Y la paz de Dios

Predicas Cristianas 

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Y la paz de Dios

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Filipenses 4:6-7

Introducción

En más de una ocasión les he dicho que uno de los beneficios más gloriosos que los cristianos obtenemos es la paz.  Esto es algo que muchos no logran entender, y la razón principal por esto es porque cuando se habla de la paz, las personas tienden a pensar acerca de este tema desde un punto de vista mundano.

En otras palabras, las personas piensan que para tener paz hay que tener control sobre las cosas, o la habilidad de manipular situaciones para que todo sea beneficioso. Y es por eso que existen tantos que buscan obtener paz en su vida a través de posesiones materiales, el dinero, las posiciones sociales, y tantas otras cosas que piensan que les traerá paz y estabilidad.

Los gobiernos buscan la paz a través de poseer armas poderosas, grandes ejércitos, equipos de destrucción  masivas, y todas las demás maquinarias de guerra que existen.  También buscan controlar la población estableciendo leyes y estatutos que restringen, y hasta en ocasiones nos niegan, los derechos humanos que Dios nos ha entregado.  Pero la realidad de todo es que la paz que tantos anhelan nunca podrá ser hallada en ninguna de estas cosas.

Pero, si la paz no puede ser encontrada en ninguna de estas cosas, ¿cómo y dónde la podemos encontrar?  Este será el tema de nuestro estudio bíblico en el día de hoy.  Continuemos ahora con la predicación para descubrir cómo y dónde podemos obtener la paz que tantos necesitamos.

Filipenses 4:6-7Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Definición de la palabra paz

Cuando buscamos la definición de la palabra paz en el diccionario [1], encontramos que esta pequeña palabra es usada en mayor parte para describir la “relación mutua de quienes no están en guerra”; sin embargo, también encontramos que es usada para describir: “virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y las pasiones”; y en esta porción de la definición es en la que basaremos nuestro estudio bíblico de hoy.

Digo que basaremos la predicación de hoy en esta porción de la definición porque la palabra clave de la definición según el diccionario es “ánimo”, y esta palabra se define como: “alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana.”  ¿Por qué les he dicho todo esto?

Les he dicho todo esto porque deseo claramente establecer que la paz de la que estaremos tratando en esta predicación es la paz espiritual. 

¿Por qué es la paz espiritual de tanta importancia?

La razón es fácil, sin la paz espiritual las personas nunca lograran obtener ningún otro tipo de paz.  Así que manteniendo lo que les he mencionado en mente continuemos ahora con nuestra predicación.

Lo primero que encontramos aquí es que se nos dice: “…Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias…”  En realidad este pequeño versículo responde parte de nuestra pregunta inicial.  Examinemos estos dos puntos con más detalle para que me entiendan bien.

I. ¿Cómo podemos encontrar la paz de Dios?

Aquí vemos que se nos dice: “…Por nada estéis afanosos…”  ¿Por qué se nos dice esto?  La razón por la que la Palabra de Dios nos dice esto es porque el afán, o la ambición desordenada en casi toda ocasión nos conducirá a codiciar.   Y como todos sabemos la codicia es algo prohibido por nuestro Dios [2].

Cuando tomamos el tiempo de meditar en solo esta pequeña declaración en la biblia, no nos será difícil llegar a la conclusión que el afán, o ambición desordenada/codicia ha sido, y continuara siendo la mayor razón por la que las naciones entran en guerra.  Permítanme citar un ejemplo para que entiendan bien lo que les digo.

Ahora pregunto, ¿cuál fue una de las causas principales de la Segunda Guerra Mundial?  Según los historiadores, una de las causas principales fue cuando Alemania invadió y reconquistó los territorios que había perdido al firmar el Tratado de Versalles en el 1919, el cual le dio final a la Primera Guerra Mundial.

Aunque en los años después de la ratificación, el Tratado de Versalles fue revisado y modificado varias veces, sobre todo en favor de Alemania.  Y a pesar de que numerosas concesiones fueron hechas a Alemania antes de que Adolf Hitler asumiera el poder, en 1938 los artículos de liquidación territoriales permanecían en efecto [3].  Y es por eso que los historiadores atribuyen como una de las causas del inicio de la Segunda Guerra Mundial, al hecho de que Alemania había violado las condiciones del tratado cuando reconquisto el territorio que había perdido al firmar el Tratado de Versalles.

Pero aunque todo esto que les he citado es correcto desde un punto de vista histórico, les puedo afirmar que lo que causo la Segunda Guerra Mundial no fue algo tan simple como la violación de un tratado, sino que fue la ambición desordenada de un hombre, (inspirada y respaldada por el diablo), de controlar el mundo entero.

Si meditamos en estos eventos por un instante, creo que todos llegaremos a la conclusión de que casi todas, sino todas las guerras y conflictos armados han sido causadas por la ambición desordenada de los gobiernos de controlarlo todo.  Y les puedo decir que el gobierno que tenemos en este país en la actualidad, lenta y cautelosamente está tratando de controlar y manipular todo aspecto de nuestra vida, pasando leyes y enmiendas que restringen nuestros derechos constitucionales, y los derechos que Dios nos ha entregado. 

Pero bueno, no quiero profundizar en este tema en el día de hoy, esto será otro tema para otro día; así que hasta aquí con los gobiernos y la clase de historia.  Pero, ¿qué de la familia y nuestra vida personal?

La realidad es que el enemigo trata de negativamente impactar la vida cristiana a través de la ambición desordenada y/o la codicia.  ¿Por qué digo esto?  La razón por la que digo esto es porque existen numerosos hogares cristianos donde la ambición desordenada, la avaricia, y/o la codicia ha causado que las personas echen a un lado los principios familiares cristianos. 

Existen numerosos hogares cristianos donde tanto el padre como la madre, están tan afanados con las cosas de este mundo, están tan afanados con las posesiones materiales y las riquezas, que no tienen tiempo para Dios, y mucho menos para dedicarle a su familia.  Y es exactamente por esta razón que la paz de Dios no reina en un incontable número de hogares cristianos, sino lo que reina es la codicia, avaricia, y el desorden.  Y la realidad es que donde existen estas cosas, la paz que Dios te ofrece y desea entregarte nunca será alcanzada. 

¿Cómo podemos alcanzar la paz de Dios que desea entregarnos?

La respuesta a esta pregunta es fácilmente encontrada aquí cuando leemos: “…sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias…”

Algo que he repetido, y continuare repitiendo por el resto de mi vida es que la oración es imprescindible en la vida cristiana.  Pero desdichadamente, la oración es lo primero que con frecuencia dejamos de hacer.

Esto es algo que sucede porque nos afanamos tanto con el diario vivir y nuestras necesidades cotidianas, que se nos olvida por completo lo que encontramos en Romanos 8:6 cuando leemos: “…Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz…”

Ahora bien, con esto no les estoy diciendo ni implicando que nos desocupemos por completo de nuestro sustento, y nuestras necesidades cotidianas.  Decirles esto sería algo completamente irresponsable.  Yo no les estoy diciendo ni implicando que nos quedemos sentados en nuestra casa a esperar que Dios nos traiga los víveres, pague nuestra renta, nos compre la ropa y calzado y demás.

Como les dije, decir o implicar esto sería algo completamente irresponsable.  Claro está en que como cabeza de familia, todos debemos buscar darle a nuestra familia lo mejor que esté a nuestro alcance, pero lo que no podemos permitir es que nuestra vida espiritual, y nuestra relación con Dios sufra debido a esto.

Así que lo que si les estoy diciendo es que como verdaderos cristianos lo que primeramente debemos, y tenemos que buscar es la presencia de Dios en nuestra vida, y todo lo demás Dios nos lo entregara.  Esto es algo que el Señor nos dice claramente en Mateo 6:32-33 cuando leemos: “…Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas….”  Dile a la persona que tienes a tu lado: busca de Dios.  Continuemos ahora con nuestro estudio bíblico para descubrir la respuesta a la segunda parte de nuestra pregunta inicial.

II. ¿Dónde podemos encontrar la paz de Dios?

A continuación encontramos que la Biblia nos dice: “…Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús…”  La paz espiritual que todos tanto necesitamos solo puede ser encontrada en un lugar, y ese lugar es Cristo.  Pero esa paz que tanto necesitamos solo puede ser encontrada cuando confiamos en Dios y sus promesas completamente.

En Juan 14:27 encontramos que el Señor nos dice: “…La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo…”  Y quiero que nos fijemos muy bien en que aquí el Señor nos dice: “…yo no os la doy como el mundo la da…”

¿Por qué quiero que nos fijemos en este detalle?  Deseo que nos fijemos en este detalle porque la paz que el mundo ofrece es el concepto de la ausencia de conflictos, pero la realidad de todo es que como cristianos fieles, los conflictos y tribulaciones no desaparecerán de nuestra vida.

Como les he dicho en otras ocasiones, si los problemas y dificultades desaparecieran de la vida de una persona con solamente aceptar a Cristo, todos en el mundo fueran cristianos, ya que tanto creyentes como no creyentes desean vivir sin dificultades y problemas. Pero lo que el cristiano tiene que el resto del mundo no, es la promesa de Dios que nos dice que a pesar de lo que podamos atravesar, cuando confiamos en Cristo, Él nos entrega la victoria.

Fíjense bien como lo dice el Señor en Juan 16:33 cuando leemos: “…Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo….”  Dile a la persona que tienes a tu lado: Cristo venció por ti.

Hermanos, y esta es la: “…paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento…”  Esta es la paz espiritual que Dios le entrega a todo cristiano fiel.  La paz que Dios nos entrega no es que no tengamos preocupación alguna, no es que no tengamos problemas, o que no tengamos que pasar tribulaciones.

La paz que Dios nos entrega no es la ausencia de conflictos, pero cuando confiamos en Dios y Sus promesas, dentro de esas situaciones siempre encontraremos la paz de Dios [4].

Para concluir. 

Ahora debemos preguntarnos, ¿por qué existen tantos cristianos que no logran alcanzar la paz que Dios nos entrega?  La razón principal por la que tantos no alcanzan la paz que Dios nos entrega es porque muchos no entienden el significado de la palabra paz.

Nunca nos olvidemos que como cristianos fieles nosotros no podemos ver las cosas desde un punto de vista mundano, sino que tenemos que mirar las cosas desde un punto de vista espiritual.  Así que recordemos que la paz no es la ausencia de conflictos, la paz es nuestra absoluta confianza en Dios.

¿Te sientes hoy atribulado y cansado de batallar?  ¿Te sientes hoy preocupado y angustiado por las situaciones que te rodean?  Entonces escucha hoy que el Señor te dice: “…Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar…” (Mateo 11:28).

Deja de preocuparte y afanarte con las cosas de este mundo; deja de angustiarte por las cosas que te rodean; deja de buscar la paz en las riquezas y los bienes materiales, y busca de Dios.   Recuerda que: “Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones…” (Proverbios 17:1).

Recuerda que la única paz verdadera y duradera es la paz que el Señor te entrega.

[1] Diccionario de la Real Academia Española
[2] Éxodo 20:17
[3] «Versailles, Treaty of.» Encyclopedia Britannica.
[4] Proverbios 16:7

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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