Para ser feliz
Tabla de Contenido
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Para ser feliz
Introducción
Deseo iniciar la predicación de hoy haciendo una pregunta. ¿Qué necesitamos para ser feliz? La razón por la que hago esta pregunta es porque existe un gran número de creyentes que no viven felices. Existe un gran número de cristianos que no logran recibir la felicidad, y el gozo que Dios desea entregarles.
Existe un gran número de cristianos que estando rodeados de bendiciones, no alcanzan verlas y disfrutar de ellas. Ahora debemos preguntarnos; ¿por qué sucede esto?
Una de las razones principales por la que esto sucede es porque en muchas ocasiones, nosotros buscamos la felicidad en los lugares equivocados. Digo esto porque existen muchos que buscan la felicidad en las cosas del mundo, o las cosas no duraderas. Cosas como las riquezas, posesiones materiales y demás.
Pero la gran realidad es que la felicidad que Dios desea entregarnos es mucho más valiosa que cualquier cosa material o posesión, la felicidad que Dios desea entregarnos no solamente nos conduce a una vida feliz, sino que también nos entrega la paz que tanto necesitamos. La paz que está al alcance de todo cristiano fiel, pero que con frecuencia se nos escapa de las manos, o no logramos recibir. Así que este será el tema principal de esta noche.
El tema principal de nuestro estudio bíblico de hoy será descubrir cómo podemos alcanzar la felicidad que Dios desea entregarnos. Abramos ahora nuestra Biblia para encontrar la respuesta a nuestra pregunta.
Para ser feliz lectura Bíblica
Filipenses 4:10-13 – En gran manera me regocijé en el Señor porque al fin se ha renovado la preocupación de ustedes para conmigo. Siempre pensaban en mí, pero les faltaba la oportunidad. 11 No lo digo porque tenga escasez pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. 12 Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad. 13 ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! (RVA-2015)
Todos deseamos ser feliz
Algo que todo ser humano tiene en común, es que todos deseamos ser felices. No existe una persona en el mundo que no desee conducir una vida feliz y en paz. A todo ser humano le gustaría vivir sin preocupaciones y sin problema alguno, pero lamentablemente esto es imposible alcanzar mientras estemos aquí en la tierra.
El problema que existe es que muchos buscan la paz y felicidad absoluta e inalcanzable, en los lugares inapropiados. Muchos buscan la paz y la felicidad en las drogas, el alcohol, la fornicación, y el gran sin número de vicios que abundan en el mundo. Pero la gran realidad es que la paz y la felicidad que tantos anhelan, jamás será encontrada en ninguna de esas cosas.
También existe un gran grupo de personas, tanto cristiano como no creyente, que piensan y que buscan alcanzar la felicidad y la paz en su vida a través de las riquezas. Pero la realidad es que la paz y la felicidad jamás serán encontradas en ninguna de estas cosas tampoco. ¿Por qué digo esto?
Lo digo porque la felicidad y la paz son mucho más que tener riquezas. Es más, yo diría que mientras más rico es una persona, menos paz tiene. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque en la mayoría de los casos, estas personas están más preocupadas en cómo mantener o aumentar sus riquezas, que en cualquier otra cosa.
Hace un tiempo atrás leí una ilustración que sirve para ilustrar con exactitud el punto que deseo hacerles. Escuchen esto y díganme si tiene sentido o no.
Las riquezas pueden comprar el placer, pero no el amor. Las riquezas pueden comprar el espectáculo, pero no la felicidad. Las riquezas pueden comprar un acompañante, pero no un amigo. Las riquezas pueden comprar una casa, pero no un hogar.
Las riquezas pueden comprar medicinas, pero no la salud. Las riquezas pueden comprar libros, pero no la inteligencia. Las riquezas pueden comprar tranquilizantes, pero no la paz. Las riquezas pueden comprar un crucifijo, pero no un salvador. Las riquezas pueden comprar la tierra, pero no el cielo. ¿Tiene esto sentido o no?
¿Qué necesitamos para ser feliz?
Ahora bien, si hiciéramos una encuesta y preguntáramos; ¿qué necesitamos para ser felices?, estoy completamente seguro que recibiríamos una gran variedad de respuestas. Recibiríamos una gran variedad de respuestas porque a pesar de que todos hemos escuchado hablar de la felicidad y la paz, un gran número de cristianos no ha logrado alcanzarla.
¿Por qué no han logrado alcanzarla? Como les dije, muchos buscan obtener la paz y felicidad en los lugares incorrectos, pero la razón principal por la que muchos no logran alcanzarla es descrita en solo una palabra; insatisfechos.
Para que logren tener un mejor entendimiento de lo que deseo explicarles en esta predicación, veamos ahora la definición de la palabra “satisfacción”. La definición de satisfacción es: “Confianza o seguridad del ánimo. Cumplimiento del deseo o del gusto” [1]. Así que insatisfacción, o insatisfecho, significa la falta de satisfacción. En otras palabras, la falta del deseo o del gusto.
La insatisfacción nos evita ser feliz
La insatisfacción es la que nos arrastra a conducir una vida llena de lamento, en vez de una vida llena de felicidad y gozo. La insatisfacción es la que nos arrastra a conducir una vida encerrados en pensamientos y deseos del pasado, en vez de pensamientos y ambiciones del futuro.
La insatisfacción es la que nos arrastra a vivir una vida llena del “que si…” La insatisfacción es la que llena nuestra mentes de pensamientos como: “si yo hubiera”; “si yo no hubiera”. Pero como me decía mi papá cuando yo le hablaba de esa manera, “claro, y si mamá tuviera ruedas fuera bicicleta.” ¿Qué lección me dio mi padre al decirme esto?
La lección que mi padre me dio, y ahora comparto con ustedes, es que no podemos vivir encerrados en el “que si”, sino tenemos que avanzar. Tenemos que superar esos lamentos del pasado, y movernos al presente. Debemos y tenemos que movernos al futuro que Dios desea que tengamos. ¿Qué es lo que Dios tiene en mente para cada uno de nosotros? ¿Qué futuro desea Dios entregarnos?
Lo que Dios tiene en mente para cada uno de nosotros, y el futuro que Él desea entregarnos, está bien declarado en Jeremías 29:11 cuando leemos: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (RVR1960). Pero para que esto suceda tenemos que movernos de lugar. Tenemos que movernos de pensamientos de derrota, a convicción de la palabra de Dios. Dile a la persona que tienes a tu lado: muévete de lugar.
¿Cómo podemos lograr la felicidad y la paz en nuestra vida?
Pablo responde esta pregunta claramente aquí cuando leemos: “…No lo digo porque tenga escasez pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. 12 Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad…” ¿Cuántos pueden ver la respuesta a la pregunta?
Las palabras claves que nos permiten ver la respuesta son: “…he aprendido a contentarme con lo que tengo…” ¿Qué nos dice Pablo con esto? Lo que Pablo nos dice con esto es que él estaba satisfecho.
Pablo estaba feliz y en paz consigo mismo, y más importante de todo, él estaba feliz y en paz con Dios. Pablo no estaba mirando el pasado, o atrapado en el “que si”, él miraba hacia el futuro y se concentraba en su relación con Dios, y con aquellos que le rodeaban.
Como les dije al inicio, existen muchos cristianos que no logran recibir la felicidad y el gozo que Dios desea entregarles. Existen muchos cristianos que estando rodeados de bendiciones, no alcanzan verlas y disfrutar de ellas. Y quizás algunos estén pensando: ¿qué bendiciones? Se ve muy bien que usted no conoce mi vida pastor, mi vida está llena de dolores y amarguras. Pero si has pensado así te equivocas.
Claro está en que yo no conozco todos los datos íntimos de tu vida, ni deseo conocerlos; eso es algo entre tú y Dios. Pero lo que sí sé con certeza es que no estás solo. Si tienes una familia que te apoya y que te ama, tú no estás solo sino que estas más que bendecido.
Si tienes un conyugue que te ama, anima, y te cuida, tú no estás solo sino que estas más que bendecido. Si tienes amistades que te aprecian, aman, y te respetan, tú no estás solo sino que estas más que bendecido. Si tienes hermanos en la fe con quien compartes, alabas, y oras, tú no estás solo sino que estas más que bendecido.
Y quizás algunos digan; como pensé, usted no sabe nada de mi vida, yo no tengo nada de eso. Pero a pesar de que quizás no tengas nada de lo que he mencionado, te repito, estas pensando mal. Un cristiano fiel nunca está solo porque Jesucristo siempre está a tu lado [2]. Un cristiano fiel siempre está más que bendecido.
¿Qué bendición tiene todo cristiano fiel?
En la declaración de Pablo encontramos la bendición que todo cristiano fiel posee, y la que le conduce a llevar una vida feliz y llena de paz. Aquí vemos que Pablo nos dice: “…Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…” La bendición que nos entrega la felicidad y la paz en nuestra vida, es nuestra fe en Cristo. ¿Piensas que no tienes a nadie? ¿Piensas que estas solo en tu sufrimiento o situación? ¿Piensas que no tienes a quien acudir?
Si piensas así te equivocas, todo cristiano fiel tiene refugio. Todo cristiano fiel tiene a quien acudir. Fíjense bien como esto es algo que se nos dice claramente en el Salmo 9:9 cuando leemos: “…El SEÑOR será un alto refugio para el oprimido, un refugio en los tiempos de angustia…” (RVA-2015) Y también en el Salmo 28:8 que nos dice: “…El SEÑOR es la fuerza de su pueblo, la fortaleza de salvación para su ungido…” (RVA-2015)
¿Piensas que estas solo? Te equivocas, no estás solo; tienes donde refugiarte, tienes en quien confiar tus más íntimos problemas. Recuerda siempre que: “…El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente…” (Salmo 91:1). Y si moras bajo la sombra del omnipotente, ¿quién o qué podrá derrotarte? ¡NADIE! Después de todo, “…Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?..” (Romanos 8:31b).
Ahora las preguntas que quedan son, ¿cómo podemos llegar a ese lugar de paz y felicidad? ¿Cómo podemos morar bajo la sombra del Omnipotente? Las respuestas a estas preguntas son fácilmente encontradas, cuando leemos nuevamente lo que Pablo le dijo a esa iglesia cuando declaró: “…Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…” ¿Qué les quiero decir con esto?
Lo que les estoy diciendo es que para morar bajo la sombra del omnipotente, es decir, vivir bajo la protección del Todopoderoso, tenemos que fortalecer nuestra fe. Dile a la persona que tienes a tu lado, fortalece tu fe.
Tenemos que fortalecer nuestra confianza en Dios. No podemos olvidarnos lo que Él nos promete en Isaías 41:10 cuando nos dice: “…No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia’…” (RVA-2015). ¿Qué les estoy tratando de decir con esto? Lo que les estoy diciendo es que tenemos que entregarle a Él toda la gloria, honra, y alabanza que Él merece.
Como cristianos fieles, tenemos que reconocer Su poder autoridad y soberanía. Tenemos que entregarle el timón de nuestra vida, y decirle “Padre tu estás en control” [3].
Toda persona en el mundo, tanto cristiano como no creyente, hemos sido víctimas de las circunstancias que nos rodean. En otras palabras, a todo ser humano le ha tocado atravesar, está atravesando, o está a punto de atravesar circunstancias difíciles y dolorosas. Pero lo que separa al cristiano del resto de la humanidad, es nuestra fe.
Y lo que separa al cristiano fiel del resto de los que se llaman cristianos [4], es que el cristiano fiel puede superar cualquier cosa que le suceda. ¿Por qué podemos superar cualquier cosa que nos suceda? ¿Las podemos superar por nuestra fortaleza? La respuesta es ¡NO!
Nosotros podemos superar cualquier cosa que nos suceda porque creemos, afirmamos, y depositamos toda nuestra fe en que: “…Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…” Dile a la persona que tienes a tu lado, “…Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…”
El poder de Dios infundido en nuestra vida es lo que nos permite ser victoriosos. El poder de Dios infundido en nuestra vida es lo que nos permite saber que no obstante la situación, nunca estamos solos [5]. El Espíritu Santo siempre está presente en la vida de todo cristiano fiel. El Espíritu Santo es quien nos sostiene, y nos ayuda en nuestros momentos más difíciles.
Para concluir.
Regresemos ahora a la pregunta inicial de la predicación de hoy. ¿Qué necesitamos para ser felices? Lo que más necesitamos para tener una vida llena de paz y felicidad, es fortalecer nuestra fe.
Lo que más necesitamos para tener una vida llena de paz y felicidad, es reconocer las bendiciones que nos rodean. Lo que más necesitamos para conducir una vida llena de paz y felicidad, es dejar de vivir en el “que si”, y concentrarnos en “el hoy”, y en “el mañana” que Dios desea entregarnos. Nunca nos olvidemos de lo que Dios desea entregarnos, “…pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis…”
¿Cómo podemos ser feliz y la paz en nuestra vida?
Podemos lograr estas cosas cuando dejamos de afanarnos por las cosas, y le entregamos a Dios el control de nuestra vida.
Fíjense bien en lo que el apóstol Pablo también le dijo a la iglesia en Filipo cuando leemos: “…Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús…” (Filipenses 4:6-7) (RVA-2015). Recuerda que los afanes, e insatisfacciones, te robaran la paz y el gozo que Dios desea entregarte.
Recuerda que la amargura, y lamentos de tu insatisfacción no solo afectará tu vida, sino también la vida de aquellos que te aman y rodean.
Dios desea entregarte paz y felicidad, ahora la pregunta que queda es: ¿la quieres tú?
[1] Diccionario de la Real Academia Española
[2] Juan 14:21; Mateo 18:20; 28:18-20; Santiago 4:8
[3] Mateo 6:9-13
[4] Mateo 7:21-23
[5] Juan 14:15-17
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.