La oración, un sagrado beneficio

La oración, un sagrado beneficio

Prédica de Hoy: La oración, un sagrado beneficio

Por: José R. Hernández, Pastor
Ministerio El Nuevo Pacto, Hialeah, FL.

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Salmo 145:18

Introducción

Existe un refrán muy popular que dice: la curiosidad mato al gato. No sé qué tan cierto será, pero sí sé que todos nacemos con curiosidad en temas puntuales.

Siempre me ha parecido curioso ver como nos ahogamos en un pequeño vaso de agua, de como siempre tenemos un problema para cada solución, siempre tenemos a la mano las después y las ignoramos una y otra vez.

En la vida es común ver cómo aparecen muchas puertas. Unas totalmente cerradas y  otras que están abierta pero no son de nosotros. En otras palabras, aquellas que se cierran cuando nos acercamos.

El punto es que siempre necesitaremos la guía para encontrar nuestra puerta y la llave que puede abrirla. La solución esta al alcancé de todos. Esto es, de todo aquel que mantenga una relación con Dios.

El día de hoy hablaremos de la oración como herramienta para salir de la incertidumbre, de la ignorancia, de la escasez, de cualquier duda o falta de conocimiento que pueda presentarse en nuestra vida cotidiana.

I. ¿Qué es la oración? (Mateo 6:9-13)

La oración no es más que comunicarse a través de expresiones verbales, pensamientos, emociones. Digo pensamientos porque Dios trasciende cualquier barrera. Recuerden que es un ser omnipresente, y que no todos pueden oír o hablar, estas personas tienen sus propios métodos para comunicarse y el Señor los escucha como a todos.

La oración no siempre fue posible y accesible para todos. Hablando un poco de historia, de manera breve, siempre existieron intermediarios escogidos por el Señor. Por ciento de años los únicos que podían acercarse a la presencia del Señor eran los sacerdotes consagrados. Esto fue hasta que Jesús vino y lo cambió todo.

La oración no siempre fue libre para todos, desde el pecado de Adán y Eva fue creado un velo para separar al hombre común de nuestro Dios extraordinario. Para deshacer esta separación, para ser libres del pecado y tener libertad a una relación abierta con nuestro Padre, se tuvo que pagar un precio muy alto. Solo el sacrificio de Jesús alcanzó el valor necesario para abrir un puente entre Dios y los hombres.

En otras palabras, la oración es una herramienta de comunicación directa, sin ningún tipo de intermediario entre el Señor y nosotros su creación. Su función radica en mantener una relación de Padre he hijo, para acercarnos cada día más a su corazón y voluntad.

II. Importancia de la oración (Lucas 11:9)

Todos hemos recibido algo que en determinado momento nos salvo la vida, nos encantó, nos pareció único, nos lleno de alegría. Pero ni todas nuestras mejores adquisiciones pueden compararse a la grandeza de la oración. Hay cosas que pueden costarnos dinero, tiempo, esfuerzo y demás, pero la oración puede costarte la vida.

Ciertamente la oración es gratis, todos tenemos acceso, el precio a pagar no es por obtenerla. El alto precio a pagar se debe a que no hacemos el más mínimo esfuerzo por acceder a ella. Los cristianos tenemos acceso a una relación con Dios y la ignoramos. Lo tenemos todos, pero no somos capaces de darle la importancia apropiada.

Lo triste de todo es que existen muchas personas que no saben que pueden tener esta hermosa oportunidad de comunicarse con el Padre. Lastimosamente, muchos no han oído de Él, de Su amor, de las buenas nuevas, porque los obreros son pocos. No saben que dolor me causa ver a los creyentes perdiendo su tiempo en apariencias, habiendo tanta necesidad en el mundo.

El costo de la oración no cuesta dinero, y la importancia de ella es vital. Es por eso que debemos y tenemos que orar en todo momento, y compartir nuestras oraciones con nuestros hermanos y hermanas en la fe. Pero, ¿Por qué existe tantos que nolo hacen?

Como dije, la oración no nos cuesta dinero, pero si cuesta tiempo y dedicación. Hermanos, a diario se pierden millones de personas. Se pierden porque no han escuchado acerca de la palabra de Dios, y nadie ha tomado el tiempo de orar por ellos. En otras palabras, nosotros tenemos el arma más poderosa en todo el mundo, pero muy pocos están dispuestos a usarla.

III. Esta bien, pero, ¿Cómo oramos? (Filipenses 4:6-7)

En la palabra hay algunos ejemplos de oración. Pero no debes complicarte la vida, Jesús es Dios, pero también es hombre. Él puede entenderte, acércate a Él con respeto y humildad. Háblale de tu día, de tus aciertos, de tus sufrimientos. Se su amigo porque Él quiere ser el tuyo. Cristo te ama y siempre tiene tiempo para ti, aunque tu estés muy ocupado.

Ciertamente debemos tener respeto con nuestro Señor, no es cualquier persona, pero si nos comprende, si esta allí. Su forma de responder es distinta a lo que estamos acostumbrados. Pero es tangible, es verídica, es real, el es real.

No debemos dudar ni un segundo de Su presencia ni de Su promesa. Tenemos que ver a Cristo como una realidad en nuestras vidas, creyendo esto, creeremos que esta nuestro lado siempre. No necesitamos una cátedra para hablar con Jesús. Lo que necesitamos es fe, convicción, humildad, respeto y deseos de conocerle. No permitamos que los prejuicios y nuestras fallas creen un velo que ya fue destruido.

Dios te acepta como vengas, el Señor te amas como eres, pues Él te creo. Ahora eres su hijo, su amado, y sólo nuestras decisiones pueden apartarnos de ese gran amor.

Para concluir

Desde el Génesis hasta el Apocalipsis nuestro Dios ha querido tener una comunicación fluida con nosotros, su creación. Pero nuestra propia desobediencia ha sido la causante de la distancia entre padre e hijos, es por nuestro amor a lo prohibido el que nos alejó del Señor.

Hoy sabemos que existe un método oportuno para acercarnos a Jesús, si, necesitamos congregarnos, necesitamos mentores, necesitamos estar juntos y en armonía. Pero no necesitamos un intermediario humano para tener una relación con nuestro Señor, esto gracias al sacrificio en la cruz por toda la humanidad. No exagero cuando digo que fue por toda la humanidad.

Oremos constantemente al Padre, confiemos en Su palabra, tengamos fe en Él. Confiemos que Él esta con nosotros en todo momento. Desnudemos nuestro ser ante Su presencia, llevemos toda carga y todo logró a Sus pies. Cristo nos recibirá con los brazos abiertos y llenos de amor.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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