Reconoce al Dios de tu padre
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Reconoce al Dios de tu padre
Introducción
Una gran realidad es que a todos nosotros nos gustaría tener una vida completamente llena de gozo, y sin problema alguno, ¿verdad? Yo diría que el sueño de todo ser humano, tanto creyente como no creyente, es experimentar una vida completamente libre de dolores, sufrimientos, dificultades, y tribulaciones.
Pero la gran realidad es que este sueño nunca podrá ser alcanzado por los no creyentes, ya que la única esperanza de salvación es Cristo. Y también tenemos que reconocer que este sueño tampoco podrá ser alcanzado por aun los creyentes fielesl [1].
Como he dicho en otras ocasiones, el hecho de que seas cristiano no te libra de las dificultades y aflicciones que se presentan en esta vida, si este fuera el caso, toda persona en el mundo seria cristiano simplemente para poder compartir ese beneficio. Como les dije, a ninguna persona le gusta el sufrimiento, dolor, o dificultades; todo ser humano dese vivir libre de esas cosas.
Pero aunque no existe ninguna manera de que podamos vivir una vida sin dificultades mientras estemos en este mundo, si existe una manera de ser que nos permitirá atravesar esas situaciones según se presenten.
Existe una manera que nos permitirá no solo atravesar por los momentos difíciles que esta vida produce, sino que nos permitirá derrotarlos victoriosamente, y producirá el gozo y la paz que tanto buscamos y anhelamos. ¿Qué tenemos que hacer para obtener un resultado victorioso durante las tribulaciones?
Existen varios pasos, o cambios que tienen que suceder en nuestra vida, para que podamos obtener la victoria de que les hablo. Así que este será el tema que estaremos tratando hoy; examinemos los pasos o cambios que tenemos que hacer.
Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
1 Crónicas 28:9-10 – Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre. 10 Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla.
El mundo ha escogido no reconocer a Dios
El problema más grande que existe en el mundo, es que el mundo ha escogido no reconocer a Dios. Permítanme citarles un artículo que leí, que mejor demostrara el punto que les deseo hacer. El articulo lee así: “En los últimos años los científicos especializados en la mente, han comenzado a desenredar el “ADN” de la religión.
Han producido teorías sólidas, respaldadas por evidencia empírica (incluyendo estudios de «imágenes» del cerebro funcionando), que apoyan la conclusión de que los seres humanos fueron quienes crearon a Dios, no Dios a los seres humanos. Y cuanto mejor entendamos la ciencia, más nos acercamos a que «no hay cielo… ni infierno… y ninguna religión también.»
Lo que este artículo trata de hacer es poner en duda todo lo que hemos aprendido de Dios, y completamente detiene a los que no conocen de Dios, y/o los no creyentes de conocer de Dios. En realidad este tipo de pensamiento no es nada nuevo, sino que es una táctica que el enemigo de las almas ha usado desde el principio de la humanidad [3], y continuara usando para tratar de distanciar o completamente apartar a la humanidad de Dios.
Duda en la mente de las personas
Es una táctica que siembra la duda en la mente de las personas, y muchos son los que alimentan, y permiten que esa raíz venenosa penetre a gran profundidad en su vida. Pero ahora las preguntas que surgen son: ¿cómo podemos evitar que esto suceda en nuestra vida? Y ¿qué tenemos que hacer para desenterrar, y completamente matar, esa raíz venenosa que no nos permite obtener resultados victoriosos en las dificultades que se presentan en nuestro diario vivir?
La respuesta a ambas preguntas las encontramos aquí cuando leemos: “…Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos…”
El primer paso o cambio que tiene que suceder en nuestra vida para que podamos obtener la victoria sobre las dificultades que se presentan en nuestra vida, y para que podamos desenterrar y completamente matar esa raíz venenosa es reconocer a nuestro Dios. ¿Qué les quiero decir con esto? Esta pregunta nos conduce al segundo paso o cambio que tenemos que dar.
Tenemos que reconocer a nuestro Dios
Cuando decimos que tenemos que reconocer a nuestro Dios, lo que llega a la mente de la mayoría de las personas es: “bueno, yo acepte a Cristo, así que ese paso ya lo di”. Pero si has pensado así, siento informarte que te equivocas. Reconocer a Dios es mucho más que simplemente decir: “Cristo te acepto como mi Rey y salvador personal”.
Digo esto porque la palabra “reconocer” significa: “Examinar con cuidado a una persona o cosa para enterarse de su identidad, naturaleza y circunstancias [4].” Recordemos que decir que conocemos acerca de Dios, es muy diferente a decir que conocemos a Dios. ¿Qué les estoy diciendo con esto?
Lo que les estoy diciendo es que tenemos que hacer mucho más de decir que somos cristianos; tenemos que conocer mejor a nuestro Padre celestial. Tenemos que examinar con cuidado la identidad y naturaleza de nuestro Dios.
Venir a la iglesia una o dos veces por semana es muy bueno, ya que cumplimos con uno de nuestros requisitos [5], pero te digo en el día de hoy que no es suficiente.
Asistir a los cultos, reuniones, clases bíblica, y congregarnos en cualquier otro tipo de actividad que ofrezca la iglesia es excelente, ya que nos fortalecemos los unos a los otros, recobramos nuevas fuerzas, y recibimos bendiciones de Dios, pero estas cosas no son suficientes.
Nada de estas cosas nos valen si no tomamos el tiempo de conocer a Dios íntimamente.
Tenemos que conocer exactamente lo que agrada a Dios, y lo que le desagrada; tenemos que tomar el tiempo de conocer lo que Él espera y demanda de cada uno de nosotros. Sin este conocimiento o convicción, entonces un cambio genuino nunca tomara lugar en nuestra vida. Sin este conocimiento o convicción, nunca experimentaremos un encuentro personal con nuestro Rey y Salvador.
¿Cómo logramos tener este entendimiento y/o convicción? Solo existe una manera, tenemos que conocer mejor Su Palabra; tenemos que dedicarle tiempo a leer y meditar en lo que Él nos revela. Tenemos que hablar con nuestro Padre celestial, y escuchar lo que Él nos dice.
Ahora bien, existen muchas personas que piensan que Dios no les habla, pero la realidad es que la razón por la que dicen esto es porque no han tomado el tiempo de iniciar la conversación. Dios si nos habla, y nos habla con frecuencia, en este mismo instante Dios le está hablando a muchos.
Dios nos habla a través de Su palabra, Dios nos habla a través de los mensajes y predicaciones, Dios nos habla a través de las alabanzas y adoraciones.
¡Dios nos habla! Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios nos habla. Pero para lograr escuchar Su voz existe algo que tenemos que hacer. ¿Qué tenemos que hacer?
Dios te habla hoy y te dice exactamente lo que tienes que hacer.
Escucha lo que Él te dice: “…sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos…” Para lograr escuchar la voz de nuestro Dios, tenemos que hacer mucho más que decir soy cristiano.
Para lograr escuchar la voz de nuestro Padre celestial tenemos que: “servirle con corazón perfecto y con ánimo voluntario”. No es que nosotros seamos perfectos, la realidad es que ninguno de nosotros somos perfectos [6]; pero a pesar de que no somos perfectos, tenemos que acercarnos a Él con un corazón que persevera en la santidad.
No podemos acercarnos a Él con un corazón que duda, o un corazón que persiste en el pecado. Recordemos que: “…Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos…”
¿Qué tenemos que hacer para escuchar la voz de Dios?
«…Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre…”
Hermanos, para escuchar la voz de Dios lo único que tenemos que hacer es buscarle; lo único que tenemos que hacer es clamar a Él, y Él nos responderá y nos demostrara el camino que debemos seguir. Fíjense bien como esto es algo que queda bien reflejado en Jeremías 33:3 cuando leemos: “…Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces…” Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios te guía.
Pero Dios solo guía al que busca Su presencia en su vida en todo momento. Porque: “…mas si lo dejares, él te desechará para siempre…” Recordemos que Dios nunca nos obligara a permanecer a Su lado. Cuando Dios creó a la humanidad, Él nos dio libre albedrío; nosotros tenemos el derecho de escoger. Nosotros somos los que escogemos a quien vamos a servir [7]. Dile a la persona que tienes a tu lado: escoge hoy.
Continuando leemos: “…Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla…” Estas fueron las palabras de Dios para Salomón; Dios escogió a Salomón para que fuese él quien construyera el Templo donde la presencia de Dios habitaría en medio de Su pueblo. Y Dios nos habla hoy las mismas palabras que le hablo a Salomón en ese entonces.
En Su infinita gracia y misericordia Dios permitió que el mensaje de salvación llegara a nosotros; en Su infinita gracia y misericordia Dios ablando nuestro corazón para que Su palabra penetrase en nuestra vida; en Su infinita gracia y misericordia Dios desea que Su presencia este en medio de Su pueblo.
Dios te ha escogido a ti, y a mí, para que nosotros seamos Su Templo [8]. El Espíritu Santo mora en cada uno que le sirve y persevera en la santidad. Porque la realidad es que si decimos que le servimos, pero no perseveramos en la santidad, entonces nos estamos engañando a nosotros mismos [9]. Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios eligió que fueses Su Templo.
Para concluir.
Regresemos ahora a la pregunta inicial: ¿qué tenemos que hacer para obtener un resultado victorioso durante las tribulaciones? Para obtener un resultado victorioso durante las tribulaciones y dificultades que enfrentaremos en este mundo, lo primero que tenemos que hacer es reconocer a nuestro Padre celestial.
Esto significa que tenemos que dedicar el tiempo de leer y meditar en Su palabra. Y aun más importante de todo, tenemos que aplicarla a nuestra vida.
Tenemos que permitir que la Palabra de Dios nos amolde a como Dios desea que seamos, y no que nosotros amoldemos la Palabra de Dios para continuar siendo como somos.
Segundo; tenemos que servirle a Dios de todo corazón, y no por obligación. Recordemos que servir a Dios es mucho más que decir que somos cristianos. Servir a Dios de todo corazón significa que perseveraremos en Su voluntad en todo momento.
Recordemos siempre que todos podemos aprender y decir palabras elocuentes y religiosas, pero que: “…Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos…” Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios conoce tu corazón.
Tercero; tenemos que buscar la presencia de Dios en nuestra vida, y esto es algo que lo podemos lograr estudiando Su palabra, y abriendo la línea de comunicación entre nosotros y Dios, que nuestro Señor y Salvador murió en la cruz para entregarnos.
Tenemos que abrir o restablecer nuestra comunicación con Dios. Tenemos que buscarle por medio de nuestras oraciones. Recordemos siempre: “…Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre….”
Cuarto; tenemos que edificar y/o fortificar el Templo de Dios. Es decir, tenemos que fortalecer nuestra fe, tenemos que dejar a tras al viejo hombre, tenemos que limpiar el Templo de Dios. Tenemos que limpiar la morada del Espíritu Santo. El Señor nos dice: “…Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla…” Y quiero que ahora nos fijemos en un detalle que omití intencionalmente hasta este momento. Fíjense bien que aquí el Señor le dijo a Salomón, y nos dice a nosotros en el día de hoy: “…esfuérzate…”
¿Por qué deseo que nos fijemos en esta palabrita que parece tan insignificante? Deseo que nos fijemos en esta palabrita porque la realidad es que permanecer en la presencia de Dios, y perseverar en la santidad toma esfuerzo.
Los poderes de las tinieblas nos atacan constantemente, y si no nos esforzamos a perseverar en la voluntad de Dios, entonces caeremos fácilmente en las trampas del enemigo. Fácilmente caeremos en la trampa de lastima propia, caeremos en la trampa del ¿por qué a mí?, caeremos en la trampa del dolor y sufrimiento, caeremos en la trampa de la derrota.
Sin embargo, cuando nos esforzamos a perseverar en la voluntad de Dios, cuando confiamos en Dios y Su poder, a pesar de cuantas aflicciones podamos tener, Dios nos entrega la victoria.
Así que si deseas salir victorioso de esa prueba, dolor, y/o dificultad, recuerda que: “…Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová….” (Salmos 34:19).
[1] Juan 16:33
[2] Los Angeles Times – “Science and religion: God didn’t make man; man made gods” – July 18, 2011, By J. Anderson Thomson and Clare Aukofer
[3] Génesis 3:1
[4] Diccionario de la Real Academia Española
[5] Hebreos 10:25
[6] Romanos 3:23
[7] Josué 24:15
[8] 1 Corintios 3:9-17
[9] Gálatas 6:6-8
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