En busca de intercesores
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: En busca de intercesores
Predicas Cristianas Texto Bíblico: “Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.” Génesis 6:7-8
Introducción
Las maravillas de Dios son incomparables; son más grandes que cualquier cosa. No tiene comparación con lo que conocemos y aún con lo que desconocemos [1]. En toda la biblia encontramos milagros y maravillas que fueron hechos por Dios en Su poder. Para salvar a su pueblo, para ganar batallas, para sanar enfermos, para salvar nuestra alma. Pero muchas de las maravillas fueron originadas o detenidas por muchos hombres que encontraron gracia ante Dios.
Esto no significa que los hombres tienen autoridad alguna sobre Dios, sino que llegaron a ser amigos del Señor y Dios los escucha en sus oraciones [2]. Y ese amor que Dios le tiene a sus hijos es suficiente para obrar con poder.
Hubieron muchos hombres en la biblia que se pusieron en esa brecha y fueron usados para salvación de muchos. Hombres que fueron valientes, se esforzaron y se pusieron en medio de la tempestad, en medio del castigo de Dios y le pidieron misericordia.
I. Abraham (Génesis 18:33)
En el relato de la intercesión de Abraham por Sodoma y Gomorra podemos comprender cómo Dios castiga el pecado. Dios había decidido castigar el pecado de estos pueblos pues era mucho; tanto que llegó a Su presencia. Como sabemos Dios no tiene relación alguna con el pecado [3], por tanto destruiría estas ciudades. Luego vemos como Dios le manifiesta a Abraham lo que iba a hacer.
Dios no le rinde explicaciones a nadie, sin embargo Su siervo Abraham, el padre de la fe, había hallado gracia ante Dios, por esto Dios le dice lo que tenía planeado hacer. Abraham entonces inicia un discurso e intercede ante Dios para no destruir a estos pueblos, pues estima que tal vez haya ahí cincuenta justos. En varias ocasiones durante esta conversación Abraham le pide a Dios que no destruya las ciudades, pues en ellas tal vez hayan personas que no están contaminadas con el pecado de ellos.
Abraham inicio intercediendo por cincuenta justos, pero no se encontraron ahí ni diez personas justas. Las respuestas de Dios a cada petición de Abraham fue que no destruiría estos pueblos si se encontraran ahí la cantidad de personas justas que Abraham decía. Pero no fueron encontrados ni diez, la decisión de Dios entonces fue firme y las ciudades fueron destruidas.
Lo interesante de este relato es que Dios escucho a Abraham cuando intercedió por cincuenta, por cuarenta y cinco, por treinta, por veinte y por diez justos. Si en estos pueblos hubieran habido aunque sea diez personas justas, Dios habría escuchado a Abraham y no hubiera destruido estos pueblos por amor a estos justos. Dios le permite a Abraham sacar de ahí a Lot y a su familia, pues ellos no habían pecado como el pueblo pagano. Por esa intercesión de Abraham, Lot y su familia pudieron sobrevivir el castigo de Dios contra Sodoma y Gomorra.
II. Aarón (Números 16:1-50)
En muchas ocasiones Moisés intercedió a Dios por el pueblo de Israel, Dios le escuchaba y aplacaba su ira contra ellos. Pero hubo una ocasión en la que la labor del intercesor la podemos ver claramente en la biblia, esto es en la rebelión de Coré.
Coré junto gente y se levantó contra Moisés y Aarón. Coré pertenecía a la tribu de Leví, quienes ministraban en el tabernáculo de reunión. Pero ellos murmuraban contra Moisés y Aarón a quienes Dios había escogido para liderar y para ser sacerdote del pueblo.
Lo que hizo Moisés en todo momento es pedirle dirección a Dios como debe actuar. Dios le da indicaciones, y lo que Moisés les dice es que se pongan delante de Dios con fuego en su incensario y a quien Dios escogiere ese sea el sacerdote elegido por Dios. Entonces ellos y Aarón se ponen delante de Dios.
Dios le dice a Moisés que se aparte y destruirá al pueblo que se levantó murmurando. Moisés entonces intercede por el pueblo y le pide a Dios que castigue sólo a los que se levantaron contra Él. Dios lo hace así, y destruye de una forma nueva a Coré y todos los que se habían levantado contra la voluntad de Dios.
Al siguiente día el pueblo nuevamente se levanta contra Moisés y Aarón, contra las personas que Dios había escogido para su servicio. Moisés y Aarón se postran ante Dios y Dios inicia a destruir el pueblo que se levantó contra Él.
Entonces Moisés le dice a Aarón que haga expiación por el pecado del pueblo y Aarón se pone en medio de la congregación, en medio de los que habían muerto y los vivos. Y cesó la mortandad. Esta es la labor del intercesor, ponerse en medio.
III. El centurión (Mateo 8:5-13)
En el libro de Mateo encontramos un milagro que Jesús hizo con el siervo de un centurión. Este se acerca al Señor y le pide que sane a su siervo. Seguramente era de gran estima para este oficial del ejército romano, pues se acercó al Maestro. Hay algunas enseñanzas que podemos aprender de este relato.
a) Quien hace la petición
Para nada era común que un oficial romano se acercara a un israelita a pedir algo. Sin embargo así pasó, pues él tenía fe en Jesús. Así que no importa quién sea por fuera el que se levante como intercesor, importa como es por dentro. Dios ve el interior de la persona, ve su corazón.
b) Acercarse con fe (Santiago 1:6)
Dios se agrada cuando nos acercamos a Él con fe [4]. Este centurión vence el prejuicio político de aquel momento y logra acercarse al Señor, pues sabe completamente que si Jesús decide sanar a su siervo, este recibirá el milagro.
Jesús le dijo al centurión que irá hasta su casa sanará a su siervo. el centurión responde que no es digno que entre en su casa, pero la palabra nos dice que su siervo «sanará» (vers. 8). Jesús se maravilla de su fe y obra el milagro en su siervo (verss. 10; 13). Desde ese mismo instante Él obra el milagro y el centurión se va sabiendo, por la fe, que su siervo había sido sano.
Quien se acerca a Dios debe saber ante quien es que intercede, nada menos que ante el Dios Todopoderoso. Al acercarse ante Dios debemos hacerlo con fe, sabiendo que Él tiene el poder para obrar milagros y sabiendo que es justo. Sin fe es imposible agradar a Dios [5].
III. Jesucristo (1 Timoteo 2:5)
Pero sin duda el más grande milagro que ha conseguido un intercesor fue el de la salvación de nuestra alma. Toda la humanidad se encontraba alejados permanentemente de Dios a causa del pecado que reinaba en todos los seres humanos.
Dios castiga el pecado y este nos aleja de Él [6]. Por lo tanto no teníamos oportunidad de ser salvos y lo que nos esperaba era solo la muerte. Pero no la muerte del cuerpo, sino la muerte de nuestra alma eternamente. Estábamos destinados a estar para siempre alejados de Dios recibiendo castigo por nuestros pecados.
Sin embargo Jesucristo vino a derramar Su sangre, sin pecado, para que podamos recibir por medio de Él, el perdón de pecados [7]. Ahora a través de su sangre preciosa podemos ser redimidos, podemos ser limpios de nuestra maldad y acercarnos confiadamente ante Dios. Jesucristo entonces es el más grande intercesor que ha existido.
Jesús aceptó el castigo de nuestro pecado para que podamos ser salvos y pasar la eternidad con Dios. Así lo dice 1 Timoteo 2:5, que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo.
Solo por medio de Él podemos tener entrada al reino de Dios. Jesús entonces intercede al Padre, con toda autoridad llega al cielo e intercede por nosotros para que por medio de su sangre tengamos el perdón de Dios [8].
Ahora tenemos entrada al reino celestial por medio de Jesucristo. Y la palabra de Dios nos dice claramente que en ningún otro hay salvación [9]. Solo Él ha sido tentado en todo pero sin pecado. Solo Él ha logrado vencer como hombre y entregado su sangre para acercarnos a Dios. Entonces podemos acercarnos a la presencia de Dios y hablar con Él.
Para concluir
Dios había dicho que destruiría a la humanidad y hasta los animales que había creado, a causa de la maldad de los hombres. Dios no soporta el pecado, y el castigo de este es la muerte [10].
Dios decidió obrar con su justicia divina y destruir todo lo que el pecado había corrompido. Sin embargo encontró a Noé, quien halló gracia ante los ojos de Dios [11]. Dios entonces decide salvarlo de su castigo, a él y a su familia.
Noé estuvo predicando el mensaje de Dios mucho tiempo para que los demás también pudieran ser salvos de la ira de Dios.
Sin embargo nadie más llegó a tener fe en Dios, todos decidieron apartarse y permanecer en su pecado. Pero esto no desanimó a Noé quien siguió intercediendo para la supervivencia de la humanidad. Dios envió su ira pero salvó a Noé, a su familia y a los animales que entraron al arca con él.
Dios busca personas valientes, personas que estén dispuestos a pagar el precio y que sean intercesores. Personas que se pongan en medio e intercedan al Padre para la salvación de las almas. Debemos buscar ser agradables ante Dios, estar constantemente en Su presencia y obedecerle.
Dios escucha nuestra oración, por lo tanto debemos interceder los unos por los otros y principalmente interceder por aquellos que no han conocido a Dios. Para que Dios tenga misericordia y los alcance con Su poder y puedan ser salvos de este mundo de maldad.
No es nada fácil ponerse en medio de la ira de Dios, pero Dios busca intercesores. Dios quiere obrar milagros y maravillas pero busca quien provoque su amor para misericordia.
Recordemos que el amor de Dios es para siempre, pero Él no soporta el pecado. Seamos esos intercesores que provoquen la mano de Dios, que lo mueve a misericordia y las almas puedan ser salvas.
[1] Isaías 55:8-9
[2] Juan 9:31
[3] Isaías 59:2
[4] Hebreos 4:16
[5] Hebreos 11:6
[6] Proverbios 3:11-12; Apocalipsis 3:19
[7] Juan 3:16
[8] Romanos 8:34
[9] Hechos 4:11-12
[10] Romanos 6:23
[11] Génesis 6:8
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