Un hombre con espíritu inmundo
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Prédica de Hoy: Un hombre con espíritu inmundo
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Lucas 4:30-35
Introducción
El domingo pasado, como de costumbre, me quede hablado con algunos de los ministros de alabanza acerca de la predicación, y durante esa conversación caímos en el tema acerca de los problemas técnicos que hemos experimentado en estas últimas semanas. En otras palabras, hablamos de las cosas que aparentan inexplicables que han sucedido con nuestro equipo de sonido, y grabaciones.
Digo que son cosas inexplicables, porque mucho antes de que alguno de ustedes llegue aquí, tanto como en algunos días de entresemana, nosotros ajustamos y probamos los equipos, y todo aparenta funcionar correctamente, pero tal parece que de buenas a primeras las cosas dejan de funcionar, o se desajustan los controles, etc. etc.
Y esto es algo que causa gran frustración en todos nosotros, ya que todos nosotros deseamos que todo lo que hagamos aquí para nuestro Dios salga perfecto. Bueno, para hacer una larga historia corta, estuvimos aquí unas horas más, hicimos algunos ajustes, y nos aseguramos de que todo estuviese funcionando perfecto.
Como algunos se podrán imaginar, durante este tiempo que estuvimos trabajando en las cosas, también tratamos de explicarnos del porqué sucedían estas cosas, y la explicación más común fue que el diablo era el responsable de todo esto.
Pero ese comentario produjo una especie de debate teológico, durante el cual surgieron las preguntas: ¿es posible que el diablo pueda estar presente ante la presencia de Jesucristo? ¿Es posible que el diablo pueda estar presente en medio de la congregación?
Son unas preguntas muy interesantes ya que como todos sabemos, el Señor nos dice que donde hay dos o tres reunidos en Su nombre, Él está presente [1], y definitivamente todos nosotros estamos aquí reunidos en el nombre de Jesús, para alabar y bendecir a Dios.
Pero no obstante esta gran realidad, la pregunta persiste, ¿es posible que el diablo pueda estar presente ante la presencia de Jesucristo? La respuesta a esta pregunta es SI, y NO, a la misma vez. ¿Suena un poco confuso verdad? Bueno, vamos a pasar a nuestro estudio de hoy para aclarar todo esto.
Pasemos ahora a la palabra de Dios.
Lucas 4:30-35 – Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. 32 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. 33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, 34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. 35 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.
Ahora bien, antes de proceder, deseo que notemos que el acontecimiento que estaremos estudiando en el día de hoy, toma lugar al principio del ministerio del Señor. Deseo que notemos este importante detalle, porque es aquí donde encontramos la respuesta a la pregunta: ¿es posible que el diablo pueda estar presente ante la presencia de Jesucristo?
Digo que en este detalle existe la respuesta a nuestra pregunta, porque poco antes de que sucediera este acontecimiento, Jesús estuvo cara a cara con el diablo; el mismísimo Satanás le tentó en el desierto [2]. Así que la respuesta a la pregunta es SI; el diablo si puede estar ante la presencia de Jesucristo, pero lo que nunca puede, o podrá hacer, es derrotarle.
Esto es algo que queda extremadamente claro en Efesios 1:20-22 donde leemos: “…la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia…”.
Y también en Filipenses 2:9-11 cuando leemos: “…Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre…”. Dile a la persona que tienes a tu lado: el diablo no puede derrotar a Jesús.
El diablo presente en las congregaciones
Pero ahora preguntémonos, ¿puede estar el diablo presente en las congregaciones durante los servicios como tantos han llegado a pensar? La respuesta es una absoluto ¡NO!. Hermanos, lo que sucede es que a Satanás se le está dando mucho más merito de lo que se merece.
No cabe duda que él es un ser creado por Dios, muy astuto e inteligente [3]; no cabe duda de que anda suelto por el mundo [4]; no cabe duda de que se disfraza como ángel de luz para engañar [5]; no cabe duda de que es el padre de toda mentira [6], y no cabe duda de que es un ladrón que trata de robarnos la paz y las bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros [7]; todos estos son los atributos de Satanás.
Pero lo que Satanás NO es, y nunca será, es Omnipotente, Omnipresente, ni Omnisciente. En otras palabras, no es todopoderoso, no puede estar en más de un lugar a la vez, y no conoce todas las cosas reales y posibles. Hermanos, estos atributos solo le pertenecen a Dios. Y es por eso que digo, que el diablo NO puede estar presente en las congregaciones durante los servicios. ¿Se han dado cuenta de porque les dije al inicio que la respuesta a la pregunta de hoy es un SI, y un NO a la misma vez? Vamos a continuar con nuestro estudio para que todo quede bien claro.
Un hombre con espíritu inmundo
En los versículos que estamos estudiando hoy leemos: “…Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, 34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios…”
Ahora preguntémonos, ¿dónde se encontraba este hombre?
La palabra nos dice que estaba en la sinagoga, en otras palabras, la iglesia. Dile a la persona que tienes a tu lado: este hombre estaba en la iglesia. Pero también nos dice que tenía un espíritu de demonio inmundo. Para entender bien el significado de esto aquí, detengámonos por un momento para examinar la definición de las palabras demonio, e inmundo utilizadas aquí.
La palabra demonio utilizada aquí es una traducción de la palabra griega “δαιμόνιον” (pronunciada: day-mo-neán), cuya definición es: “un espíritu, un ser inferior a Dios, superior a los hombres; espíritus malignos o los mensajeros y ministros del diablo” [8].
La palabra inmundo utilizada aquí es una traducción de la palabra griega “ἀκάθαρτος” (pronunciada: acár-zá-tos), cuya definición es: “en un sentido moral: inmundo en el pensamiento y en la vida” [9]. ¿Por qué me he detenido aquí para examinar la definición de estas palabras? ¿Qué les estoy tratando de decir con todo esto?
Lo que les estoy tratando de enseñar con todo esto, es que tenemos que siempre perseverar en la santidad, porque de no cuidar nuestro espíritu, en otras palabras, no cuidar quienes somos, como somos, y como pensamos, entonces le será muy fácil al enemigo enviar a sus demonios a que invadan nuestra vida. No es que seamos poseídos y no tengamos uso de nuestra facultad, pero si no cuidamos nuestra condición espiritual, los espíritus inmundos si trataran de influenciarnos a actuar de manera que desagradan a Dios.
Por favor entiéndanme bien, una vez que llegamos a los caminos de Jesucristo, Él nos libera.
Jesucristo nos limpia de pecado y limpia nuestro espíritu, pero si no cuidamos la obra que Él ha hecho en nuestra vida, entonces le estamos abriendo las puertas a los poderes de las tinieblas para que entren en nuestra vida nuevamente [10].
¿Cómo podemos cuidar nuestro espíritu?
Nosotros cuidamos nuestro espíritu guardando la palabra de Dios, y orando en todo momento [11], nosotros cuidamos nuestro espíritu asistiendo a los servicios de la iglesia [12], pero les voy a decir algo que quizás pueda sorprender a algunos de ustedes, a la iglesia hay que llegar con la actitud correcta. A la iglesia hay que llegar con nuestro espíritu correcto. ¿Por qué digo esto?
Lo digo porque lamentablemente, las iglesias hoy en día están llenas de personas con espíritus inmundos. Ahora bien, con esto no estoy diciendo ni implicando que existan personas poseídas de demonios, ya que el Espíritu Santo mora en todo cristiano [13], y como nos dice la palabra: “…mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo…” (1 Juan 4:4). Así que Dios nunca permitirá que un demonio posea o controle a uno de sus hijos, pero esto no significa que esos demonios mentirosos no traten de influenciar nuestra manera de ser, pensar, y actuar.
El mejor ejemplo de esto que les hablo lo podemos encontrar en lo que sucedió con el apóstol Pedro, cuando el apóstol trato de convencer a Jesús que no se entregara en la cruz [14], y el Señor le reprendió diciendo: “…!!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres…”.
Hermanos, y si Satanás trato de influenciar a una persona como el apóstol Pedro, ¿creen ustedes que sus demonios no trataran de influenciarnos a nosotros? Llegar a pensar que no es algo absurdo, ya que ninguno de nosotros tuvimos el privilegio de físicamente presenciar la grandeza del Señor, sino que creemos en Él solo por fe, y también ninguno de nosotros somos perfectos.
Como les dije, las iglesias de hoy están llenas de personas con espíritus inmundos. ¿Qué les quiero decir con esto? Lo que les quiero decir, es que existen muchos que asisten a la iglesia por razones incorrectas. Para muchos, asistir a los servicios se ha convertido en una costumbre, y/o lo hacen porque se sienten obligados a alguien, ya sea al conyugue, padre, madre, hermano, abuelo, abuela, una amistad, etc.
Pero escucha bien, examina muy de cerca porqué es que asistes a la iglesia, porque si tu deseo no es de aprender de la palabra, si tu deseo no es de genuinamente entregar tu corazón en alabanza a Dios, si tu deseo no es de genuinamente bendecir a Dios todopoderoso, entonces mejor te quedas en tu casa, porque lo único que harás es entrar y salir por las puertas de un establecimiento. Entraras, y saldrás en la misma condición en que te encontrabas. Y es debido a esto, que en mi oración de apertura y de cierre siempre le ruego a Dios diciendo: “Padre no permitas que salgamos por esas puertas tal como hemos entrado, sino que salgamos renovados en Tu Espíritu, con fuerzas nuevas para vencer”.
Espíritus inmundos más comunes
¿Cuáles son los espíritus inmundos más comunes que tratan de influenciar y/o interferir en nuestra relación con Dios? La vanidad, el egocentrismo, la envida, el chisme, las criticas, celos, lascivia, y el orgullo, solo para nombrar algunos. Todas estas cosas pueden, y en numerosas ocasiones interfieren, en nuestra relación con Dios. Todas estas cosas pueden, y lamentablemente causan, que las personas se aparten de la verdad de Dios. Todas estas cosas pueden, y lamentablemente causan, que muchos permitan que la verdad, y las bendiciones que Dios derrama sobre su pueblo sean robadas de su vida [15].
Para concluir.
En los eventos que hemos estudiado hoy, hemos aprendido algo muy significante. Hemos aprendido que el espíritu de demonio inmundo que este hombre tenía, no le impedía que asistiese a la sinagoga, y/o iglesia, lugar donde escucharía la palabra de Dios, y se sentiría Su presencia.
¡Escucha iglesia! El espíritu inmundo no te va a detener de asistir a la iglesia, pero si interferirá para que lo que escuches no tome raíz (esa prédica no es conmigo), y lo que aprendas sea olvidado (ese pastor habla mucha historia). Los espíritus inmundos tienen a muchos convencidos que están bien con Dios, cuando en realidad no lo están.
El espíritu inmundo reconoció a Jesús en cuanto lo vio
La realidad es que todos los espíritus inmundos inmediatamente reconocen al Señor. La palabra de Dios nos dice: “…Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan…” (Santiago 2:19). Dile a la persona que tienes a tu lado: le reconocen y tiemblan. ¿Por qué tiemblan?
Tiemblan porque con solo unas palabras, ellos tienen que huir de Su presencia. La palabra nos dice: “…Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno…”.
Como fieles seguidores de Cristo, tenemos que dejar de echarle la culpa al diablo por todo lo que sucede; tenemos que dejar de darle más merito de lo que merece. Como fieles cristianos, tenemos que reconocer que en ocasiones suceden cosas debido a nuestras propias faltas, y descuidos.
Les puedo decir que los problemas que tuvimos con el equipo de sonido no fueron inexplicables, o causados por algo sobrenatural, sino que más bien fueron cosas debido al mal funcionamiento del equipo, y nuestras faltas en los ajustes. Pero esto no significa que quizás no haya existido alguna interferencia por espíritus inmundos, como es el exceso de estimación propia, ya que nosotros estábamos absolutamente convencidos que todo estaba funcionando bien cuando en realidad no lo estaba.
Y es exactamente por eso que como fieles cristianos, nosotros tenemos que identificar esos espíritus inmundos que puedan estar acampados ahora mismo en nuestra vida, y echarles fuera con la autoridad que Dios nos ha dado [16].
Como fieles cristianos, tenemos que recordarnos que nosotros fuimos sellados con el sello del Espíritu Santo [17], y que Él no permitirá que ningún demonio o potestad nos fuerce a hacer las cosas. Pero para que esto suceda, tenemos que examinarnos detalladamente. Tenemos que examinarnos y preguntarnos: ¿a quién vemos cuando nos paramos ante el espejo de la vida?
Ahora pregunto: ¿a quién ven esos espíritus inmundos que tratan de hacer morada en nosotros? Y fíjense bien que dije tratan. Pregunto: ¿estamos nutriendo nuestro espíritu con la palabra de Dios, o con las cosas de este mundo? .
Pregunto: ¿llegamos a la iglesia para alabar, bendecir, y entregar nuestro corazón a Dios, o lo hacemos para compartir con otros como en un evento social? Pregunto: ¿llegamos a la iglesia para orar, o solo para conversar? Pregunto: ¿estamos perseverando en la santidad, o conducimos vidas mundanas?
Pregunto nuevamente: ¿a quién ven esos espíritus inmundos que tratan de hacer morada en nosotros?
Solo preguntas para reflexionar.
[1] Mateo 18:20
[2] Mateo 4:1-11; Marcos 1:12-13; Lucas 4:1-13
[3] Génesis 3:1
[4] Job 1:6-7; Zacarías 3:1; Marcos 4:15
[5] 2 Corintios 11:14
[6] Juan 8:44
[7] Juan 10:10
[8] Blue Letter Bible Lexicon – Strong’s G1140
[9] Blue Letter Bible Lexicon – Strong’s G169
[10] Mateo 12:43-45
[11] Efesios 6:17-18
[12] Hebreos 10:25
[13] Juan 14:15-16; 1 Corintios 3:16; 6:19
[14] Mateo 16:21-25
[15] Marcos 4:15
[16] Lucas 10:19
[17] Efesios 1:13-14
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