Las puertas del Hades no prevalecerán

Predicas Cristianas – Predicaciones Cristianas

Hoy vamos a brevemente examinar lo que es la iglesia; y como todos ustedes saben, cuando me refiero a la iglesia, no me estoy dirigiendo o refiriendo a una congregación en particular, sino que me estoy dirigiendo y refiriendo al Cuerpo de Cristo en general.

Así que hoy vamos a estudiar acerca de lo que es la base de la iglesia, y del poder que existe en ella. Pero para mejor poder transmitir el mensaje que Dios tiene para todo cristiano en el día de hoy, será necesario que usemos nuestra imaginación.

Deseo que nos imaginemos que el mundo no es más que una ciudad de antigüedad, como encontramos descrita en los estudios bíblicos. Pero también imaginémonos que esta ciudad fue diseñada, construida, y gobernada por el diablo [1].

Imaginémonos que vivimos dentro de una ciudad semejante a Jericó, rodeada de murallas altas e impenetrables. Una ciudad que fue construida a través del tiempo, compuesta de ladrillos de religión, cementados con doctrinas y enseñanzas completamente opuestas a la palabra de Dios.

En otras palabras, fuertes y grandes murallas construidas y fortificadas con el propósito de detener que los estudios bíblicos y mensajes cristianos la penetren. ¿Cuántos tienen buena imaginación y pueden ver el mundo de esta manera?

Les he pedido que usen sus imaginaciones porque desdichadamente, la descripción que les he hecho describe muy bien el mundo en que vivimos. Así que manteniendo esa imagen que hemos creado en nuestra mente, continuemos ahora con nuestro estudio bíblico de hoy.

Mateo 16:13-20Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. 20 Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.

Lo primero que vemos aquí, es que Jesús le pregunto a sus discípulos lo que el pueblo estaba diciendo de Él. Jesús les hizo esta pregunta porque en este punto de Su vida Él había hecho milagros, y muchos se interesaban en verle y escuchar sus enseñanzas.

Es más, los estudios bíblicos y mensajes cristianos nos revelan, que las cosas que Jesús había hecho y sus enseñanzas, no solo habían llegado a los oídos del pueblo, sino también de los líderes de ese entonces, y ellos habían demandado que Él les diera una señal [2].

Como podemos apreciar en la respuesta que los discípulos le dieron, las personas de ese entonces estaban un poco confusas en cuanto a Su verdadera identidad. Digo esto porque como podemos ver, algunos pensaban que Jesucristo no era más que uno de los profetas que Dios había enviado otra vez a la tierra. Ahora pregunto, ¿no estamos viendo esto mismo hoy en día?

La triste realidad es que la misma actitud del pueblo de ese entonces revela la actitud del mundo moderno, y desdichadamente también refleja la actitud de un buen número de cristianos. Digo esto porque la mayoría de las personas se encuentran atrapadas detrás de murallas de religión, cementadas por doctrinas falsas, y la perdición que existe en el mundo. ¿Por qué sucede esto? Esto es algo que ha sucedido, y continuara sucediendo porque existen muchos que no han recibido una revelación de la verdadera identidad de Jesucristo.

Cuando le preguntamos a los cristianos ¿quién es Cristo?, todos contestan que fue el sacrificio perfecto para pagar por nuestros pecados, todos saben que Él murió en la cruz para que pudiéramos tener vida eterna, y que Él es el hijo del Dios viviente. ¿Qué les quiero decir con todo esto? Para que entiendan bien el punto que deseo hacer, fijémonos bien en la respuesta que Jesús les dio una vez que le reconocieron como el Cristo.

Jesús les dijo: «…Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos…» ¿Por qué les contestó Jesús de esta manera? Jesucristo les contesto de esta manera porque ellos no creían en Él como el hijo de Dios solo por lo que habían visto.

Ellos creían en Jesucristo como el hijo del Dios vivo, porque Dios mismo se los había revelado. Pero aquí es donde se complican las cosas para algunos de aquellos que profesan ser cristianos. Digo esto porque toda persona que profesa ser cristiana tiene un buen conocimiento de los rudimentos básicos de Jesús, pero desdichadamente muy pocos han tenido una revelación del Padre.

En otras palabras, muchos creen, pero nunca han tenido un encuentro personal con Jesús. Digo esto porque una vez que tenemos un encuentro personal con Jesús, una vez que el Padre nos revela Su poder y gloria, nuestra vida cambia por completo.

Nuestra vida cambia tan radicalmente que en muchas ocasiones las personas que nos conocían antes que llegáramos a los caminos de Dios, se quedan atónitos al ver nuestra nueva personalidad [3]. La realidad es que cuando se habla de un cristiano que ha tenido un encuentro personal con Jesús, se está hablando de que fue completamente hecha nueva.

Jesucristo les dijo: «…porque no te lo reveló carne ni sangre…». Aquí encontramos algo que todo cristiano debe buscar. Todo cristiano debe pedirle al Padre que nos de la misma revelación que ellos obtuvieron. Debemos y tenemos que buscar que Dios nos revele, y nos dé la convicción de su gloria y poder. Debemos y tenemos que continuamente buscar un encuentro personal con Dios. ¿Por qué es esto tan importante?

Tener un encuentro personal con Dios es extremadamente importante porque cuando lo logramos, es entonces que veremos cosas maravillosas suceder en nuestra vida. Cuando logramos tener un encuentro personal con Jesús, es en ese entonces cuando Él nos podrá usar para llevar a cabo Su obra en la tierra.

El ejemplo primordial de esto es el apóstol Pablo. Digo esto porque después de su encuentro personal con Jesucristo [4], Pablo se convirtió de ser el perseguidor de los cristianos a ser el fundador de iglesias. Después de su encuentro personal, Dios usó a Pablo para promulgar el evangelio y el mensaje de salvación al mundo, (Pablo escribió más de la mitad del Nuevo Testamento).

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