Los 300 de Gedeón
Tabla de Contenido
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Los 300 de Gedeón
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 19:1-8
Introducción
La realidad es que hoy en día existe gran incertidumbre acerca del futuro. Entre las guerras, la situación económica y política de este país, y la situación política y financiera mundial, el día de mañana se ha convertido en algo incierto. Muchas personas hoy en día viven sin esperanza, desilusionadas y sintiéndose defraudadas por aquellos a quien les hemos confiado la autoridad de gobernar.
Todo esto combinado con la inmoralidad, depravación, y completo rechazo de la palabra de Dios, ha causado que muchos titubeen en su fe, y/o que sean desviados del camino que les conduce a la presencia de Dios, por aquellos malhechores que, inspirados por los poderes de las tinieblas, buscan completamente destruir la fibra moral de los creyentes, y la base fundamental de nuestra fe.
Todo lo que tenemos que hacer para darnos cuenta de esto es fijarnos en las programaciones de televisor, películas del cine, y otros medios de entretenimiento. Al prestar atención, se nos hará muy fácil descubrir que la depravación e inmoralidad se ha convertido en la modernidad. Hoy en día, mientras más depravada e inmoral sea la programación, más alagada es. Bajo el pretexto de la era moderna, a lo malo se le dice bueno, y a lo bueno se le dice malo. Pero bueno, no quiero detenerme aquí por mucho tiempo. Esta será otra predica para otro día.
Pero hablando de películas, hace un tiempo atrás vi una que estoy seguro que muchos de ustedes, sino todos vieron. Fue una película bastante popular cuando salió, y está basada en eventos reales. La película se titula “Los 300”. ¿Cuántos la vieron? Bueno, para los que no la vieron permítanme hacerles un breve resumen de ella.
En 480 a.C. existió un estado de guerra entre Persia, liderado por el rey Jerjes y Grecia. En la batalla de las Termópilas, Leónidas, rey de Esparta, (estado griego), con 300 soldados, temporalmente detuvieron las fuerzas invasoras de Persia, de proceder por el único camino que les permitiría la invasión y conquista de Grecia. Por siete días, Leónidas con su ejército espartano de 300 hombres, detuvo las fuerzas superiores de Persia, antes de finalmente ser aniquilados en una de las más famosas últimas batallas en la historia.
¿Por qué les he dicho esto? La razón por la que les hice este recuento de la película, es porque, cuando estaba meditando en lo que iba a predicar en el día de hoy, el Señor me trajo a la mente que en la biblia existe una historia muy real acerca de 300 hombres, liderados por un fiel siervo de Dios que también se enfrentó en contra de un ejército mucho superior a ellos, pero que su final fue completamente diferente al que sucedió en la batalla de Termópilas. ¿De qué batalla les hablo, y qué sucedió?
Y Jehová dijo a Gedeón:
Jueces 7:4-8 – Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. 7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. 8 Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.
Los 300 de Gedeón
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Lo primero que debemos saber es que el libro de Jueces describe un tiempo bien triste en la historia de Israel. Durante ese entonces Israel no tenían un rey, y las tribus hacían lo que les parecía [1].
Si tomamos el tiempo de analizar y meditar en el contenido del libro de Jueces completo, nos será fácil entender que en estos momentos en la historia, Israel estaba atravesando por etapas muy difíciles; y todo esto que les sucedía era debido a que ellos se habían apartado de la presencia de Dios [2]. Dile a la persona que tienes a tu lado: “…la ira de Jehová se encendió contra Israel…”
¿Qué fue lo que causó que la ira de Jehová se encendiera sobre ellos? Lo que sucedió fue que este pueblo quien Dios había apartado de entre todos los pueblos, y quien Dios había liberado, completamente ignoro los mandamientos, y habían regresado a la idolatría. Así que lo que produjo que la ira de Dios se encendiera sobre ellos fue la rebeldía y la idolatría. Lo que produjo que este pueblo tuviese que sufrir, y atravesar por una etapa muy difícil, fue la completa desobediencia de la palabra de Dios. ¿Qué tan severo fue el sufrimiento?
El sufrimiento que ellos perduraron fue tan severo, que para poder subsistir ellos tenían que esconderse. Estamos hablando acerca de un pueblo que debería estar disfrutando de las ricas y abundantes bendiciones de Dios, pero que envés tuvieron que vivir en escondites en los cerros, en las cuevas y en lugares fortificados [3].
Este sufrimiento perduró por siete años; este sufrimiento perduró hasta que este pueblo finalmente clamo a Dios pidiéndole que los librara de esta opresión, y fue en ese instante que Dios les reveló la razón por la que ellos habían tenido que perdurar este sufrimiento [4].
Solo después de que este pueblo regresara a Dios fue que Él levantó a un líder, esforzado y valiente, para usarle como su instrumento, para liberar nuevamente al pueblo de Israel [5] ¿Por qué es necesario conocer estos acontecimientos históricos? Fue necesario que cubriera estos acontecimientos históricos, porque sobre estos breves detalles será que edificaremos la predicación de hoy.
Cómo se aplica a nuestra vida la experiencia de Gedeón
Ahora preguntémonos, ¿cómo se aplica todo esto a nuestra vida hoy en día? Bueno, como hemos podido aprender, el pueblo de Israel se encontraba atravesando por una etapa de incertidumbre. Con cada día que pasaba su futuro lucía más y más sombrío. Su enemigo les superaba enormemente en número, y el pueblo de Israel estaba completamente rodeado. Ahora pregunto, ¿estamos los cristianos enormemente superados en número y rodeados?
Claro que sí, todo lo que tenemos que hacer para darnos cuenta de esto es mirar a nuestro alrededor. Todo lo que tenemos que hacer para darnos cuenta de esto, es fijarnos en lo que está sucediendo en la actualidad. Como he dicho en numerosas ocasiones, hoy en día puedes hablar de todo, menos hablar de la palabra de Dios. Hoy en día, cuando te paras firme para decir eso es en contra de lo que la palabra de Dios enseña, te comen vivo.
Hoy en día, cuando te paras firme, y declaras que algo es una abominación a Dios, te critican, te etiquetan, y te acusan de ser fanático un religioso, anticuado, intolerable, y eres rechazado por la sociedad. Como les dije hace unas semanas atrás, los tiempos peligrosos de los que Pablo nos advierte han llegado. Dile a la persona que tienes a tu lado; estamos viviendo en tiempos peligrosos. Bueno, con estas cosas en mente, continuemos ahora con la predicación de hoy.
Jehová hablo a Gedeón
Lo primero que vemos aquí es que la palabra de Dios nos dice (verss. 4-6): “…Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas…”
Para entender bien esto que acabamos de leer, debemos saber que después de aceptar el llamado de Dios, Gedeón reunió a un ejército de 32,000 soldados, y se dirigió hacia la batalla. Pero antes de que ellos se enfrentaran a la batalla, Dios le dijo que los cobardes tenían que ser eliminados del ejército. Esta acción produjo que el ejército que Gedeón había reunido, fue reducido a solo 10,000 soldados.
Imaginémonos esto, de los 32,000 soldados que Gedeón había originalmente reducido, 22,000 de ellos se regresaron a sus casas [6]. ¿Por qué fue que Dios mandó a que los cobardes o temerosos regresaran a sus casa?
La respuesta es fácil, los cobardes o temerosos nunca alcanzaran creer en Dios absolutamente; siempre existirán dudas y temores que evitan que puedan confiar y triunfar. El temor es la causa número uno de porqué el cristianismo esta en descenso. El temor a lo que otros digan o piensen de nosotros, es la razón por la que muchos cristianos hoy en día no se atreven a hablarle a otros de la palabra de Dios, y/o de pararse en oposición a lo que está sucediendo a su alrededor.
El ejercito de Gedeón
Bueno, Gedeón se quedo con solo 10,000 soldados, pero esta reducción de personal no fue suficiente para Dios, y es aquí donde vemos que Dios le dijo que él probaría a estos hombres. Como podemos apreciar, Dios le dijo a Gedeón que les probase llevándoles a beber a las aguas; el resultado de esto fue que el ejército de Gedeón quedo nuevamente reducido drásticamente.
De los 10,00 hombres que Gedeón llevo a beber a las aguas, 9,700 de ellos fueron eliminados del ejército. Así que Gedeón se enfrentaría al ejército de su enemigo, un ejército mucho superior al de él, con tan solo 300 hombres. ¿Por qué fue que Dios escogió a solo estos 300 hombres? La razón es encontrada en la manera que ellos bebieron el agua. Permítanme explicarles esto un poco mejor para que entiendan bien.
La ciencia nos enseña que el cuerpo humano está mayormente compuesto de agua, es decir de un 50-70%, así que el agua es algo imprescindible en la vida de toda persona. Pruebas científicas han comprobado que una persona puede vivir de cuatro a seis semanas sin alimento, pero solo puede vivir de ocho a catorce días sin agua.
Claro está en que todo esto depende de las condiciones climáticas e internas de la persona, lo que quiere decir que el número de días que una persona puede vivir sin agua puede ser drásticamente reducido. Algunos nutricionistas y médicos dicen que vivir sin agua por una semana, es simplemente un milagro.
¿Por qué les he dicho esto? Les he dicho esto porque en mi opinión, el agua aquí es un símbolo de nuestra necesidad de las cosas en este mundo. Estamos hablando de necesidades, que como el agua, muchos consideran imprescindibles.
Por ejemplo; caerle bien y ser aceptados por los que nos rodean; alcanzar posiciones populares y/o prestigiosas en la sociedad; obtener riquezas y/o buen estado económico, etc. etc. Pero a pesar de que tengamos estas necesidades o deseos por estas cosas en el mundo, la realidad es que ninguna de ellas es imprescindible, sino que son más bien para satisfacer nuestro apetito o sed por las cosas de este mundo. Y como cristianos fieles, debemos tener mucho cuidado de que esta sed y/o apetito, no nos sirva de distracción para que quitemos nuestra mirada de la meta final.
Manteniendo en mente esta breve explicación, analicemos ahora nuevamente de la forma que Dios probo a estos 10,000 hombres. Aquí venos que se nos dice (verss. 7-8): “… Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. 8 Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.” ¿Por qué es tan importante notar esto aquí?
La razón por la que esto aquí es de suma importancia, es porque todos los que doblaron rodilla para beber el agua tuvieron que quitar su vista del horizonte. Todos los que doblaron rodilla para beber el agua, enfocaron toda su concentración en saciar su sed, en vez de mantenerse alertas al peligro eminente que existía a su alrededor, y a lo que se acercaba en el horizonte. Esto aquí para nosotros es una gran lección.
De aquí aprendemos que como fieles cristianos, debemos y tenemos que dejar de concentrarnos en lo que quizás sintamos que es imprescindible en nuestra vida, y concentrarnos y confiar en la palabra de Dios. La realidad es que Dios sabe exactamente de lo que tenemos necesidad [7], y Él nos lo entregará en abundancia [8]. Y es por eso que te digo en el día de hoy, deja de concentrarte en lo inmediato, y fija tu vista en Dios. Dile a la persona que tienes a tu lado: fija tu vista en Dios.
De una manera o de otra, todos aquí estamos atravesando, o a punto de atravesar por momentos difíciles, pero te digo hoy, no permitas que el enemigo distraiga tu atención de lo realmente importante. No permitas que el enemigo te persuada a concentrarte solo en lo inmediato, sino que fija tu mirada en lo eterno.
El diablo no le teme a nadie, pero no existe una mayor pesadilla para él, que un cristiano que está completamente convencido de que: “…todo lo puedo en Cristo que me fortalece…” (Filipenses 4:13). El enemigo no le teme a nadie, pero no existe una mayor pesadilla para él, que un cristiano que está completamente convencido de que: “…Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo...” (1 Juan 4:4).
El enemigo no le teme a nadie, pero no existe una mayor pesadilla para él, que un cristiano que está completamente convencido de que: “…Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová….” (Isaías 54:17).
El enemigo no le teme a nadie, pero no existe una mayor pesadilla para él, que un cristiano que está completamente convencido de que: “…Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá…” (Mateo 7:8).
Para concluir.
Es imposible enfrentarse a las situaciones difíciles y retos de este mundo sin la ayuda de Dios. Al igual que los madianitas estaban a punto de invadir y destruir a Israel, el ejército de las tinieblas esta acampado a nuestro alrededor esperando la oportunidad para destruirnos. El ejército de las tinieblas está acampado alrededor de nuestro hogar, nuestra familia, nuestros hijos e hijas, esperando la oportunidad para invadir y destruir lo que Dios ha iniciado en nosotros [9].
En la película que les describí al inicio, el rey Leónidas con su ejército de 300 soldados espartanos, se enfrentaron contra un ejército invasor mucho superior a ellos, y los pudieron detener, pero solo temporalmente. Leónidas con su ejército espartano de 300 hombres, lucho fuertemente, y aguanto las fuerzas superiores de Persia por siete días, pero finalmente fueron vencidos.
Pero en el caso de Gedeón, los 300 hombres que se enfrentaron al ejército mucho superior en número a ellos, no se enfrentaron con escudos, armadura, lanzas, y espadas, sino que se enfrentaron con el poder de Dios. ¿Cuál fue el resultado final?
La respuesta a nuestra pregunta la encontramos en Jueces 7:20-21 cuando leemos: “…Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: !!Por la espada de Jehová y de Gedeón! 21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo...”
Con solo proclamar a toda voz el poder de Dios, Israel fue conducido a la victoria. Y esta victoria que ellos obtuvieron en ese instante está a tu alcance en el día de hoy.
¿Nos tocará atravesar por situaciones difíciles? Lamentablemente sí. ¿Nos tocará atravesar por situaciones insuperables? La respuesta es un redondo ¡no! ¿Por qué es un redondo no? Porque “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Y por supuesto, tenemos la convicción de que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
No permitas que las fuerzas del enemigo se roben tu esperanza y destruyan tu fe, sino que fija tu vista en lo alto, y confía en las palabras del Señor que nos dice: “…Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo...” (Juan 16:33).
La iglesia de hoy necesita soldados valientes como los 300 del ejército de Gedeón. Soldados que no quiten su mirada del horizonte, soldados que estén atentos a lo que se avecina. Soldados dispuestos a sonar la trompeta, (voz de alarma), y sostener sus antorchas en alto. Sostener a Jesucristo, la luz del mundo [10] en medio de la oscuridad. Soldados valientes dispuestos a avanzar terreno, confiando completamente en la palabra de Dios. Así que al enfrentarte en contra de situaciones difíciles, o que aparenten insuperables, nunca quites tu mirada de lo alto, sino que confía en que Dios te dará la victoria.
Al igual que en el tiempo de Gedeón, Dios quiere levantar un ejército de valientes en este día. Ahora solo queda una pregunta, ¿serás tu parte de él?
[1] Wilkinson and Boa Bible Handbook
[2] Jueces 2:20-21
[3] Jueces 6:2-4
[4] Jueces 6:5-10
[5] Jueces 6:11-15
[6] Jueces 7:1-3
[7] Mateo 6:8
[8] Juan 10:10
[9] Efesios 6:12
[10] Juan 8:12
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.