No siendo oidor olvidadizo

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Una gran realidad es que estamos viviendo en tiempos de incertidumbre.  No creo que exista una persona en el mundo que en ocasiones no haya pensado que su futuro es incierto.  Ya que a diario vemos cosas suceder que nos alarman y preocupan.  Con cada día que pasa las situaciones políticas alrededor del mundo se ponen peor.  Por ejemplo, tomemos en cuenta lo que está sucediendo en el medio oriente.

Las noticias más reciente son que los líderes de las potencias mundiales han entrado en un acuerdo con la nación de Irán, referente a la producción de plutonio.  Según el acuerdo, Irán continuará produciendo plutonio a cambio de sanciones más livianas de las que están en lugar en contra del país. Y como seguramente muchos han escuchado, el plutonio puede ser enriquecido para construir bombas nucleares.  Pero no todos los países están de acuerdo con lo que ha sucedido.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, John Baird, dijo que su país mantendrá sus sanciones contra Irán [1]. El Primer Ministro de Israel, Netanyahu, condenó duramente el acuerdo nuclear de la comunidad internacional con Irán, calificándolo como un «error histórico» y declaro que él no estaba obligado a cumplir con el acuerdo.

En declaraciones a su gabinete, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu dijo que el mundo se había convertido en un «lugar más peligroso», como resultado del acuerdo y reiteró la amenaza pendiente de utilizar acción militar contra Irán si fuese necesario, declarando que Israel «tiene el derecho y el deber de defenderse a sí mismo » [2].

Y como si todo esto fuera poco, Arabia Saudita ha invertido en proyectos de armas nucleares de Pakistán, y cree que puede obtener bombas atómicas a voluntad.  Si bien, la búsqueda del reino a menudo se ha establecido en el contexto de la lucha contra el programa atómico de Irán, y ahora es posible que los saudíes sean capaces de implementar este tipo de armamento con mayor rapidez que la república islámica [3].

Los estudios bíblicos acerca de las profecías nos conducen a pensar que estos acontecimientos son el inicio de la profecía en Zacarías 12:3 que dice: “…Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella…”  Pienso que estamos viendo el inicio de esta profecía porque con este acuerdo reciente, tal parece que casi todas las naciones de la tierra se han vuelto en contra de Israel.

Si las cosas siguen como van, dentro de muy poco Israel se verá completamente rodeada de naciones armadas con misiles nucleares. Y deseo que notemos muy bien que estamos hablando de naciones, que en más de una ocasión, han declarado que Israel es su enemigo y que desean destruirla.  Pero en medio de este torbellino, en medio de todas estas cosas que pueden preocuparnos, y alarmarnos, ahora debemos preguntarnos; ¿existe algún lugar de refugio para los cristianos?  Las respuesta es ¡SI!

El cristiano fiel encuentra su refugio en la Palabra de Dios; la Palabra de Dios es el único lugar donde encontramos paz.  En la Palabra de Dios nosotros encontramos la esperanza de un brilloso futuro, y más importante aún, encontramos la fortaleza para mantenernos firmes [4], ya que las profecías sirven para confirmarnos que Dios está en control de todo.  Así que la Palabra de Dios es bendición para todo cristiano fiel.

Pero desdichadamente, existen muchos cristianos que no reciben las incontables bendiciones que Dios nos ofrece a través de Su santa y divina palabra.  ¿Por qué no las reciben?  No las reciben porque para recibir las bendiciones existe una gran condición, que muy pocos cumplen.  ¿Están intrigados?  Continuemos ahora con nuestro estudio bíblico y encontremos lo que tenemos que hacer para recibir las bendiciones de Dios.

Santiago 1:22-25Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

En el primer versículo del estudio bíblico de hoy encontramos que dice: “…Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos…”  En éste versículo encontramos la clave para recibir la paz en medio de todas estas cosas que estamos viendo suceder, y las bendiciones de Dios.

Hermanos, si queremos recibir las bendiciones de Dios, y la paz a pesar de todo lo que estamos viendo acontecer, tenemos que ser: “…hacedores de la Palabra…”  Pero, ¿qué quiere decir “hacedores de la palabra”?  Cuando tomamos el tiempo de prestar atención a este primer versículo, podemos confiadamente concluir que la palabra “hacedores” es una palabra de acción.  Pero es exactamente esto lo que muchos no están dispuestos a hacer.

Tener un buen entendimiento y conocimiento de la Palabra de Dios es importante.  Digo esto porque Dios le revela al hombre su voluntad para con nosotros, pero a pesar de que el conocimiento es de gran importancia, el conocimiento sin acción equivale a nada.  Por ejemplo, examinemos a un cirujano.

Ser un cirujano no es algo que se logra de hoy para mañana.  El cirujano primero tiene que graduarse de la escuela de medicina, y después especializarse en el área quirúrgica.  Así que ser un cirujano toma años de intenso estudios, la memorización de numerosos términos médicos, y quizás más importante de todo, la memorización de procedimientos quirúrgicos.  Pero a pesar de que un doctor pueda tener todo este conocimiento, de nada le valdrán si no los pone en práctica.  La Palabra de Dios es igual; ¿por qué digo esto?

Lo digo porque la realidad es que Dios no nos ha entregado Su palabra para que nos la memoricemos, y la guardemos.  Dios nos ha entregado Su palabra para que a través de ella conozcamos Su voluntad, y para que la compartamos con otros.  Pero lo que ha sucedido es que muchos cristianos han desarrollado una actitud errónea en cuanto a la Biblia.

La razón por la que digo esto es porque existen muchas personas, que con muy buena intención han decidido leer la Biblia, pero que tratan de lograr su propósito leyéndola como si esta fuese un libro normal y corriente.  Pero el problema que existes que la biblia no puede ser leída de esta manera, cuando tomamos la determinación y nos hacemos el propósito de leer la biblia, no solamente tenemos que leer, sino que tenemos que meditar y reflexionar en lo que hemos leído.

La realidad es que si no tomamos el tiempo de meditar y reflexionar en lo que hemos leído, entonces por mucho que leamos, nunca llegaremos a experimentar las bendiciones y beneficios que la Palabra de Dios nos ofrece.

Si genuinamente deseamos recibir las abundantes bendiciones que Dios desea y quiere entregarnos, tenemos que convertirnos en hacedores de la Palabra. Así que lee, reflexiona, pero más importante aun vívela (hacedores).  ¿Por qué digo que tenemos que vivirla?  Digo esto porque Dios llama a los cristianos a vivir de forma completamente opuesta a cómo vive el mundo.  Preguntémonos ahora, ¿a qué somos llamados?

A lo primero que estamos llamados es a genuinamente aceptar a Cristo como nuestro Rey y Salvador [5].  Si no damos este primer paso, entonces no tenemos nada.  Fíjense bien que dije “genuinamente”.  ¿Por qué reitero esto?

Reitero esa declaración porque la realidad de todo es que por muy religiosos que seamos, y por muy santos que pensemos que somos, nuestras acciones nunca podrán redimirnos de nuestros pecados [6].  Nuestra salvación y redención de pecado depende de solo una cosa [7].  De lo único que depende nuestra salvación es del sacrificio perfecto que Jesucristo hizo en la cruz del calvario por todos nosotros.

A lo segundo que estamos llamados es a amarnos los unos a los otros, y a amar a Dios por encima de todas las cosas [8].  ¿Por qué estamos llamados a hacer esto?  Hemos recibido este llamado porque cuando amamos a Dios por encima de todas las cosas, y cuando amamos al prójimo de la misma forma que nos amamos a nosotros mismos, entonces nunca haremos nada que desagrade a Dios, y nunca haremos nada que ofenda o hiera a los que nos rodean.

A lo tercero que estamos llamados es a perseverar en todo momento.  Esto es algo que el Señor nos dice claramente en Mateo 10:22 cuando leemos: “…Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo…” ¿Por qué se nos llama a perseverar hasta el fin? 

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