Levántate, y manos a la obra

Levántate, y manos a la obra

Prédica de Hoy: Levántate, y manos a la obra

© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: 1 Crónicas 22:11-16

Introducción

El domingo pasado les predique acerca de la importancia, y el poder de la oración. En esa predicación descubrimos las tres bendiciones inmediatas que las oraciones desatan, (paz, liberación, y milagros), ¿amén? Pero antes de que podamos comenzar a recibir todas esas bendiciones, existe algo muy importante que debemos hacer.

Como todos sabemos, en la antigüedad en Jerusalén existía el Templo de Dios, y peregrinos judíos de todas las regiones viajaban al Templo en el día de expiación, para ofrecer sacrificios a Dios, y experimentar un acercamiento a Él. Sin embargo, a pesar de que según la ley podían hacer sacrificios para la expiación de los pecados. [1], nadie podía llegar al lugar santísimo, es decir, al lugar donde habitaba Dios, excepto el sumo sacerdote [2].

El lugar santísimo, esto es el lugar donde descansaba el arca del testimonio, estaba dividido del resto del Templo por un velo [3]. Pero este velo, es decir, la división que existía entre la presencia de Dios y el hombre, fue eliminado por la sangre de Jesucristo que fue derramada por ti y por mí en la cruz del calvario [4].

Desde ese entonces en adelante, el Templo de Dios fue transferido a un lugar muy especial, el Templo de Dios somos todos los que hemos hecho un compromiso con Dios, y perseveramos vivir en santidad [5]. ¿Por qué les he recordado todo esto?

Restablecer y limpiar el Templo de Dios

La razón por la que les he recordado todo esto, es porque antes de que podamos experimentar las bendiciones y la presencia de Dios en nuestra vida, lo primero que tenemos que hacer es edificar, y/o restablecer y limpiar el Templo de Dios. ¿Por qué digo que esto es lo primero que tenemos que hacer?

La razón por la que digo que esto es lo primero que tenemos que hacer, es porque como nos dice la palabra de Dios claramente, Él es santo y no puede compartir con el pecado [6]. Hermanos, el pecado causa que vuelva a existir esa división de Dios, que Jesús vino a eliminar [7].

Hoy vamos a estudiar el periodo en la historia antes de que existiera el Templo, cual fue el primero edificado por el rey Salomón, (hijo de David), para reemplazar el Tabernáculo como el único centro de culto para el pueblo judío. Y en nuestro estudio encontraremos la necesidad tan grande que existe de construir el Templo de Dios en nuestra vida, ya que las falsas doctrinas abundan, y son muchos los que a diario caen enredados en ellas. Pasemos ahora a la palabra de Dios.

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