Vístete de poder – Predicacion
Prédica de Hoy: Vístete de poder
Por: José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Isaías 52:1-3
Introducción
No sé cuántos de ustedes han prestado atención a las noticias recientes, pero de acuerdo al aumento de correspondencia electrónica que he recibido últimamente, existe una buena porción del cuerpo de Cristo que está preocupado por los eventos que están aconteciendo en el medio oriente.
En otras palabras, que están preocupados debido a la guerra entre Israel y los terroristas en Gaza. Tal parece que todos desean saber si estamos viviendo en los tiempos finales, y cuando será el regreso de nuestro Señor.
He recibido numerosas correspondencias electrónicas que hacen preguntas que ningún hombre puede contestar, ya que solo el Padre sabe cuando será el regreso de Jesús y el fin del mundo, y esto es algo que queda claramente declarado en la Biblia.
Pero lo que sucede es que existen muchas personas que viven completamente preocupados por estas cosas porque tienen miedo de lo que sucederá. Una de las razones más comunes por lo que esto sucede es porque el estilo de vida que muchos llevan les conduce a pensar que su futuro es incierto.
Así que la pregunta que ahora queda es: ¿cuál debe ser la actitud del creyente ante toda ésta situación? Éste es el tema que estaremos explorando en el día de hoy. Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
Despierta, vístete de poder, oh Sión
Isaías 52:1-3 – Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sión; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo. 2Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sión. 3Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Isaías vivió durante el tiempo cuando el pueblo de Dios estaba dividido en dos reinos; Israel era el reino del norte y Judá era el reino del sur.
Como un contemporáneo de Oseas y Miqueas, él profetizo durante los últimos años del reino del norte (Israel), pero le ministro al reino del sur (Judá) quien estaba siguiendo los mismos pecados de Israel. Isaías le advertía al pueblo de Judá del juicio pendiente de Dios debido a la depravación moral, corrupción política, injusticia social, y especialmente la idolatría espiritual.
Esto es algo que queda bien reflejado en las palabras del profeta en Isaías 1:2-4 cuando leemos: «Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 3El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. 4!!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás…..». .
Después de la desaparición de Israel en el 722 a.C., él le advirtió a Judá del juicio venidero, no en las manos de Asiria sino por Babilonia aunque Babilonia aun no había subido al poder [1].
Esto queda bien declarado en Isaías 39:6-7 cuando leemos «He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice Jehová. 7De tus hijos que saldrán de ti, y que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia…». ¿Por qué es necesario saber estos detalles?
Es importante que notemos estos detalles porque ellos nos revelan que nuestras acciones o falta de ellas tendrán ramificaciones en nuestra vida. Así que manteniendo ésta breve revelación en mente continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
Continuando con nuestro estudio leemos: “Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sión; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.” Uno de los problemas más serio que confronta un buen número de creyentes es que no toman la Palabra de Dios seriamente.
Digo esto porque si todos prestáramos atención o tomáramos la Palabra de Dios seriamente, entonces muchas de las cosas que nos causan dolor o sufrimiento podrían ser evitadas. Pero como pudimos apreciar en nuestro breve repaso de historia, no prestar atención o ignorar lo que la Palabra de Dios nos enseña y advierte no es algo nuevo.
Como pudimos apreciar ellos sufrieron porque no escucharon; sufrieron porque ignoraron lo que Dios les revelaba. Pero escucha hoy porque Dios te dice: “Despierta, despierta, vístete de poder.” Dile a la persona que tienes a tu lado: ¡despierta!
Ustedes no se pueden imaginar la cantidad de veces que he sido criticado porque en numerosas ocasiones he dicho que el diablo es muy astuto, y que su ejército de demonios mentirosos continuamente busca desviarnos de los caminos de Dios.
Pero esto no es algo que yo he inventado, sino que es la gran realidad de nuestro caminar. Es por eso que en 2 Corintios 11:3 el apóstol Pablo nos advierte: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.”
Una vez alguien me dijo que lo que yo hacía se podía comparar a una persona que continuamente grita el nombre de otra persona que se encuentra en un grupo rodeado de bullicio. Según ésta persona el nombre que gritas eventualmente será oído por esa persona, lo que causará que atraigas su atención y venga a donde tú estés. Si empleamos éste tipo de razonamiento entonces podemos decir que mientras ignoremos las asechanzas del diablo, nunca tendremos problema alguno. ¿Puede ser esto verdad?
La respuesta es ¡NO! Tu puedes ignorar al diablo todo lo que quieras; tu puedes pretender de que él nunca te podrá tentar; tu puedes pensar que tu no puedes ser influenciado o seducido por los poderes de las tinieblas. Pero si piensas así te digo en el día de hoy, ¡despierta!
Recuerda lo que nos dice el Señor en la explicación de la parábola del sembrador en Lucas 8:12 cuando leemos: “…Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.” Esto significa que los poderes de las tinieblas lo quieras o no, siempre trataran de influenciarnos para apartarnos de los caminos de Dios. ¿Qué podemos hacer para que esto no suceda? La respuesta la encontramos aquí cuando leemos: “vístete de poder.” .
Aunque es verdad que el ejército de las tinieblas nunca cesa en tratar de desviarnos de los caminos de Dios, no existe nada ni nadie que pueda forzarnos a separarnos del amor de Dios, cuando nos vestimos con el poder que Jesucristo nos ha entregado.
Fíjense bien como lo dijo el apóstol Pablo en Romanos 8:37-39 cuando leemos: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Así que dile a la persona que tienes a tu lado: “vístete de poder.” ¿Quiere decir todo esto que nunca caeremos? La respuesta es un sorprendente ¡NO! .
La respuesta es no porque como he dicho en numerosas ocasiones, ninguno de nosotros somos perfectos. Por muy santo que pensamos que somos, ninguno de nosotros está libre de pecado.
Esto es algo que el Señor nos deja bien ilustrado en su respuesta a los escribas y fariseos quienes buscaban matar a pedradas a la mujer que había sido sorprendida en adulterio según encontramos en Juan 8:7 cuando leemos: “Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.”
De una forma u otra, tarde o temprano, todos aquí le faltaremos a Dios; solo existe uno completamente perfecto y justo, y su nombre es Jesús. Es por eso que en 1 Corintios 10:12 encontramos que se nos dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” Pero, ¿qué podemos hacer cuando caemos?.
La respuesta la encontramos aquí cuando leemos: «Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sión.” Para obtener un mejor entendimiento del mensaje tan poderoso que existe en éste pequeño versículo, debemos detenernos aquí por un breve momento y examinar el significado de la palabra “polvo.”
La palabra polvo viene de la palabra hebrea “aphar” que significa: “tierra seca, polvo, serrín, cenizas, tierra, suelo, mortero, basura” [2]. Como podemos ver el significado de ésta pequeña palabra contiene un poderoso significado; digo esto por dos razones.
La primera razón es porque cuando un creyente fiel cae enredado en la trampa del enemigo, al recuperar sus sentidos y recibir convicción de su error, esa persona se siente exactamente como la mayor parte de ésta definición.
Cuando un creyente fiel cae enredado en la trampa del enemigo, al recuperar sus sentidos y recibir convicción de su error se siente como tierra seca, se siente como un puñado de ceniza sucia, se siente como si fuese una basura.
La segunda razón es que esa convicción produce que se den cuenta de que están viviendo en exactamente el corazón de ésta definición. Se dan cuenta de que está viviendo apartado de Dios; se dan cuenta de que viven a la merced del diablo; se dan cuenta de que viven en la inmundicia de éste mundo. Pero si ésta es tu condición en el día de hoy escucha porque Dios te dice: Sacúdete del polvo, y levántate.
Nada le daría mejor placer al enemigo que mantenernos sintiéndonos como un trapo sucio, pero por mucho que él trate nunca podrá lograr ésta meta en la vida de un creyente fiel. Nunca podrá lograr ésta meta porque un creyente fiel no es un trapo sucio; Dios nos aseguro que somos mucho mejor que esto.
Fíjense bien lo que nos dice la Palabra en 1 Pedro 2:9 cuando leemos: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
Quizás hoy tu estés atravesando por un momento difícil debido a tu desobediencia; quizás hoy tu estés atravesando por una situación que aparenta insuperable producida por tu rebeldía; quizás hoy tu estés sufriendo debido a una atadura de éste mundo; pero si éste es el caso escucha bien que Dios te dice: “suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sión.”
Dios te puede liberar, y desea liberarte de ese lugar de sufrimiento, pero tú tienes que dar el primer paso. Tienes que levantarte del polvo, tienes que renovar tu mente, tienes que levantarte de la suciedad de éste mundo.
Quizás hoy sufres debido a la consecuencia que un error puede producir, pero recuerda lo que nos dijo el Señor en Lucas 5:32 cuando leemos: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” La palabra clave aquí es “arrepentimiento”. ¿Quiere decir esto que podemos continuar pecando deliberadamente y después arrepentirnos y todo estará bien?
La respuesta a ésta pregunta queda bien clara Romanos 6:15 cuando leemos: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.” Y la razón principal queda bien declarada en Hebreos 10:26 que nos dice: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados.”
Así que no podemos continuar pecando deliberadamente, pero si has caído debido a un momento de debilidad; si has caído debido a un momento de rebeldía; si has caído porque no has prestado atención a las advertencias y enseñanzas que la Palabra de Dios nos provee, arrepiéntete, sacude el polvo de ti, levántate, y serás restaurado. Dile a la persona que tienes a tu lado: sacúdete del polvo..
Continuando leemos: “Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.” Esto es exactamente lo que sucede en la vida de toda persona que no conoce la verdad de Dios, pero también se aplica a la vida del creyente.
Aquí vemos que la Palabra nos dice: “De balde fuisteis vendidos.” En otras palabras muchos son los que se venden por nada. Muchos son los que se venden por un placer transitorio; muchos son los que se veden por agradar o complacer a otros; muchos son los que se venden por los afanes y avaricia que existen en éste mundo.
Quizás algunos estén pensando que no han vendido nada, pero lo que debemos notar es que la palabra ”vendidos” usada aquí proviene de la palabra hebrea “makar” que además de significar vender algo, también significa entregarse a la muerte [2].
Así que no es que nos vendamos físicamente, pero si nos vendemos cuando rehusamos escuchar la verdad de Dios; si nos vendemos cuando remplazamos la verdad de Dios con nuestras excusas y justificaciones. Nos vendemos, en otras palabras comprometemos nuestra fe para entregarnos al pecado.
Pero Dios desea rescatarte del pecado y sufrimiento; aquí vemos que Él nos dice: “por tanto, sin dinero seréis rescatados.” Solo por la sangre de Cristo seremos aceptables ante Dios. En Efesios 2:8 se nos dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.” La salvación y perdón de Dios no puede ser comprada.
No existe riqueza alguna que pueda comprar la salvación, así que sin dinero fuimos rescatados. La gracia de Dios nos ha entregado la salvación; la gracia de Dios te entrega hoy el perdón; la gracia de Dios te entrega hoy la paz. La gracia de Dios libra de tus ataduras y sufrimientos, y te entrega a Su amor infinito. En Juan 3:16 el Señor nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Así que dile a la persona que tienes a tu lado: sin dinero fuiste rescatado..»
Para concluir
Regresemos ahora a la pregunta inicial: ¿cuál debe ser la actitud de un verdadero cristiano ante la situación en el medio oriente? ¿Debemos vivir atormentados y preocupados? La respuesta es ¡NO! Sino que tenemos que despertar al hecho de que las profecías encontradas en la Biblia se están cumpliendo.
Esto es algo que nos debe fortalecer ya que prueba que la Biblia es exactamente lo que clama ser, la Biblia es la Palabra de Dios. Así que lo que el creyente fiel debe hacer ahora y siempre es despertar de ese sueño tan profundo en que muchos han caído, y prestar atención a las advertencias y mandatos encontrados en la Palabra de Dios.
Lo que el creyente fiel debe hacer ahora y siempre es vestirse del poder de Dios, para que de su vida huyan todo poder de las tinieblas que busca separarle de la presencia de Dios. Lo que el creyente fiel debe hacer ahora y siempre es arrepentirse de su pecado, sacudirse del polvo, levantarse de la inmundicia, y absolutamente confiar en que el amor de Dios y Su gracia le ha rescatado..
[1] The Wilkinson and Boa Bible Handbook.
[2] Blue Letter Bible Lexicon.
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