Dia de las madres

Dia de las madres

Prédica de Hoy: (Predica para el día de las madres) Oh mujer, grande es tu fe

© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)

Predicas Cristianas para el día de las madres

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 15:21-28

Introducción

Hoy es un día muy especial para nosotros, ya que hoy, en este país celebramos el día de las madres. A pesar de que no es una tradición bíblica, esta tradición es algo muy especial. Esta tradición es celebrada alrededor del mundo, pero la fecha moderna de la celebración tuvo su origen en los Estados Unidos, y esta paso a ser el segundo domingo del año [1].

Pero esta tradición no paso a ser un día festivo oficial hasta el 9 de mayo 1914 (Proclamación Presidencial 1268), cuando el presidente Woodrow Wilson, proclamó que el día de las madres sería un día feriado nacional como: “una expresión pública de amor y reverencia por las madres de nuestro país” [2].

Así que hoy es un día cuando alrededor de esta nación, y en el mundo, se les rinde homenaje a todas las madres, cuyo trabajo y esfuerzo en muchas ocasiones pasan desapercibido, y/o es menospreciado.

Como ustedes bien saben, yo no soy muy partidario de seguir tradiciones establecidas por el hombre, pero si estoy muy de acuerdo en seguir esta en particular. La razón principal por esto es porque las madres desarrollan un papel crítico en el hogar.

Claro esta en que no le estoy robando merito alguno al papel de un padre, pero la madre juega un papel crucial en la vida de las personas. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque en la mayoría de los casos, mamá fue la principal en encargarse de nosotros desde nuestro nacimiento.

¿Por qué celebrar el día de las madres?

Mamá fue quien se pasaba noches despierta a nuestro lado cuando estábamos enfermos, mamá fue quien nos animo, instruyó, apoyó, y protegió durante nuestra infancia. Mamá fue la que cambiaba nuestros pañales, y nutrió no solo con leche y comida, sino que con su amor y paciencia.

Así que por estas, y numerosas otras razones, las cuales no tendríamos tiempo de mencionar en esta pequeño espacio de tiempo que compartimos, hoy deseo hacer un reconocimiento especial a toda madre en esta congregación, y a toda madre alrededor del mundo.

El día de las madres – Examinemos el papel de una madre

Mateo 15:21-28 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: !!Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: !!Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

La fe de la mujer cananea

Estos versículos forman parte de un evento histórico en la biblia que se destaca como: “La fe de la mujer cananea.” Y seguramente algunos ya estén pensando que no tienen nada que ver con el día de las madres, pero esto es porque no han tomado el tiempo de meditar en lo que en ellos encontramos. Ya que en ellos encontramos dos virtudes que las madres demuestran a lo largo de sus vidas. Examinemos estas virtudes ahora, y ustedes me indican si no son ciertas.

Virtud número uno; una madre esta dispuesta hasta entregar su vida, por la vida de sus hijos. Fíjense bien en lo que acabamos de leer para que entiendan bien lo que les digo.

Aquí vemos que la palabra de Dios nos dice: “…Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: !!Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio….

Pero, ¿qué quiere decir esto? Para que podamos entender lo que estaba aconteciendo aquí, debemos saber que la misión original del Señor fue de primeramente rescatar el pueblo judío, y es por eso que aquí vemos que Él declara “…No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel…” Y esta mujer no era del pueblo judío, sino que era cananea.

En otras palabras, ella no tenía derecho alguno para pedirle nada al Señor. Pero no obstante esto, ella estaba dispuesta a arriesgar todo por la vida de su hija. A esta mujer no le importo lo que otros dijeran y pensaran de ella; a esta mujer no le importo que sería criticada, y tal vez perseguida, y/o acosada por los que le rodeaban.

Ella llego al Señor dispuesta a arriesgar su bienestar, sin importarle lo que podía perder. ¿Por qué estaba dispuesta ella a arriesgar todo? La respuesta a esta pregunta es fácil; ella estaba dispuesta a arriesgar todo porque una madre siente el dolor de sus hijos.

Para que entiendan bien lo que les digo, fíjense bien como ella dijo. Ella dijo: “…ten misericordia de mí…” En otras palabras, ella sentía el sufrimiento de su hija como si le estuviese sucediendo a ella misma.

Ahora pregunto, ¿no es esta una virtud de toda madre? ¿Qué madre no siente el dolor de sus hijos? ¿Qué madre no sufre junto a sus hijos? ¿Qué madre no daría su vida para salvar la de su hijo? ¿Qué madre no daría todo lo que tiene, y que sueñe tener, por el bienestar de un hijo?

¿Por qué es que una madre esta dispuesta a hacer todo esto, y mucho más? La razón principal es porque el amor de una madre es incondicional, y eterno. El amor de una madre sobrepasa dolores y maltratos que hayan podido tener.

El amor de una madre vence todo dolor [3], y es el que nos anima y fortalece. El amor de una madre es el que convierte lágrimas en sonrisas, y convierte la oscuridad en luz. El amor de una madre es el amor que más se acerca al amor que Dios tiene por su creación.

Virtud número dos; una madre persevera por el bienestar de sus hijos. Fíjense bien en lo que hemos leído aquí para que entiendan bien lo que les digo.

Aquí leemos: “…Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: !!Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos…

Como podemos apreciar, al acercarse al Señor, Él no le contesto inicialmente. Pero el silencio del Señor no la detuvo, sino que la motivo aun más, y llego a su presencia exclamando: “…!!Señor, socórreme!..

Esta mujer no estaba dispuesta a aceptar el silencio como una respuesta. Y cuando finalmente el Señor le respondió, a pesar de que ella no recibió la respuesta que buscaba, ni esta respuesta tan aparentemente brusca la detuvo. Ahora pregunto, ¿no es esto una virtud de toda madre? Dile a la persona que tienes a tu lado: las madres perseveran por sus hijos.

A pesar de que quizás las cosas no han salido como esperaban o deseaban, toda madre cristiana persevera en oración por sus hijos. Toda madre cristiana intercede en oración por sus hijos, pidiéndole a Dios que les aparte de esas amistades que solo causan problemas.

Pidiendo a Dios que les libere de esos vicios que solo sirven para dañarles; pidiéndole a Dios que experimenten un real encuentro con Jesucristo, para que puedan sentir el amor, gracia, y poder que solo Él puede proporcionar.

La labor de una madre toma determinación, paciencia y comprensión.

La labor de una madre es perseverar, y en muchas ocasiones es subestimada. Y esta perseverancia es la que vence; fíjense bien en lo que sucedió aquí para que entiendan bien lo que les digo.

Aquí vemos que el Señor al ver las virtudes de esta mujer le respondió diciendo: “…Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora…” Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios recompensa la perseverancia.

Ahora bien, yo sé que no todos han tenido la bendición que mi hermano y yo hemos tenido, de tener una madre como la nuestra. Estoy consciente de que existen numerosas personas que quizás tengan memorias de momentos difíciles, o desagradables de su niñez; pero si ese es el caso, quiero que en el día de hoy entregues esas raíces de amargura, y esas malas memorias a nuestro Señor Jesucristo.

En Mateo 11:28 el Señor nos dice: “…Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar…” Y yo te invito a que en el día de hoy tú le entregues esa carga a Él. Entregarle al Señor esa carga es algo que tenemos que hacer; tenemos que hacerlo porque los malos momentos y malas memorias, y/o raíces de amargura, tienden a ahogar todo lo demás.

Las malas memorias y/o raíces de amargura tienden ahogar todo lo bueno que una madre hace por sus hijos/hijas. ¿Por qué? Porque los pensamientos negativos son los enemigos de una vida feliz.

Nunca nos olvidemos que el campo principal de batalla es nuestra mente. En otras palabras, nuestra vida es determinada en gran medida por nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos influencian nuestra vida en gran manera.

Los pensamientos negativos distraen nuestra atención del bien. Así que te digo en el día de hoy, deja de sufrir debido a esa memoria amarga y/o dolorosa, entrégasela al Señor y Él te dará la paz que tanto anhelas.

Una gran realidad es que todos nosotros somos muy diferentes; algunos han tenido que atravesar por momentos muy difíciles y desagradables, y otros no. Algunos tienen memorias muy amargas o desagradables de su niñez, las cuales le conducen menospreciar o subestimar, el papel que la madre jugo en su vida; pero todos los momentos amargos o difíciles no pueden borrar el hecho de que toda persona dependió de su madre.

Quizás algunos piensen que este no es el caso en su vida, pero si piensas así, te invito a que reflexiones por un momento. Reflexionemos y preguntémonos, cuando nace una criatura, ¿puede esa criatura sobrevivir sin la protección de la madre?

La respuesta es NO. La realidad es que de toda la creación de Dios, el ser humano es el más débil. Débil en el sentido que un ser humano no puede valerse por sí mismo cuando nace. Un bebé tiene que depender de un adulto para sobrevivir.

Sin la protección de un adulto, y en casi toda ocasión la madre es la cuidadora primaria, un recién nacido nunca sobrevira. Sin la protección de un adulto, un niño no alcanzara ver su juventud.

Y hablando de la juventud, una de las cosas más común en los jóvenes es que piensan que los padres son muy estrictos. Yo conozco esa manera de sentir muy bien, porque yo también me sentí así.

Muchos de los jóvenes piensan que la madre es muy estricta, y que no les permite hacer muchas cosas por capricho, pero les digo a todos que en la mayoría de los casos no es capricho, sino protección.

Cuando tomamos el tiempo de reflexionar en nuestra vida, todos lograremos ver que a través del tiempo, nuestra madre siempre nos ha protegido en más de una manera.

Encontraremos que nuestra madre nos ha protegido no solo físicamente, esto es apartándonos del mal; sino que también nos ha protegido moralmente, esto es enseñándonos la diferencia entre el bien y el mal.

Nuestra madre nos ha protegido emocionalmente, esto es alejándonos de esas cosas que quizás nos causarían dolor. Nuestra madre nos ha protegido espiritualmente, esto es no dejando de orar por nosotros, rogando que Dios pusiera Su mano en nuestro corazón. Y son por esas razones que nuestro Padre celestial nos instruye a honrar a nuestra madre, y nos guía a nunca apartarnos de sus enseñanzas [4].

Dios les entrega a los padres la responsabilidad de criar a sus hijos, enseñándoles valores que superan los valores mediocres de este mundo [5]. Y estoy seguro que la mayoría de nosotros, sino todos, fuimos instruidos en los principios religiosos de nuestros padres, y en casi toda ocasión mamá fue quien lo hizo.

Digo esto porque cuando hacemos memoria de nuestra niñez, creo que la mayoría de nosotros recordaremos que mamá fue quien nos enseño la diferencia entre el bien y el mal. Recordaremos que mamá fue quien nos enseño los valores morales que hoy tenemos.

Como les dije al inicio, el papel que juega la madre en el hogar con frecuencia es menospreciado, o subestimado. Esto significa que mientras crecemos no le reconocemos por quien ella es, y no le damos el valor y reconocimiento que ella merece.

En otras palabras, no todos le dan el mérito y el reconocimiento que ella merece. Y esto nos conduce a que en ocasiones nos comportemos, o hagamos cosas, que de manera intencional o accidentalmente la hieran, y despreciamos su consejo. Es decir, se nos olvida lo que encontramos en Proverbios 1:8 cuando leemos: “…Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre….

Y olvidarnos o ignorar esto causa que en ocasiones lleguemos a verlas como inferiores; que lleguemos a menospreciar su importancia, especialmente cuando van avanzando en edad, y ya no tienen la agilidad mental que una vez tenían, o la agilidad y fortaleza física para hacer las cosas.

Pero recuerda también lo que encontramos en Proverbios 23:22 cuando leemos: “…Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies…

Una gran realidad es que en éste mundo existen muy pocas cosas en las que podemos contar, pero en algo que siempre podemos contar, no obstante cual pueda ser su condición emocional o física, es en nuestra madre.

Para concluir. Hoy es el día de las madres, y es un día cuando debemos honrar a la mujer en nuestra vida que nos han influenciado eternamente. Quizás es la mujer que te dio a luz, pero recordemos que ser madre es mucho más que eso. La verdadera madre es esa mujer quien por siempre ha cambiado e influenciado nuestra vida con el bien.

La verdadera madre es esa mujer que te ha demostrado su amor y calor, paciencia y comprensión, y siempre esta vigilante y protegiéndonos. Así que una madre no es solo aquella que te dio a luz, sino que también puede ser una abuela, una tía, una hermana, u otra mujer muy querida.

Terminare el servicio de hoy leyéndoles un poema por José Martí.

A mi Madre

Madre del alma, madre querida,
Son tus natales, quiero cantar;
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven, nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas
Que yo a tu lado no siento ir,
Por tus caricias arrobadoras
Y las miradas tan seductoras
Que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios yo pido constantemente
Para mis padres vida inmortal;
Porque es muy grato, sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual.

José Martí

El trabajo de la madre en numerosas ocasiones es menospreciado, pero no permitas que un malentendido, no permitas que una mala acción, o que una mala memoria te impida reconocerle y darle el mérito que ella merece.

¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!

[1] «Mother’s Day.» Encyclopedia Britannica. Encyclopedia Britannica Ultimate Reference Suite. Chicago: Enciclopedia Britannica, 2012.
[2] National Archives (http://www.archives.gov/historical-docs/todays-doc/?dod-date=509)
[3] 1 Corintios 13:4-7
[4] Proverbios 6:20-23
[5] Deuteronomio 6:5-7

© 2016, José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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