Los pensamientos de Dios
Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Los pensamientos de Dios
Tabla de Contenido
Predicas Cristianas Texto Bíblico: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros. dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)
Introducción
En el mundo hay muchas personas que dudan de la existencia de Dios, creen que todas las cosas existieron por sí mismas y fueron cambiando a lo largo del tiempo. Estas personas no pueden ver la obra de Dios en el universo, a pesar de que el universo entero nos habla del poder creador de nuestro Señor son ciegos para no ver sus maravillas.
A pesar de lo que algunas personas piensan, Dios continúa Su labor salvadora. Somos testigos de que, aunque estábamos muertos en nuestros delitos y pecados Cristo murió por nosotros [1]. Somos testigos de que no buscamos a Dios, sino que Él nos buscó primero, porque nos ama y quiere que todos vengamos al arrepentimiento para recibir su perdón [2].
En el corazón de Dios hay amor, un amor como ningún otro. En su corazón está el deseo de salvar a la humanidad, de bendecir, de llenarnos de su plenitud. Es entonces el deseo de Dios que todos vengamos al conocimiento de la verdad [3]. Dios quiere que toda rodilla se doble y que toda lengua confiese que Jesús es el Señor, es nuestro Señor y vivimos para Él [4].
I. Paz (Juan 14:27)
Jesús nos ofreció una paz, no cualquier paz sino Su paz. La paz de Dios implica estar tranquilos, pero no solo cuando todo va bien, sino lo sorprendente es que podemos estar tranquilos cuando todo va mal. Porque Dios está con nosotros y no dejará que nada nos haga daño. Si Dios permite alguna tribulación un propósito tiene y esa tribulación se transformará en bendición si permanecemos en Él.
La paz de Dios no puede compararse a la paz del mundo, debido a que solo Dios conoce las intenciones del corazón y solo él tiene la verdadera intención de cuidarnos. No podemos confiar en la paz del mundo que es pasajera, mejor confiar en la paz de Dios que es eterna.
a. En Dios (Juan 16:33)
Dios tiene pensamientos de paz para nuestra vida. Esto nos permite ver que intencionalmente el Señor busca la paz para nuestra vida. No recibimos una paz pasajera o en determinadas circunstancia, sino que recibimos una paz de Dios que es eterna y nos permite estar tranquilos en toda situación.
Jesús nos advirtió también que en el mundo tendríamos aflicción. El mundo se levanta contra todo lo que viene de Dios y todo lo que procede de Él. Somos hijos de Dios engendrados por voluntad de nuestro Padre Celestial
El Señor ha vencido al mundo, se ha levantado como nuestro salvador y está sentado a la diestra de Dios, por lo tanto, mientras nuestra fe está puesta en Él podemos tener paz y estar tranquilos. Porque el mundo no puede separarnos de Dios, el mundo no puede separarnos del amor eterno con el que el Señor nos ha amado [5]. Somos ovejas del prado de Dios y Él cuida de nosotros.
b. Nos guarda (Filipenses 4:7)
La paz que Dios nos da nos guarda. Nos guarda del mal, guarda nuestros corazones y pensamientos en Cristo. Es así como cada decisión, cada acción que tomamos lo hacemos lo hacemos tomando en cuenta a nuestro Dios y su palabra hermosa.
No tomamos decisiones con guiados por el sistema moral del mundo, pues estaríamos pecando contra Dios. Tampoco tomamos decisiones basadas en lo bueno de las personas, sino que tomamos decisiones basadas en la perfección de la palabra y la voluntad de nuestro Dios.
Dios no se equivoca, por lo tanto estando en su paz y estando guardados nuestros pensamientos en Dios estamos seguros de tomar la mejor decisión. La paz de Dios nos permite estar en su palabra y buscarle siempre de todo corazón. Al pensar en el Señor constantemente estamos alejados de las preocupaciones, de lo mal que van las cosas y nos concentramos en su amor y misericordia.
c. Nos permite descansar (1 Pedro 5:7)
Su palabra dice que podemos echar nuestra ansiedad sobre Él. Esta es la manera en que podemos descansar, cuando tenemos una necesidad, cuando hay algo que nos preocupa. Podemos acudir a nuestro Dios y echar esa ansiedad en Él y nosotros estar tranquilos.
Pero acudimos a Dios porque Él tiene cuidado de nosotros, Dios tiene cuidado de sus hijos. El Señor no nos abandona, sino que permanece a nuestro lado en todo momento. Nosotros somos los que podemos alejarnos del Señor, pero Él busca siempre cómo mantenernos a su lado en su santidad.
Descansemos en Dios, entreguemos a Él nuestras necesidades y estemos tranquilos sabiendo que en las manos de Dios todo problema se resuelve, en las manos de Dios son destruidas las preocupaciones y podemos tener paz.
II. Lejos del mal (Proverbios 3:7)
Los pensamientos de Dios para nuestra vida son de paz y no de mal. En repetidas ocasiones el Señor nos muestra que debemos alejarnos del mal. Dios también nos aleja de las cosas que nos hacen daño, porque es un Padre Bueno.
Siempre los pensamientos de Dios serán de bien para nuestra vida. El enemigo por otro lado busca el mal, busca que estemos en lo que no agrada a Dios. Pero debemos resistir al maligno y permanecer en el Señor y en sus pensamientos de bien para cada uno de sus hijos.
a. Vencer al mal (Romanos 12:21)
Debemos resistir el mal, la manera que podemos hacerlo es estar al lado de Dios. Por nuestras fuerzas no es posible, pero como Dios está de nuestro lado entonces somos más que vencedores. Debemos vencer el mal en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Porque ningún mal tocará nuestra morada, porque estamos en las manos del Dios Todopoderoso quien nos guarda y nos da el socorro que necesitemos.
La forma de vencer el mal es con el bien, pero el bien viene de Dios, así es que solo con Dios podemos vencer el mal. Dios es bueno y en su nombre y con su poder podemos enfrentar a gigantes y ser vencedores en el nombre que es sobre todo nombre.
b. Cambiar el mal por bien (Romanos 12:17)
Pero aun cuando recibimos mal no debemos devolverlo, en cambio debemos hacer lo que nuestro Señor nos enseñó, a devolver bien por mal. En el mundo se enseña que debemos pagar a los demás de la misma manera como recibimos de la sociedad. Pero el Señor nos enseñó que debemos hacer el bien a todos, aun cuando recibamos mal de los demás. Aquí se rompe un círculo vicioso de maldad y empieza un círculo de bendición en la sociedad.
Debemos cambiar y dar bien en lugar del mal que recibimos. Dios entonces nos bendecirá como es debido pues estamos obedeciendo el mandamiento de nuestro Señor. No paguemos mal por mal pues nada bueno haremos, pero si pagamos con bien estaremos cambiando al mundo haciendo la voluntad de nuestro Señor.
c. El mal produce más mal (2 Timoteo 3:13)
Porque si pagamos mal recibiremos de vuelta más mal. Si hacemos lo malo estaremos aumentando el mal que ya existe en el mundo y este mal regresa a nuestra vida. Es necesario romper con ese ciclo perverso y dar bien al mundo.
Dice la palabra de Dios que los malos hombres irán de mal en peor, es decir que no se espera un cambio de situación. En cambio la palabra dice que los hijos de Dios irán de gloria en gloria y de victoria en victoria. Hay una gran diferencia entre el mal y el bien, debemos escoger hacer lo bueno y devolver el bien aunque recibamos mal, solo así el Señor nos dará la victoria sobre la maldad.
III. Cumplir su promesa (Juan 15:7)
Los pensamientos de Dios para nuestra vida son de bien y no de mal, de paz en todo momento y lugar. Además el Señor nos dice que estará atento a nuestras oraciones. Dios es nuestro Padre y nos escucha para hacernos el bien que esperamos.
a. Ser oídos por Dios (Jeremías 29:12)
Cuando reconocemos a Jesús como nuestro Salvador una puerta se abrió. La puerta que nos conduce a Dios, antes en pecado no teníamos ese acceso al trono de Dios. Ahora que hemos sido rescatados tenemos ese privilegio de poder venir en oración ante nuestro Dios y ser escuchados por Él. Dios conoce entonces cada una de nuestras necesidades y piensa en hacernos el bien.
b. Encontrar a Dios (Jeremías 29:13)
Podemos buscar a Dios y encontrarle, encontrar el bien para nuestra vida, encontrar la paz y recibir de Dios toda clase de bendiciones iniciando con la salvación de nuestra alma.
Quien encuentra a Dios ha encontrado un tesoro que no tiene valor humano, que no puede medirse. Dios nos permite encontrarlo y conocer su corazón y voluntad para nuestra vida.
Conclusión
El enemigo tiene pensamientos malos, pero tenemos a un Dios que es más poderoso. Tenemos de nuestro lado a un Dios que tiene pensamientos de paz para nosotros, pensamientos que nos bendicen.
Esos pensamientos de Dios nos permiten buscarlo en oración y Él está atento a nuestras palabras. Podemos buscarle y encontrarle. Dios nos permite encontrar su poder, sus maravillas y nos gozamos en saber que Dios piensa en hacernos el bien que ha planeado para cada uno de sus hijos.
Debemos alejarnos del mal y refugiarnos en las manos de Dios para estar protegidos de todo ataque del maligno. Debemos vencer el mal en el nombre del Señor y vivir para Él en obediencia y nuestras peticiones vendrán delante de Él y nos concederá las peticiones de nuestro corazón .
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
[1] Efesios 2:5
[2] 1 Juan 1:9
[3] 1 Timoteo 2:3-4
[4] Romanos 14:11; Filipenses 2:10-11
[5] Romanos 8:38-39