Venciendo el cautiverio
Tabla de Contenido
Prédica de Hoy: Venciendo el cautiverio
Por: José R. Hernández, Pastor
Ministerio El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Texto Bíblico: «Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.» 1 Pedro 5:10
Introducción
Entre las cosas más cómodas y bonitas que podemos emprender, existe la gran satisfacción que genera el tener los planos exactos de cualquier proyecto, uno que indique paso por paso, que señale los materiales precisos y muestre gráficamente como y cuando debemos accionar, así era el plan original de Dios para la humanidad, ¡que perfecto seria!
Desde los orígenes de la humanidad el pecado en nosotros ha dificultado una relación eficaz con el Señor, mas por el deseo de apartarnos que lo que hacemos en sí, lo que nos deja perdidos en una selva que no tiene fin, no importa donde vayamos, que rumbo tomemos o que herramienta utilicemos, sin Dios ningún camino tendrá el fin para el que fuimos creados.
I. El pecado (Isaías 59:2)
El pecado se incorporo al hombre desde el Génesis, trayendo desgracias al mundo desde sus inicios. Podremos ser libres de sus lazos en Cristo, cuando nos mantenemos fuertemente aferrados a Él. Sin embargo, sus deseos frecuentaran nuestras vidas, la intención del pecado de acabarnos no termina hasta que alcancemos una nueva vida en el cielo.
Como creyentes debemos entender que tenemos dos enemigos, Satanás quien quiere destruirnos y el pecado que habita en nosotros [1]. En el segundo caso las manifestaciones se pueden reducir a nuestros propios deseos carnales provenientes del corazón [2]. Estos pecados aumentaron su intensidad con el pasar del tiempo, cambiando la percepción del hombre por años.
El pecado ha tomado más lugar que antes, y se presenta de muchas maneras, evoluciono, se transformo y nos complica la manera de detectarlo velozmente. La idolatría por artistas o la desesperación por consumir redes sociales ha provocado enfermedades, vicios y fracasos en todos los aspectos de nuestras vidas.
II. Generación emocionalmente apresurada (Proverbios 19:2)
En tiempos pasados cada hombre tenia en mente que las casas se construyen bloque por bloque. Se entendía que las cosas duraderas eran lo mejor. Las relaciones amorosas y de amistad duraban muchísimo mas que las actuales. Las personas eran más centradas, sabían lo que querían y trabajaron por ello en su momento.
El deseo desbordado por obtener resultados en poco tiempo genero un gran mercado internacional. Muchos venden cursos que prometen resultados casi instantáneos, generando una gran expectativa que luego termina en decepción y frustración al verse imposibilitados para lograrlo.
Actualmente somos bastante desequilibrados. Emocionalmente hablando hemos alcanzados niveles de expectativas inhumanos. Esperamos demasiado de todo, queremos todo al momento y sufrimos en gran manera cuando no logramos lo esperado. El problema radica cuando damos un paso desesperado por ganar terminando endeudados, siendo quienes no somos o acabando con nuestras vidas.
III. Rápidos para la decepción y el abandono (Hebreos 10:35-37)
Al vernos incapaces de obtener los resultados anhelados en el tiempo esperado nos invade una gran decepción. Empezamos a cuestionar los métodos, los recursos, a nosotros mismos, incluso al Señor. La exagerada expectativa, la creencia ficticia que nos venden en las redes o grupos sociales son los causantes de la generación más decepcionada en el mundo.
La decepción es un sentimiento negativo, nos embarga de tristeza, auto-cuestionamiento, queja y nos retrasa en gran manera tenerla activa en nuestras vidas. Quien esta decepcionado esta imposibilitado para avanzar. Cerramos nuestras mentes en modo de protección, no queremos ser heridos nuevamente, eliminando toda esperanza futura en el aspecto que fue frustrado.
La decepción desemboca otros aspectos negativos en la vida del hombre, el abandono de las metas es una de ellas. Cuando estamos llenos de decepciones nos cuesta en gran manera iniciar nuevos proyectos, luego de que meditamos muchos y nos llega una pequeña luz de esperanza damos ese paso de valentía que al no resultar como esperábamos nos hace reaccionar en forma de abandono.
El abandonar las metas es una mala practica
El abandonar las metas, relaciones, trabajos o sueños es una mala practica que forma parte de la vida cotidiana de muchas personas en la actualidad. Es la decepción de no ver asegurado nuestro anhelo hace que salgamos corriendo y caigamos en depresión mientras planificamos un nuevo proyecto. Este método es dañino en todo sentido.
El constante abandono a todo lo que se inicia te afecta en varios aspectos de tu vida. Pierdes gran cantidad de tiempo probando cosas nuevas, si sumas todo lo que has dejado notaras que el resultante hubiera sido mucho menor si terminaras, aunque sea uno de tus anteriores proyectos; lo que puede generar frustración en tu vida.
No terminar con lo que dijiste o comentaste que harías puede generar desconfianza he incredulidad de los que te rodean. Esto ocasiona que no te incluyan en planes mayores que puedan llegar al ver la inconstancia que proyectas en tu caminar. No te digo que hagas las cosas para evitar comentarios, debes hacerlo por ti y para la gloria del Señor, los frutos que generes hablaran por si solos.
IV. Frustración (Eclesiastés 4:6)
Al igual que la decepción, la frustración es fomentadas por el incumplimiento de nuestras expectativas, sumándole la ansiedad y la tristeza. Es necesario saber que un creyente que tenga una firme convicción de su fe y una relación con nuestro Dios no puede permitir que la frustración apague su vida, entendiendo que su composición es contraria a la virtud que nos otorga el Señor en su palabra.
Cada hijo de Dios debe irse claro al leer esta maravillosa reflexión. Eres amado, tus planes son escuchados para tu Padre, pero su protección para contigo es tan grande que planifico en Su voluntad el tiempo perfecto para entregarte lo que te pertenece [3]. Entendamos que nuestra vida esta en Sus manos, solo debemos preocuparnos por el día de hoy.
El gozo y la esperanza son características representativas de los hijos de Dios. Una vez entendido que estamos en Sus manos [4], y que dependemos del creador del cielo y de la tierra podremos tener esa paz que sobrepasa todo entendimiento [5]. Esto hace una gran diferencia entre como se ve la vida con los ojos de los que no tienen a Jesús, y de los que si lo tienen y decidieron seguirle.
V. Procesos necesarios
Para muchos jóvenes los procesos vienen a destruir, a recordar constantemente lo que has hecho mal. Pero están equivocados, los procesos vienen a transformarnos, a cambiar nuestra óptica [6].
No debemos menospreciarlos, odiarlos o molestarnos con Dios. Entendamos que la voz del Padre se escucha de diferentes formas y cada situación tiene una enseñanza para nosotros.
Cada meta es un camino nuevo a recorrer, cada camino tiene una etapa distinta. Algunas de ellas serán de lodo, otras tendrás que nadar. En otro momento deberás caminar bajo el sol y con hambre. Pero recuerda siempre quien esta contigo, no importando el proceso. Dios no cambia, Su palabra es la misma, te ayudará y sustentará en todos tus caminos [7].
Para concluir
Solo con el poder del Espíritu Santo podremos vencer a nuestra naturaleza pecaminosa que nos impide surgir y nos mantienen hundidos en el mal, el pecado y el fracaso. Es necesario entender cuál es el origen de nuestra debilidad para poder enfrentarla con éxito [8]. El plan de Dios para ti no es que fracases, tampoco es que tengas éxito pleno en tus proyectos. El Señor te creo con un propósito y debes luchar para que se cumpla.
No sentirás ninguna satisfacción mejor que estar dirigido en el camino correcto, esto solo será posible cuando entendamos que dependemos solo de Él. No tiene camino insistir en algo que, aunque no lo parezca en ese momento, te esta alejando del plan y propósito del Señor. Su gracia esta en ti, sus promesas se cumplirán en ti, eres un escogido para un propósito único y especial [9].
[1] Romanos 7:7-25
[2] Santiago 1:14
[3] Salmos 130:5
[4] Jeremías 18
[5] Filipenses 4:7
[6] Romanos 8:28-30
[7] Mateo 24:35; Hebreos 13:8
[8] Salmos 51:3; 1 Juan 1:9
[9] 1 Pedro 2:9-10
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.