Alabando a Dios con júbilo
Entre una de las bellísimas bendiciones que Dios me ha entregado, Él me ha permitido el privilegio de tocar el bajo eléctrico en el grupo de alabanzas, a pesar de que no soy un bajista profesional, y que en realidad nunca estudié música. Y porque no soy un bajista profesional, y no estudie música siempre me siento retado cuando tengo que aprender nuevos cánticos y alabanzas; pero a la misma vez siento gran gozo. Y la razón principal por la que siento este gran gozo, es porque aprender nuevos cánticos y alabanzas no es algo que hago para mí, sino que lo hago completamente para Dios. La realidad es que aprender a tocar nuevos cánticos y alabanzas, y compartirlos con ustedes es algo que no solo produce gozo en mí, sino que también en todos los que formamos parte del grupo de alabanzas. No se pueden imaginar la alegría que todos sentimos, cuando vemos que ustedes se gozan al igual que nosotros. Algunos cantan, algunos palmean, y otros danzan, así que podemos confiadamente decir que todos nos gozamos, ¿no es así?
Pero nuestras acciones o demostraciones de júbilo, para aquellos que quizás sean nuevos en la fe cristiana, o para aquellos que aún no conocen a Jesucristo, les puede lucir como algo raro o muy fuera de lo normal. Es por eso que no es fuera de lo común escuchar que algunos nos critican y nos llaman escandalosos. Y la razón principal por la que nos ponen esta etiqueta es porque en las iglesias evangélicas normalmente se alaba a Dios con todo tipo de instrumento, y no con tan solo cánticos solemnes y tradicionales de un himnario. Nosotros alabamos a Dios con todo tipo de instrumento, con gozo, y con júbilo. ¿Por qué lo hacemos de esta manera?
Nosotros alabamos a Dios con júbilo porque Él habita en medio de las alabanzas de Su pueblo [1]. Hermanos, y la realidad es que delante de la presencia de Dios es donde recibimos unción fresca, y nuevas fuerzas para vencer cualquier dificultad o situación. Yo no sé si a ustedes les sucede lo mismo que a mí, pero bendecir y alabar el nombre de Dios es algo que borra de mi mente toda preocupación, calma mis inquietudes, produce paz, y me acerca aún más a la presencia de nuestro Señor. Y sentir la presencia de Dios en nuestra vida es algo que todos debemos buscar a diario. Ahora pregunto, ¿cuántos quieren sentir el gozo y júbilo que la presencia de Dios produce? Pasemos ahora a la palabra de Dios.
2 Samuel 6:14-16 – Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. 15Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta. 16Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón.
Antes de proceder con la predicación de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia, el cual nos ayudará a recibir un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros hoy. Lo principal que debemos conocer, es que para la nación de Israel, el arca de Dios era, y es, lo más valioso que existía. El arca era el objeto más valioso que existía porque el arca representaba la presencia de Dios entre Su pueblo [2]. Pero lo que había sucedido es que aproximadamente unos veinte años antes de que David asumiera el reino, es decir, veinte años antes del acontecimiento que estamos examinando hoy, los filisteos habían capturado el arca de Dios y se la habían llevado a su tierra [3]. Sin embargo, la ausencia del arca entre el pueblo de Israel solo duró aproximadamente unos siete meses. La razón por la que los filisteos solo pudieron retenerla por tan poco tiempo, es porque dondequiera que ellos llevaban el arca, Dios hería al pueblo con terrible enfermedades, esto condujo a que los gobernantes y príncipes filisteos llegaran a la convicción de que ellos no podían luchar contra Dios, y el resultado final fue que le devolvieron el arca a Israel [4].
Ahora bien, después de tomar posesión del arca nuevamente, el arca fue guardada en casa de Abinadab, quien era un levita, natural de Quiriat-jearim, y en cuya casa permaneció el arca por 20 años [5]. Después de asumir el reino en Jerusalén, el deseo más grande de David fue de traer el arca de Dios a la capital [6]. Así que podemos confiadamente decir que el día más significativo en la vida de David, fue cuando finalmente el arca fue transportada a Jerusalén. Estos breves detalles históricos nos conducen a este punto en la historia, y es exactamente aquí donde comienza la lección de hoy. Así que manteniendo estos breves detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio bíblico.
Lo primero que la palabra de Dios nos dice aquí es: “…Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. 15 Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta…” Dile a la persona que tienes a tu lado: David danzaba. David danzaba pero él no era el único, todo el pueblo sintió gran júbilo, y al sonido de trompeta le dieron la bienvenida al arca de Dios a la ciudad. En otras palabras, ellos le daban la bienvenida a la presencia de Dios con gritos de alegría y trompetas, y este tipo de expresión es el que todos nosotros debemos expresar al llegar a la casa de Dios.
Ahora bien, yo sé que en ocasiones estar contentos o jubilosos no es algo fácil. La razón por la que digo esto es porque siempre existirán circunstancias o situaciones que nos roban la paz, y que nos hacen sentir deprimido o triste. Como he repetido en numerosas ocasiones, el enemigo no pierde una oportunidad para tratar de robarse las bendiciones, y matar nuestro espíritu [7]. Y si le permitimos cabida en nuestra vida, entonces seremos atrapados en el pensamiento de que no tenemos nada por lo que estar gozosos, y esto es algo que nunca podemos permitir. Así que independientemente de la tribulación por la que puedas estar atravesando, siempre existe algo en lo que debes gozarte.
Bueno pastor, es que Ud. no sabe en la situación que yo me encuentro; ¿qué razón tengo yo para gozarme? ¡Despierta, tienes mucho en que gozarte! Pero la razón más grande de gozo, es la misma razón por la que el pueblo de Israel de ese entonces se gozaba. ¿Por qué estaban ellos llenos de gozo y júbilo? Ellos se sentían completamente gozosos porque la presencia de Dios estaba entre ellos nuevamente. Dile a la persona que tienes a tu lado: la presencia de Dios produce júbilo. Pero cómo podemos aprender a través de estudios bíblicos, a David no se le había hecho nada fácil llegar a este punto en la historia. Antes de llegar a este punto en la historia, David tuvo que atravesar por grandes tribulaciones y/o dificultades. ¿Qué tan difíciles fueron sus pruebas?
Antes de llegar a este punto en la historia, David fue perseguido por el rey Saúl; él había tenido que huir en más de una ocasión, y vivir en el desierto escondido en cuevas. La vida de David estuvo llena de batallas y guerras; sin embargo, a través de todo, Dios le entregaba la victoria. Ahora debemos preguntarnos, ¿por qué le entregó Dios la victoria a este hombre? La razón por la que Dios le fortaleció y le entregó la victoria fue porque David era “…un varón conforme a su corazón…” [8]. Hermanos, y esto es exactamente lo que Dios busca de Su pueblo.