El Peligro De La Tradición
Predicas Cristianas – Predicaciones Cristianas
En la predicación de la semana pasada les hable acerca de la importancia de mantener nuestro nivel de santidad. Es decir, mantener nuestro corazón puro, limpio, y dedicado a Dios.
Si se acuerdan, el tema principal de la predicación fue que la liberación que tantos anhelan no existen en rituales y ceremonias; la liberación que tantos anhelan solo existe en Jesucristo. Pero si hacen memoria, también recordaran que durante la predicación les dije que existían muchos supuestos pastores y ministros cristianos que habían convertido la iglesia en un negocio.
En otras palabras, existe un gran número de supuestos líderes cristianos que han establecido tradiciones, ritos, y ceremonias para sacarles el dinero del bolsillo a los miembros de la congregación, y han podido lograr sus propósitos tergiversando y manipulando porciones de la Palabra de Dios.
La realidad es que alrededor del mundo existen numerosas tradiciones que son benignas; pero al igual que existen tradiciones benignas, también existen muchas que son completamente malignas. Y esto es debido a que no toda tradición está basada en los principios de Dios, y a consecuencia solo sirven para alejar al hombre de Dios. Existen numerosas tradiciones que son aceptadas por muchos en el Cuerpo de Cristo que solo sirven para dividir, y destruir la obra que Dios ha iniciado en cada uno de nosotros.
No se pueden imaginar la cantidad de veces que al hablar con personas que profesan ser creyentes me han dicho que son cristianos por tradición, y otros que me hablan de tradiciones y ritos que se observan en supuestas iglesias cristianas.
Les estoy hablando de tradiciones que cuando se toma el tiempo de analizarlas usando la Biblia, no es difícil encontrar que completamente violan Palabra de Dios. Así que el punto principal del estudio bíblico de hoy será analizar lo que el Señor nos enseña acerca de la tradición.
Marcos 7:6-13 – Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. 10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, 12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre, 13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.
Antes de proceder con el estudio bíblico de hoy, y para tener un mejor entendimiento de lo que el Señor desea que aprendamos, primero que todo, analicemos el significado de la palabra tradición. La palabra tradición es definida como “1. Transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación. 2. Doctrina, costumbre, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos.” [1] Así que por definición, vemos que la tradición es una costumbre o rito que se lleva a cabo de generación en generación. Con esto en mente continuemos el estudio bíblico de hoy.
Cuando leemos este capitulo desde el inicio vemos que en este momento de la historia, los discípulos de Jesús estaban siendo criticados y condenados [2]. En breve, los fariseos les acusaban de no observar las tradiciones del pueblo de ese entonces, y Jesús tomo esta oportunidad para demostrarles a ellos y a nosotros dos puntos muy importantes.
Punto número uno; la tradición nos aleja de Dios. “…Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes…”
Como podemos apreciar, en este instante el Señor uso palabras bien fuertes con estas personas; aquí vemos que Él les llama hipócritas. La razón por esto es porque ellos aparentaban una cosa, pero en realidad eran otra.
Como les he mencionado en otros estudios bíblicos, los fariseos eran un grupo religioso que ejercía gran influencia en ese entonces. Estamos hablando acerca de un grupo religioso que creían en un Dios personal y en las escrituras como la Palabra de Dios, pero que como podemos ver, aquí Jesús nos dice que ellos le añadían a la Palabra. Ellos añadían reglas y regulaciones, rituales y ceremonias, imponiendo así restricciones a las personas.
En muchas ocasiones hacían esto para su propia conveniencia, y en toda ocasión causaban que las personas se alejaran de Dios [3]. Tenían apariencia de ser justos y limpios, pero su corazón estaba lleno de iniquidades e inmundicias [4]. Desdichadamente, en la iglesia de hoy existe un gran número de personas, en ambos lado del pulpito, iguales que los fariseos. Permítanme ilustrarles el punto que deseo hacerles de otra manera para que me entiendan bien.
Creo que todos aquí conocemos lo que significa ser un agente secreto, o detective encubierto, ¿verdad? Todo hemos visto por lo menos una producción de Hollywood acerca de los agentes secretos que se infiltran en organizaciones y grupos criminales, con el fin de terminar con la actividad criminal.
En toda ocasión estas personas, agentes de la ley, son hombres y mujeres de alta integridad. Por dentro son personas de buenos principios, respetables, y honorables, pero al comenzar su asignación encubierta tienen que aparentar otra cosa. Tienen que suprimir esas cualidades admirables para hacerse pasar por criminales e infiltrar la organización criminal que están investigando. Pero lo que muy pocos desconocen es que el trabajo encubierto es sumamente peligroso.
Es sumamente peligroso no solo por el riesgo que la persona toma de que si es descubierta su vida estará peligro. Es peligroso porque se han dado muchos casos cuando el agente encubierto se acostumbra tanto a la nueva manera y estilo de vivir, que no regresan a su vida normal. En otras palabras se convierten en esos mismos criminales que buscan arrestar. Ahora, les pregunto, ¿conoce usted a algún agente encubierto dentro de la iglesia Cristiana? Ya sé que algunos están pensando que esto es algo que no existe, pero te digo en el día de hoy que existen numerosos cristianos encubiertos en el pueblo de Dios.
Esto es algo que nunca debería suceder; el cristiano no esta llamado a trabajar encubierto, todo lo contrario es verdad. La palabra nos llama a ser la luz del mundo [5]. Pero desdichadamente, seguir tradiciones y costumbres establecidas por el hombre causa que un gran número de cristianos escondan esa luz, y otros que la apaguen por completo. Y es exactamente por esa razón que como fieles cristianos, todos tenemos que prestar mucha atención a las advertencias de nuestro Señor.
Hermanos, si aquellos que nos rodean nunca han escuchado la Palabra de Dios de nosotros, si aquellos que nos rodean nunca han visto algo diferente en nosotros, si aquellos que nos rodean nunca han visto un cambio desde que llegamos a los caminos del Señor, entonces debemos reconocer que estamos desarrollando un papel que no nos corresponde. Tenemos que reconocer que estamos actuando como cristianos encubiertos.