus compañeros en la escuela. Tu le puedes servir de bendición a todos aquellos que aun no le conocen, y/o a aquellos que se han apartado de los caminos de Dios. Dios tenía un propósito en la vida de Abram, y Dios tiene un propósito en la vida de toda persona que se entrega a Cristo [8]. Dile a la persona que tienes a tu lado: busca el propósito de Dios.
Ahora, puede ser que no veamos cual es Su propósito de inmediato; puede ser que no lo entendamos, pero algo de que debemos estar muy conscientes, es que Dios no comete errores cuando nos llama. Dios conoce nuestro potencial, Dios conoce nuestro corazón [9].
Como iglesia, no podemos quedarnos sentados en los bancos y sillas, tenemos que levantarnos y obrar para Dios. Tenemos que dejar nuestra comodidad y movernos hacia la voluntad de Dios. Tenemos que buscar que nuestros corazones sean restaurados, que nuestros corazones sean limpios ante Dios. Recordemos siempre lo que encontramos en Proverbios 11:20 cuando leemos: “…Abominación son a Jehová los perversos de corazón; Mas los perfectos de camino le son agradables…”
Recordemos siempre que Dios nunca nos llamara a estar en contiendas, en celos, en envidia, y/o en discordia con nuestros hermanos. Dios nunca nos llama a chismear, desacreditar o causar división. Dios nunca nos llamara a la desobediencia o rebeldía.
Dios llamo a Abram a hacer algo diferente para que sirviere de bendición. Dios llama al verdadero creyente para que también seamos de bendición. Dile al hermano que tienes a tu lado; Dios nos guía hacia la bendición. Recordemos que Dios nos llama a ser diferentes, pero nunca nos llama a pecar.
Fíjense bien como lo dijo el Señor en Juan 3:20-21 cuando leemos: “…Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios…” Dios nos llama a ser diferentes, pero nunca a contemplar el pecado. Dios NO nos llama a justificar el pecado, NO nos llama a disimular el pecado. Recordemos que Dios no habita donde existe el pecado, porque Dios es santo.
Como el pueblo de Dios que somos, tenemos que movernos hacia Su voluntad.
Es tiempo de que nos demos cuenta que no podemos vivir fuera de la voluntad de Dios. No podemos ignorar lo que Él nos esta diciendo. Si no estamos atentos a Su voz, y le obedecemos, entonces no alcanzaremos todas las bendiciones que Él tiene para nosotros. Recordemos que la palabra de Dios nos dice: “…Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré…” Y yo no sé ustedes, pero esta es una bendición que yo no me quiero perder.
Para concluir.
Estamos a principio de un nuevo año, y Dios te llama a moverte de lugar. No permitas que nada te detenga de cumplir Su propósito. No permitas que nada te aleje de Su voluntad. El Señor nos llama a ser diferentes, a escuchar Su voz, y a apartarnos del mundo. Y les aseguro que no será en vano que hagamos estas cosas, y que Él nos dará nuestra recompensa [10].
Dios nos habla en el día de hoy, Dios nos llama a escuchar Su voz y a ser obedientes a Su Palabra. Busquemos el propósito de Dios en todo momento, busquemos Su voluntad, busquemos Su rostro. Recordemos que Él nos reconoce por lo que podemos ser, y no por lo que pensamos que somos. Estoy seguro que en ese entonces el mundo vio a Abram como un simple hombre, pero Dios lo vio como el padre de la fe.
En el primer libro de Samuel el mundo vio a David como a un niño, pero Dios lo vio como un rey [11]. El mundo vio a Juan el bautista como un profeta [12], pero Dios le Dios le vio como el que prepararía el camino para el Señor [13]. El mundo vio a Pedro como un simple pescador, pero Dios le vio como un obrero para el reino de Dios [14]. El mundo te ve hoy como un simple hombre, o una simple mujer, pero Dios te ve como uno de sus hijos, Dios te ve como un cristiano [15].
Dios ha visto en cada uno de nosotros lo que podemos llegar a ser, Él sabe el potencial que existe en cada uno de nosotros y quiere que lo desarrollemos. No permitamos que las influencias de este mundo determinen nuestro futuro. No permitamos que las influencias del mundo detengan nuestras bendiciones. Escucha bien, porque el Señor te esta llamado hoy a moverte al lugar de bendición.
Ahora la única pregunta que queda es, ¿te moverás?
[1] Wilkinson & Boa Bible Handbook
[2] Génesis 11:31-32
[3] Génesis 12:4-5
[4] Salmos 138:8
[5] 2 Corintios 12:9-10
[6] Efesios 4:22-24
[7] Mateo 1:1
[8] Romanos 8:28
[9] 1 Samuel 16:7
[10] Marcos 13:13
[11] 1 Samuel 16:13
[12] Mateo 14:5
[13] Mateo 11:9-10
[14] Mateo 4:18-19
[15] Juan 1:12
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