Destrucción de principios familiar
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Prédica de Hoy: Destrucción de principios familiar
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 19:1-8
Introducción
A pesar de que somos una iglesia muy pequeña, por obra y gracia de Dios tenemos un alcance inmenso. Digo esto porque a través de nuestro ministerio en el Internet, las predicas cristianas y estudios bíblicos que comparto con ustedes, están alcanzado un promedio de más de 5.000 personas diariamente. Ahora me detengo aquí para hacer una aclaración.
Quiero que quede bien claro, que no he compartido las estadísticas de nuestra página en el internet, con el propósito de alardear o de manera alguna glorificarme. Como todos ustedes saben, yo no soy un orador elocuente, y con frecuencia se me enreda la lengua al pronunciar algunas palabras. Pero a pesar de que mi pronunciación y que mi vocabulario en castellano no es excelente, yo no permito que eso me detenga, y predico la verdad de Dios.
Como se podrán imaginar, debido al alcance tan grande que Dios ha permitido que tengamos, con frecuencia yo recibo correspondencia de hermanos de todas partes del mundo. Algunos lo hacen para criticar y entrar en debates teológicos (algo que nunca hago).
Otros lo hacen para felicitarme por las predicas, ya que les ha tocado el corazón; y algunos para pedir algún tipo de consejo (les advierto que yo no soy el mejor consejero del mundo, ese no es mi don, pero si hablo la verdad de Dios en todo momento).
Bueno, no hace mucho un joven que vive en Nicaragua me escribió pidiéndome consejería, porque está teniendo problemas en su hogar con su esposa, y me contó que estos problemas que estaban surgiendo estaban directamente influenciados o producidos por miembros de la familia.
Pero lo interesante de todo esto es que desde hace ya bastante tiempo, yo les he mencionado y predicado acerca de cómo los medios de entretenimiento, específicamente la televisión, y las películas de cine, de manera sutil están lavándoles el cerebro a las personas en cuanto al núcleo familiar y/o el matrimonio.
Lo más obvio son las películas y programaciones que glorifican el adulterio, la fornicación, y el homosexualismo. Películas y programaciones que tratan de hacer estas cosas lucir como eventos bellos y románticos, pero la realidad del caso es que solo sirven para lavarles el cerebro a las personas, y hacer lo bueno lucir como malo, y lo malo lucir como bueno, o normal. Es como alguien me dijo recientemente, la inmoralidad se ha convertido en la modernidad.
Estamos hablando de cosas que vemos, que para lo único que sirven es para destruir los principios básicos de la familia. Estamos hablando acerca de los principios familiares, y/o matrimoniales, que fueron establecidos por Dios desde el comienzo de la creación [1].
Pero como les dije, esto es lo obvio; esto es lo que todos los que tienen un poco de valor moral pueden detectar fácilmente. Pero existe otro tipo de programación en la televisión que es visto con más frecuencia, que sirve de igual veneno. Pero el problema es que con frecuencia pasa por desapercibido por la mayoría de las personas.
Pero el que la mayoría de las personas no noten el veneno no quiere decir nada. Recordemos que el mejor veneno no tiene sabor, y como el buen perfume, viene en frascos pequeños. ¿Qué les estoy diciendo con esto? Lo que les estoy diciendo es que este veneno está siendo introducido en el subconsciente de las personas, y está tomando efecto.
Sé que les tengo un poco intrigados. ¿De qué programación les hablo? Les hablo de los anuncios y/o comerciales en la televisión. Estamos hablando de programaciones que solo duran de 20-30 segundos (muy pequeños), pero que trabajan en el subconsciente de las personas (piensen en los productos que compran, y pregúntense: ¿Por qué los compran?).
Sin embargo, cuando prestamos atención, no nos será difícil descubrir que la mayoría de ellos contienen un mensaje que intenta programar, o están programando, la manera de pensar y de ver las cosas de las personas.
Estamos hablando de mensajes que disfrazados como mensajes que promueven un producto, también promueven conceptos inspirados por demonios, como las parejas homosexuales, rebeldía, y hogares con una sola figura adulta en el grupo familiar.
Como les dije, muchos no se han dado cuenta de todo esto, pero la próxima vez que se sienten a ver la televisión, presten un poco de atención a los anuncios, y pronto se darán cuenta de lo que les estoy diciendo. Todos se darán cuenta que en la mayoría de los comerciales, y en muchas programaciones de televisión, en cuanto a la familia se refiere, raramente se ve una pareja. En otras palabras, una pareja como Dios manda.
Hoy en día raramente se ve la representación del núcleo familiar completo, raramente se ve el padre y la madre con los hijos. Ahora solo se ve una mujer sola batallando con los problemas; o un hombre; o dos mujeres o dos hombres etc. etc. Es por esta razón que deseo enfocar el estudio bíblico de hoy, en la importancia del núcleo familiar. Pasemos ahora a la palabra de Dios.
Principios familiar bajo ataque: El matrimonio
Antes de proceder con la predicación de hoy, deseo proveerles un pequeño detalle que nos ayudara entender mejor el mensaje de hoy. Según la más reciente toma del censo, el Centro Nacional de Salud y Estadísticas determinó, que el 43% de las parejas de hoy terminan en divorcio, o separación, durante los primeros quince años de matrimonio.
Esto es un por ciento que comenzó a crecer desde mediado de los 1960. Entre el 1970 y 1992, el número de bebés nacidos fuera del matrimonio aumentó drásticamente de un 11% a un 30%, y desde el 1970 el por ciento de matrimonios ha decaído un 30%. Quizás algunos deben estar pensando que esto no puede ser relacionado al mensaje de hoy, pero si piensas así, te invito a que pienses otra vez.
Te invito a que pienses otra vez, porque omití decirles un pequeño detalle que derramara una nueva luz en este asunto. Lo que omití decirles es que en el año 1962 la Corte Suprema, citando la Primera Enmienda de la Constitución, determinó que las oraciones en las escuelas públicas tenían que ser suspendidas.
En otras palabras, la Corte Suprema decidió eliminar a Dios del sistema de educación pública. ¿Cuántos logran ver la conección entre las estadísticas citadas, y la condición del núcleo familiar hoy en día? Manteniendo estos pequeños detalles en mente, continuemos ahora con el mensaje de hoy.
La realidad es que nada de lo que ha ocurrido ha sucedido por coincidencia; la destrucción del núcleo familiar no es nada más que un plan muy bien elaborado por nuestro enemigo. Todo esto que hemos visto, y continuaremos viendo, forma parte de la estrategia satánica que busca separar al hombre de Dios. ¿Por qué esta estrategia? La respuesta a esta pregunta es fácil.
La razón por la que nuestro enemigo está usando esta estrategia, es que él sabe muy bien que la familia es la escuela de valores. La familia, el núcleo familiar, es dónde nuestros hijos son educados a través de nuestros ejemplos. En otras palabras, el núcleo familiar es la escuela donde se educara la próxima generación.
Principios familiar bajo ataque: el núcleo familiar
El núcleo familiar es el único lugar donde la futura generación recibirá una base moral, suficientemente sólida para poder afrontar los problemas sociales, y la corrupción total de la moral que esta devastando a este mundo. Digo esto porque como creyentes fieles, ninguno de nosotros podemos depender que los valores morales, y principios de nuestros hijos sean enseñados en las escuelas, o por terceros, sino que tenemos que enseñar los principios familiar cristianos a nuestros hijos.
Ningún creyente fiel puede ceder el derecho de instruir a su hijo, porque de hacer esto, entonces le estamos proporcionando la oportunidad a Satanás para que pueda contaminar, y envenenar a la futura generación. Es por esta razón que en Proverbios 22:6 encontramos que se nos dice: “…Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él…” Claro está en que siempre existe una excepción, ya que todos tenemos libre albedrío.
Digo esto porque a través del tiempo yo he tenido la oportunidad de conocer a padres cristianos, fieles servidores de Dios, padres que siempre dieron el mejor ejemplo a sus hijos, pero que sus hijos se han apartado de la verdad de Dios, y han tomado el camino de la perdición.
Pero esto no es lo común, y los padres no pueden ser culpados de nada. Así que si conocemos a hermanos en la fe que han atravesado, o están atravesando por este tipo de situación, no juzgues, sino ora mucho por ellos. Manteniendo esto en mente, continuemos ahora con nuestro estudio bíblico de hoy.
La actitud de muchos acerca de los principios familiar
En los versículos que estamos estudiando hoy leemos (verss. 1-3): “…Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán. 2 Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí. 3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?..”
En estos versículos no es difícil discernir la actitud de muchos en este mundo. Digo esto porque hoy en día, tal como demuestran las estadísticas, las personas se divorcian tal como encontramos aquí, “…por cualquier causa…” Esto es algo que sucede y continuará sucediendo por dos razones principales.
Número uno, y la más importante de todo, es que Dios no esta en el corazón de ambas personas en el matrimonio, en otras palabras yugo desigual, y es exactamente por eso que se nos advierte que no nos unamos en yugo desigual [2].
Número dos, nuestro enemigo ha tenido gran éxito en hacer lucir que el divorcio es algo normal, y sin importancia o consecuencia. Ahora, deseo detenerme aquí y hacer una breve aclaración.
Sé que este tema del divorcio es algo bien controversial, y al igual que en el tiempo de nuestro Señor, existen dos opiniones para interpretar este tema tan delicado. La primera opinión que existe, es que el divorcio nunca es permitido, excepto en caso de adulterio [3].
Personas que se someten a esta opinión, apoyan la idea de que no importa el tipo de abuso mental y/o físico, o crueldad que pueda existir dentro del matrimonio, el divorcio no puede suceder.
La segunda opinión que existe referente a este tema, es que el divorcio es algo permitido, siempre y cuando el problema entre la pareja sea algo que no pueda ser solucionado, y que la continuación de la unión cause más daño que bien [4].
En otras palabras, las personas que se someten a la primera opinión sostienen que Cristo dio una completa exposición del matrimonio. Mientras que los que se someten a la segunda opinión sostienen que Jesús solo nos dio una guía.
Haciendo un breve paralelo entre el tiempo que Jesús camino aquí entre nosotros y ahora, encontramos que en ese entonces también existían dos opiniones para interpretar este tema tan delicado. En Deuteronomio 24:1 encontramos que Moisés declaró: “…Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa…”
Ahora bien, en el tiempo que Jesús estuvo aquí en forma física, existían dos escuelas de pensar referente al divorcio. Estas escuelas de opiniones judías opuestas, fueron fundadas por Shammai ha-Zaken y Hillel (fariseos), quienes fueron los dos principales sabios del último siglo a.C y el 1 siglo de la Era Común, y fueron conocida como la Casa de Shammai y la Casa de Hillel [5].
La Casa de Shammai sostuvo que un hombre solo podía divorciarse de su esposa por una transgresión grave. Pero la Casa de Hillel era más liberal, y permitía el divorcio, incluso por actos triviales, como quemar una comida.
Así que existían los que se sometían a las enseñanzas de la escuela Shammai, es decir a los de la primera opinión moderna. Digo que ellos se sometían a la primera opinión moderna porque ellos interpretaban la palabra “indecente” como solo adulterio. Pero también existían los que se sometían a las enseñanzas de la escuela Hillel, es decir a los de la segunda opinión moderna, y hasta más liberal aún.
Digo esto porque ellos interpretaban la palabra “indecencia” como cualquier cosa que desagradará al esposo [6]. En otras palabras, para ellos tostar mucho el pan del desayuno, era suficiente excusa para plantar el divorcio. Y es por esta misma razón que vemos que los religiosos de ese tiempo, es decir los fariseos, trataron de desacreditar al Señor haciéndole esta pregunta.
Ellos sabían que no obstante lo que Jesús contestara, una porción de sus seguidores dejarían de apoyarle y seguirle. En otras palabras ellos hicieron esta pregunta para tratar a apartar a las personas de Dios. ¿Por qué esta aclaración?
He hecho esta aclaración porque el divorcio no es algo que se debe hacer como dijeron ellos “por cualquier causa.” El divorcio y/o el rompimiento del núcleo familiar, no es como el enemigo quiere que todos lo vean, algo normal y sin consecuencias.
Principios familiar: El divorcio
El divorcio y/o el rompimiento del núcleo familiar es algo bien serio, con serias consecuencias, y es por eso que Jesús les respondió como encontramos aquí cuando leemos (verss. 4-8): “…Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así…”
Ahora, aunque el divorcio nunca debe ser como dijeron ellos, “por cualquier causa,” Dios no espera ni desea que una persona se mantenga en una unión abusiva, o sadista, o donde se este sometiendo a la violencia.
Esto es algo que queda bien reflejado en Colosenses 3:18-19 cuando leemos: “…Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas…” Y también en Efesios 5:28 cuando leemos: “…Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama…”
Dios desea lo mejor para cada uno de sus hijos, dile a la persona que tienes a tu lado, Dios desea lo mejor para ti. Pero la triste realidad es que cuando el amor en la pareja no esta basado en Cristo como su fundamento, la pareja no podrá soportar las pruebas por las que todo matrimonio tendrá que atravesar.
Estas pruebas incluyen, pero no se limitan a problemas entre miembros de la familia, celos, codicias, etc. ¿Qué es lo que sucede entonces? Lo que sucede es que el estrés, producido por la fricción externa, comienza a acumularse hasta que llega el día cuando explota. Y un día tostar mucho el pan del desayuno, será la suficiente causa para una separación y/o divorcio.
Pero el resultado final es que el divorcio y/o el rompimiento del núcleo familiar, siempre traerán serias consecuencias a nuestra vida, y a la vida de aquellos que amamos, especialmente a los hijos. ¿Por qué digo esto?
Como les dije al inicio, el hogar y/o el núcleo familiar, es la escuela donde nuestros hijos, es decir la futura generación, aprenden los principios familiar cristianos. En otras palabras, aprenden a actuar, y a desenvolverse en nuestra sociedad de manera que agrada a Dios. Y como creyentes fieles y padres responsables, nosotros estamos llamados a enseñar a nuestros hijos [7].
Una gran realidad es que durante nuestros primeros años de vida, todos aquí aprendimos observando a nuestros padres. Observando las acciones de mamá y papá, los niños aprenden el significado del amor. Y el amor es algo extremadamente importante.
Fíjense como lo dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 13:13 cuando leemos: “…Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor…” ¿Por qué es tan importante el amor?
El amor es tan importante porque el amor es capaz de vencer toda oposición, y derrumbar todo obstáculo. Recordemos que todos estamos aquí por solo una razón, y la razón la encontramos en Juan 3:16 cuando leemos: “…Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna…”
Observando las acciones de mamá y papá, los niños aprenden el significado del perdón, y perdonar. Esto es otro aspecto de nuestra vida que también es de suma importancia. Fíjense si es así que el Señor en Mateo 6:14-15 nos dice: “…Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas…” Hermanos, y una gran realidad es que si en este mundo existiera más amor, y perdón, el mundo sería un lugar mucho mejor.
Para concluir.
Como les dije al inicio, nuestro enemigo ha lanzado un intenso ataque en contra de los principios familiar cristianos, porque él sabe que si puede destruir el hogar, entonces le será más fácil envenenar y controlar la próxima generación. Si nuestro enemigo logra destruir los principios familiar cristianos, le será más fácil cumplir su propósito, y apartar a la humanidad de Dios. ¿Por qué le será más fácil?
Le será más fácil porque esa generación crecerá sin los principios básicos morales, que solo pueden ser aprendidos en el hogar cristiano. Y claro está en que siempre existen excepciones, ya que a través de mi vida he conocido a muy buenas personas, tanto hombres como mujeres, cristianos y no cristiano, que por diferentes razones han tenido que criar a sus hijos sin la compañía de su conyugue, y han hecho un excelente trabajo.
Pero cuando el padre y la madre no existen en el hogar, cuando no existe la combinación balanceada que el Señor diseñó desde la fundación del mundo, entonces esa generación crecerá aprendiendo lo que le agrada al mundo, y no lo que le agrada a Dios.
Esa generación nunca aprenderá los principios familiar cristianos, y crecerá aprendiendo que en cuanto al sexo pre-marital no hay que abstenerse, sino sólo protegerse. Esa generación crecerá aprendiendo que el matrimonio no es como Dios lo diseñó entre un hombre y una mujer, sino que también puede ser contraído por parejas del mismo sexo.
Esa generación crecerá aprendiendo que el aborto es solo una forma de planear la familia, y no un asesinato de una creación de Dios. Esa generación crecerá aceptando todas esas cosas que son abominaciones a Dios, y las aceptaran porque a través de su vida no han tenido el ejemplo de sus padres, y han sido expuestos a los mensajes subconscientes que están siendo transmitidos.
A través de los medios de comunicación, los principios familiar cristianos están siendo socavados por el demonio. A través de filosofías y tradiciones de hombre, el diablo está apartando cada día más a la humanidad de Dios.
Esto es algo que se nos ha advertido claramente como encontramos en Colosenses 2:8 cuando leemos: “…Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo…”
El divorcio, la desunión de una pareja, y él rompimiento del núcleo familiar, nunca debe ser la primera solución a los problemas familiares y matrimoniales. La primera, y única solución a los problemas en la familia y en el matrimonio que nunca fallará, es Cristo.
[1] Génesis 2:24
[2] 2 Corintios 6:14
[3] Mateo 5:32; 19:9
[4] 1 Corintios 7:15
[5] «Shammai ha-Zaken.» Encyclopedia Britannica. Encyclopedia Britannica Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopedia Britannica, 2012. «Hillel.» Encyclopedia Britannica. Encyclopedia Britannica Ultimate Reference Suite. Chicago: Encyclopedia Britannica, 2012.
[6] Babylonian Talmud (Talmud Bavli), tractate Gittin, 90a.
[7] Tito 2:4-10
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